AL FIN TE ENCONTRÉ

Ya eran las cinco de la tarde y el no aparecía. La diminuta vampira lo esperaba impaciente en una cafetería pequeña de Philadelphia. Sabía que aparecería en cualquier momento. Sentada en un taburete de la barra se debatía entre salir y buscarle o seguir esperándolo. Ya llevaba tres horas ahí.

—Tómatelo con calma Alice— se dijo a sí misma. Y prefirió ponerse a pensar en lo que iba a hacer después. Ir al encuentro de los Cullen, esa familia tan extraña y genial que había visto. Ya los conocía y los quería a todos; ya quería que Edward le enseñara a tocar el piano y sentirse como una niña mimada con los cariños de su futura madre adoptiva Esme.

Pero primero lo primero, debe encontrarse con su gran amor Jasper. Él no la conoce pero ella conoce todo sobre él, sabe todo de él gracias a su maravilloso don de ver el futuro.

Ha seguido cada paso que da desde que lo vio por primera vez en su futuro. Ha visto cada decisión y las consecuencias que le acarrearía.

Cuando vio que se alejaría de María se puso loca de contenta, porque ya se acercaba el momento de verlo.

Se rompió la cabeza pensando en cómo ayudarlo cuando vio como se deterioraba su estado de ánimo después de cada cacería. Fue cuando llegó a su mente la familia de Carlisle Cullen y su muy peculiar dieta vegetariana, a base de sangre de animales. De inmediato cambio la sangre humana por la animal y se encontró con que era muy fácil sobrellevarla. Al menos para ella.

Sabía que para él no sería nada fácil, pues ha llevado cien años alimentándose de sangre humana y realmente la sangre animal no sabe ni la mitad de bien que la humana. Y para el sería lo mismo que si a un humano lo alimentas de carne y carne y mas carne durante veinte años y luego le prohíbes la carne. -Ojala lo tome bien.- pensó en un suspiro.

— ¿Seguro que no quiere nada señorita?— preguntó el mesero. Alice suspiró, era la decima vez que le decía que no.

—No gracias, ya le dije que solo estoy esperando a alguien— dijo lo mas cortes que pudo, aunque su paciencia con respecto a aquel humano insoportable que preguntaba lo mismo cada quince minutos se estaba acabando.

Sacó su cuaderno de dibujos de su bolsita y un lápiz. Comenzó a dibujar de nuevo el rostro de su amadísimo Jasper.

Ya no podía esperar a verlo por fin en persona. Había esperado treinta años que el momento se diera y ahora, cuando por fin podría encontrarlo, se tardaba y ella comenzaba a impacientarse. Se relajó, ya había esperado tres días desde que supo que se daría ese encuentro. Justo cuando se disponía a marcharse de Philadelphia vio que Jasper había decidido ir a ese lugar y que entraría en tres días a esa cafetería. Se emocionó tanto que decidió que se quedaba y que iría temprano a la cafetería y lo esperaría. Pero ahora que se encontraba ahí a pocos minutos de verlo en persona por primera vez, se encontraba mas ansiosa e impaciente que nunca. Quería salir y buscarlo, pero ni era necesario, ya sabía que entraría allí, así que sería paciente.

Continuó dibujando su rostro, con esos ojos negros, esos rizos dorados, y esas cicatrices que le gustaban tanto. Al no saber nada de su pasado lo único que le importaba y en lo que podía pensar y a lo que podía aferrarse.

Y más si ese futuro tenía un nombre, por ahora el nombre de ese futuro era Jasper. Pero pronto no sería futuro, seria presente. Y entonces el futuro tendría varios nombres, Rosalie, Emmett, Edward, Carlisle y Esme.

Terminó el dibujo y lo miró durante un rato. Besó con ternura el papel y regresó la libreta y el lápiz a su bolsita. Recargó el codo en la barra y su mentón en su mano y cerró los ojos, se puso a pensar en él con fuerza. Cada vez que lo evocaba con su mente, simplemente se enamoraba más de él. Quería soñar despierta con que él la aceptaría. Ella le había hecho esa promesa la primera vez que lo vio: "Si me aceptas, soy tuya"

Se sobresaltó al oír la puerta del local y supo que por fin había llegado el momento. Se giró sobre el taburete y lo vio allí, parado junto a la puerta, completamente mojado, con su rubio pelo escurriendo agua.

Despedía una ola de tristeza y desolación tan grande que las pocas personas que estaban allí cambiaron sus risas por miradas tristes, pero ninguna como la de él. Sus negros ojos dejaban ver una tristeza y soledad interior, que combinadas con su devastado rostro lleno de cicatrices, te encogían el corazón.

Pero ella no se dejó inmutar con ese golpe de tristeza y luchó por proyectar toda la esperanza y el alivio que le ocasionaba su llegada.

Se bajo de un brinquito del taburete y camino con sus andares de bailarina hacia él. Sonrió.

Él se tensó bastante y se preparó para agazaparse y defenderse. Esa era una reacción que ella había previsto, ya que sabía que él no era capaz de fiarse de nadie. Sonrió con inocencia para apaciguar su temor.

