Capitulo I

¡Has vuelto!

Era una noche clara y estrellada de mayo, cuando, de repente, un suave sollozo, rompió el silencio nocturno.

Una joven de pelo castaño y ojos claros lloraba, con un pañuelo en una mano y un libro en la otra. Ese libro que tanto emocionó a Sakura se titulaba "Romeo y Julieta"

Sakura: Romeo y Julieta, Eriol y Tomoyo, Touya y Nakuru y Syaoran y yo, siempre la misma historia, todos nos amamos, pero algo nos separa, ¿acaso no es el amor para siempre?- (Tras estas palabras Sakura comenzó a llorar. Pero Touya entro en la estancia.)

Touya: ¡Oye, monstruo! ¿Estás bien? Ah, otra vez leyendo, casi siempre estas llorando. Desde que ese mocoso se fue no eres la misma Sakura llena de alegría y esperanza.

Sakura: ¡Hermano! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no es un mocoso?

Touya: ¿Ah, no? ; Pues dime, ¿Qué es entonces?

Sakura: Él es... es... es el amor de mi vida.- (Titubeaba Sakura, ella quería decir que era una gran persona, un buen amigo que siempre la había ayudado, pero su coraza se resquebrajó aflorando sus verdaderos sentimientos.)- Le amo, hermanito; y mi vida sin el no vale la pena.

Touya: Sakura, alegra esa cara, tonta. Dijo que volvería y ya sabes que te quiere, y además tengo la sensación de que pronto le veras.

Sakura: ¡Hermano!

Touya: ¡Ay!, Sakurita, me estas pegando tu sensibilidad, anda, y ahora duerme.

A la mañana siguiente

Kero: Sakura, despierta.- (dijo Kero aún sabiendo que de buenas maneras no conseguiría levantarla.)

Sakura: Kero, déjame dormir.- (contestó la pequeña en tono risueño.)

Kero Sakura, levanta, tienes servicio.- (Y con esto le quito las sábanas.)

Sakura ¡Ah!, Vale, tú ganas.

Touya: Monstruo, arriba.- (Dijo Touya apareciendo de repente.)

Sakura: No me llames así, algún día te arrepentirás.

Touya: Bien, pero, ahora levántate.

Sakura se vistió y desayunó rápidamente y salió patinando velozmente hacia el colegio (sin utilizar magia).

Ya en el colegio

Tomoyo: Hola, Sakura, ¿Qué tal?

Sakura: ¡Ah!, Hola, Tomoyo, ¿qué haces aquí?

Tomoyo: Nada. Tuve una extraña, pero agradable sensación; pero que conste que no pretendo robarte el puesto.

Sakura: ¿Qué sensación?, Cuenta.

Tomoyo: Hoy pasará algo grande. Mi corazón me dice que el chico de mis sueños cruzará esa puerta hoy.

Sakura: Así que Eriol esta en la ciudad.

Tomoyo: ¿Cómo sabes que me refería a Eriol?- (Dijo ruborizándose notablemente.)

Sakura: Es obvio, pero tranquila, si hay alguien que sabe de amores a distancia, desgraciadamente, esa soy yo.

Estaban hablando animadamente por lo que, al sonar el timbre ambas se sobresaltaron.

Profesor: Chicos, un poco de atención.- (El alboroto cesó.)- Tengo dos asuntos que comentarles. La primera noticia es que un antiguo alumno al que todos apreciamos ha venido de visita.

Sakura: ¿Es Syaoran?

Tomoyo: ¿Eriol, es Eriol Hirakizawa?

Profesor: Sí, señorita Daidoji, Eriol Hirakizawa vendrá a partir de la próxima clase y se quedará el resto del semestre. Y, por último, alguien tiene alguna idea de a donde ir de viaje de estudios.

Sakura: ¿Por qué Hong Kong quedará tan lejos?- (Dijo Sakura demasiado alto)

Profesor: No crea, no queda tan lejos, y me parece una buena idea, será interesante.

Tomoyo: Es verdad, profesor, así les podríamos pedir a Lee y a Meiling que nos enseñaran la ciudad.- (Dijo Tomoyo intentando que sus compañeros se apuntaran y, así, volver a ver a su amiga feliz otra vez.)

