Falso matrimonio.
Resumen: Inuyasha Taisho un reconocido dibujante de comics y Kagome Saavedra una exitosa y popular cantante, llevan divorciados casi un año, pero una herencia inesperada podrá ser la oportunidad que todos esperaban para que vuelvan a estar unidos pese a la oposición de sus amantes. ¿Qué ocurrirá?. Lean y averígüenlo aquí.
Capítulo 1: El inicio.
Barcelona, España. Eran las 17 de la tarde, ese día martes nublado y caluroso, y en un estudio jurídico, un hombre y una mujer, estaban tramitando su fase final del divorcio, luego de 3 años de casados.Ambos estaban esperando al juez para que por fin firmaran los papeles de su divorcio, la tención entre ellos era inmensa. Su matrimonio, había llegado a su fin y ambos aducían infidelidades por ambos bandos y casualmente, ella estaba por casarse por quien ese momento era el sospechoso de la infidelidad y uno de los artífices de que en ese instante, se esté llevando a cabo ese infeliz momento en una pareja y que nadie desea que ocurra, ya que el matrimonio debe ser eterno, pero nada en este mundo parece tener asegurado un lugar en lo impune, excepto lo injusto.Miró su reloj, el juez ya se había demorado diez minutos, y cada segundo que pasaba era como si hubiera sido una eternidad, tanto ella como él no cruzaban palabra alguna, lo miraba por el rabillo de sus ojos, tenía su mirada perdida, sus manos las tenía recargadas en sus rodillas, iba hacerle una pregunta,pero en ese momento entró el juez y prefirió callar.El juez que acababa de entrar era alto, de ojos azul zafiro y cabello negro trenzado, que reflejaba su edad cuarentona. Tomó asiento en su silla y miró aun todavía esposos, revisaba los papeles por última vez, ante la atenta mirada de los abogados de aquella pareja que estaba en sus fases finales de matrimonio, acomodó los papeles sobre el escritorio y finalmente dio por concluido el caso del divorcio, mientras los abogados de ambos, ya habían firmado. El juez que llevaba el divorcio, se llamaba Bankotsu Cincinnati.
-Bien-. Comenzó. – Ya están divorciados y parecían estar muy convencidos de ello. Señor Taisho, le voy a pedir que firme aquí-. Peticionó el hombre.
Aquel hombre de larga cabellera blanco plateada y ojos color dorado, tomó el bolígrafo y cuando se disponía a firmar, se detuvo y de pronto dejó el bolígrafo en la mesa, ante la atenta mirada de quien hasta ese momento, seguía siendo su esposa.
-¿Por qué te detienes?-. Preguntó la mujer de largo pelo negro azabache y ojos marrones.
-Por la sencilla razón, mí querida, de que no voy a concederte el honor de irte con esa rata de Hojo, por ello-. Respondió molesto el peliblanco.
-¿Y yo tengo que ser la burra que cargue tus infidelidades con esa estríper barata de la que te enamoraste en tu despedida de soltero?-. Preguntó enfadada la pelinegra. -Yo no fui quien solicitó el divorcio Inuyasha, fuiste tú. En ese caso el que está más interesado eres tú, para así poder correr a los brazos de tu amante-. Gritó sulfurada
-Yo no tengo ninguna amante-. Fomentó molesto el ambarino
-Por supuesto que sí y no lo niegues-. Gritó Kagome
-¿Y sí fuera, qué? No te quedas atrás, ¿O me vas a negar que haya algo entre tú y ese Hojo?-. Preguntó Inuyasha en tono burlón-. Además no sería la primera vez que una cantante de tu estirpe, se enamora de su fan ganador de un absurdo concurso-.
-Él y yo solo somos compañeros-. Dijo la pelinegra con un toque de vergüenza.- ¡Además ese evento, lo organicé para una ayuda carenciada y Hojo me ayudó en ello y fue de vital ayuda su compañía. Pero entre él y yo no pasó absolutamente nada!-.
