Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.
Tenía meses con esto en mis archivos porque no conseguía convencerme. Al fin conseguí escribirlo como quería.
KatsuDeku unilateral. Universo Alterno. Utopía.
Encubrir
En la sociedad actual no puede darse el lujo de hacer lo que quiere, no tanto por el castigo que pueda sufrir debido a ello sino por lo que puedan decir de él. Al final es como cualquiera y la idea de enfrentarse a las miradas prejuiciosas de la gente simplemente le molesta.
—¿Cómo piensas que será el futuro? —le pregunta, sus orbes esmeraldas fijos en los escarlatas suyos.
Normalmente no hablan de esa clase de cosas, bueno, en realidad casi no conversan. No han tenido necesidad de hacerlo porque se conocen bastante bien, aunque odie ese hecho. Es una relación muy silenciosa y a pesar de que tiende a ser un imbécil para con él, Izuku lo entiende. Siempre lo ha entendido.
—No lo sé —no quiere pensarlo —, ¿qué importa?
No puede ser muy diferente al del resto. Se graduarán de la preparatoria, estudiarán una carrera, concluirán sus estudios con éxito; conseguirán un trabajo de oficina; se casarán con una mujer perfectamente compatible; tendrán hijos y vivirán una monótona vida hasta que finalmente mueran. Justo como lo dicta la sociedad, tal y como el sistema lo determina.
—¿No te da curiosidad? —le está presionando, sabe que el chico pretende que sea sincero.
—¿Por qué habría de sentir curiosidad?, no será distinto al del resto.
Hace un gesto melancólico y deja de mirarle para voltear al frente, están en la azotea de la escuela y desde ahí pueden ver el resto de la ciudad.
—Es lo que el sistema quiere... —suelta con notorio enfado, no lo que uno desea, termina en su mente.
Izuku se inclina hacia enfrente, ah, mierda, quizá ha sido demasiado sincero. Las cosas no son iguales para él.
Siente una punzada en el pecho y sin que el otro se de cuenta lleva una de sus manos sobre su corazón y aprieta con fuerza su camisa.
Se limita a observar la ciudad enfrente de ellos. Izuku tiene una visión distinta a la suya, mientras que él aborrece la uniformidad de la sociedad, el pecoso piensa que es algo bueno, espera ansioso el día en que su compromiso sea decidido para entonces vivir bajo las normas del sistema que hasta ahora nunca se han aplicado en él. Se siente excluido porque en el sistema él es un error, el régimen no ha decidido a qué escuela debió entrar, tampoco decidirá qué carrera es la adecuada para él, por lo tanto el compromiso es su última esperanza.
Odia pensar en ello pero se obliga a hacerlo, porque sólo así entierra un poco más los sentimientos que tiene hacia él.
—¿Por qué te preocupas ahora? —intenta animarle —, pasará lo que tenga que pasar —aún cuando es malo para ello.
Sin embargo consigue hacerlo sonreír y le es imposible no mirarlo.
Observa su rostro, sus labios ligeramente gruesos y levemente pintados de granate, su nariz respingada, las pecas en sus mejillas, sus pestañas largas y su iris de jade. ¿Cuántas veces le ha observado ya?, demasiadas como para molestarse en seguir contándolas, demasiadas para su propio bien. Detesta admitirlo pero al menos es algo que sólo él sabe.
Por su bien no puede permitir que nadie lo sepa, porque en el fondo le preocupa más lo que pueda suceder con el de pecas que consigo mismo.
Eventualmente dejarán de verse, así que se esfuerza por ignorar, por fingir que su sentir hacia Izuku no existe pues al mirarle tiene ganas de besarle y es una tortura porque no puede besar a su mejor amigo.
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