Declaración: Rurouni Kenshin y todos sus personajes pertenecen A Nobuhiro Watsuki sensei (y él se pertenece a sí mismo) y a los tipos que compraron los derechos y destrozaron la historia en el Seisohen (a quienes jamás perdonaré por el final. La historia estaba buena, pero...) Los personajes que aquí aparecen son de invención de Blanca Pérez pero se basan en la historia y no sé a quien pertenecen... supongo que esos si me pertenecen, pero sea como sea, hago esto sólo por diversión y sin fines de lucro...(Dios, que largo)

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Actuación sin Libreto: Rurouni Kenshin

Capítulo 1

Luz-Cámara-Acción

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El hombre pelirrojo manejaba con habilidad la nueva espada que le habían dado para practicar. Estaba emocionado, pues pronto iniciarían las grabaciones de la nueva serie de espadachines de la cual él sería ¡protagonista!. Hasta ahora iba bien con las clases de actuación, y mientras manejaba la espada real con el filo invertido, dejó su mente vagar por el cúmulo de recuerdos de las últimas semanas.

Él tenía treinta años, y trabajaba dando clases de coreografía y Kendo a los actores de las series de samuráis y espadachines para sus escenas de combates, en una productora de series de televisión que le había contratado para tal efecto. A él desde pequeño le gustó el deporte, por lo que practicaba el kendo. Ya en la universidad era destacado en su equipo, mientras estudiaba para ser profesor de educación física.

De estatura más bien baja y el cabello rojizo, algo raro en un japonés, no era muy popular entre las mujeres debido a su apariencia algo afeminada, ya que además era delgado. Estas características él las odiaba mucho en sí; hubiera deseado un cuerpo al menos más alto como el de sus compañeros de estudios. Medir un metro sesenta no le hacía feliz y aunque bromeaba mucho al respecto con sus amigos, era ese su mayor complejo. Aunque ignoraba que su personalidad resultaba atrayente para quienes le rodeaban.

Por eso, cuando la productora para la que trabajaba decidió hacer una nueva serie de espadachines basada en un manga que se estaba haciendo muy popular, no prestó mayor atención, era un trabajo más con nuevos actores que entrenar... eso hasta que entraron el productor de la serie y el director a su gimnasio-dojo ubicado en las instalaciones de la empresa y le pidieron un momento para hablar con él.

Se habían hecho con los derechos para adaptar a serie televisiva una historieta que estaba causando sensación y cuyo personaje principal se llamaba Kenshin Himura. Según el creador del manga, este Kenshin era bajito y pelirrojo.

Ken no podía creer lo que estaba escuchando¿una historia con un protagonista así?. Usualmente él entrenaba a hombres fornidos, morenos y... altos. Por lo general los bajitos eran los acompañantes tontos y graciosos. El director, Kuro Kaneda, que era como un padre para Ken, le comentó que en cuanto le habían pasado la obra, supo que el papel principal era para él, y que para ello debía tomar clases de actuación, pues sabía que además era un hombre muy trabajador y confiable y por ello depositaría toda su confianza en él luego que en los castings él no encontrara a nadie que dé con el personaje.

Luego el productor mencionó una cifra en dinero que iba a ser su sueldo y a Ken se le pusieron los ojos de platitos.

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Para conocer más el perfil del personaje y ayudarlo, el director Kaneda le pasó los tomos que habían publicados del manga hasta ese momento de Rurouni Kenshin, y Ken, que no acostumbraba a leer ese tipo de cosas, no pudo dejar de conmoverse ante la historia del espadachín vagabundo penitente y proseguir la lectura durante toda la noche. De pronto la sorpresa inicial de tener un protagónico sólo por su natural parecido físico con el personaje y su buena disposición para el trabajo sin saber nada de actuación, daba paso a una sensación de agrado y satisfacción. Le gustaba mucho Kenshin y en cierta forma le recordaba a él mismo y sus propias culpas por tanto tiempo cargadas. El carisma de Kenshin Himura era muy especial y ahora entendía el que la serie fuera tan popular entre los jóvenes e incluso las chicas.

Al día siguiente, al pasar por una tienda de historietas, Ken compró el nuevo número que había salido de Rurouni Kenshin y por la tarde, al regresar a casa pudo devorar la lectura.

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Ken Nihimura daba un salto para atacar a un contrincante imaginario en el aire, tratando de hacer reales los movimientos que el autor del manga sugería en sus dibujos. En ese momento entró el director de la serie, y maravillado con el movimiento de Ken, le hizo un ademán para que se acercara.

-Ken, te necesito en la sección de vestuario, para hacer las pruebas de vestuario y maquillaje y luego sacarte las fotos con las que promocionaremos la serie.-

A Ken le entusiasmaba la idea de ver a sus nuevos amigos. Se había hecho amigo de Akira, el joven que interpretaría a Sanosuke Sagara, en los ensayos y lectura de libreto. Akira era reconocido como un buen boxeador hasta que se le desprendió la retina y hubo de retirarse, pero como poseía un carisma único y desenfadado pudo abrirse paso en la actuación y a juzgar por el número de fans que le seguía y de tan diversas edades y estrato social, se podría decir que su trabajo no solo era reconocido, también aceptado y admirado. Akira se encontraba en el recinto, colocándose vendas en los pies y en las muñecas.