En la siguiente clase

En cuanto sonó el timbre entro Eriol, sonriente como siempre, y fue hacia sus amigas japonesas, las cuales al verle saltaron de sus asientos.

Eriol: Daidoji, Sakura, me alegro de verlas.

Sakura: Y nosotras- (Dijo Sakura observando a su compañera.)

Tomoyo no pudo evitar sonreírse por lo que el joven le pregunto:

Eriol: ¿Qué te hace sonreír como un ángel, mi linda Tomoyo

Tomoyo: Que es muy bueno que viniste, desde que tu y Lee os fuisteis ocurren cosas raras pero parece que ya están volviendo a la normalidad. O me equivoco, Sakura.

Eriol: Sakura, que paso cuando os despedisteis en el aeropuerto.

Sakura: Él me regaló el osito que hizo y, ¡un momento!, ¿Cómo sabes que nos despedimos en el aeropuerto?

Eriol: Es lógico, ¿no? Si el amor de mi vida se va, yo iría a despedirlo al aeropuerto.

Sakura: ¡Eriol!, Dime la verdad.

Eriol: Bueno, pero no te enfades, ¿Cómo crees que sabía como atacarte?

Sakura: ¡Magia!, ¡Nos espiabas con magia!

Eriol: Ejem, yo...

Yamazaki: Hirakizawa, ¿qué es eso de la magia?-(Dijo Yamazaki que se había acercado al chico y había oído la conversación del trío.)

Sakura: Ya sabes, Yamazaki, es una fuerza sobrenatural y todas esas tonterías- (respondió la joven castaña algo cohibida.)

Yamazaki: La magia existe, chicos, de verdad.

Sakura: ¿Y tú como lo sabes?, Quiero decir, ¿por qué crees que la magia existe?

Yamazaki: ¿No veis las noticias?

Sakura: Y ¿qué tienen que ver las noticias con la existencia de la magia?- (Preguntó extrañada.)

Yamazaki: Nada. Solo que desde, sabes cuando vino Lee, pues desde poco antes de eso ocurren cosas raras, aquí, en Tomoeda, y por eso... ¡ay!, Chizaru.

Chizaru: Te dije que no volvieras a decir trolas. Hola, Hirakizawa. Bueno, me llevo a este.- (Llevándoselo donde no pudieran oírlos)- Takashi como sigas así lo descubrirán todo, y no podemos permitirlo, ¿verdad?

Yamazaki: Lo siento.

Chizaru: No te preocupes, Takashi.

A la vez seguía la discusión de los dos magos.

Eriol: Veo que siguen igual.

Sakura: Sí, pero no cambies de tema. ¿Por qué me espiaste?

Profesor: Chicos, siéntense, por favor, Hirakizawa, bienvenido, espero que te lo pases bien mientras dure tu estancia en Japón.- (Dijo el profesor Terada al entrar.)

Eriol: Gracias, profesor.

Pero, al mirar el cuaderno, apareció algo escrito con letra roja.

ERIOL HIRAKIZAWA

ME LAS PAGARÁS, TE LO ASEGURO

Eriol sintió una presencia muy fuerte en la estancia, por lo que, miro a todas partes, pensó que seria un antiguo enemigo, hasta que vio a Sakura saludarle tímidamente a la vez que, donde antes ponía aquella amenaza, ahora, había una firma.

SAKURA KINOMOTO

Eriol:¿fuiste tú? Lo del mensaje, digo.

Sakura: Sí, y ahora, dime, ¿cómo lo hiciste?

En su cara había un fulgor que solo habían visto en contadas ocasiones (Carta nieve).

Eriol: Yo...

Sakura: ¡No! Deja que termine. En estos momentos siento la magia latiendo en mis venas más fuerte que nunca.

Clow: Mi pequeña y querida Sakura, todavía no has aprendido que todo sucede por un motivo.

En esos momentos el patio de recreo estaba paralizado, cosa que en un principio escapo a los ojos de la distraída Sakura.

Clow: La magia siempre ha estado en ti, pequeña. No pierdas los ánimos, pronto tu sueño se cumplirá.

