Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto.

Advertencia: BL.


Track 1: Sincericidio — Leiva.

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Te quiero reventar la boca, te quiero aunque no vuelvas hoy,

te quiero como tantas cosas que no tienen solución.

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Apretó con un poco más de fuerza, el moretón se extendía sobre su piel en telarañas de colores azulados y rojizos, y pronto menguaría al amarillo para después desaparecer como el humo en la neblina del amanecer. El quejido se ahogó entre su boca y la almohada, no le gustaba parecer débil y menos cuando Hashirama estaba encima de él, ya fuera para curarlo o para darle una paliza, de aquellas que le provocaban tanto dolor como excitación. Ojalá sus manos no dejaran de recorrerlo, tocarlo, arañarlo, morderlo, besarlo. A Madara le gustaba, y recibiría un golpe como de la misma forma que recibiría una caricia, y la regresaría con la misma fuerza, acaso con más.

Hashirama sonrió mientras pasaba el algodón lleno de alcohol sobre la espalda de Madara. Los omóplatos rasguñados y el solitario lunar cerca de su ala derecha le daban color a su dorso de leche.

—¿Me he pasado?

—No soy un debilucho —gruñó.

El castaño lo miró antes de aplicar la pomada, y escuchó con deleite el gemido de satisfacción de Madara al recibir alivio en el área afectada. La gente no lo entendía, el por qué peleaban con tanta ferocidad para después refugiarse en una casa de campaña para sanarse las heridas y hablar de todo y de nada, para pasarse las manos por el cuerpo y emborracharse de la piel del otro. Si creían que era adicto al sake y a las apuestas, era porque no sabían lo mucho que anhelaba volver a pelear con él —y volver a curarlo, escucharlo ronronear por el dolor placentero que se producía al tocar sus heridas—.

—Igual te dejé cansado.

—Podría seguir toda la noche, Hashirama.

Hashirama apoyó la barbilla en su rodilla levantada, y con un dedo recorrió la espalda baja de Madara y la suave curvatura de su piel. El otro se erizó, pero no lo alejó. Movió la cabeza para verlo de reojo, sus pupilas, ya en estado carmín, lo observaron a través de la cortina de su cabello. Hashirama también tenía heridas, su pecho descubierto poseía rasguños y moretones que el moreno no había curado y que parecían no tenerlo preocupado. Madara se incorporó y lo tiró a un lado, tomó algodón y lo empapó en alcohol para estamparlo en la piel de Hashirama. Recorrió la piel herida, hipnotizado por la firmeza y la belleza, la que añoraba cada que lo veía desnudarse.

—¿Qué haces? —preguntó Hashirama, deteniendo su mano con suavidad.

—Te curo.

—No sabes.

—Sé algo, Senju, no soy un inútil como los demás de tu clan.

Hashirama se rió, recibiendo una mirada de advertencia de Madara, cargada de reproche y arrogancia, lo que le causó más gracia al otro. El agarre sobre su mano se hizo más fuerte hasta que le dio un tirón para acercarlo más. A un palmo de su rostro, Madara respiró profundo antes de darse cuenta de que Hashirama lo iba a besar —mierda, mierda, mierda, mierda—.

—¿De verdad quieres curarme, Madara?

—No, te quiero romper la boca.

—Hazlo —dijo Hashirama atrayéndolo de nuevo con más fuerza, llevando su mano a su nuca para acercarlo a su rostro.

Madara suspiró y cerró los ojos como un chico enamorado, y sí que le rompió la boca, en pedazos, suavemente, hasta que se hartó.

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Esto es un soundtrack que hice de mi otp, el HashiMada. No hay orden, no hay límites de palabras, habrá Hashimada bl, así como HashiMadaFem, HashiFemMada, HashifemMadafem, AUs, canon, etc, etc, porque yo amo a mi otp de todas las formas y de todos los colores. Ah, y tampoco diré que voy a actualizar porque seguro lo haré dentro de cinco años.