Junto a él, un niño, Koji Kawai, quien interpretaría a Yahiko, ya estaba caracterizado como tal, aunque le estaban retocando el peinado. Koji tenía 11 años y era algo tímido, pero se llevaba bien con Ken, quien le daría lecciones de kendo para que completara el personaje. El doctor Gensai sería interpretado por un veterano actor, muy respetable y bueno para beber sake. La joven que encarnaría a Megumi, la señorita Misato se retocaba el maquillaje del rostro. Era una actriz reconocida y muy profesional que había aconsejado a Ken sobre como quitarse los nervios en los ensayos. Esto a propósito de que Ken llevaba como un mes en las clases de actuación y se sentía en desventaja con respecto a sus nuevos compañeros de trabajo.

A Ken le quedaba la duda de quien interpretaría a Kaoru Kamiya, esto le llenaba de incertidumbre y se preguntaba si se llevaría bien con su co-protagonista. Sabía que Kaoru debía tener unos 17 años en la historia y se preguntaba como sería la actriz que le daría vida en el escenario. Hasta ahora, mientras se colocaba el hakama blanco, Ken pensaba que las caracterizaciones estaban resultando todo un éxito, en parte por lo profesional del equipo encargado y por el fanatismo del director con respecto a la serie, que quería que todo luciera real, pero tal como aparecía descrito y dibujado por Nobuhiro Watsuki, sin verse sobrecargado. A Ken no le agradaban las caracterizaciones que abusaban de la laca y el maquillaje y afortunadamente para él, parece que el director pensaba de similar manera, por lo que dejó a los personajes casi al natural, con excepción de Sano que terminó con algo de gel en el cabello. Kaneda quería que la gente, al ver la serie, creyera que esos personajes lucían así, por lo tanto el maquillaje era bastante natural, aunque tratando de sacar el máximo partido a los rostros de los actores.

Ken usaba el cabello liso hasta los hombros, por lo que durante una hora y media le colocaron extensiones dejándolo largo, y los peluqueros le desflecaron la parte delantera para formarle un flequillo que caía en desorden sobre su rostro, sin ocultarlo del todo. Luego le recogieron el pelo en una coleta a la altura de la nuca con una cinta violeta. Cuando Ken se colocó el calzado, y se giró para contemplarse en el espejo, se sobrecogió al verse como una... ¡mujer! Con ojos desesperados miró al director que sonrió mientras decía "¡perfecto!".

Luego llegó el genio de las caracterizaciones del equipo y le pegó en la mejilla izquierda a Ken su nueva obra de arte: una cicatriz en forma de cruz... de silicona.

El cambio fue completo y todos aplaudieron a Ken, quien con un ademán seguro les demostraba como Kenshin Himura guardaba su espada en la funda.

En ese momento, sin que nadie se diera cuenta, entró una joven en el staff que se quedó contemplando al joven que vestía de blanco y rojo con profunda admiración. Acababa de ser seleccionada en un casting al que llegó acompañando a una amiga y de inmediato la enviaron a vestuario. La joven observaba tímidamente al pelirrojo, notando como la luz de sol hacía brillar su cabello. En un momento alguien pidió observar algún movimiento de Kenshin y Ken comento que recién pudo sacar una técnica llamada Pluma del Dragón esa mañana. Cerró los ojos, tomó aire y saltando sobre un maniquí lanzó el potente ataque. Todos quedaron asombrados y el director solo lloraba de la emoción. Mientras recibía las felicitaciones de todos, los ojos violeta (que eran reales) se toparon con unos hermosos y brillantes ojos azules que le miraban con curiosidad y fascinación. Se quedaron mirando por unos momentos en aquella otoñal tarde de inicios de Noviembre.

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Fin del capítulo primero.

¡Hola..., me presento. Soy Blankaoru y este es mi segundo Fic de Rurouni

Kenshin. Espero que me apoyen o me digan que tal les pareció, por fis,

déjenme algún review, ya? Prometo actualizar rápidamente y no hacer una

historia demasiado larga (eso espero) y contestar todos los reviews al final

de cada capítulo. Como dato les diré que se me ocurrió este fic después de

leer "Luz, cámara y acción" de Yersi Fanel y reírme hasta que se me cayeron

las lágrimas. Tengo 22 años (cielos, mi

mentalidad, según mi hermana, no lo demuestra)

Domingo 26, 2005

Mucho agua ha pasado bajo los puentes desde que publiqué por primera vez esta obra. Dejé un resumen de mis impresiones como novata autora de aquellos días en memoria de las muchas ilusiones que tenía entonces.

Hoy puedo decir que soy el reflejo del sueño de aquella Blankaoru que nació tímidamente como "Kamiya-Pérez" en alguna página de fan fics(suena horrible, lo sé). Mis sueños se caracterizan por ser pequeños y yo solo deseaba que en este lugar alguien me reconociera y supiera que yo existía y que tenía muchas cosas que contarles. Quería que hubiera alguien que esperara mis historias y que de vez en cuando me dijera algo. Pero tengo algo claro. Si soy esa Blankaoru ha sido gracias a su apoyo y a la constancia de quienes me han acompañado en este camino.

No les aburro más. Simplemente inicio esta versión mejorada de Actuación sin Libreto, cumpliéndome la promesa de releerla, notar mis errores y tratar de corregirlos, iniciando mi ritual de tratar de hacer feliz mi vida a dos semanas de mi aniversario.

Un beso.