Resumen completo: Ace es un Casanova de primera, todos lo saben. Su mejor amigo Sabo también, aunque eso nadie lo sabe, con esa pinta de niño bueno que se carga ¿Quién se lo podría esperar? y por lo general a él pelinegro no le importa cargar tanto con las propias como con las del rubio, lo único que nunca le permitiría es que tocase a su dulce eh inocente hermanito menor Luffy.

El hermano mayor de los D. es un tanto sobreprotector, a sus ojos nadie nunca sería lo suficientemente bueno para su hermanito, mucho menos un desgraciado casanova como Sabo, pero no importaba mucho "mientas Ace no se entere todo estará bien..." aquella pequeña frase le había condenado a el paraíso y al infierno al mismo tiempo y él como estúpido enamorado había caído en la dulce trampa. El hermano menor de su mejor amigo le volvía loco, ¿Cómo podría haberse resistido?

Luffy no suele compartir lo que es suyo… pero quizá por sus queridos hermanos pueda hacer una pequeña excepción.

Otra historia de ASL para el mundo.

Parejas: SaboxLuffy, AcexLuffy, AcexSabo.

Y todos lo secundarios y variante que se me ocurra eventualmente.

Bueno, ya se que aun no acabo la otra historia pero esta idea no me dejaba en paz… además de que una de mis historias esta por acabar y tenía que ver en que mas me entretenía(?) la verdad no me decidía entre esta y un Acelu que tengo pendiente también de escribir aun, pero me gano esta… espero que disfruten.


Capitulo 1

Se mío.


Ace y el habían sido amigos desde el jardín de niños, además de eso también eran vecinos y más tarde cuando el rubio se había ido a vivir el solo en un apartamento cercano al campus eh invitara a su mejor amigo a compartir casa con él la respuesta había sido más que obvia... lo único que no se había esperado al extender aquella invitación era que el hermano menor de Ace viniera incluido en el paquete. No que le molestara pues conocía al chiquillo casi de tanto como a su hermano.

Luffy era un chico más que adorable cuando se lo proponía, pero la mayor parte del tiempo se comportaba de manera tan caprichosa eh infantil que incluso aunque el pelinegro tuviera ya 17 años ni él ni su hermano de sangre le consideraban como otra cosa que no fuera un niño, el decir que aquel mocoso le agradaba bastante era ponerlo de manera ligera, en realidad no había cosa que no hubiera hecho por aquel monstruito, probablemente por eso mismo no se había dado cuenta de sus sentimientos hacia él hasta que una noche después de la mudanza de los D. a su casa el menor se apareciera en su cuarto únicamente con la camisa de el pijama colgando de manera decadente por uno de sus hombros, decir que aquello le había sorprendido habría sido poco.

El pequeño pelinegro se le antojaba como una de las cosas más lindas del mundo regularmente, pero en aquel momento la sensualidad de su menudo cuerpo con aquella prenda que apenas si cubría su ropa interior de forma precaria le había hecho sonrojar mucho más que cuando perdiera su virginidad.- Sabo...- la forma como el chico había murmurado su nombre al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos era algo diferente a cualquier cosa que hubiera hecho con él o su hermano en alguna ocasión, no era poco común verlos juguetear de aquella forma de vez en cuando ya que su relación era por demás unida, pero el rubio sabia que lo que sucedía en aquel momento no era para nada lo mismo.- ¿Me quieres?- no sabía bien como tomarse aquella pregunta, sus manos por inercia se habían posado en las caderas de el muchacho, rosando mitad ropa mitad piel, le 'quería' en más de una manera en aquel momento.

-Si...- susurro suavemente el rubio como en trance, la sonrisa que viera dibujarse en aquel rostro ante su respuesta era algo que jamás olvidaría, los labios del menor sobre los suyos le habían hecho sentir el corazón latir mil veces más a prisa pero en ningún momento habia dudado en corresponderle, quizá solo fuera un juego, pero rogaba por qué no lo fuera. Sus manos parecían tener vida propia pues con prontitud casi desesperada se habia asido al pequeño cuerpo que tan dócilmente se le ofrecía, recorriendo su espalda para colocarse ya en su cuello ya en su trasero, mientras convertía lo que habia comenzado como un casto beso en uno por demás hambriento y lujurioso.

