Notas: Si les resulta extraño, es porque solo fue una historia que vino de repente. Todos los derechos de los personajes de Haikyuu! van para Furudate Haruichi. Este primer capítulo es un POV de Hinata, los siguientes serán narraciones, creo.
Pensamientos
-"Diálogos"-
Narración, o POV del personaje.
Capítulo 1: Cambios
-"¡GYAAA!" – un grito lleno de desesperación y de terror inundó la habitación. – "¡¿ACASO ESTÁS DEMENTE?!" – el volumen de voz aumentaba, al igual que la ansiedad producida en aquel chico.
-"Oh vamos~, no es tan malo como parece" – otra voz resuena en la habitación con un tono más calmado y algo juguetón.
-FLASHBACK-
-"¡Onii-chan mira allí esta Haruka-chan!" – la pequeña hermana del número de 10 de Karasuno, apunta con su dedo a su amiga de escuela. – "¡Vamos, vamos quiero saludarla!" – jala el brazo de su hermano mientras corre hacia la niña, quien estaba observando algunos accesorios 'moes' del aparador de una tienda; a su lado yacía una chica, un poco más alta que aquel pequeño cuervo.
-"¡Haruka-chan!" – grita la pequeña niña captando la atención de su amiga. – "¡Natsu-chan!" – la niña corre a su encuentro olvidando a su acompañante. En cuanto se acerca, las dos niñas empiezan una conversación animada que deja del lado al aturdido hermano mayor.
-"Hehe~ al parecer nos han dejado olvidados" – la chica acompañante de la niña le dice al pelinaranja, al acercarse.
-"Ah… sí supongo" – contesta el chico con una sonrisa. – "Por cierto, soy Kei, soy la hermana mayor de Haruka-chan" – se presenta haciendo una leve reverencia con su cabeza.
-"Oh! Yo soy Hinata Shouyo, el hermano mayor de Natsu" – corresponde el saludo. – "Bueno, Shouyo-kun" – la chica dice el nombre de aquel con toda confianza, lo que le provoca sorpresa. – "Dime, ¿en qué escuela vas?" – la chica planea proseguir con la plática.
-"E-en Karasuno" – el chico está un poco avergonzado por ser llamado por su nombre. – "Heh~ entonces supongo que juegas voleibol" – una sonrisa traviesa se posa en los labios de la joven.
-"¿Eh? S-sí, ¿cómo lo supiste?" – pregunta el chico con una mirada confundida. – "La escuela es conocida por su 'famoso' club de voleibol, entonces pensé que los chicos que entraban ahí era por el voleibol" – la chica era bastante relajada.
-"Oh!... ¿y tú?, ¿en qué escuela vas?" – ahora el ánimo del joven sube un poco. – "¿Yo? Ya no asisto a la escuela, esos días terminaron para mí" – esboza con confianza y orgullo una gran sonrisa.
-"¿Eh? ¿Por qué no?" – su confusión aumenta más al escuchar tal respuesta.
-"Aunque quisiera ya no puedo entrar, jaja~" – pausa por su ligera risa, al darse cuenta de la expresión del otro – "Tengo 19 años, soy una graduada del instituto jeje~" – continua sonriendo.
-"¿E-enserio? Te ves más chica de edad" – afirma el chico con sorpresa. – "Jaja~ gracias, me halagas~" – complementa la joven. La conversación se ve interrumpida cuando se dan cuenta que sus pequeñas hermanas ya han concluido la suya. – "Bueno, hasta otra~" – se despide la chica. El pequeño cuervo había encontrado una peculiar amiga, y una futura fuente de problemas.
-TÉRMINO DE FLASHBACK-
(POV Hinata)
Cómo es que terminé en esta situación. Repasabas en tu mente todas las posibilidades que se te ocurrían, desde aquella serie clásica de anime hasta la película más reciente que llegaste a ver tratando el tema, porque claro, no podías buscar respuestas en la vida real, se supone que eso debería ser algo imposible. Aquella 'extraña' chica que habías conocido y que pensaste era tu amiga, es la causa del embrollo en que estas metido.
