SUMMARY

Me llamo Peeta Mellark y soy uno de los actores más famosos y deseados del momento. Nunca pensé que una simple llamada cambiaría mi vida, que un simple papel podría cambiar mi vida entera. Después de tantos años esperando por fin volvería a trabajar con ella... aunque nunca pensé que yo tendría el papel de su... hermano. Estaba realmente jodido.


EL PAPEL DE MI VIDA

CAPÍTULO 1


PEETA POV


Siempre he sido un chico simple, he intentado disfrutar al máximo posible todas las oportunidades que se me había presentado, en mi caso, casi todas las oportunidades han sido exitosas.

Mi carrera ya cuenta con más de quince películas, todas ellas con buenas críticas. Siempre me ha gustado interpretar papeles en donde sé que puedo poner todo mi corazón en él. Poder meterme realmente en la piel de mis personajes, vivir sus vivencias y si era posible excluirme de la realidad para poder sentir y pensar como él. En eso consistía mi éxito, interpretar bien un papel. No me gusta basar mi éxito en lo económico aunque lamentablemente toda esta fábrica de "sueños", o lo que es lo mismo Los Angeles, giraba en torno a él.

Salgo de la ducha con una toalla envuelta en mi cintura para ir directo en mi vestidor. Agarro una camisa azul cielo con cuello de V y un pantalón chándal gris. Cuando saldo en la sala de estar mi agente y mejor amigo Finnick ya está enchufado en su Macbook Air y con un auricular en su oído. Paso por delante de él sin que me haga caso y nos sirvo un vaso de jugo de naranja a ambos. Mi amigo sólo nota mi presencia cuando dejo el vaso sobre la mesa de cristal enfrente de él y me saluda rodando los ojos.

-Sí cariño, esta tarde. –suspira pesadamente. –No lo olvidaré, te lo prometo.

Le quito el auricular de su oído sorprendiéndolo y me lo pongo yo.

-¿Annie? –saludo. -¿Qué tal estás?

-Muy bien, Peeta. –noto que sonríe. -¿Te podría pedir un favor?

-Claro. –doy un sorbo a mi vaso.

-Por favor, por favor. –suplica. –Que Finnick no se olvide de nuestra cita en el médico.

-No te preocupes, Ann. –sonrío. –Cambiaré todas sus citas en su agenda. –recito las famosas palabras de Finnick cambiando de torna.

-Te adoro. –exclama desde la otra línea.

-Y yo a ti hermanita. –sonrío. –Ya te paso a tu maridito. Te cuidas.

Finnick me da un golpe en el hombro mientras agarra su auricular.

-¿Me tenías que poner en evidencia delante de mi jefe? –se queja.

-¡Já! Y ahora lo reconoce. –exclamo terminando mi jugo.

-Si tesoro, ahora tu hermano me echará a patadas si es necesario. –murmura ignorándome. –Te amo mi vida, adiós.

Finnick se quita el auricular y se echa de espaldas en mi cómoda sofá. Yo me asomo en mi gran ventanal de cristal para admirar el paisaje de Los Angeles que se divisa desde mi casa… odiaba estas casas superficiales en Hollywood Hills pero las vistas son impresionantes.

-Sé que estás nervioso y te agradezco que se lo ocultes a mi hermana. –le digo y noto la mirada fija de Finnick en mi espalda. –Todo va a salir bien y verás que dentro de unos meses podréis traer al mundo al niño que va a ser mi mayor consentido. –me doy la vuelta para darle un sonrisa de ánimo a mi amigo.

-Yo… ¿y si el problema es conmigo? –pasa sus dos manos entre su pelo nervioso. –Nunca me perdonaría no poder darle a Annie lo que más desea.

-Hey, tranquilo. Nadie tiene ningún problema. Es normal que algunas parejas tengan dificultad en concebir. –le intento animar aunque sé que no es suficiente. –Si queréis puedo estar ahí con vosotros… al menos para dar un apoyo moral.

Finnick alza la cabeza y me mira agradecido.

-Gracias Peeta, pero que yo vaya a cancelar mis reuniones de hoy no significa que tú también lo hagas. –y aquí volvemos con mi agente estricto. –Te tengo preparado algunos guiones que quiero que les eches un vistazo. No me importa si lo haces aquí en tu casa en pijama pero necesito que los leas para poder hablar con las productoras, ¿de acuerdo?

-Perfecto. –asiento tomando tres carpetas gordas. -¿Algo más, señor Odair?

-Sí, necesito que firmes algunos posters para mandarlos a los fans que han ganado el sorteo en tu página de web. –señala una gran bolsa llenas de rollos de papel.

-Está bien, ¿algo más? –suelto irónico.

-De momento nada más… por si acaso ten la noche libre por si Annie y yo te llamamos para cenar.

Entonces mi teléfono comienza a sonar. Agarro el aparato y respondo.

-¿Diga?

-¿Peeta Mellark? –suena una voz femenina.