Sintiendo que el otro separaba los labios en lo que había considerado permiso de acceso a su boca solo para sorprenderse cuando fuera la propia la que había resultado invadida, podía sentir la lengua ajena recorrerle por completo en una batalla por la dominación de aquel beso que no le molestaba en lo absoluto perder, cuando se separasen para recobrar el aliento pudo sentir al menor empujarle a la cama, forzándolo a sentarse sobre esta. .- Luffy...- no tenia palabras, aquello le parecía como un sueño del que no quería despertar, el menor se le acercaba con aquella mirada cargada de sensualidad tan extraña como fascinante.

-Dilo, dime que me deseas...- la suave mano del menor en su rostro aunada a sus demandantes palabras habían sido algo tan delicioso que le provoco un placentero escalofrió -te deseo...- no podía negarle nada a aquel niño.

Un fugaz pensamiento del pecoso le había cruzado por la mente, aquello era traición, le había prometido a Ace que ayudaría a cuidar de su hermanito y ahí estaba ahora con tremenda erección solo por un beso de aquel mismo monito que sonriente como el mismo demonio se sentaba ahora sobre sus piernas para dejarle sentir aquel bendito cuerpo sobre su propia excitación, causando que el rubio tuviera que morderse los labios para evitar gemir con fuerza lo cual parecía divertir a aquel chiquillo.- Ace está dormido, no puede escucharnos.- le susurro el pequeño en un tono cómplice como adivinando sus pensamientos.

Sabo sintiendo su rostro levantado por aquella delgada mano miro dentro de los obscuros orbes del menor algo que jamás había visto antes en ellos, (o quizá lo había visto pero había conseguido ignorarle hasta ahora) se sintió desnudo y sumiso ante aquella mirada que no permitía duda alguna en el mundo.- No pienses en nada que no sea yo Sabo, te quiero solo para mí en este momento...- por pura inercia había asentido a aquella orden disfrazada de petición, aquel chico podría haberle estado pidiendo que saltara a un abismo y aun así habría asentido.

Sus manos acariciando la blanca piel de los muslos ajenos no habían tardado en hacer al menor soltar algunos cuantos suspiros de excitación, mas aun siendo que aquellas mismas manos se colaban ligeramente bajo su ropa interior para apretar y separar sus glúteos, dejando que el pelinegro sintiera la excitación del rubio entre estos, realmente no tenia cabeza para pensar en otra cosa que aliviar aquella excitación que comenzaba a volverse dolorosa, había tenido bastantes amantes antes y los tendría aun después, pero ninguno ni de cerca había logrado excitarle la mitad que aquel pelinegro.- Te amo Luffy...- no sabía bien de donde le había salido aquella confesión, pero sabía que era la verdad, amaba a ese chico que le sonreía traviesamente.

-Lo sé.- La seguridad de aquellas palabras por parte del pelinegro le había hecho sonreír, realmente era único y tenía que ser suyo, lo necesitaba fervientemente.- Luffy... - no había podido terminar de formular su petición pues el menor le había cortado con un ardiente y dominante beso, moviendo sus labios sobre los del rubio al tiempo que le sentía comenzar a subir y bajar su cuerpo como para hacer mayor presión en la entrepierna del rubio, aliviando un poco de su dolor. ¿Cuándo es que aquel niño había aprendido cosas tan obscenas? El y su hermano deberían prestarle mayor atención…

Los dientes del pelinegro jalándole el labio inferior le habían hecho suspirar, aquel se había separado lo suficiente solo para retirarle la camisa al rubio, continuando con las mordidas por su cuello y pecho, causándole más de un gemido algo descarado al mayor, estaba disfrutando bastante de aquello, pero aun había algo que le preocupaba.- Luffy... tú has...- no sabía cómo preguntarle a aquel chico si había hecho aquello antes, pero de nuevo el menor parecía leerle la mente, quizá era el hecho de haberle conocido desde que el pequeño tenía 3 y el 6.- No... Ace no hace "eso" conmigo.- aquella afirmación le había hecho descomponer el rostro al mayor ¿Que tenía que ver Ace en todo esto? por algún motivo había comenzado a pensar cosas poco sanas acerca de esos dos, ¿Era él la segunda opción de Luffy ya que su hermano no se atrevía a hacérselo? Seguramente aquello que imaginaba no podía ser, los celos le estaban haciendo perder la razón.

