Turning Page

By Tsuki No Hana

Capítulo 1

"El que cayó del cielo"

Oslo, Noruega.

Se calzó sus botas y luego de ponerse un suéter ligero, salió al patio de su casa.

—¿Vas a salir de nuevo?

Se giró para ver de dónde provenía esa voz femenina. Era Valkyria, sentada en una mecedora del patio de su propia casa, pegada a la de él. Una pequeña barda separaba ambos patios. Del lado contrario estaba la casa de Heimdall.

—Sí —respondió simplemente—. Ya no bebas tanto —le dijo al ver que traía una botella de licor consigo.

—Guardaré un poco para tu regreso —alzó la bebida en su honor.

Thor sonrió y siguió su camino, atravesando la gran pradera que lo llevaba a un bosque, donde tenía oculta una pequeña nave. Y mientras hacía ese camino que se sabía de memoria, comenzó a rememorar los últimos años.

Cuatro años habían pasado desde aquel terrorífico día. El día en que todo estalló ante sus ojos.

El castillo, el Bifrost, el pueblo, todo; hasta los cimientos habían desparecido luego de una explosión de tal magnitud.

El Ragnarok había cumplido su objetivo: Destruir Asgard en su totalidad, junto con Hela y su ejército.

Los asgardianos que se salvaron vieron con tristeza cómo el mundo que conocían se deshacía ante sus ojos. Thor, a la cabeza de todos, había buscado con la mirada a su hermano, queriendo saber si compartía su dolor por ver perdido su hogar, sin embargo, no lo halló por ningún lado.

—Loki… —había murmurado, buscando la cara de su hermano entre la multitud—. Loki —lo llamó con voz más fuerte.

Los asgardianos se miraron entre sí, buscando al susodicho.

De pronto, Heimdall puso su mano sobre el hombro de Thor y dijo:

—Él no está aquí, no subió a la nave.

—No —rio con escepticismo—. Él fue por el Ragnarok y luego…

Heimdall lo interrumpió, señalando el mundo destruido ante sus ojos.

—No… no puede ser —se dejó caer sobre la silla que había estado ocupando momentos antes—. ¿Nos fuimos sin él?

—Así debía de ser, de haberlo esperado no habríamos sobrevivido, ni uno de nosotros —la voz grave de Heimdall trataba de ser consoladora, pero no lo lograba. Sabía del amor fraternal que Thor le tenía a su hermano a pesar de que éste fuese siempre un desgraciado con él.

Thor no dijo nada. Se puso de pie y caminó entre la multitud, buscando algún lugar más privado. Estaba en shock y no tenía ánimos de mirar a nadie a la cara. Bruce había intentado hablar con él, pero ni siquiera logró captar su atención.

Encontró una habitación en la que se encerró por largo rato. No podía dejar de pensar y culparse a sí mismo. ¿En verdad Loki había muerto? ¡Qué injusto! Pues no se habrían salvado de no haber sido por su hermano, quien consiguió esa nave, llevando un ejército a Asgard y además arriesgando su vida para ir a liberar al Ragnarok. Al fin había tomado el buen camino, habían luchado hombro con hombro y por un momento se imaginó un futuro a su lado, pero todo se había ido a la mierda. Ahora tenía bajo su responsabilidad a toda una civilización.

Finalmente decidió que lo correcto sería ir directo a la Tierra. Y así fue. Volaron directo a Midgard y solicitaron ayuda a los Avengers.

Los asgardianos fueron instalados y distribuidos en la capital de Noruega, dónde Thor también fue ubicado. Tuvieron que olvidarse de su mundo y adaptarse a las normas y costumbres de la Tierra, disolviendo casi por completo lo poco que había quedado de aquel maravilloso mundo.

En cuanto a Thor… no tenía un reinado al cual gobernar, las reubicaciones lo obligaron a comportarse como un ser humano común. Tuvo que adaptarse a su nueva vida, agradeciendo que al menos eso tenía: vida. Cosa que su hermano ya no poseía.

Agradeció el hecho de no tener que encargarse de un reinado, pues no tenía cabeza ni ánimos, no después de haber perdido así a Loki.

Todos le decían que era un hecho su muerte, que era imposible que hubiese escapado de una destrucción de tal magnitud, pero muy en el fondo de su corazón sabía que debía seguir vivo en algún rincón del universo, estaba seguro, aunque a veces la realidad lo golpeaba duramente.

Eso le trajo muchos días horribles. Vivía solo en la bonita casa que le habían asignado. A diario intentaba no perder la razón. Las pesadillas lo asediaban. A veces soñaba que despertaba y su hermano aparecía en su habitación, apuñalándolo por haberlo dejado atrás; entonces despertaba, deseando haber sido apuñalado de verdad, con tal de que su hermano estuviese ahí con él.

En ocasiones, Thor se levantaba en medio de su sueño, agitado y tembloroso, con nuevas ideas. Una de ellas fue:

¿Y si Loki se estaba ocultando? Quizás estaba vivo ¡Incluso había posibilidades de que estuviera en Oslo, cerca de él!

Por eso un día se volvió loco y salió a las calles en plena crisis. Se acercaba a cada persona que veía y le preguntaba por su hermano e incluso les preguntaba si no era él, disfrazado.