-Sí, ¿con quién hablo? –Finnick me mira intrigado.

-Espere un momento, ahora le paso a Plutarch Heavensbee. –y suena un pitido.

Se me ensanchan los ojos. No puede ser. Plutarch Heavensbee, un director de gran reputación está llamándome. Finnick mueve las manos en mi dirección pidiéndome información sobre lo que está pasando, logro susurrarle el nombre del director y él se queda aún más pasmado que yo.

-¿Peeta Mellark? –suena su voz grave y se me para el corazón.

-Sí, señor Heavensbee. Es un placer hablar con usted. –carraspeo nervioso y temblando.

-Por favor Peeta, llamame Plutarch y trátame de tú. –se ríe. -¿Tienes un momento de tu preciado tiempo para dedicarme?

-Ehmm… -idiota, si pretendes impresionar a uno de los mejores directores no vas por buen camino. –Los que usted… digo… los que necesites.

-Perfecto. –exclama. –Te espero en Universal Studios en dos horas.

-Bien, estaré ahí. –asiento, con escalofríos recorriéndome toda la espalda. –Plutarch, ¿puedo preguntar a qué se debe esta reunión repentina?

-¿De verdad me lo preguntas Peeta? –se ríe a carcajadas. –Te estoy ofreciendo un papel y si no te apareces otro lo tendrá en tu lugar.

-Entonces moveré mi culo lo más rápido posible para llegar a tiempo. –me río.

-Ahora hablamos el mismo idioma. Nos vemos Peeta.

-Gracias, Plutarch. –cuelgo.

Caigo sentado en el sofá jadeando como si hubiera corrido un maratón sin parar. Finnick camina de un lado a otro mareándome y espera a que me recupere. Él ya sabe lo que significa toda mi expresión.

-Vas a trabajar con Plutarch Heavensbee… -murmura. -¡Vas a trabajar con Plutarch Heavensbee!


Finnick casi me tiene que arrastrar para poder ir lo antes posible a mi reunión con Plutarch. No me dejó conducir ya que mis nervios no eran buenos como para poner mis manos encima de una manivela, además, tengo las manos tan sudadas que tengo que secármelas cada cinco segundos en mi pantalón.

Los dos tomamos un gran suspiro cuando aparcamos el coche. Parecemos dos nenazas que están a punto de perder la virginidad o algo por el estilo, vale, eso ha sonado muy mal. Me pongo mis gafas de sol y salimos del coche o sino comenzaríamos a hiperventilar.

Finnick me dedica un golpe cariñoso y de apoyo en mi espalda cuando la secretaria de Plutarch me llama dentro de su oficina. Logra susurrarme un "suerte" antes de que cruce la puerta hacia mi "nueva oportunidad".

Diviso a otro hombre sentado enfrente de la mesa de Plutarch que se encuentra sentado cómodamente en su asiento acolchado. Plutarch me saluda con una sonrisa y el hombre de espaldas anchas se gira para mirarme.

-¿Gale Hawthorne? –pronuncia mis labios antes de que reaccione.

-Peeta Mellark. –dice mi nombre a modo de saludo. –Encantado de volver a verte.

Gale me extiende su mano y se lo acepto educadamente. Gale Hawthorne también es uno de los actores más prometedores de la industria. Le recuerdo en algunas películas anónimas aunque últimamente está logrando hacerse un hueco entre los más grandes consiguiendo papeles en películas que acaban siendo taquilleras.

Una punzada cruza mi estómago al imaginarme a Plutarach ofreciéndole mi papel a Gale. Trago en seco, no he llegado tan tarde… además, me aseguró un papel. Miro confuso a mi futuro director que nos ofrece a ambos sentarnos.

-Qué bien tener a mis futuras estrellas masculinas. –nos da la bienvenida Plutarch. –Si no os importa esperar un poquito por nuestro último acompañante. Tiene una agenda apretadísima y le agradezco el hueco que me ha hecho el día de hoy…

Gale y yo nos miramos incómodos. Él y yo nos conocemos por nuestros encuentros casuales en algunas entregas de premios y en fiestas de amigos comunes. Nuestra relación sólo se ha basado en un "hola, qué tal y nos vemos". Pero bueno, yo no tengo ningún problema en trabajar con compañeros nuevos, de hecho, creo que es una manera de crecer no solo como persona sino también como el actor que soy. Estaría mintiendo si digo que no me gustaría trabajar con él, he visto algunos de sus trabajos y lo hace realmente bien. Nunca es tarde aprender cosas nuevas de una persona nueva.

-Supongo que vosotros ya os conocéis. Digo, al menos de cara. –nos dice el director.

-Bueno, coincidimos en algunas fiestas y entregas de premios… ¿no es así? –dice Gale.

-Sí. –asiento.

-Bien, bien… tenéis que acostumbraros porque vamos a pasar meses estando juntos. –bromea Plutarch.

-Es un placer trabajar con un actor de tu trayectoria, Peeta. De verdad. –me dice Gale sorprendiéndome.