-Pero tu si lo harás, ¿no es cierto?- debido a su distracción en el tema del pecoso sin que lo hubiera notado el menor se había bajado de sus piernas y se encontraba ahora entre estas, jalando de los pantalones y la ropa interior del rubio para liberar la dura y excitada hombría entre estos, metiéndosela en la boca sin preámbulos, dios, si aquello era lo que hacía con el pecoso lo mataría, la dulce boquita de su 'hermanito' era la gloria, y pensar que Ace se estaba guardando todo eso para él solo, aquello era imperdonable. Sus manos se enredaban en los cabellos de el menor mientras soltaba sus gemidos descaradamente, la forma como el menor succionaba con fuerza era deliciosa y el verle aquella cara sonrojada con las mejillas algo infladas por el gran pedazo de carne dentro de su boca le daban un extraño aire de inocencia mientras hacia aquellas cosas tan sucias, la imagen resultaba por demás morbosa. Jamás volvería a ver la forma de tragar de ese mocoso de la misma manera.

Podría haberse corrido en aquella húmeda cavidad del menor de haber seguido así por más tiempo pero aquel chico no quería aquello y le había sacado de su boca al poco rato, acariciándole con la diestras mientras hacía con su otra mano algo que el rubio no alcanzaba a ver por la camisa que aun portaba.- Me gustas Sabo...- cuando el pelinegro se pusiera en pie había podido ver que ya no traía puesta la ropa interior, la propia excitación del menor oculta apenas por su camisa mientras este se sentaba de nuevo en el regazo del rubio, soltando un suave gemido cuando su trasero rosara directamente con el miembro húmedo y caliente de el mayor.- fóllame...- el rubio estaba más que dispuesto, pero de alguna forma el escuchar al moreno pedirlo le había hecho sonreír, la voz del menor temblaba ligeramente y cuando lo colocara sobre la cama con delicadeza había podido observar el primer rastro de duda en aquel rostro, si lo que el menor había insinuado era correcto aquella sería su primera vez. Y si era así le daría una primera vez inolvidable.

Colocándose entre las piernas del menor tomo aquellas con sus brazos para hacer que levantara las caderas hasta dejar estas a la altura de su rostro, comenzando a pasar su lengua por aquella estrecha entrada, lamiéndole lánguidamente primero pues quería dejarle lo más húmedo que le fuera posible, pero sintiendo como el chico se tensaba y relajaba cada vez que pasaba su lengua por aquella zona, soltando una sinfonía de jadeos, suspiros y gemidos que le estaban volviendo loco comenzó a preocuparse, el pequeño cuerpo del otro parecía estar tan poco acostumbrado a aquella clase de atenciones que no podía penetrarle con el húmedo musculo de su lengua siquiera, no quería lastimarle pero cuando intentara introducir el primero de sus dedos el moreno había estado tan tenso que le había escuchado soltar un lastimero quejido, haciendo que se detuviera por completo.- Luffy... ¿Estás seguro que quieres esto?- se moría de ganas por follarse al chico, pero no deseaba lastimarlo.

Observó al azabache asentir con completa determinación, como si se estuviera preparando para alguna batalla y no pudo menos que soltar un suspiro mientras sonreía derrotado por aquella mirada y sus propios deseos. Dejando al pequeño en la cama un segundo se había extendido hasta la mesita de noche al lado de esta para sacar de la cajonera un tubito de K-Y, tomando una copiosa porción de aquel gel transparente en sus dedos comenzó a introducir aquellos en la pequeña entrada del menor con mucha más facilidad, resbalando bastante bien ahora a pesar de lo apretado de aquel estrecho interior.

