Día Padre
Por ser día de los padres… si lo se, eso fue hace mas de un mes, es que :'( aaahhh mi vida es tan difícil xD jajaja (la mártir me dicen) bueno la vida nunca es fácil pero aun así me encanta vivirla :D bueno al final del fic les explicaré porque hasta ahora xD, bueno espero que lo disfruten.
Aaaahhh subiré un capitulo diario, no se preocupen, si cumpliré con la promesa, porque ya esta terminado :D solo que me gusta hacerla de emoción xD jaja
Nota: Los personajes de Naruto no me pertenecen, solo Masashi Kishimoto-sama es capaz de crear personajes e historias tan originales y adictivas :D Pero gracias a mis influencias, logre que me aceptara como su alumna y de vez en cuando me deja experimentar con sus creaciones… jajajajaja eso quisiera yo ._. XD
Jueves: Un típico día
Es jueves y como todos los días, (o al menos de lunes a sábado) mucho antes de que amanezca Minato se levanta para comenzar su día, prende el baño, saca su ropa y se dispone a bañarse.
El sonido del agua cayendo es el único que logra levantar a Kushina, sabe que es hora de iniciar el día, se levanta, y mientras su esposo toma el baño (lo cual durara mucho tiempo), se levanta el cabello y baja a la cocina para preparar el desayuno.
Si no fuera por el hecho de que Minato tardara horas en el baño, el desayuno nunca estaría a tiempo, pues nadie sabía que para Kushina, cocinar, era la tarea más difícil que pudiera existir, pero sin importar eso ella cumplía con su deber todos los días como buena madre y esposa que era.
¿Y el pequeño Naruto?... En su habitación, durmiendo hasta que los primeros rayos del sol se filtran por su ventana, es en ese momento en el que despierta, pero continua con los ojos cerrados hasta el momento de levantarse: cuando su padre entra a la habitación y le revuelve su cabello para despertarlo, Naruto se reúsa a levantarse y entonces su padre ataca utilizando su Jutsu especial: nitanita no Jutsu* = técnica oculta de la hoja, mil años de risa.
Kushina deja de escuchar el sonido de la regadera y comienza a poner la mesa, y cuando esta apunto de terminar, llega su momento favorito del día, caracterizado por un sonido: Las risas de los hombres que llenan su vida.
Levanta la cabeza y puede ver en le pie de las escaleras a Naruto en brazos de Minato, Kushina deja lo que esta haciendo y se acerca a abrazarlos, y con una gran sonrisa les dedica un: buenos días acompañado de un beso en la frente para cada uno.
Más que desayuno, podríamos llamarlo momento de las negociaciones, porque la única manera de hacer que su pequeño crezca sano y fuerte, es haciendo intercambios como:
-Si te comes el brócoli que mamá preparo, te prestare el sombrero Hokage – Dice su padre
- ¡Vamos Naruto!, si te comes todo, te comprare un helado después de la escuela – Dice su madre
Aunque ambos padres no lo confesaran, pero la verdad era que adoraban negociar con su hijo, pues ver su carita de emoción cuando alguno de los tratos lo convencía, no tenia precio.
Llega el momento de irse a trabajar para Minato, se levanta de la mesa y le ayuda a su esposa a llevar los platos a la cocina, se despide de los dos niños de la casa, y se dirige a la torre del Hokage para comenzar con los papeleos, asignación de misiones, mas papeleo, alguna reunión de improviso, papeleo, etc.
Kushina se apresura a limpiar el desastre en la cocina. Después continua con otra tarea pesada del día, lograr que Naruto tome un baño, se deje cambiar y… peinar… ni pensarlo, esa si es misión fallida de ante mano. Una vez que Naruto esta listo corre a su habitación a medio cambiarse, y arreglar un poco su cabello.
Faltan 5 minutos para que den las 9:00 y Naruto debe ir a la guardería. El momento menos favorito tanto para el pequeño como para su madre. Para Naruto porque no le gustaba la escuela, punto (algo heredado de su madre), para Kushina porque era tiempo que le robaban para estar con su pequeño.
Si no fuera porque sabía que la escuela era importante en la educación de su hijo porque le ayuda a convivir con niños de su edad, no lo llevaría. A una velocidad de Rayo amarillo, logran estar a tiempo, madre e hijo se despiden y Naruto entra a la escuela.