-Si claro, ahora así se les dice a los amantes-. Ironizó su marido
Comenzaron a discutir y si no hubiera sido por la interrupción del juez otra cosa hubiera sido, les dijo que el matrimonio no era un juego y no tenía nada que ver si alguno de los dos planeaba casarse con otra persona. Pero en ese instante, Inuyasha pareció arrepentirse y dejó el bolígrafo en la mesa del juez.
-¡No!, y creo que ambos deberíamos rever esa situación-. Recalcó él.
-Pues yo no-. Replicó la pelinegra.
Inuyasha tomó el bolígrafo que Kagome le estaba dando, vio su nombre en el acta y detuvo la punta del bolígrafo contra el papel, miró a Kagome y….La chica tomó los papeles y firmó el acta del divorcio ante el asombro de su marido y el silencio del abogado que miraba la escena de aquellos dos en disputa. El ambarino no pudo contener su bronca y también firmó los papeles del divorcio y así con los trámites concluidos, todos se retiraron del estudio, Inuyasha fue con su abogado y amigo y Kagome con su abogada y amiga por otro lado. El abogado de Inuyasha caminaba junto a él y aún no le entraba en la cabeza lo ocurrido.
-Realmente si que la hiciste buena, amigo. Realmente perder a esa mujer fue lo peor que pudiste hacer en sus 25 años de vida-. Dijo irónicamente el abogado.
-Keh!. Ella fue la infiel, Miroku. Esa mujer se cree que yo tengo que ser el cornudo y ella irse de rositas con sus amantes fans-. Refunfuñó el peliblanco.
La pareja en cuestión, eran Kagome Saavedra e InuyashaTaisho. Que llevaban 3 años de casado, hasta que en el último año, se empezó a correr una suerte dispar para ambos y era la infidelidad, Kagome se sospechaba que salía con un fan que ganó el concurso y es ayudante de la cruz roja internacional, llamado Hojo Tendo, e Inuyasha que iba a ver a una estríper muy atractiva llamada Kágura Reed. Kagome es una mujer de 25 años de edad, de largo pelo negro azabache con brillos y ojos marrones, esbelta figura corporal y unas impactantes proporciones y curvas, sus medidas van de 91, 61,96, es una cantante muy exitosa de música pop y muy aclamada en todo el mundo, donde sus discos, se venden por millones y siempre era la envidia de Inuyasha por tener a semejante mujer a su lado.
Inuyasha Taisho, tiene la misma edad de Kagome, o sea 25. Es alto, fornido y bien atlético, cosa que todas las mujeres se derritieran por él. Es de largo pelo blanco casi plateado, un extraño color de ojos dorados y muy apuesto. Trabaja como dibujante de comics en una prestigiosa editorial española-latinoamericana y sus comics se valúan en millones, ya que cada creación suya o dibujos que crea en sus comics, valen oro. Ambos se habían conocido en una reunión de trabajo de dibujantes y se enamoraron perdidamente y formaron su matrimonio, hasta ese fatídico día donde se empezaron a descubrir las infidelidades de ambos. Trataron de recomponer su matrimonio, pero las discusiones entre ambos no llegaban a buen puerto, hasta que terminaron de esa lamentable manera y todo por sospechas.
En tanto y volviendo a lo presente, Kagome era ahora quien reprochaba a su ex marido.
-¡Qué caradurismo!. ¡Eri, no sé cómo puede pensar que yo fui la que lo estuvo engañando, cuando él, era el que veía a esa siliconada pechugona de ese cabaret!-. Gruñó Kagome.
-Kagome, pese a que te estoy defendiendo, no como vidrio. Tú también salías con ese muchacho que ganó tu concurso y no tienes de que quejarte-. Le recordó su abogada.
Eri, es la hermana mayor de Kagome, tiene 1 año más que ella, o sea 26. Es abogada de muy alto prestigio y en esa oportunidad, hacía de abogada de Kagome en los trámites de su divorcio, pese a que en un momento dado, se negó por que su hermana le debía dinero, pero en esa ocasión la estaba ayudando en ello y quizá en algo más.
Kagome bajó su cabeza en señal de que no tenía nada que responder y en ese momento, llegaban al auto de Eri, que estaba estacionado en un garaje a pocas cuadras del estudio jurídico. Era un bonito Toyota Corolla de color gris metalizado.