Los fuertes gemidos que comenzaran a llenar la habitación le habían hecho relamerse los labios, el miembro ya palpitante del rubio le rogaba por que se apresurase pero aquellos ojos llenos de lujuria y placer le hacían detenerse un poco quería que el otro disfrutara, le habría gustado que en su primera vez el menor no sintiera otra cosa que placer, pero si bien sus dedos parecían estarle complaciendo bastante bien no estaba seguro de que el chico fuera a aguantar aquello que seguía.- nhh… Sabo...- su nombre en aquellos labios era casi sacrilegio y aunque parecía disfrutar de aquello podía sentir que el menor aun se hallaba tenso, llevando su mano libre al miembro ajeno comenzó a estimularle al ritmo de las estocadas con sus dedos, disfrutando la agradable presión sobre estos cuando el menor se corriera con un sonoro gemido.

El rubio le permitió unos segundos al menor para recuperar el aliento, la mirada acusadora y encaprichada de este casi le habían hecho reír.- no creas que hemos terminado cariño.- le susurro sobre los labios al menor antes de comenzar a besarlo lánguidamente mientras con sus dedos continuaba preparando la hasta ahora virgen entrada del menor, añadiendo un tercer dedo al sentirle algo más relajado. Podía sentir las uñas del menor encajándosele en la espalda mientras sus gemidos era ahogados en aquel beso, cuando por fin le considero lo suficientemente preparado retiro sus dedos para colocar la punta de su miembro en la entrada del menor, empujando hasta sentir como aquel estrecho interior le tragaba por completo.

Por segunda vez sintió que podría haberse corrido en cualquier momento, el menor era tan deliciosamente estrecho que incluso le sentía palpitar sobre su gruesa hombría invadiéndole con una agradable sensación de abandono, cuando comenzara con el lento vaivén de sus cuerpos pudo sentir al pelinegro estremecerse y arquearse violentamente y supo que había tocado aquel lugar especial dentro del azabache, sonriendo para sus adentro hizo una nota mental para intentar chocar con este lo mas que le fuera posible esa noche.

Separándose por la falta de aliento escucho al otro gemir su nombre sonoramente una y otra vez con cada intrusión en aquel ritmo cada vez mas brusco y frenético, cuando sintiera al menor estrecharse con aquel segundo orgasmo no había podido hacer otra cosa más que seguirle derramándose por completo dentro de él.

Vagamente el rubio se preguntaba si sus gemidos no habrían despertado al pecoso, pero poco le habría importado que así hubiera sido, de hecho aquello probablemente habría sido mejor. Pero su amigo dormía que parecía hecho de roca, así que dudaba que les hubiera oído realmente.

Salió tan gentilmente del cuerpo del pequeño como le fue posible, quería hacer que aquello durara para siempre pero el chiquillo parecía cansado y al día siguiente ambos tenían escuela.-¿Qué se supone que le digamos a tu hermano?- dijo Sabo después de un buen rato de disfrutar el peso del menor sobre su cuerpo, aun le preocupaba la reacción del pecoso y sabía que el chico aun no se había dormido pues se removía demasiado, al parecer no encontraba la posición adecuada.- ¿Qué habría que decirle?- aquella respuesta había sorprendido al rubio, volteando hasta encarar a el pequeño demonio en su pecho le vio sonreír normalmente.- Sabo es mío ahora… y mientras Ace no se entere todo estará bien ¿No?- el rubio le miro escéptico, sabía que el menor era voluntarioso por naturaleza pero aquello le superaba con creces.- ¿O preferirías que se entere y tengamos que mudarnos?- si de por si estaba preocupado en un inicio aquel había sido el golpe de gracia, sin saberlo había pasado a ser cómplice y parte de aquella mentira con tal de tener a el menor cerca, lo amaba. Quizá más de lo que debería. No sabía con qué cara iba a ver al pecoso a la siguiente mañana.

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Continuara.


Estoy intentando por un estilo un poco más limpio y menos complicado en esta historia, a ver cómo me resulta, gracias por leer y los comentarios son muy apreciados :)