Kushina regresa a casa y comienza con las labores del hogar, deshacer el desastre que su hijo dejo en su baño, limpiar el piso de la casa y dependiendo del día, era la actividad que seguía:
Lunes: Lavar ropa (el peor día de todos)
Martes: Cambiar sabanas y limpiar muebles
Miércoles: Limpieza a conciencia en el cuarto de Naruto
Jueves: Baños :S
Viernes: Clases/Experimentos de cocina
Sábado: Limpieza a conciencia de la cocina
Una vez que acaba con esa tarea comenzaba a preparar el almuerzo… son las 11:45 y todo esta listo, Kushina debe apresurarse para ir a recoger a su hijo y tal vez, discutir con la maestra por "explotar" a su hijo al encargarle tarea extra. El motivo de ese día: Naruto no quería entrar al salón después del receso.
– ¡Ese no es motivo! Los niños no son prisioneros para que les impongan hora de entrada y salida ttebane!—decía Kushina
Después del pequeño espectáculo que culmina con una maestra con una gota en la nuca, viendo como una pelirroja discute con su hijo como un par de niños.
Ambos llegan a la casa, durante el camino dejaron de pelear, pues había llegado el momento de que Kushina cumpliera con su parte del trato. Después de eso, olvidan el motivo de la discusión y ahora vienen burlándose de los Uchihas, Naruto de Sasuke y Kushina del padre de este. Comienza el intento para hacer que Naruto haga su tarea, el rubio corre por toda la casa con la mochila para que su madre no obtenga su cuaderno. Es la 1:30 de la tarde, la pelirroja deja de insistir.
– Naruto, ya es hora – Le informa su madre.
Solo hace falta que diga eso para que el ojiazul detenga su carrera, y se encamina a la entrada para ponerse sus zapatos, el rubio tiene una lucha mental para adivinar que zapato va en cada pie, después de decidir, comienza a forcejear con ellos, la pelirroja sabe que no debe interrumpir, pues a su hijo le molesta que lo haga, además, para ella, es adorable ver su determinación la manera en que se esfuerza por lograrlo por si mismo.
Ahora si, es hora de irse, Naruto toma la mano de su madre y esta en la otra lleva una bolsa. Caminan por las calles de Konoha como todos los días, aunque ambos quieren llegar a su destino, no se apresuran, pues van con buen tiempo y además les gusta ir disfrutar de esas calles abarrotadas de gente, y de vez en cuando encontrarse con algún cocido, como hoy.
Pasaron frente a la florería y en ese momento venia saliendo una mujer de cabello negro azulado y largo, ojos color perla, se trataba de Hana Hyuga, detrás de esta una pequeña niña idéntica a ella, solo que con el cabello mas corto, tenía en sus manos una pequeña Azucena blanca.
-¡Hana-chan! – saludo la pelirroja
- ¡Kushina! Que gusto verte
- ¿Y esta niña tan bonita? – Pregunto la ojivioleta inclinándose a la altura de la pequeña
- Dile como te llamas hija – Le dijo Hana a la niña con una sonrisa
- Mucho gusto, mi nombre es Hyuga Hinata – dijo con una reverencia la pequeña
- ¡Kawaii! El gusto es mio Hinata-chan, me llamo Kushina – Le dijo con una sonrisa, se levanto para agregar, y él es… -
- Yo soy Namikaze Naruto dattebayo! – Declaro el pequeño Naruto mientras extendía su mano para saludar a Hinata, lo que provoco que las mejillas, de por si ya sonrojadas, de Hinata, se pusieran aun mas rojas, pero logro reponerse y respondió el gesto.
- Veo que aunque se parece físicamente a su padre, interiormente es idéntico a ti – dijo con una sonrisa su amiga
- Pues Hinata tuvo suerte, tanto en físico como personalidad es idéntica a ti, gracias a Kami – Declaro la esposa del Hokage – la flor que lleva tu hija lo dice – Agrego la pelirroja
- Es cierto, las azucenas significan corazón inocente – Recordó Hana
- Mama… - dijo Naruto jalándola de su vestido. Kushina pudo ver en su mirada lo que trataba de decir
- ¡Es cierto! Lo siento Hana, tenemos que irnos, pero prométeme que llevaras a la pequeña Hinata para que juegue con Naruto
- ¡Claro que si Kushina! Fue un gusto verte y también el pequeño Naruto es bienvenido en nuestra casa. – Dijo educadamente la Hyuga
- ¡Nos vemos! – Tomo la mano de su hijo y comenzaron a caminar, este ultimo volteo a ver a su espalda y se despidió de su nueva amiga
- ¡Adiós Hinata-chaaaan! – Grito el pequeño rubio con una gran sonrisa
A pesar de que interrumpieron su camino para platicar con las Hyuga, llegaron a buena hora, el reloj marcaba las 2:01 de la tarde y ya estaban enfrente de su destino, la torre Hokage, como todos los días, entraron saludando a todo el mundo con una gran sonrisa.
