Sex Pistol


Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece. Son de Masashi Kishimoto.


Mejor amiga… ¿Cuándo fue que se había vuelto su mejor amiga?

Naruto se enjuaga la cara, está sonrojado y no precisamente por lo que había ocurrido, no. Es de la vergüenza. Quiere llorar. Se siente como un verdadero cobarde. Ella era su mejor amiga… hasta hoy.

. . .

La conoció un día cualquiera, ella se había mudado con su familia y desde que la vio supo que era rara. Todo en ella era raro, empezando por ese cabello rosa y ese moño que cubría casi toda su cabeza. Algunas niñas curiosas del vecindario se rieron entre dientes por el aspecto de aquella niñita. A Naruto le pareció tierno ese moño rojo e incluso creyó que se veía lindo en ella.

Pero la niñita no se dejó intimidar por aquellas niñas e inmediatamente les buscó pleito. No se quedó con los brazos cruzados. Fue ahí que intervino Naruto.

—Oye, tranquila—le dijo con asombro— eres nueva aquí, ¿no?

Con esa pregunta comenzaron una amistad. Ella era una chica ruda, cuando estaba feliz solía saltar y decir 'shannaro' y cuando estaba sumamente enojada —con la vida, con la escuela, con todo— lo golpeaba. En la escuela todos decían que ellos eran novios e incluso sus familias decían aquello.

Así pasó su época escolar, entre chismes de una relación entre él y ella. Pero eso era más falso que nada. Ellos eran casi como hermanos. Ninguno de los dos tuvo un hermano de sangre, pero al tenerse era como tener uno.

Naruto no gustaba de Sakura… o quizá nunca lo notó. Era tan natural que él la defendiera o que la recogiera de algún café, que la acompañara al centro comercial para darle 'su opinión de hombre'… todo era sumamente normal para él. En la niñez, cuando Sakura tenía miedo iba a escondidas a su casa y dormía con él. Dormían abrazados incluso.

Pero fue justamente en la niñez en la que Naruto comenzó a experimentar nuevas cosas. Las niñas no le parecían bonitas —solo Sakura—, en cambio, los párvulos de pecas y más altos que él le parecían muy lindos. Verlos jugar fútbol, ver chicos correr en el parque. Sus rostros sonrojados por el esfuerzo físico, la manera en que su corto cabello se mecía al correr de lugar en lugar atrajeron a Naruto en vez de un par de zapatillas rojas y cabello amarrado en un listón.

No supo cómo decírselo a Sakura, le costó trabajo admitir que él no sentía atracción por las mujeres. Le daba pena decir que él sólo consideraba a una chica como bonita, y que esa chica era ella. No se lo dijo, lo único que le comentó fue que si recordaba a un chico de la clase B.

—Oh… ¿el rarito?

—No era ningún rarito Sakura.

—¿Qué hay con él?

—Creo que es un chico muy guapo…

Desde aquel momento, él se consideró con gustos hacia los hombres. No podía decir que era gay, no lo tenía definido ya que cuando veía a Sakura todo se sentía diferente. Pero cuando estaba cerca de chicos… algo en él se removía. Era confuso.

Los años pasaron, y él no tuvo contacto físico con ninguna mujer. Experimentó diversas experiencias sexuales con otros chicos. Sentía placer, ellos lo podían llevar del cielo a la tierra en un par de segundos. Pero solo los veía como diversión. Naruto no sentía amor por esas criaturas masculinas ni quería protegerlas por el resto de su vida. No se visualizaba a sí mismo amando a un hombre por el resto de sus días.

Pudo seguir su vida de ese modo, hasta que una noche Sakura llegó a su departamento —era normal aquello— y con la sonrisa más brillante que jamás vio en su vida le dijo que tendría por fin una cita.

—¿Con Sasuke?

Naruto no lo conocía, pero Sakura le había mostrado algunas fotos de aquel chico. Era guapo, muchísimo. Incluso Naruto lo admitía abiertamente y Sakura lo secundaba. Sin embargo, ella le había dicho que él era muy cerrado con las mujeres.

Ahora, todo parecía ser diferente. Ella estaba emocionada, sin embargo…

—Creo que es la oportunidad perfecta para divertirme, es Sasuke Uchiha después de todo.

—¿A qué te refieres?

—Tenemos veintitrés años. He tenido prospectos y demás, pero nunca he tenido relaciones sexuales. Me siento como… rara. Necesito abrir mis horizontes, y quiero estar con Sasuke. Me gusta y mucho.

—No lo entiendo Sakura… ¿Quieres tener sexo con él?

—Sí… pero, ¿a quién engaño? No me creo capaz si quiera de desvestirme frente a un hombre. Bueno, contigo ya me he desnudado. ¿Recuerdas la vez en que la tonta de Ino me enterró en la arena de la playa? ¡La arena se me metió por doquier!

—Sí, y tú te sentías enferma.

—Me bañaste de hecho.

—Sí, lo recuerdo Sakura…

—Naruto, ¿crees que podamos practicar?