Él confundido por la ola de emociones que emanaba de ella y por esa sonrisa cegadora. No atinó más que a relajar el cuerpo. Aún pensaba que lo iba a atacar, ya que no alcanzaba a identificar esas emociones que su diminuto cuerpo dejaba salir. Eran algo que jamás había experimentado, pero no parecía que le fuera a hacer daño alguno.

Ella se plantó frente a él y lo miró a los ojos un momento. Jasper se confundió aún más porque su piel, su destreza e incluso su olor decían que era como él. Pero sus ojos no eran negros, como los de él ahora que tenía sed, y tampoco rojos como si estuviera alimentada. Sino de un color dorado intenso. Como oro o topacio.

Una melodiosa voz similar a las campanas de viento rompió ese silencio, con una frase aun más confusa que sus emociones o sus ojos:

—Me has hecho esperar mucho tiempo— dijo la pequeña duendecillo sin perder esa sonrisa tan inocente.

La mente de Jasper intentó procesar la información; era evidente que ella le estaba esperando, pero él nunca se quedó de ver con ella, ni siquiera la había visto jamás. Pero ella le estaba esperando. Eso era irrefutable.

No le encontró ni pies ni cabeza a esa afirmación, saludo o presentación…

…rayos ni siquiera podía precisar con qué intención había dicho esas palabras.

Al sentirse confundido, no supo como continuar la conversación. Pero una voz en su cabeza, la del caballero que alguna vez fue, le gritaba que se disculpara, que a una mujer no se le hacía esperar.

Atendiendo lo único lógico en su mente. Agachó la cabeza en un ademan de vergüenza y dijo:

—Lo siento señorita— su mente aun no lograba entender que quería ella de él.

—No importa, al menos estamos juntos por fin— Dijo mientras le tendía la mano para que él la tomara.

Jasper al ver esa mano tendida y al sentir esa ola de emociones tan puras que salían de ella, no pudo dudar, no logró ponerse a pensar lo que estaba haciendo cuando tomó esa mano que le ofrecía algo que aun no sabía que era. Tomó su mano preparándose para cualquier cosa, incluso para una muerte.

Pero no tuvo que pensarlo mucho para averiguarlo, pues en el momento que tomo su mano, algo lo golpeó con mucha fuerza, no como una bola de demolición, como solía pasarle cuando se relacionaba con alguien de su especie. Sino como una ola enorme que lo baño de esperanza, de fe y de algo que no conocía, ¿cariño, tal vez?

—No temas, Jasper, no te haré ningún daño— dijo ella dulcemente. Paso bastante tiempo para que se cuestionara cómo era que ella sabía su nombre.

Siguió mirándola, sin creer lo que tenía delante en ese momento. Era un ángel, pero no como lo pensó de María, Netty y Lucy, cuando las vio. Sino un ángel real, alguien que venía y le tendía su mano, y lo venía a llenar de esperanza y de fe.

Se quedó mudo ante eso. Vaya que se encontraba en problemas ahora. Confiaba en alguien y eso era muy peligroso. Y peor aún confiaba en alguien que no conocía. Toda su analítica y militar mentalidad clamaba porque se fuera ahora que todavía tenía oportunidad, le decía que no era digna de confianza, que nadie era digno de confianza, que confiar en alguien era tremendamente peligroso.

Pero su instinto estaba tranquilo, no había nada que temer de ese ángel que solo parecía querer decirle algo importante.

Recordó la última vez que atendió a su militarizada mentalidad en lugar de a su instinto. Esa última noche de humano, en la que encontró tres mujeres que le hacían tener escalofríos y que se le erizara el vello de la nuca. Pero su mente le decía que a las mujeres no se les temía sino que se les protegía, y el resultado: una dolorosa transformación en inmortal, ochenta años de guerras en el sur y la pérdida de toda su humanidad.

El recuerdo de esa última noche le trajo una nueva ola de tristeza, que se sintió alrededor. Ella sin embargo, puso su mano en su mejilla y la acarició con ternura. Y él sintió un vuelco en su corazón, jamás había sentido nada igual. Sus ojos cambiaron su expresión de desolación a una mirada con un poco de esperanza.

— ¿Nos vamos? — dijo ella, con la misma sonrisa. Él asintió y se dejo jalar por ese brazo tan fino y salió de su refugio tras ella.

Cuando ya llevaban un rato caminando, él se atrevió a hablarle por primera vez. Ya caminaban por un bosque, quien sabe qué rumbo seguiría ella. Él no la había soltado, por temor a que de pronto ella desapareciera como un espejismo, si la soltaba.

Comenzó un viaje con ella sin conocer el rumbo o el destino. Y eso no le inquietaba, sino el hecho de que estaba recorriendo un camino desconocido a un rumbo no fijo, tomado de la mano de ese ángel y ni siquiera sabía su nombre. Solo por eso se atrevió a romper el silencio de su veloz viaje.

Ella caminaba por el bosque húmedo con esos andares tan graciosos que parecían de bailarina sin soltar su mano y emanando alegría. Él se detuvo y por consecuencia la chica se detuvo y lo miro a los ojos. De nuevo esos ojos color ámbar que tantas preguntas le causaban. Se miraron hasta que él se dispuso a hablar:

—Oye. Sé que me conoces, pero yo quería saber ¿cómo es eso? ¿Yo no te conozco a ti? ¿Y ni siquiera se a donde…?