La parte mas pesada ya había pasado, las misiones habían sido asignadas, ya había firmado y ordenado los papeles que habían quedado pendientes el día anterior, y había comenzado con los de ese día - ¡De donde sale tanto documento! – pensó para si mismo. Instintivamente volteo a ver el reloj sobre la puerta de entrada a su oficina: 2:05 pm, y en ese momento tocaron la puerta
-Adelante – dijo regresando su vista a su escritorio
- ¡Papi! – Escucho como gritaba un niño. Inmediatamente dirigió su mirada hacia el frente y una sonrisa se extendió por su rostro.
Era la hora del almuerzo, y como todos los días, dejo lo que estaba haciendo y se dirigió a recibir a las dos personas más importantes en su vida: su hijo y su esposa.
-¡Naru-chan! – Lo recibió cargándolo en sus brazos - ¡Hola amor! ¿Qué tal tu día? – Pregunto el rubio a su esposa
- Como siempre… espera… ¡no es cierto! Bueno te cuento cuando terminemos de comer – Declaro su esposa
- Como usted diga – Dijo en un tono como si le acabaran de asignar una misión
Y así Kushina comenzó a acomodar el almuerzo en un segundo escritorio (el cual estaba desinado para ello) y Minato acerco otra silla para su esposa y comenzaron a comer el almuerzo que ella había preparado.
-¡Deberías mandar a arrestar a esa maestra ttebane!¡No es posible que trate de esa forma al hijo del Hokage! – Le decía la pelirroja
- Kushina… no puedo hacer eso, además es por el bien de nuestro hijo, en todo el mundo existen normas que deben cumplirse, no solo en el mundo Shinobi.
- Lo se, pero no es para tanto ttebane! – Dijo defendiendo a su hijo. – Estoy segura de que él lo sabe, verdad que si Naru-chan – Le pregunto al niño que estaba en el regazo de su padre.
- Si dattebayo! – Contesto sin saber de que hablaban sus padres.
- Bueno, Hokage-sama, ¿que tal ha estado su día? – Pregunto con curiosidad la pelirroja
- Lo de siempre… trabajo de oficina y nada de acción – dijo restándole importancia – Mejor que Naru-chan nos cuente su día – Agrego el rubio.
- Si Naru-chan, cuéntanos – Dijo su madre con una gran sonrisa.
- La maestra platico muy aburrido de Konoha ttebayo! Me gusta como cuenta papá, es más divertido dattebayo! – Dijo poniendo ojos de zorro
- Bueno Naruto, pero también es importante que pongas atención en clases – Le explico amablemente.
- Minato, tu siempre te la pasas reprimiendo a nuestro hijo, eres muy cruel dattebane! – Dijo Kushina muy dramática.
- ¡No! … - El pequeño se quedo pensando durante un momento – Seré Hokage igual que mi papá dattebayo! – Dijo de manera efusiva
- ¡Claro que si Naru-chan! ¡Serás el mejor de todos! – Afirmo su madre también muy efusivamente
- Y por eso te vas a portar bien ¿verdad Naru-chan? – Le pregunto su padre con una sonrisa
- ¡Hi dattebayo! - En ese momento tocaron la puerta.
- Adelante – Dijo el Hokage. La puerta se abrió y por ella se asomo su secretaria
- Gomen, Hokage-sama, pero… - Dijo muy apenada – El Sandaime y los lideres de los clanes lo esperan en la sala de juntas – Informo la joven
- Muy bien, en un momento estoy ahí, gracias Natsuki – Contesto muy formal. Dicho esto, Natsuki se retiro.
- No te preocupes, es tu trabajo y sabemos que darás lo mejor de ti dattebane! ¿Verdad Naru-chan? – dijo Kushina al ver la mirada resignada de su esposo.
- Hi, papá es el mejor dattebayo! – Dijo alzando un puño cerrado. Al ver esto Minato no pudo evitar sonreír.
- Muy bien, nos vemos en la noche – Después de esto se despidió de ellos revolviendo el cabello de Naruto y un casto beso en los labios para su esposa. Y en menos de dos segundos el Hokage había desaparecido.