-"Oh~ vamos Shou-chan, no es tan malo como piensas" – la chica, que se llama Kei, te sonríe traviesamente, tratando de ocultar su nerviosismo. – "De hecho puede que hasta te beneficie, de cualquier manera regresaremos a la normalidad en unos cuantos días… o semanas, tal vez" – ella está demasiado relajada, claro, es la causante así que es obvio, razonas.
-"¡NO! ¡Yo quiero regresar a la normalidad ahora!" – ordenas tajantemente a tu 'amiga' frente a ti. Tus ojos empezaban a humedecerse, estabas al borde de las lágrimas, era desesperante para ti, el verte en esa condición, y más viendo que al parecer a tu 'amiga' no parecía importarle.
La chica se percata de tu semblante, se borra aquella expresión burlona de su rostro y se acerca lentamente tomándote entre sus brazos. – "Lo siento, Shouyo pensé que sería buena idea, supongo que el regalo no fue tan bueno después de todo" – trataba de reconfortarte, ¡No! ¡Ese regalo definitivamente no tenía nada de bueno! – "P-pensé que te agradaría la idea de hacer el cambio, no pensé que fueras a reaccionar así, perdón" – su tono de voz era ahora más serio, algo triste.
-"Debiste preguntar antes" – le murmuras entre pucheros, ahora correspondiendo el abrazo. – "Bueno…" – suspiras – "¿Cuánto tiempo va a durar el efecto?" – apreciabas las intenciones de tu amiga pero, querías salir de ese estado embarazoso. Se rompe el abrazo, y la chica pone una expresión de culpabilidad.
-"C-cómo te dije hace un momento… puede durar algunos días o… semanas" – Kei ahora está muy apenada.
-"¿No hay alguna manera de volver a la normalidad sin esperar tanto?" – preguntas.
-"N-no lo sé… Nunca había intentado algo así" – te rascas la cabeza con preocupación. Esta chica… suspiras.
Habías conocido a una chica muy extraña, empezaste a notarlo cuando su amistad brotó. Las cosas que deseabas casualmente siempre las conseguías, incluso aquellas que no suceden por pura casualidad. Claro, no podías negar que eras algo despistado pero aquello era muy obvio. Así que sin más, decidiste preguntarle en una conversación casual si tenía algo que ver con las cosas que te pasaban, fuiste muy directo, Kei solo dio un brinco ante tal sugestión y no tuvo más que admitir, que desde pequeña había sido un poco 'diferente' a los demás, y no se refería a su fuerza, agilidad y resistencia, que conociéndola, podía asemejar o superar las de un chico; ella se refería a una extraña habilidad heredada por su abuela, podía hacer realidad todo aquello que se proponía, algo así como genio que concedía deseos pero solo eran los propios. Qué injusto… pensaste.
Ella te explicó que no conocía del todo su 'poder' y que a veces no lograba controlarlo, algunos deseos simplemente eran pensamientos que se le cruzaban por la mente en ese momento y al siguiente ya estaban cumplidos. Cuando te lo dijo no le prestaste mucha importancia, todo lo que ella había deseado recientemente era para beneficio tuyo, pero esto era muy diferente.
-"Entonces… ¿puedes explicar cómo nos paso esto?" – sigues rascándote la cabeza, ahora por desesperación.
-"Bueno… simplemente me dio curiosidad el saber que se sentiría estar de nuevo en el instituto, en un club de voleibol… y después pensé como sería si hubiera pasado mis días de instituto siendo un chico… pero, no pensé que en verdad pasaría..." – tú tampoco entendías, porque la chica deseaba tener el género contrario, tú estabas feliz siendo tú. – "Decidí ignorar esos pensamientos, y pasaron los días, nunca pensé que sería posible hacer ese cambio… entonces, traje a Haruka a tu casa para su cita de juegos con Natsu, y… bueno, cuando me entregaste el té y nuestras manos se tocaron... terminamos así..." – la chica se había encogido lo más que podía entre sus hombros – "Y para esconder mi sorpresa, dije que había sido un regalo planeado…" – jugaba con sus dedos, mientras explicaba.