Sakura: Eriol, ¿a qué te refieres?, Di.

Eriol: ¿Estas bien? No he llegado a decir nada.

Sakura: No. No has sido tú. Ha sido el amo Clow. Gracias, Clow

Tomoyo: ¿Estas segura de que estas bien?

Sakura: Completamente. ¡Ah, sí! Eriol ni se te ocurra espiarme...

La joven maga enrojeció al darse cuenta de lo que podía significar.

Sakura: No, no... Tú no me habrás visto, Ejem, desnuda.

Eriol: No, no te preocupes por eso.

Sakura: ¡Uf, que alivio!

Una semana después

Terada: Daidoji.

Tomoyo: Sí, profesor.

Terada: Hablo con Lee.

Tomoyo: Sí, profesor. Nos estarán esperando en el aeropuerto.

Terada: No hacia falta que vinieran a recogernos.

Tomoyo: Insistieron, mucho. Fue imposible decirles que no

Terada: Lo comprendo. Bueno, vámonos.

Una vez montados en el autobús.

Eriol: El viejo Hong Kong, hacia mucho que no iba.

Sakura: ¡Has estado en Hong Kong!

Eriol: Clow. Él nació allí. ¿Me pregunto si seguirán mis cosas?

Terada: Hirakizawa, si viviste en Hong Kong, ya nos enseñarás tú casa.

Eriol: Viví en casa de los Lee. Somos familia. Profesor, gracias por dejarme ir con permiso de Akizuki.

Terada: mientras estés en Japón es tu tutora.

Cuando el profesor se fue Sakura y Tomoyo prorrumpieron en carcajadas.

Sakura: Akizuki, tu tutora, suena a chiste.

Eriol: No te burles, anda.

Sakura: De acuerdo, ji, ji.

En Hong Kong

Un joven castaño y su prima andaban de una estancia a otra colocando jarrones y muebles.

Syaoran: ¿se acordará Sakura de mí?

Meiling: Syaoran, tú eres de los que no se olvidan fácilmente y, deja que te lo aclare, ¡Sakura esta enamorada de ti!

Syaoran: ¿De verdad crees eso?

Meiling: Por supuesto, vamos como que me llamo Meiling. Oye, tienes que presentarme a Hirakizawa, que en mi visita a Japón no lo conocí, pero Tomoyo me dijo que era muy amable, atento y además que era muy apuesto; vamos, el típico caballero ingles.

En el avión

Sakura: Tomoyo estoy de los nervios, y, ¿si se ha olvidado de mí?

Eriol: ¿tú te has olvidado de él?- (interrumpiendo desde el asiento de atrás)

Sakura: Por supuesto que no, ¿cómo puedes pensar eso, como podría yo olvidarle? Le... le... yo le amo.

Eriol: Ves, tú no le has olvidado por que le amas. Tú sabes que el te ama. Te lo dijo tras convertir la última carta Clow a carta Sakura y te lo volvió a repetir en el aeropuerto cuando se fue.

Sakura: ¿cómo, no sé de que me hablas?

Eriol: Claro, el avión que pasaba no dejo que lo oyeras.

Sakura: ¿qué dijo, pues?

Eriol: Sakura, te dijo que te quería sobre todo en este mundo.

Sakura: ¿de verdad dijo eso?- (preguntó ella en un susurro de voz)

Eriol: Mi pequeña y dulce niña, yo también te quiero y jamás te mentiría.

Sakura: Eriol, yo...

Eriol: Espera que me explique, te quiero, cierto, pero no tiene nada que ver con la forma de querer de Syaoran, yo amo a otra persona, a ti te quiero como a una hija.

Rika: Sakura, tu hija, esto es mejor que un culebrón.

Eriol: Rika, no tomes las cosas como no son.

Rika: Como si fuera fácil. Venia a deciros que dice el señor Terada que en caso de turbulencias pongáis la cabeza entre las rodillas. Y que nos abrochemos los cinturones que vamos a despegar.

Todos: Gracias.

Eriol: Sakura, pareces cansada, intenta dormir. Tomoyo, siéntate conmigo. Deja que se estire.