- Bueno, es hora de irnos Naru-chan – dijo Kushina , aprovechando los últimos minutos en los que puede llamarlo así. Así es, al pequeño Naruto no le agrada para nada que lo llamen con diminutivos enfrente de todos, pues es ya era un niño grande dattebayo! xD
Eran las 5:00 pm y el hogar de la familia Namikaze estaba en silencio, la razón: era la hora de a siesta de Naruto, lo que significa que hasta las 6:30 la paz reinaría en el hogar. ¿Y Kushina? Observando como duerme su retoño mientras se quiebra la cabeza para saber que preparar para la cena.
Tiene que darse prisa pues si Naruto despierta antes de que ella termine, terminaran cenando Ramen instantáneo, lo cual realmente no le molestaba a ninguno de los tres, pero esa opción era única y exclusivamente valida los domingos.
7:46 pm. Perfecto, ningún Ambu había tocado la puerta, lo cual quiere decir que Minato regresaría a las 8:00 como todos los días, ¿Cómo sabia eso con la hora? Simple, si Ambu tocaba la puerta, significaba que el Hokage aun tenía que cumplir con algunos deberes y que, por lo tanto llegaría mas tarde, pero estos Ambu siempre llegaban antes de las 7:45.
…
Se escucho el cerrojo de la puerta abrirse. El pequeño Naruto, estaba jugando con sus "pergaminos de invocación" (regalo por parte de su padrino por sus tres años: unos pergaminos con un Jutsu el cual hacia que con aplicar un poco de presión sobre estos aparecían sapos de juguete de diferentes colores) y con sus "globo Rasengan" (regalo de su padre: una esferas de cristal rellena de agua las cual tenían un Jutsu que hacia que no se rompiera y que siempre se viera como el agua rotaba dentro de esta) y Kushina… terminando la cena.
En cuanto Minato cruzo la entrada fue embestido por su hijo, el Hokage con una sonrisa lo levanto en el aire y a continuación lo coloco sobre sus hombros y ambos se dirigieron a la sala, donde Kushina los estaba esperando.
-Bienvenido a casa Hokage-sama – Dijo con una reverencia, y en cuanto se levanto le regalo una gran sonrisa
- Sabes… No me gusta presumir mi puesto, pero me encanta que tu lo hagas por mi - Le dijo guiñándole un ojo, lo que ocasiono que la pelirroja se sonrojara y le diera un pequeño ataque de risa.
Minato se acercó más a ella y junto su frente con la de ella, y el pequeño Naruto que aun estaba en los hombros del Hokage, apoyo una mejilla sobre la coronilla de su padre y se abrazó a las cabezas de ambos o al menos todo lo que sus pequeños brazos le permitieron. Nadie sabe cuanto tiempo permanecieron así los tres, si se separaron fue porque el estomago de Naruto reclama su cena.
El interrogatorio (entiéndase cena) comenzó, ¿Por qué interrogatorio? Porque era el momento en el que el pequeño rubio aprovechaba para preguntarle a su padre una infinidad de dudas, algunas un tanto triviales, pero no importaba cual fuera la pregunta, el Hokage siempre tenia una respuesta para su hijo, una respuesta que siempre iba acompañada de una sonrisa y algunas veces de una enseñanza. Como las de hoy:
-Oye papi… ¿Qué haces en trabajo?—Pregunto Naruto
- Muchas cosas, hijo –
- ¿Cómo que?—insistió su hijo
- Bueno, como asignarles las misiones a los Shinobis de la hoja – Le explico
-¿Por qué? –
- Porque así pueden ayudar a las personas que tienen problemas y que necesitan ayuda –
- ¿Por qué?—Volvió a preguntar
- Porque los Shinobis saben como resolver esos problemas gracias a lo que aprenden en la academia y en sus entrenamientos –
- Aahh, por eso voy a la escuela—
- Así es hijo, primero la guardería y cuando estés listo, si tu lo quieres, iras a la academia para ser un Shinobi – Le contesto con una sonrisa
- ¡Si quiero, quiero ayudar y ser como tu dattebayo! – Y drásticamente cambio la conversación - ¿Quién es la mujer de tu trabajo? – pregunto de repente
- Es Natsuki y es mi secretaria, hijo – Respondió su padre
- ¿Qué es eso? –
- Es alguien que me ayuda a hacer el trabajo –
- Y ¿Cómo te ayuda? –
- Algunas veces escribe documentos para que yo los firme, me dice cuando alguien me va a visitar, me recuerda a que hora debo estar en cada lugar, entre otras cosas –
- Aahh… ¿Yo también puedo tener una ser...? … ¡Una como ella! – Dijo desesperado por no recordar como se decía.
