Nota de autor: hola a todos, ¿como les va? Bien, este pequeña viñeta va dedicado para uno de mis personajes favoritos de este anime: Kamishiro Ryoga, también conocido como: Shark o Nash, espero que les guste.
Decleimer: Yu-Gi-Oh! Zaxal no me pertenece, sola la histori. escrita aquí.
Aviso: disculpen que el texto este pegado, dado a estar subiéndolo en una tablet, se es difícil poder ponerlo bien.
Rendirse aun no.
Acaso podía sentir mas dolor del que ya había sufrido, al ver morir a
los seres que el mas estimaba y amaba, aquellos que le tendieron la
mano, que lo ayudaron sin pedir algo a cambio; un sufrimiento que le
inquietaba el corazón, sintiendo que se lo estrujaban con todas las
fuerzas, su pecho con un fuerte dolor como si tuviese una gran caja
de metal sobre el, asfixiandólo lentamente, su mente torturandolo
poco a poco con escenas de las muertes de sus seres mas queridos.
¿Y ahora? ¿Que seguía? No tenia respuesta, no sabia que hacer,
como si fuese un pequeño niño sin su madre perdido en un lugar; su
cuerpo temblaba, no salía palabra alguna de su boca y su respiración
siendo cada vez mas lente, casi faltandole el aire.
Como podría vivir así, con la conciencia atormentandolo a cada
segundo que pasa, cada minuto que avanzaba, cada hora que se
volvía una eternidad.
Como si la vida le jugara una broma, un juego en el cual no se reía,
no había sonrisas o alegría, solo sufrímiento, dolor, melancolía; un
silencio sepulcral con el que sus fuertes pero leves latidos llegaban a
sus oídos, pero nada mas.
El dolor era mas fuerte en su interior que exterior, queriendo
arrancarlo con sus propias manos, quitarse la piel y despojar todo
dolor de el, cada centímetro de sufrimiento; una gota cayo al suelo
llamando su atención, como si la hubiera escuchado caer, tan rojo
como el rubí, como una rosa, un color excitante pero a la vez un
infierno.
Otra gota cayo a donde la misma, causando una leve ola, ¿de donde
salíron? Su interrogante fue contestada al sentir que algo frío
resbalaba por su nariz, indice y corazón de su mano derecha tocaron
su rostro exactamente en el lugar; eran sus lágrimas, frías como su
corazón, tan rojas como su ira y resonantes como su furia, estaba
llorando, eran sus duros sentimientos.
Oh como deseaba poder acabar con esa tortura, con esa maldición
que lo consumía lentamente, como un postre siendo saboreado,
disfrutado a su tiempo, despacio, sintiendo cada sabor y textura; el
era un postre uníco, apetitoso y deseable, un alimento sin igual, con
ingredientes especiales, con un sabor irrepetible.
Su garganta seca, sus respiraciónes cada vez mas lentas, ¿así se
sentía la muerte? Se preguntaba cayendo sobre sus rodillas, ¿así
termina y empieza? La presión en su pecho crecía mas, cada vez mas
dolorosa, apuñalante, una verdadera agonía; su respiración ya era
nula, no podía enviar aire a sus pulmones, asfixiandolo, su boca seca
cual desierto.
Cayo por completo al suelo, frío y duro piso sobre sus lágrimas; una
tortura lenta, un acorralamiento sin salida, ¿en verdad acabaría así?
Solo como pedía y estaba en vida; su mirada fija a un punto
cualquiera en ese solitario lugar, su sepulcro, su vista se iba
perdiendo, haciéndose mas borrosa a cada segundo, ahí terminaba
su linea, su tiempo.
—Levantate —escucho débilmente, ¿su imaginación aun le jugaba
bromas.
—Ryoga, tu puedes, levantate —esta vez era una voz suave.
—R-Rio... —dijo con dificultad, alzando un poco la cabeza y entre abrir
sus ojos.
—Vamos amigo, no te rindas —animo la tercera voz masculina.
Su vista borrosa divisó tres figuras, frente de el a distancia ¿Ya
estaba muerto?
—Hermano, confió en ti —su hermana, Rio, se puso inlcinada frente a
el, removiendo un mechon de cabello del rostro de su mayor —no te
rindas ahora —.
—Nash, debes seguir hasta el fin, no te dejes caer —Durbe en su forma
humana, a lado de Rio, extendía su mano para ayudarlo a levantarse.
Con las pocas fuerzas que aun guardaba, se alzó recargando su peso
en sus manos y rodillas, para después tomar la mano de Durbe y
ponerse en pie, tambaleandose un poco; sus piernas debilitadas a
duras penas soportaban su peso.
—¡Oye! —escucho un grito tras de el, una voz que lo hizo caer en ira,
pero después ser un amigo mas, sonriendolé —vas a huir como los
cobardes —.
¿Cobarde? Solo había una persona que le dijo así —Fō —susurro
gruñendo.
Escucho su estrepitosa risa, para luego recibir una carta lanzada
hacia el por IV.
—No te atrevas a perder —amenazó Thomas sonriendo burlonamente —te espero en el infierno —.
Dicho esto, las tres figuras se desvanecieron en el aire, para luego
penetrar su cuerpo, dándole fuerzas, energía, un motivo para seguir.
—Aun no... —se dijo a si mismo empuñando, escuchando a lo lejos la
voz de Astral y Yuma llamarle.
Abrió los ojos de golpe, ambos duelistas lo veían preocupado.
—Nash, ¿estas bien? Responde —pedía Yuma.
—Yuma... —susurro para luego levantarse.
—Tenemos que acabar con este duelo —dijo Astral serio.
Poniéndose en pie con algo de ayuda de Yuma; era su turno, no
podía fallar, no era una opción perder.
Poso sus dedos en su deck, y deslizó con fuerza a fuera, dando un
giro y salto —¡Robo! —grito mientras se movía y caía en sus pies.