Mientras tanto, en una cafetería, aquellos amigos, se habían sentado a conversar temas relacionados con el divorcio, pero con otra cosa que de seguro serviría como estrategia para poder tratar de juntar a esos dos que siempre andaban como perro y gato. Mientras el camarero les traía sus cafés, comenzaron su charla.
-Inuyasha. ¿Piensas ir a la reunión que esta noche hará la familia de Kagome en su casa?. Creo que se va a celebrar que Kagome será nombrada heredera de la mansión en Londres de sus abuelos-. Comentó Miroku.
-¡Ni loco!. Mi padre podrá ser muy amigo del de Kagome, pero eso me resbala y no pienso ir a su ridícula fiesta-. Fomentó molesto el ambarino.
-Está bien, no te sulfures, después de todo acabas de divorciarte y es normal que estés con ese humor-. Lo comprendió su amigo.
-¿Y tú que harás?-. Preguntó el peliblanco.
-Pues…-. Respondió pensativo el pelinegro.
-Ya sé, no me respondas-. Lo interrumpió Inuyasha. –Irás por qué quieres conquistar del todo a Sango Taijiya. La secretaria de mi ex esposa-. Dijo con obviedad.
-Pues si… Trato de conquistarla hace mucho, pero es que es un poco difícil-. Dijo tímidamente Miroku, sobándose la nuca.
-Creo que lo que la enfurece es que andes tras cuanta pollera se te cruza en los ojos, Miroku-. Afirmó el ambarino con sonrisa de obviedad.
Miroku le hizo un gesto de que no le agradó mucho lo que le dijo, pese a que es cierto. Pero luego de una larga charla entre ambos amigos, se retiraron a sus respectivos trabajos y tendrán mucho para meditar, luego de esa fatídica tarde.
A la noche, el cielo seguía nublado y lloviznaba. Inuyasha bajó del taxi y entró en el edificio donde vivía con su ahora ex esposa, vivían en un 11er. piso y que tenía una muy buena vista hacia todo el barrio donde vivían. Recorría una y otra vez y no podía creer que esto esté pasando, pero era la realidad y ambos, aunque les duela y mal les pese, debían afrontarlo.
Más tarde, Kagome llegó de su trabajo, entró al departamento y vio a Inuyasha, sentado en el sofá, con el televisor encendido y comiendo comida china, que consistía en bocadillos de pollo y arroz, rebosados y con una especie de salsa china para acompañar y además venía acompañado de una pequeña guarnición de papas fritas.
-Hola-. Saludó escuetamente la pelinegra.
-Hola-. Fue el áspero saludo del peliblanco sin mirarla.
Kagome entró en la habitación que hasta ese momento compartía con su ex esposo y comenzó a quitarse la ropa, se puso una bata se algodón de color blanco y repentinamente y sin importarle si estaba en lencería, se asomó a ver a su ex marido y lo vio sentado en el sofá con su cabeza baja y había dejado de comer, estaba muy deprimido y triste, sabe que perdió a la mejor mujer que haya conocido en su vida y que ahora sería muy difícil poder recuperar el terreno perdido. Súbitamente, el ambarino volteó su cabeza hacia la habitación de ambos y vio a su ex esposa parada en la puerta y en lencería negra y con esa bata abierta de color blanco. La hacían ver tan sexy y seductora, que Inuyasha se sentía atraído, pero sus pensamientos, volvieron a traicionarlo y su mirada se tornó despectiva y pudo notar que ella también lo miraba tristemente.
-¿Piensas quedarte así toda la noche?-. Preguntó Inuyasha en tono apagado.
-No, solo quería ver que hacías-. Respondió Kagome.
-Pues,… solo estoy por comer algo y ver algo de Televisión-. Dijo el ambarino tristemente.
En eso, Kagome se le acercó e Inuyasha podía tener al alcance de sus ojos, la esbelta e infartante silueta de su ex mujer y que ahora pasará a manos de otro sujeto y de solo pensarlo, le daba una tremenda rabia. Se levantó del sofá y la miró por última vez.
-Espero que con esa basura, seas más feliz que conmigo-. Fomentó el ambarino en tono gélido.
