Disclaimer: Todos los personajes y ambientaciones del Potterverso pertenecen a J.K. Rowling, yo solo juego con los personajes.
Esta historia participa en el Reto #21: "Conmemorando los 300,000 del foro "Hogwarts a través de los años".
«O tal vez en Slytherin,
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.»
La canción de bienvenida que daba el sombrero seleccionador seguía dando vueltas en la cabeza de Albus Potter.
Un peso se había instalado en su estómago, llevando un sabor amargo a su boca, se removía inquieto en su asiento, sin saber muy bien cómo actuar. Observó a sus compañeros sin saber si hablarles era o no una buena decisión; al parecer, el sentimiento era mutuo. Se sentía un poco perdido.
Su mirada se desvió hacia la mesa al otro lado del Gran Comedor, buscando esos ojos familiares que le habían brindado seguridad durante tantos años. James le devolvió la mirada con seguridad, diciéndole en pocos segundos que todo estaría bien. Una sonrisa afloró en su rostro.
Sorteado en Slytherin, el sombrero lo había mandado a Slytherin. Aún no lo podía digerir. Recordó la conversación que había tenido con su padre antes de abordar el expreso, recordó con un poco más de esperanza por los años venideros que Slytherin no era un mal lugar y que llevaba el nombre de una persona muy valiente perteneciente a la casa de las serpientes.
No pensaba tener las cualidades que en Slytherin se profesaba, sin embargo, el sombrero le había dicho que esa era su casa ideal, donde haría grandes cosas.
Decidido a aprovechar al máximo su estancia en Hogwarts, volvió al presente a todo el barullo de la primera noche en el castillo, los aplausos le ensordecían, los vítores no se hacían esperar cuando un nuevo alumno era sorteado; ya solo quedaban cuatro.
Miró al chico sentado a su lado, rubio, pálido y con un rostro muy cuadrado.
―Hola, soy Albus Potter.
―Scorpius Malfoy, un gusto.
Compartiendo una sonrisa, ambos chicos estrecharon sus manos.
