Bueno he aquí un nuevo fic, se que comienzo bastantes ultimamente pero paso por una mala racha creativa, no se me ocurren formas de continuar los otros, solo nuevos fics asique aquí esta el fruto de uno de estos bloqueos. Para este fic necesitaré OCS asique los pido desde el principio, la ficha esta al final del capitulo solo, escojeré a 5 de entre todos los que me lleguen, daré algunos días como plazo. Dentro de algunos capitulos pediré más no se preocupen. Mucha suerte para todos. Sin más el capitulo 1:

Capitulo 1: La muerte que dio inicio a la nueva vida.

Las campanas estaban preparadas ya que pronto su hermoso tañido anunciarian una importante muerte esperada por todos. Era bastante curioso este instrumento. Pues su principal función en el campanario era avisar del paso de las horas y por tanto el continuar de la vida,sin embargo también se tañía su melodica canción cuando alguien fallecía y abandonaba el mundo. Ambos conceptos eran opuestos sin embargo dicho instrumento los recogía y unía armoniosamente. Ni una sola alma se veia cruzar las calles en ese momento. Todos estaban reunidos para ver morir a uno de los más peligrosos y despiadados asaltadores de Inazuma. Los caballos se detuvieron bruscamente mientras el cochero tiraba de las riendas con fuerza, sus manos estaban protegidas con unos ajustados guantes para evitar que las riendas se las irritaran. Inmediatamente dos guardias bajaron por ambos lados y se acercaron a abrir la carroza. Incluso en este momento el miedo corria por sus venas, un miedo por las cosas que se contaba de aquel que esperaba atado en la parte de atrás. De él se decía que era capaz de acabar con diez hombres con una sola mano, que había asaltado fortalezas y castillos con un solo puñal como arma. Hasta las propias bestias, leones, tigres y lobos parecían respetarle y evitar mirar a los ojos a tan terrible persona. Incluso ahora, la muerte arguardaba apenada de tener que llevarse a tan cruel y vil ser. Tan oscuro y tenebroso como ella misma. Por fin abrieron la puerta y el mencionado bajó del transporte. El sonido de los grilletes que le mantenían sujeto de manos y tobillos se hizo eco por toda la vacia calle. El hombre trató de taparse los ojos con las manos debido a la molesta luz de los rayos del sol que había ese día. Si bien esta no era demasiado fuerte, para él que había pasado los ultimos días a oscuras, con la luz de sus furiosos ojos como único medio de iluminación, era bastante molesta al no estar acostumbrado. Llevaba puesto un elegante y caro traje, que evidenciaba su profesión como asaltador, pues dichas telas solo podían estar al alcance de nobles y burgueses en los tiempos en los que vívían. Aunque estaba en bastante mal estado y algo sucio, roto por la parte del cuello. Debido a que había tenido que llevarlo puesto todo el rato cuando estaba encerrado y el uso lo había desgastado. En cuanto a su aspecto. Era de altura media,unos marcados músculos podían versele por la parte del cuello donde su lujosa gabardina estaba rota. Llevaba el pelo largo y sin forma, evidentemente debido a que en la cárcel no se lo habían dejado cortar. De un color negro oscuro. Sus rasgos faciales eran algo pronunciados. Tenía unos ojos bien colocados y bastantes penetrantes con una mirada negra oscura. Una nariz de un tamaño no demasiado grande. Su boca era un poco grande pero poseía unos labios de buen tamaño que hacían juego con su explendido menton. Rodeando a ambos tenía bastante bigote y una barba que le cubría ambos lados de la cara. Por el mismo echo del que su pelo era largo,en la cárcel no le habían dejado afeitarse.

-Vamos te estan esperando- Dijo uno de los guardias con una voz que dejaba denotar su nerviosismo y miedo. La otra figura no se movió, solo se quedó quieta mientras sonreía. El guardia que había hablado no tardó ni dos segundos en apuntarle con el rifle que llevaba. La verdad es que era un arma bastante vieja y que permitía pocos disparos antes de tener que recargarla, pero de gran utilidad en el siglo XVII ,siglo en el que el joven soldado portaba el arma y apuntaba al otro hombre.

-¡Vamos he dicho!- Dijo más nervioso todavía, un pequeño tembleque le sacudía la mano, haciendo que esta subierá y bajará de vez en cuando la altura a la que apuntaba el arma.