Sakura: No es necesario.

Tomoyo: Sakura, tu duerme. Yo así podré hablar con Hirakizawa.

Sakura: Como queráis.

Durante un rato no dijeron nada, Tomoyo leía las Mil y Una Noches y él jugaba con flota y unas bolitas de papel. Fue ella quien rompió el silencio.

Tomoyo: No deberías jugar con flota aquí.

Eriol: ¿Por qué no?

Tomoyo: Tu presencia podría despertar a Sakura y además creía que tú eras responsable.

Eriol: ¡Ah, sí! ¿A qué viene ese encaramiento?

Tomoyo: Será posible que no sepas que con Yamazaki y Naoko cerca todas las prevenciones son pocas.

Eriol: Como quieras- (Dijo volviéndose hacia la ventana y con un brillo en sus ojos especial)- Pero llámame Eriol.

Tomoyo: Vale, Hira, Eriol.

Eriol: ¿Tomoyo me haces un favor?- (Dijo en un arroyo de energía.)

Tomoyo: ¿Cuál?

Eriol:¡Canta!

Tomoyo: Despertaré a Sakura.

Eriol: Lo comprendo, pero es que tienes una de las voces más bonitas que he oído.

Tomoyo: ¿Y cuál es la otra?- (pregunto llena de curiosidad.)

Eriol: Ciglegia

Tomoyo: ¿Quien?

Eriol: La persona de la cual Clow estaba perdidamente enamorado, bueno, al final tenemos algo en común aparte de... bueno, ya sabes.

Tomoyo: ¿El qué?

Eriol: Que nos quedamos como hipnotizados con una voz bonita.

Con esto le guiñó el ojo a Tomoyo. Sakura sonrió. No podía dormir. En ese momento pensó que el amor si era para siempre y que, tanto ella, como su amiga del alma habían encontrado el verdadero amor y eran correspondidas. Esto la hacía muy dichosa. Mientras, su amiga escribía algo con letra hermosa.

Te quiero, Eriol

A lo que este respondió:

Yo también te quiero, mi querida Tomoyo

Y se fundieron en un dulce beso que sellaba su amor. Al verlo Chizaru rompió a llorar y Yamazaki la consoló. Pero no eran los únicos que vieron la escena. También la vio una chica de gafas que les dijo en pleno beso.

Naoko: ¡Ay! Que tierno

Eriol: ¿Desde cuándo nos espías?

Naoko: Desde que oí mi nombre y el de Yamazaki

Sakura:¿Qué es todo ése alboroto?- (Dijo simulando haber sido despertada.)

Tomoyo:¿Te despertamos?- (Inquirió preocupada la joven morena.)

Sakura: No os preocupéis, chicos.

Eriol: Okey. Tomoyo, cariño, ¿te importa que me siente con Sakura?

Tomoyo: Claro que no, ve.

Eriol: Sakura, tengo un extraño presentimiento, ¿qué tal dominas tu magia?

Sakura: ¡Genial! Mira la carta que hice el mes pasado.

Eriol: ¡Invisibilidad! ¿Cómo la creaste?- (dijo el chico con tono impaciente.)

Sakura: Bueno, la verdad es que es así como me siento desde que Syaoran se fue, como si fuera invisible.- (la tristeza de la joven maga casi era palpable, y la pobrecilla empezó a sollozar.)- Todos intentan animarme, y de verdad que se lo agradezco, pero...

Eriol: Le echas mucho de menos, ¿verdad? Y aunque estés rodeada de gente te sientes sola sin él.

La joven dejó de llorar y asintió con la cabeza. Miró a los ojos de su amigo. Había algo en ellos extraño, la miraba sin verla.

Sakura: Durante este tiempo tú has sentido lo mismo.- (el chico hizo un ademan de decir que no.)- No te molestes en negarlo. Por eso has vuelto y también por eso sabias como debía de sentirme.- (Dijo con una media sonrisa.)

Eriol sintió que había algo de especial en esa sonrisa, algo tranquilizador y familiar. Era la sonrisa que tiempo atrás le había hecho comprender muchas cosas.

Eriol: Mary...