-Lo mismo digo, Gale. Estoy ansioso por trabajar contigo. –le respondo de vuelta.

-Si queréis puedo ir resumiendo el papel que os tengo preparado. Algunos productores me han criticado por no hacer audiciones pero cuando el guion llegó a mis manos y empecé a leerlo, sólo podía ver vuestro rostros interpretando los papeles… fue como una visión. –nos cuenta y le prestamos toda la atención. –Os mandaré una copia del guion para la semana que viene pero quería asegurarme que ambos estáis dispuestos a abarcaros en esta nueva aventura.

-Es un placer y un honor que nos hayas tenido en cuenta. –le digo sinceramente agradecido a Plutarch. –Esto es una gran oportunidad.

-Seríamos unos idiotas si rechazamos tu propuesta. –Gale y yo nos reímos.

-Me alegra oír eso. –asiente. –Volviendo al tema, la película cuenta con tres personajes protagonistas, dos hombres y una mujer.

Gale y yo nos miramos y creo que ambos pensamos en lo mismo. Drama romántica. Vaya, no pensaba que los gustos de Plutarch Heavensbee fuera tan variado.

-Os veo la mirada y no. No es un triángulo amoroso. –se ríe el hombre. –Ya tenemos bastantes películas de ese tipo para la cartelera.

Mi co-estrella ríe conmigo.

-Lo que si no voy a negar es que uno de vosotros será en interés amoroso de la mujer… y el otro su hermano. –Gale y yo asentimos asimilando la información. –De momento sólo es puedo decir que… Gale serás en interés amoroso y Peeta, tú serás el hermano.

El chico que está a mi lado me mira asimilando la información. La idea suena bastante tentador… aunque creo que a ambos nos gustaría leer un poco más de la película.

-¿Os parece bien a ambos? –nos pregunta.

-Claro. –asiento.

-Aunque creo que ninguno tiene una idea de lo que será esta película. –afirma Gale y le doy la razón.

Creo que Plutarch se iba a disponer a explicarnos un poco más cuando su secretaría entra para avisarnos de que nuestra co-estrella femenina ya está aquí. Gale y yo imitamos los movimientos de Plutarch que se pone de pie para recibir a su estrella femenina.

Se me escapa un jadeo cuando ella aparece en el umbral de la puerta. Se ve tan deslumbrante como siempre. Su sonrisa radiante se posa en mí y siento mis piernas gelatina. No recuerdo la última vez que la vi tan… preciosa.

-Katniss Everdeen, nuestra estrella. ¿Qué tal estás querida? –la saluda Plutarch con un gran abrazo.

-Apurada, gracias a ti. –se ríe y suena como los ángeles en mis oídos. –Aunque emocionada por volver a estar en tus manos.

-Me encanta oír eso. Déjame que te presente a tus…

-¡Peeta! –exclama ella de repente.

Y después de eso noto como ella choca contra mí en un gran abrazo. ¿Acaso esto es real? No… definitivamente ni en mis mejores sueños podría ocurrir una escena tan perfecta. Katniss Everdeen está abrazándome.

-Dios mío… yo… ¿estás en la película? –me pregunta emocionada mientras yo sigo en estado de shock.

-Yo… Katniss… -balbuceo como el idiota que soy. –Qué bueno verte… hace tanto tiempo…

-Y que lo digas… -me sonríe con esa sonrisa que a pesar del paso de los años aún no ha cambiado.

Plutarch nos llama la atención riéndose y estando muy orgulloso se reunir a "viejos amigos".

-Encantada de conocerte, Gale. –Katniss estrecha la mano del otro protagonista.

-El gusto es mío. Soy un gran admirador. –sonríe Gale.

Nuestro director nos invita a sentarnos y lo hacemos. Katniss se sienta en medio de Gale y mío y sonrío tontamente al notar que ella acerca su silla al mío un poco más. Me llena tanto de confianza que ella aún no me haya olvidado. Entonces pierdo la cabeza cuando decide arreglarse el pelo en una coleta alta haciendo que su perfume inunde mis fosas nasales… dios mío, este iba a ser definitivamente mi trabajo favorito. Sin duda alguna.

-Bien chicos, aquí tenemos a nuestra protagonista faltante. –anuncia Plutarch muy emocionado.

Y entonces un "click" se produce en mi cabeza.

Tres protagonistas: Gale, Katniss y yo. Gale el interés amoroso… Katniss la protagonista femenina… y yo el hermano.

Las piezas comienzan a ordenarse en mi cabeza. Esto no puede estar pasando.

-Dios mío… estoy tan emocionada de volver a trabajar contigo, Peeta. –exclama Katniss. -¡Vas a ser mi hermano!

Sí. Después de tantos años me reúno con la chica que me ha tenido suspirando desde que tengo memoria. Y ahora volvemos a trabajar juntos después de tantos años.

Y yo… seré su hermano.

Realmente estaba jodido.