- Jaja ¿Una secretaria? – Pregunto muy divertido
- ¡si, si, una de esas! – Dijo emocionado
- Jajaja, si la quieres para que te haga tus tareas, lamento decirte que eso no se puede, tienes que hacerlas por ti mismo, hijo – Le explico
- No es justo, si a ti te ayudan porque a mi no ttebayo! – Dijo haciendo un puchero
- Lo que me recuerda – Dijo tratando de hacer que su hijo olvidara la discusión – ¿Ya hiciste tu tarea?
- Etto… - El pequeño dudo
- No, no la ha hecho – Contesto Kushina que había estado disfrutando de la conversación de sus dos rubios.
- ¡Quiero que papá me ayude dattebayo! – Explico el niño de ojos azules
- y porque no la quisiste hacer cuando te ofrecí mi ayuda ttebane! – Le pregunto su madre
- uuummmm ¡No! Mi papi sabe más ttebayo! – Declaro el pequeño rubio
- … - Kushina le saco la lengua a su hijo como una niña.
- Jajaja, No te preocupes Naruto, te ayudare, pero si tu mami te quiere ayudar deja que lo haga, te sorprendería saber de lo que mamá es capaz – Dijo su padre, a lo que el niño hizo otro puchero.
– De todos modos te la puedo revisar para estar seguros de que este bien – Le susurro a su hijo.
-Te oí – dijo la pelirroja fingiendo estar enojada, por lo que Minato comenzó a reír y su hijo le hizo eco. Aunque Kushina no lo demostrara, estaba más que feliz, oírlos reír era como música para sus oídos, hasta había olvidado porque "estaba enojada".
Kushina entro en la sala para hacer que su hijo recogiera sus juguetes, pero una imagen digna de cuadro impidió que lo hiciera. En la mesa de centro estaba Minato, sentado con las piernas cruzadas y en estas estaba el pequeño Naruto, este estaba totalmente concentrado en su cuaderno, y con un pincel trataba de seguir las líneas que le habían marcado en su cuaderno (N.A: sus primeras practicas para aprender a escribir… kawaii) y mientras su padre, observaba sobre la cabeza del niño y se cercioraba de que lo estuviera haciendo bien. Cada vez que el niño terminaba un trazo volteaba a ver a su padre, este le sonreía y lo felicitaba.
Era un buen momento para ocupar el regalo de Tsunade, pocas veces hacia uso de él, solo en ocasiones especiales, y esta era una, sigilosamente fue a su habitación y saco de un buro la cámara fotográfica.
Para su suerte, la escena aun no terminaba, todo seguía tal y como lo dejo, enfoco la imagen, presiono el botón y la imagen ahora había sido guardada sin que ninguno de los rubios se diera cuenta, Tsunade había pensado en todo, por ello la cámara no necesitaba flash y no hacia el menor de los ruidos al ser accionada.
-¡Yaaa! – Grito el pequeño Naruto
- Muy bien Naruto, ¡lo hiciste muy bien! – Lo felicito su padre. En ese momento el pequeño Naruto se tallo los ojos y bostezo.
- Es hora de dormir – Dijo Kushina entrando en la habitación y extendiendo los brazos hacia su hijo,
El pequeño Naruto hizo lo mismo y en unos segundos ya estaba en los brazos de su madre profundamente dormido. Ese era el único momento del día en el que Naruto olvidaba todo su orgullo y se dejaba consentir por su madre como lo que era: un niño pequeño (aunque por la mañana este lo negara).
Kushina comenzó a avanzar hacia las escaleras mientras Minato iba apagando las luces del lugar, subieron juntos y dejaron a su hijo muy bien arropado y seguro en su cama. Después de cerrar la puerta, y tan exhaustos como estaban se dirigen a su habitación y terminan su día.
*Nitanita: risa estrepitosa (o eso es lo que encontré en la web, si alguien sabe como se puede expresar mejor o si acaso la palabra significa otra cosa, no dude en decírmelo :D)
Jajaja, lo siento, se supone que iba a ser un one-shot, pero otra vez, me emocione escribiendo xD es que simplemente imaginarme a Minato y a Kushina en sus roles de papas, es algo que me inspira :D bueno mañana tendrán en siguiente capitulo :D ¿Qué le pareció? ¿Muy cursi? ¿Muy meloso? ¿Muy boba? Déjenme sus comentarios en un review :) si así lo creen conveniente xD