—¿Eh? ¿De qué hablas?

—Escucha, sonará muy loco y todo pero eres mi mejor amigo. Confío muchísimo en ti. A ti te gustan los hombres. Quizá tú me puedas enseñar los puntos básicos de un chico, ya sabes… uno como Sasuke.

Naruto parpadeó. ¿Estaba escuchando bien?

—¿Quieres que tengamos sexo? Sakura, estamos hablando de tu primera vez.

—Oh, sabes bien que no creo en eso de la primera vez. Es un cliché demasiado sobrevalorado. Además, sé de primera mano que tú no tienes nada raro ya que has sido sujeto de mis pruebas médicas. Confío plenamente en ti. ¿Qué puede salir mal?

—Sakura yo…

Naruto sintió algo estremecerse. Era estar entre un sí y un no. Ella era la única mujer que podía verla como tal. Era su mejor amiga, sí. Pero Sakura ante él era como una criatura bella. La manera en que sus ojos se movían, su caminar y sus manías. La conocía desde hacía más de quince años. Había visto su metamorfosis y le seguía pareciendo hermosa.

En cuanto menos lo supo, ella comenzó a desnudarse frente a él. Aquello no era tan anormal. Antes ya se habían visto desnudos. Pero no de esa forma…

Por primera vez sintió un deseo real. No solamente se trataba de tener sexo con alguien. Era gozar la experiencia. Solamente imaginar a Sakura desnuda…

Y sucedió aquella noche. Él terminó por desabrochar su sostén y recostarla en la cama.

Le enseñó todos los puntos débiles de un hombre y aquellos con los que tenía que ser muy cuidadosa. Ella asentía lentamente. Todo parecía una experiencia increíble en donde él por primera vez le explicaba algo a la cerebrito de su mejor amiga. Aunque muy en el fondo sentía dolor. Le dolía que ella solo practicara con él para tener sexo con el maravilloso Sasuke Uchiha.

Lo peor fue que ella lo hizo sentir mejor que cualquiera de esos chicos con los que estuvo antes. Trató de convencerse de que era porque fue su primera vez con una chica y que quizá ya estaba acostumbrado a las experiencias sexuales con hombres y no con mujeres. En su cabeza se metió esa idea y la retuvo durante varios días. Pero el sexo se iba haciendo cada vez más frecuente.

Verla gemir de placer y que se recostara en su pecho después de terminar. Observar cada gesticulación de ella al momento de que su pene entraba en ella era un deleite, una fotografía que no quería borrar de su mente. Sus labios rojos intensos de tanta pasión le provocaban más y más deseo.

Y en cuanto menos lo supo, ya la estaba deseando.

Y en cuanto menos lo supo, ella ya estaba saliendo con Sasuke.

El sexo disminuyó, ella lo llamaba como siempre pero solo para platicar. Como cuando eran amigos. Pero, ¿qué había cambiado? Ella le enviaba los mismos emojis de siempre. Le enviaba las mismas notas de voz. Todo en apariencia era igual en su amistad, con la excepción de que él comenzaba a concluir que sentía por ella.

Quizá fue desde siempre que la quiso. O tal vez el sexo fue el detonante para entender que no solo la veía como una hermana. Y de repente, todos esos chicos por los que sentía ternura se fueron al demonio. Todos le parecían igual. Todas las chicas se veían igual ante su vista. Todas menos Sakura.

Ella estaba en cada habitación de su departamento, estaba en cada taza de café y en cada plato de ramen. Cuando él iba rumbo a la universidad, Sakura aparecía de repente. Cuando asistía a los seminarios de sus clases ella estaba ahí dando la explicación, la imaginaba.

En cada canción de amor, de amistad, de soledad, de todo… Ahí estaba.

Cada lugar, cada momento, cada minuto. Todo le recordaba a ella. Habían vivido tanto juntos que le parecía una tontería no haberse dado cuenta antes. Y quiso retroceder el tiempo y ser más coherente, reflexionar más y decir que realmente la quería.

Pero así como la extrañaba, de manera proporcional eran las pláticas de ella mencionando a Sasuke. Sasuke se había vuelto algo más que una cita para ella. Hablaba maravillas de aquel chico de cabello oscuro y ojos ónix. Lo describía como si fuera un Dios griego, de esos que aparecen en los libros de mitología de historia. Decía que él era perfecto, que le gustaba y mucho.

Quizá ella no notó la forma en que Naruto dejaba de responder a esos mensajes. De alguna forma le comenzó a doler hasta las entrañas. No se trataba de que la quisiera de vuelta en su cama, no. Quería que Sakura estuviera con él, cuidarla y protegerla de cualquier cosa.

—Ya lo hice con él y fue…

Cuando ella le dijo eso en mensaje, él terminó desconectándose y tomó una copa de vino. La idea de que otro chico besara a Sakura le era insoportable. Pero al mismo tiempo se sentía como un estúpido. Él siempre fue el amigo 'gay' de Sakura. ¿Por qué de la nada comenzaba a quererla? Bueno, no exactamente de ese modo pero… Ante los ojos de Sakura, él era un chico gay que había tenido su primera relación sexual a los dieciséis con un chico que trabajaba en la cafetería de la escuela.