Después de esos días de tortura mental, Thor terminó casi aceptando la posibilidad de que su hermano estuviera muerto, orillándose a una depresión considerablemente peligrosa.

Sus compañeros Avengers fueron a visitarlo a penas se enteraron de su estadía ahí y de lo ocurrido con su hermano. Fueron a darle sus condolencias y a intentar animarlo un poco, pero nada lograba hacerlo. Había perdido a su padre, su martillo, un ojo, su mundo y a su hermano también. No le quedaba nada por lo cual vivir. Los únicos que lo mantenían medianamente cuerdo eran sus amigos asgardianos: Heimdall y Valkyria.

Una vez estando más cuerdo y aprovechando que Tony seguía ahí de visita, le pidió que le ayudara a reparar una de las cápsulas de escape que tenía la inmensa nave que había robado Loki para salvarlos.

Thor tenía una idea. Se había querido dar por vencido, pero no, no aún. Le faltaba algo por hacer: buscar a su hermano en todos los mundos, si después de eso no lo hallaba, aceptaría su muerte.

Cuando la nave estuvo lista, Thor salió al espacio, acompañado por su fiel amigo Heimdall y Valkyria. Esa fue la primera de las que serían cientos de expediciones.

—Es inútil —aseguró Heimdall, usando su vista para encontrar la presencia de Loki en algún punto del universo—. No lo veo en ninguna parte.

—¿Y eso qué significa?

—Tú sabes lo que significa —espetó Valkyria con el poco tacto que la caracterizaba.

Thor golpeó la primera pared que se encontró, desquitando su impotencia.

Volvieron a la Tierra, pero ese no fue el único viaje de Thor, éste siguió buscando hasta el cansancio. Después de muchas expediciones, Heimdall habló francamente con su Rey, haciéndole ver que perdía el tiempo. Loki estaba muerto. Pero esa era una realidad que Thor no iba a aceptar.

—¡Es Loki de quien estamos hablando! Ya van dos veces que lo creo muerto y siempre vuelve a aparecer. ¡Lo vi morir entre mis brazos una vez! Y volvió…

—Esta vez es diferente. Thor, han pasado dos años y Loki no ha dado señales de vida. De estar vivo ya lo habría hecho ¿No crees?

Thor se enojó, negándose a creer tal realidad. A partir de ese día siguió con sus expediciones, pero solo. Pasaba más tiempo en el espacio y luchando en otros mundos que en su nuevo hogar en la Tierra.

Así terminaron pasando cuatro largos años y hasta la fecha Thor Odinson no había detenido su búsqueda, algunos consideraban que ya había perdido la razón y los Avengers no eran la excepción. Le pidieron que trabajara para ellos, ayudándolos en ciertos casos difíciles en los que les era de mucha ayuda. Él aceptó, distrayéndose así un poco de sus penas y obteniendo el apoyo de sus amigos, quienes nunca lo dejaron y trataron siempre de animarlo, en especial Tony y Bruce. Varias veces Stark lo invitó a vivir en el complejo Avengers, donde ya varios de ellos se habían mudado. Thor se lo agradeció, pero rechazó la oferta. Su principal razón para hacerlo fue Loki, porque… ¿Y si volvía? ¿Dónde viviría? No en la Mansión de los Avengers, obviamente, mucho menos por el hecho de que estaba al sur de Nueva York, ciudad que casi fue destruida por él.

Pero todo cambió cierta noche de octubre, más nublada y fría de lo normal.

Heimdall estaba llegando a su casa. Disfrutaba del clima fresco hasta que de pronto sintió una presencia muy conocida aproximándose a la Tierra. Entonces sus ojos lo vieron, se estaba abriendo un portal justo en la pradera detrás de su casa y de la del Dios del trueno. Desafortunadamente éste no se encontraba en el planeta, estaba en medio de una de sus búsquedas por el universo.

Llegó a la casa de Thor y… sonrió al confirmar sus sospechas. Un portal se había abierto en la pradera detrás de las viviendas, arrojando sobre la hierba a un hombre en muy mal estado.

Heimdall se comunicó telepáticamente con Thor, lo hizo de inmediato al ver de quién se trataba.

—Ven a casa ahora mismo, una sorpresa te cayó del cielo —fue lo único que le dijo y fue lo único que le bastó al Dios del trueno para regresar a la Tierra a toda velocidad.

Continuará…

Hola!

Desde noviembre del año pasado he traído esta idea en mente, todo nació después de haber visto Thor Ragnarok. Espero que la historia sea de su agrado. Me encantaría ver sus opiniones al respecto.

Preguntas! (Es algo que suelo hacer siempre en mis notas)

1) ¿Quién cayó del cielo?

2) ¿Dónde ha estado Loki durante esos cuatro años?

3) ¿Leerás el siguiente capítulo? Jaja ya no se me ocurrió nada. En fin, nos leemos a la próxima.

Aclaraciones:

-Todo ocurre en Oslo, la capital de Noruega. Me pareció un buen lugar porque… vikingos y así.

-Este fic se sitúa al final de la película de Thor Ragnarok, suponiendo que Loki no subió a tiempo a la nave.

-Desde la destrucción de Asgard hasta el tiempo actual de esta historia, han pasado 4 años.

-Va a haber Mpreg. Esto más bien es una advertencia jeje.

13/06/2018

5:00 p.m.