-Tranquilo muchacho ya voy, quería disfrutar del aire libre por ultima vez- Habló con autoridad el delincuente mientras comenzaba a andar,llegando al final de la calle y entrando en una pequeña prisión donde pasaría unos ultimos minutos mientras todo era preparado para su muerte.

-Entra- Haciendo caso a su escolta se metió dentro de lo que sería su ultimo hogar y se sentó junto a la ventana. Los rayos del sol entraban a través de esta calentando su curtida piel. Al otro lado de la ventana podía oir el rugir de los ciudadanos que pedían su sangre y el tañido de las campanas como prueba antes de su ejecución. A pesar de todo estaba sonriendo, se preguntaba qué sería de aquel al que estaba a punto de arruinar la vida.

-Pobre infeliz, aún no sabe lo que le ha dejado pápa- Empezó a reir a carcajadas mientras el tañido de las campanas cesaba por ahora. Mientras aquello ocurría un grupo de sombras se movía velozmente por los tejados.

-Sigo sin comprender porqué se dejó capturar- Dijo una de ellas mientras agilmente saltaba sobre una cornisa bastante estrecha y comenzaba a andar sobre el borde de esta con mucho cuidado.

- Creo que ya esta cansado de todo, le aburre este mundo, no le queda nada por vivir, pero bueno a nosotros no nos importa pues pronto tendremos un nuevo lider- La figura pareció sonreir mientras se dejaba deslizar por la ladera de uno de los tejados en forma de triángulo,frenando justo cuando llegó al borde de este.

-¿Entonces nosotros para qué vamos?- El grupo dio el ultimo salto antes de colocarse sobre una casa cercana al campanario, delante suya se encontraba la plaza llena de gente donde estaba montado el patíbulo, lugar donde se llevaría a cabo la ejecución. Una de esas figuras sonrió

-Sencillo- Sacó un enorme rifle de una maleta- Estamos aquí para evitar que se vaya de la lengua.

Dejando de lado al grupo, cerca de la cárcel una gran discusión afectaba a dos grandes fuerzas.

- ¡Pero no puede condenarle a morir, nuestra organización necesita a ese individuo!- Se quejó un hombre con el pelo de punta en forma de pichos, parecía bastante rabioso

-La ley es igual para todos Nagumo,ese hombre es un delincuente y debe morir en la horca- Habló el otro chico que llevaba una banda naranja en el pelo

-Endo, tú sabes los avances que nuestra empresa podría hacer si nos dejarás investigar a ese hombre

-¿Avances?- Se cruzó de brazos mientras respondía con tono sarcástico- Claro que habría avances pero, ¿para quién?, ¿para mí o para vosotros?

-¡¿Insinuas qué no te fias de mí?!- Golpeó la mesa en la que ambos estaban sentados haciendo que un pequeño jarrón se estrellará contra el suelo, Endo solo le echó un pequeño vistazo y miró de nuevo al hombre

-Eso mismo y ahora por favor si me disculpas tengo algunos asuntos que tratar- Dos guardias entraron para acompañar a Nagumo hacia la salida

-Te arrepentirás de esto, como que me llamo Nagumo- El chico salió por la puerta de mala gana seguido por su escolta. Tras eso a fuera comenzó a escucharse un gran murmullo, la hora había llegado.

El hombre que anteriormente esperaba sentado ahora era de nuevo llevado hasta su fatal fin. En cuanto entró en la plaza un enorme ruido comenzó a escucharse, seguido de una extraña paz. El sonido de los cuervos se hizo eco entre la multitud, las siniestras aves estaban esperando que aquel cuerpo dejará de moverse para clavar su puntiagudo pico en sus carnes. El hombre fue subido hasta el patíbulo mientras otro sacaba un largo pergamino.

- Atón Mo, corsario y bandido de todos los reinos es condenado a muerte por los siguientes delitos, asalto a 30 joyerias, atraco a 20 buques cargados de dinero, asesinato de un centenar de hombres en el este de Inazuma, robo de caballos y animales domesticos con un valor superior a las 200.000 Nazus...- Mientras el hombre leía el interminable pergamino el verdugo le pusó una horca alrededor del cuello y se la ajustó fuertemente, después le hizo andar hasta el centro donde debajo había una pequeña trampilla. En ningún momento, a pesar de encontrarse cercano su fin, el asesino había dejado de sonreir. A lo lejos pudó escuchar el aullido de un lobo, hasta los animales parecían despedirse de él en este, su ultimo día en la tierra. Echó un rápido vistazo por toda la zona y tejados hasta que pudó ver al grupo de figuras que hasta no hacía mucho estaban bajo su orden, tras un rato y de pronto, el hombre que leía sus delitos se detuvo y dio media vuelta. Había llegado la hora.