Decirle a su mejor amiga que ahora la quería de verdad le sonaba ilógico, incluso a él. Si tan solo desde el inicio le hubiera dicho que ella le parecía linda…

Sí, ella siempre fue la única.

Y la llamó, solo para hablar frente a frente y decirle la verdad. Le era insoportable como los días se volvían densos y terribles, teniendo esa verdad entre los labios que quería salir como una bala peligrosa. Él dispararía y le diría lo que sentía.

Ella llegó alrededor de las seis. Vestía un vestido rojo y tacones del mismo color. No hacía falta preguntar. Ella tendría una cita. Y eso le dolió en el fondo del corazón.

—¿Qué tienes Naruto?

Ella se sentó en el sillón y tomó una de las revistas que Naruto tenía en su mesa, la ojeó y esperó a que él le respondiera.

Naruto sostenía una taza de café y le ofreció una. Sakura se negó. Él de todos modos siguió sosteniéndola entre sus manos, abrazaba el calor de aquella taza pues en ese momento sentía demsiado frío en su corazón. No sabía cómo comenzar. Intentó decirlo, pero las palabras se cortaban a mitad del camino.

—¿Sucede algo malo, verdad?

Sakura ya no sonrió, dejó de lado aquella revista y le quitó con cuidado la taza a Naruto. Lo abrazó, quizá fue por instinto. Fuera lo que fuera dejó que él sumiera su cabeza en el hombro de ella. Sakura no entendía que ocurría, pero no le gustaba la imagen que reflejaba Naruto en ese estado. Nunca lo había visto así, tan roto. Sacó de forma inmediata la conclusión de que alguien le había roto el corazón.

—¿Quién fue Naruto?

—Sakura…

—¿Sí?

—Me… Me gustas.

Sakura se alejó, como si él irradiara fuego y quemara. Su corazón dio un golpeteo y la atmosfera se volvió tensa. Naruto supo en ese momento que ellos ya no eran mejores amigos. Que todo había cambiado entre ellos.

—No bromees así Naruto—le dijo, muy seria y con el ceño fruncido.

—No es ninguna broma Sakura, me gustas.

De repente, Sakura apretó los puños con fuerza y su rostro se coloreó de rojo, al igual que su vestido.

—¡No es cierto, a ti te gustan los hombres!

—Sakura… a mí me gustas tú.

Ella negó en repetidas ocasiones. Aquello no podía ser cierto.

—Desde que somos niños te gustan los hombres Naruto, ¿por qué hasta hoy…? No. Esto debe ser irreal. Joder, no.

—Siempre fuiste tú Sakura, estuve demasiado ciego para verlo. ¡De verás!

—No, no, no. Esto debe ser un error. Tú eres mi mejor amigo. Tú eres gay Naruto.

Él quiso decirle que no, que nunca definió lo que sentía realmente por los hombres. Que tal vez todo era un juego de placer.

Pero fue tarde… Sakura tomó su bolso y dejó caer la taza de café. Con zancadas abandonó su departamento. El olor a cerezas comenzó a disiparse mientras cruzaba el umbral. Naruto supo que ella ya no regresaría. Escuchó el portazo. Ella estaba enojada, furiosa.

Él no estaba enojado, estaba destrozado.

—Sakura… No te vayas.

/ . . . /

Así es como Naruto ahora se enjuaga su rostro cada día. Está sonrojado y se recuerda lo sucedido. Ella nunca volverá. Lo considera un mentiroso, cree que todo fue fingido. Ni siquiera sabe que es él para ella actualmente. Hablaron por mensaje aquella noche y esperó de corazón que al menos lo viera como un conocido. Pero Sakura creyó que quizá fingió ser gay para obtener su confianza y tener sexo con ella. Aquello le molestó tanto que estuvo a nada de tirar el teléfono y estrellar su cabeza contra un espejo. Él siempre la quiso, ella siempre fue su chica. Pero eso no lo sabía…

Naruto se hace a la idea de que las cosas al final no terminan como esperas. Y con el corazón roto sigue. Toma un café en la cafetería de la escuela, hasta que de repente…

Una nota. El mesero ha llevado una nota para él. Alza los ojos con sorpresa y ve entre la multitud a una sola persona. Cruzan los ojos.

"Llámame, tal vez"

Naruto abre sus ojos impresionado y deja de tomar café. Aquella persona…

Es Sasuke Uchiha.


N/A Con todo el estrés de la escuela esto fue lo que se me vino a la mente mientras dormía, una historia de este tipo. No sé exactamente de donde vino la inspiración, pero aquí está. Posiblemente haya un segundo y último capítulo. Maybe.

Espero les guste, si les gustó un review sería muy bonito.

¡Saludos!