Ding dong

Altavoz: Pongan su asiento en posición vertical y abróchense los cinturones. En breves momentos aterrizaremos en el aeropuerto de Hong Kong.

Sakura: ¡Que nervios!

Eriol: Ve con él. Yo me ocupo de tu equipaje.

Sakura: Pero...

Eriol: Recuerda fuiste tú la que dijo que sabia como te sentías, por eso sé que cuanto antes lo veas mejor. Sakura la vida es corta así que hay que aprovechar cada momento.

Sakura: Eriol, gracias, eres un cielo.

Al bajar del avión

Voz: ¡Sakura! Syaoran, ¿la ves?- (Gritó alegremente.)

Sakura: Syaoran, Mei, ¡os he echado muchisimo de menos!

Syaoran: Y yo a ti. ¿Necesitas ayuda con el equipaje?

Sakura: No hace falta. Eriol se ofreció a recogerlo.

Meiling: Kinomoto, tienes que presentármelo. Tomoyo me dijo la última vez que estuve en Japón que era muy amable y apuesto, y, además, mi primo lo admira, aunque jamás lo admitirá.

Sakura: Ja, ja, ja. De acuerdo, pero yo no me haría muchas ilusiones. ¡Tomoyo, Eriol, aquí!- (Dijo levantando la mano para que supieran donde estaban.)

Mientras en la cabeza del joven chino rondaban otros pensamientos: Sakura, su querida Sakura, y Eriol; ¡juntos! Él la amaba pero si no era correspondido no podía hacer nada al respecto. Y prefería ser su amigo a no ser nada.

Pero en ese instante Sakura ya no pudo resistirlo más y se lanzó al cuello de su amado.

Sakura: Te he echado mucho de menos- (Dijo entre sollozos)- ¿Por qué te fuiste? – (Al decir lo ultimo bastante gente se volvió a ver la escena)- Te quiero y siempre te querré, Syaoran.

Syaoran: Sakura, cálmate, yo estoy aquí contigo. Te quiero y sabes que daría la vida por ti.

Profesor: Lee, Meiling, buenos días.

Syaoran: Ho... hola profesor- (Fue lo único que pudo decir al darse cuanta de cómo todos lo miraban después de su declaración.)

Meiling: Hola profe.- (A pesar de que acababa de perder una apuesta estaba muy feliz por su primo y su amiga.)

Went: si me siguen iremos a casa de los señoritos.

Yamazaki: ¡eh! Tío, y ese ¿quien es?

Syaoran: Mi mayordomo y un gran amigo.

En la residencia Lee

Alan: Caray, Lee, no nos dijiste que vivías en el palacio de la ciudad prohibida.

Meiling: ¡Alan, la ciudad prohibida esta en Pekín!

Todo el mundo se estaba riendo cuando la señora Lee salió a recibirlos.

Señora Lee: Hola a todos. Went, podrías llevar las maletas a las habitaciones.

Went: Ahora mismo, señora.

Señora Lee: Chicos, estar por aquí mientras yo hablo con vuestro profesor.

Eriol: Syaoran, ¿Puedo ir a MI habitación?

Syaoran: ¡Pero si tú nunca has estado aquí!

Eriol: Bueno, yo no pero tengo algunos juguetitos. ;)

Syaoran: Ya entiendo, te enseñaré el camino.

Eriol: Sé ir perfectamente. Ve con Sakura.

Syaoran: De acuerdo- (En ese momento Eriol se desmayo.)- ¡E... Eriol!- (El joven corrió hasta su madre.)- Madre, profesor, Eriol se ha desmayado.

Tomoyo y Sakura: ¿Qué le ha pasado?

Señora Lee: profesor lleve a los chicos a la excursión. Hikary, hija, acompáñalos. Sakura, Tomoyo quedaros.

Profesor: Se perderán la visita...

Señora Lee: Están muy unidas al chico. Y preocupadas tampoco se enterarían de nada. Ya los llevarán los niños después.

Profesor: Muy bien. Niños, vamonos.

Cuando llegaron donde estaba, Tomoyo se agacho y puso la cabeza de su amado sobre sus piernas y lloro silenciosamente.