-Creo que nunca podrá ocurrir eso, era contigo con quien deseaba ser la mujer más feliz de todas-. Afirmó la pelinegra casi sollozante.
Esa noche, ambos durmieron juntos pero muy distanciados y la verdad es que esto recién empezaba a dar sus primeros pasos hacia un final que ninguno quería afrontar.
Al día siguiente, el cielo seguía nublado y con lloviznas, soplaba un poco de viento y no era otro día de sol. Menos para Kagome e Inuyasha, quienes nuevamente, debían ir juntos al estudio del juez Bankotsu Cincinnati, que llevó a cabo su divorcio, pero esta vez con una novedad que para Kagome será una de cal y otra de arena y para Inuyasha, la oportunidad de su vida. Ya en el estudio del abogado, este comenzó a leer una especie de testamento que le acababa de llegar.
-Señorita Higurashi-. Comenzó el juez. – Acabo de recibir un testamento de sus abuelos que viven en Londres, el señor Myoga Higurashi y la señora Kaede Higurashi-.
-¡Sí!, son mis abuelos-. Exclamó Kagome feliz.
-Bien-. Prosiguió Bankotsu. – La cosa es que no tengo buenas noticias para usted, respecto a lo que voy a leerle a continuación-. Dijo serio.
Kagome tragó aire e Inuyasha estaba atornillado a su asiento, esperando ver que decía el abogado, respecto a ese famoso testamento firmado por los abuelos de Kagome que viven en Londres.
-Verá, señorita. El tema es que sus abuelos han afirmado que para que usted sea la única heredera de su hotel de lujo y restaurante que tienen en Londres y parte de su fortuna, deberá ir a convivir con su pareja-. Dijo Bankotsu.
-¿Ese es el drama?. Pero si con Hojo podré ir sin problemas-. Dijo sonriente la pelinegra.
-Ese es el asunto. Sus abuelos aclaran en este testamento, que con quien debe ir es con su ex esposo Inuyasha y como casados. Si ello no llegase a ocurrir, usted queda totalmente desheredada del caso y todo pasaría a sus otros hermanos Eri y Sota o su prima Ayame, puesto que esa mansión, sus abuelos la quieren dejar para usted y su marido, bueno ex ahora-. Comentó el pelinegro de ojos azul zafiro.
Kagome estaba helada, no podía creer lo que estaba oyendo, sus abuelos quieren que vaya casada con Inuyasha y si llegaba a ir con Koga la desheredaban de ese hermoso hotel restaurante y todo iba a pasar a manos de sus otros hermanos, a los cuales no deseaba dejarles esa herencia, así que debía ir con Inuyasha a sabiendas de su divorcio. Pero el problema para Kagome era saber si Inuyasha iba a querer cooperar con ella o no. Esa noche iban a tener una fiesta y ahí podía ser la oportunidad para tratar de convencer a su ex esposo de que vaya con ella a Londres como un falso matrimonio, aunque sabe que Inuyasha ya le dijo que no va a ayudarla en nada.
Ahora la cosa se puso color de hormiga para Kagome y deberá tener la difícil tarea de ver si puede hacer ir a su ex esposo a ese viaje y como un matrimonio fingido. Pero el tema es que de seguro Kikyo y Koga se opondrán a ello, pero es Kagome quien debe tomar al toro por las astas y tratar de dominar esta situación y la reunión familiar de esa noche entre los Taisho y los Saavedray otros invitados, será la ocasión perfecta para tratar de convencerlo. ¿Lo conseguirá?.
Hola a todos y todas:
Aquí les dejamos un nuevo fic para todos ustedes y esperamos les guste, tendrá mucho drama y romance y humor y esto recién empieza entre Kagome e Inuyasha, la primera fase a ver si recomponen o no su matrimonio pese a su divorcio. Espero sus reviews y una vez más, que este fic sea de su agrado. Arrivederchi.
Guille (Knight Rider)
PD: Si, ya se que dije que me iba, pero por esta vez, decidí hacer el fic Nº10 para no dejar la cosa despareja, bueno, disfrútenlo ya que será el último.
