Este es el primer drabble que escribo para este reto. Espero que os guste :)

# PALABRAS: 321

DISCLAIMER: Ninguno de los personajes me pertenecen, son propiedad de la CW.

AVISO: Este fic participa en el Reto Especial "Todos tenemos un lado oscuro" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons".


FELIZ


- No te preocupes, Elena-dijo Caroline a su amiga por teléfono-. No voy a matar a nadie. Yo no soy como tú. Sé controlarme.

Caroline colgó, y lanzó el teléfono al otro lado de la habitación. Se rompió al golpear la pared fuertemente, y la rubia sonrió. Estaba harta de escuchar a Elena quejarse y preocuparse por ella. Y Stefan… ni siquiera había contestado. Después de lo que había sucedido, no quería hablar con él.

La chica caminó un poco hacia el centro de la habitación, con sus tacones repiqueteando sobre el suelo enmoquetado de la habitación de motel en la que estaba. Había viajado fuera del condado para estar más tranquila. No necesitaba a todo Mystic Falls tras ella diciéndole lo que debía hacer.

Se oyó un gemido desde la cama. El chico que se encontraba tumbado, un joven de unos veinte años, se estaba despertando. Otra vez.

Caroline se acercó a él y le acarició suavemente la frente. El chico enfocó su mirada sobre ella, y el temor inundó sus ojos. Era ella. Ella era el demonio que había estado haciéndole daño. Tenía que huir. No podía soportar más tortura.

- Ni se te ocurra-comentó la chica, adivinando sus pensamientos-. Eres mío.

Le agarró del pelo y echó su cabeza hacia atrás. Se inclinó sobre él y clavó sus colmillos directamente en la arteria carótida. Lo había hecho antes; varias veces. Lo desangraba hasta casi matarlo, y luego lo curaba. Así duraba más.

Pero llegaba un momento en el que se cansaba. Como ahora.

Los gemidos y las sacudidas del chico empezaron a hacerse menos frecuentes y más débiles. Murmuró un "no" antes de dejar de moverse completamente.

Caroline se levantó, no sin antes limpiarse la boca con la camiseta del chico que yacía inerte sobre la cama. Cogió su bolso y se marchó de la habitación, aparentando normalidad.

Una deslumbrante sonrisa adornaba su rostro. Al fin era feliz.