-"Hmm… y tú abuela no sabrá la manera de arreglarlo" – respondiste con un tono de calma forzado, no encontrabas la salida a aquel laberinto en el que te encontrabas. – "Sí ella puede saber algo, pero…" – Kei pauso un momento, sabía que debía continuar pero se quedó callada.
-"Pero…" – dijiste para indicarle que continuara.
-"Tengo que viajar hasta Nagasaki, para preguntarle" – ahora sí tu mundo se te venía encima.
-"¿Y no puedes simplemente llamarla?" – empezabas a dejar relucir un tono molesto en tu voz.
-"No tiene teléfono de casa, ni celular" – ¡AHH!, gritaste internamente; no puede ser cierto, vivimos en el siglo de la tecnología, el país más avanzado en ese campo es Japón y no tiene ni siquiera teléfono de casa. En ese momento querías ser golpeado, o que te desmayaras para quedar inconsciente, despertar y fingir que todo había sido una terrible pesadilla.
-"Voy a partir inmediatamente, así que no te preocupes Shouyo, arreglaré esto" – recupero la postura, y se dispuso a irse de inmediato a su casa a preparar equipaje. Se despidió rápidamente, dejando a Haruka para que pasara la noche allí, Natsu estaba de lo más emocionada al saberlo y Haruka no se quedo atrás. Tú por tú parte, preparabas una explicación convincente para tus padres, acerca de tu nueva apariencia.
Te dirigiste al espejo de tu recámara, para observarte una vez más. No habías cambiado del todo, seguías pareciendo Hinata Shouyo, tu pelo corto, naranja y alborotado era el mismo, tus expresivos ojos chocolate eran los mismos, ignorando el sexo, eras el mismo Hinata Shouyo de siempre. Un momento… algo interesante había captado tu atención. Te paraste de espaldas en el marco de la puerta de tu habitación, con un marcador en tu mano. Habías marcado una regla métrica en el marco, para checarte cada mañana y posiblemente encontrar algún progreso en tu altura, sin resultados lamentablemente, hasta ahora. ¡1.68! ¡MIDO 1.68! Por un momento olvidaste tu físico actual, y te llenaste de una felicidad enorme al ver tu altura crecida por ¡Seis centímetros!, empezaste a saltar de emoción en tu recámara.
Pero… soy una chica ahora, tu mente no te dejo terminar de disfrutar aquel descubrimiento, era cierto, tu cruda realidad era que eras una chica y lo que posiblemente te molestaba más era que si no fuera por el cambio de género con Kei, muy seguramente habrías permanecido siendo un chico de 1.62, casi 1.63.
De alguna manera agradecías que aquel cambio fuera con ella, era una chica algo alta; adquiriste su género y su altura, claro, injustamente ella no adquirió tu altura si no que al cambiar a chico su altura incremento, eso era injusto y extraño. Tus pensamientos se vieron interrumpidos, por otro problema con el que lidiarías dos días después.
¡AHHH! ¡¿Ahora como les explicare esto a los chicos?! En dos días más sería lunes, comienzo de un día más de escuela y de prácticas de voleibol, pero para ti sería el comienzo de una nueva vida como estudiante femenina de Karasuno. Ahora sí, estabas totalmente perdido. No te contuviste y dejaste salir aquella presión, aquella desesperación que guardabas, lloraste lo más fuerte que pudiste, llamando la atención de las dos pequeñas en la habitación contigua y la de tu madre, que estaba en la cocina.
Tú vida había cambiado radicalmente.
Espero que les haya gustado, gracias por leer o(^u^)o
