He de reconocer que me dio pena terminar Polos Opuestos. Ese fic es un trocito de mi, he invertido en él mucho tiempo y cariño y cuando lo terminé me quedó un sabor agridulce, como de no haberlo exprimido lo suficiente. Pero empezaba a quedarme sin ideas y no quería rellenarlo con capítulos vacíos. Muchas de las reviews pedían una secuela, muchas otras pedían que Jane y Maura tuvieran hijos, otras, querían ver más celos (pero de los buenos, de los que tienen reconciliación ;)) Como yo estoy aquí para complaceros, esta tarde viendo una película (estoy segura que pronto la identificaréis jeje) se me ha aparecido la inspiración y creo que he conseguido cumplir (o cumpliré) la mayor parte de vuestras sugerencias. Espero que os guste!

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"Quiero el divorcio Jane"

Aquello la pilló totalmente desprevenida. Era plenamente consciente que su relación no pasaba por los mejores momentos pero no creía que las cosas estuvieran tan mal "¿Qué?"

Maura la miró cansada. La situación le resulta extremadamente dolorosa. Había querido a Jane con todo su alma, más que a nadie en toda su vida. Había sido su mejor amiga, su confidente, su amante "Esto no funciona Jane. Llevamos demasiado tiempo intentando arreglarlo y no lo hemos conseguido Somos demasiado diferentes"

La situación iba empeorando cada minuto que pasaba "¿Diferentes? Siempre hemos sido diferentes Maura, por eso nos complementamos tan bien. No me digas que esto no funciona, no después de lo que hemos tenido que pasar hasta llegar donde hemos llegado"

Instintivamente, Maura dirigió la mirada hacia las cunas donde dormían plácidamente sus hijas. Hacía apenas unos meses que habían firmado los papeles de la adopción y nunca en su vida se había sentido tan completa como la primera noche que había pasado juntas. Jane y ella se habían pasado toda la noche observando a sus hijas dormir, incapaces de concentrarse en nada más que en disfrutar de la felicidad que sentían en ese momento. Se acordaba de haber pensado que tanto alegría debía de ser un sueño. Y al parecer ahora se había despertado.

"No es necesario que alces la voz. Vas a despertar a las niñas"

Jane se tranquilizó ante la sola mención de sus hijas. Se acercó hasta ellas, y se quedó mirándolas absorta "No pienso renunciar a mis hijas Maura"

Maura cuadró los hombros, demasiado consciente de la pelea que se avecinaba "Yo tampoco"

Jane se giró para mirarla directamente a los ojos. Maura vio la decepción y el enfado en ellos "¿Entonces que demonios piensas hacer?"

Aquella era la parte más difícil. Sabía que lo que le estaba pidiendo a Jane era una locura pero no se le ocurría otra manera mejor "He decidido marcharme de Boston. Al fin y al cabo ya no hay nada que me retenga aquí. Por eso, creo que lo más sensato es que cada una críe a una de las bebés."

Jane abrió los ojos como platos. Aquella era la gota que colmaba el vaso "¿Estás loca? No pienso renunciar a ninguna de ellas"

"¿Prefieres que crezcan entre peleas?"

Jane sabía que tenía razón. Pero aunque pudiera plantearse aquel escenario pensaba imponer sus condiciones "Está bien. Pero cuando crezcan, cuando tengan 18 años, voy a decirles la verdad Maura"

Maura asintió, complacida al ver que el modo en que estaban llevando la situación. Al menos, todavía tenían la oportunidad de terminar de un modo civilizado "Estoy de acuerdo"

"Bien. Mientras tanto, daré la orden a mi abogado para que abra una cuenta en el banco que elijas. Además puedes elegir cualquier sede de RizzCorp para trasladarte. Le encargaré a Megan que se encargue de todo"

Maura la miró dolida "No quiero tu dinero Jane"

Jane negó con la cabeza "Esto no es negociable Maura. Quiero que mis dos hijas crezcan con las mismas oportunidades"

Aquello le dolió aunque sabía que en parte Jane tenía razón "¿Crees que no voy a darle a mi hija todo lo que necesite?"

Jane no dejó pasar por alto aquel desliz "Nuestra hija. Y aunque sé que harás todo lo que esté en tu mano para darle lo mejor, has de reconocer que no cuentas con los mismos recursos de los que yo dispongo"

Maura cedió, consciente de que a partir de aquel día sus vidas iban a ser muy diferentes y por asociación, las de sus hijas también "De acuerdo. Acepto que abras una cuenta para la niña pero no el trabajo en RizzCorp. Prefiero empezar de cero y eso no ocurrirá si continúo trabajando para ti"

"No pienso espiarte Maura si eso es lo que te preocupa. Cuando salgas por esa puerta, lo único que me interesa saber es que cuidas bien de nuestra hija. Nada más"

Aunque estaba preparada para un enfrentamiento con Jane, la dureza de sus palabras la afectó "Me parece sensato. Por mi parte, tampoco tienes porque preocuparte. He hablado con un abogado y firmado los papeles del divorcio. La próxima semana estará todo listo para que los firmes y desde ese momento puedes hacer lo que quieras con tu vida"

Jane notó un nudo en el estómago ante el momento que sea acercaba. Comprendió que después de aquel día, no volvería a verla, y todavía pasarían muchos años hasta volver a ver a su hija. Se acercó a Maura y le dio un triste beso de despida en la mejilla. Tenía el corazón hecho pedazos "Cuídate y cuida bien de mi hija" Sin añadir nada, salió de la habitación y se encerró en su despacho, incapaz de ver como su vida se desmoronaba ante sus ojos y no podía hacer nada para evitarlo. Cogió una botella de whisky del bar y no se molestó en coger un vaso. Desenroscó el tapón y dio un largo trago que le quemó la garganta. Sin poder evitarlo, sintió como lágrimas calientes le recorrían las mejillas. Volvió a beber y continuó haciéndolo hasta que el alcohol empezó a enmascarar su dolor. Finalmente, se quedó dormida.

R&I

Cuando Jane se despertó a la mañana siguiente, sintió millones de tambores resonando dentro de su cabeza. La luz que entraba por la ventana le impedía abrir los ojos. Le vinieron a la mente fragmentos de su discusión con Maura. Al ver la botella de whiskey a su lado, casi vacía valoró la posibilidad de que todo hubiera sido un sueño o mejor dicho una pesadilla. A duras penas se levantó y con paso irregular se dirigió al cuarto de baño. Se lavó la cara varias veces con agua helada y empezó a sentirse ligeramente mejor. A continuación cogió el bote de aspirinas del botiquín y se tragó una con la ayuda de un vaso de agua. Se dirigió a la cocina dispuesta a servirse un café pero antes de alcanzar su destino entró en la habitación de las niñas y la imagen que apareció ante sus ojos le confirmó la dura realidad. Maura se había ido y una de sus hijas se había ido con ella. Con ternura, sacó a la bebé de la cuna y la tomó entre sus brazos, estrechándola contra su pecho. Se juró que haría todo lo posible por ser todo lo que esa niña merecía.

Como siempre, vuestra opinión es el motor mi inspiración. Alimentadla!