Ella dejo escapar su risa semejante al caer de monedas de plata una tras otra, y lo jaló hasta el pie de un árbol que se encontraba seco y se sentó sin soltarle la mano, lo que causó que él se sentara al mismo tiempo junto a ella. Fue entonces cuando soltó su mano. Y comenzó a hablar despacito, con esa voz de soprano tan hermosa y maravillosa que parecía un sueño.

—Me llamo Alice. Creo que te has dado cuenta que soy como tú, soy una vampiresa— él asintió sin decir nada más —bueno Jasper, al igual que tu, yo también tengo un don…— se detuvo para ver si él seguía la corriente de lo que estaba diciendo, él asintió despacio y ella continuó —es gracias a ese don que te conozco, desde hace treinta años, te he ido conociendo poco a poco, se todo lo que te ha pasado. Todo lo que has vivido y he estado pendiente de cada cosa que haces y que vas a hacer. Pero mi don me deja ver mucho más allá, me ha dejado ver que vamos a estar juntos, y que tú eres mi futuro. Supe que íbamos a estar juntos para siempre, solo era cuestión de darle tiempo al tiempo. Sabía que en algún momento tú ibas a dejar esa vida que tanto te torturaba, y sería entonces que llegarías a mí. Pero tuve que esperar mucho tiempo y ser muy paciente para esperar el día en que llegaras. Hace tres días me estaba marchando de Philadelphia cuando me llegó una visión de que llegarías hoy a esta ciudad, y decidí quedarme porque ya no podía esperar a verte… a decir verdad me he enamorado de ti, y te quiero y quiero que estés conmigo, no podía esperar a conocerte. Eres mi futuro y nosotros seremos muy felices juntos, si tú te das la oportunidad— Alice calló esperando a que el sureño procesara toda la información.

—Eso será difícil, Alice— dijo el claramente triste —. No creo que me conozcas como dices, yo no soy capaz de sentir nada así, soy un monstruo despiadado, creo que de eso no te has dado cuenta. Soy un asesino, un ser sin alma y sin la capacidad de amar— dijo con amargura.

— ¿Y esa idea es puramente tuya, o es algo que te ha metido María en la cabeza? — preguntó con inocencia.

La mención del nombre de María, le causó al rubio una sensación de miedo e incomodidad, que se sintió fuerte en el ambiente.

—Las cosas son así— dijo él —así es el mundo de los vampiros, todos son despiadados y uno debe ser así si quiere sobrevivir…"

— ¿Yo te parezco despiadada? — preguntó ella destruyendo su argumento.

—No— dijo él en un susurro.

—Yo soy una vampiresa, soy parte de este mundo. Y sin embargo no soy así. Y tú tampoco eres así. Si realmente fueras despiadado no te embargaría esa depresión cada vez que te alimentas de un humano."

— Eso es por mi poder— dijo él —. Siento lo que él siente. Así que me…— no supo que mas decir.

—Si hay una alternativa, Jazz…— dijo ella dulcemente —. Me di cuenta que te llamaron la atención mi ojos. Por el color, que no es propio de un vampiro—

— No, no es propio, y es una de las primeras cosas que me pregunté—

—Existe una familia de vampiros en algún lugar de este continente, que viven de una manera bastante diferente a los demás de nuestra especie. No son nómadas. Se pasan en un mismo lugar varios años. Los más jóvenes hacen el papel de hijos adoptivos e incluso van al instituto— Jasper enarcó las cejas incrédulo ante lo que esta chica tan hermosa y especial le decía —. Ellos se alimentan de… sangre… de animales, únicamente. Yo los vi hace unos meses, y vi que nos uniríamos a esa familia y comenzaríamos una nueva vida, una vida diferente. Fue entonces cuando cambie mi dieta de la sangre humana a la dieta 'vegetariana' de ellos. Es un poco difícil de sobrellevar, pero si lo quieres, lo intentarás conmigo. Y buscaremos a los Cullen, nos uniremos a su familia y tendremos hermanos y padres. Porque ellos son muy unidos, Carlisle realmente actúa como su padre y Esme es tan amorosa como una verdadera madre. Solo porque no tienen lazos de sangre no son familia de verdad, porque se quieren y se cuidan como una verdadera familia.

—Alice, yo no sé si pueda…

— Inténtalo, por favor y si no resulta, lo dejaremos. Nos iremos lejos. Solos tú y yo. Como Petter y Charlotte

Por Dios, cuanto sabía esa muñequita de porcelana sobre él. Al parecer todo. De seguro sabia el nombre de cada neófito que mató en los últimos 30 años.

Ella le tendió su mano de nuevo y el la tomó de nuevo sin pensar. Pero quedó prendido de ella, ligado para TODA LA VIDA.


Hola a todos

Este es mi primer fic de ALICE&JASPER

Espero que les guste.

Subire mas fics pronto, y probablemente comience un long-fic, todo depende

Babai XD