-¿Unas ultimas palabras?- Dijo el verdugo a punto de abrir la trampilla.

-Sí.- Sonrió mientras sus ojos cambiaban a unos de completo color rojo como en llamas.- ¡Esto!- Asustado el verdugo tiró de la palanca y la cuerda quedó tensa tirando del hombre, sin embargo este siguió hablando, mientras toda la multitud allí reunida daba un suspiro de horror y asombro.

- Es-es por esto por lo que me vais a matar- La cuerda no parecía estar en absoluto ahogandole, el hombre sonrió. Una mujer tapó los ojos a su hijo para que no viera al hombre, algo irónico siendo ahora el único momento en el que le preocupaba lo que su hijo pudiera ver y no las caras de sufrimiento que ponían los presos por culpa de la cuerda antes de que su alma abandonará su cuerpo.

-Pero yo no soy el único que...-Hizo una pausa mientras parecía luchar contra la cuerda que le apretaba- Mi hijo también es como yo, mi hijo Meil Mo, que será el nuevo lider de mi ban-banda. Vive en la ciudad de Raimon, en la casa que esta junto al gran árbol en el...- No pudó terminar la frase pues un disparo seco golpeó su pecho atravesandole directamente el corazón, sus ojos de color rojo se apagaron durante algunos segundos lentamente mientras la muchedumbre corría asustada a refugiarse. Los guardias cargaron los rifles y las campanas empezaron a sonar indicando la muerte

-¿De dónde vino ese disparo?- Dijo uno de ellos, Endo salió de su despacho y entró en la plaza rápidamente

-¡¿Qué ha pasado?!

-Alguien ha matado al bandido señor- Le comentó uno de sus guardias. El hombre inmediatamente miró hacia los tejados a tiempo para ver unas figuras correr entre estos, desapareciendo de su vista

-¡Van por los tejados no les dejeis huir rodear la zona!- Gritó el de la banda naranja mientras más y más hombres empezaban a moverse por todo el lugar.

-Sabía que una simple horca no podría acabar con su vida- Comentó una de las figuras del grupo que había acabado con el hombre mientras rodaba por el suelo al saltar de un tejado al otro.

-Pero hicistes un tiro certero,quizás tardastes demasiado- Dijo otra figura,ahora podía verse perfectamente que eran cinco los que saltaban intentando escapar de la guardia que les seguía los talones,un disparo pasó rozando cerca de uno de ellos a lo que la persona respodió con otro disparo de una pequeña pistola que golpeó en el brazo del hombre haciendo que soltará el arma con un grito de dolor.

-¡Vamos nos estan alcanzando!- Saltaron sobre otro tejado y cuando estaban dispuestos a alejarse de todo aquello un grupo de soldados doblaron la esquina

-¡Fuego!- Dijo uno de los guardias mientras una nube de plomo comenzó a llover sobre los asesinos del prisionero. Todos ellos se tiraron al suelo esquivando las balas que les llegaban a las alturas y comenzaron a moverse de nuevo.

-Mierda tendremos que rodear la zona- La persona que parecía guiar al resto hizo un gesto con la mano para que la siguieran por otro lado.

Mientras en la plaza solo dos personas se habían mantenido allí. El asustado verdugo que aún estaba templando y Endo que se había quedado mirando al hombre que aún colgaba de la trampilla, a pesar de todo aún tenía los ojos rojos. Algunos cuervos se habían lanzado a por su cuerpo y estaban posados sobre este, sobre sus hombros, pero sin llegar a hundir su pico en sus carnes. Casi parecía que estuviesen guardando respeto por el fallecido. Las campanas seguían sonando haciendose eco en la ahora vacia plaza, creando una siniestra imagen.

-Su-sus ojos -Dijo el verdugo en shock mientras el teniente se acercaba a él

-¿Qué dices?- Preguntó Endo mientras la enorme duda de que, qué clase de ser era el bandido asaltaba su mente.

-Sus ojos rojos. ¡He visto las llamas del infierno en ellos!- Era increible pensar que alguien tan acostumbrado a matar pudiera sentir un miedo así, pero lo tenía, ¿qué clase de locuras habría visto reflejadas en los siniestros ojos del bandido para acabar así? Díficilmente alguien lo sabría.

- Ese...- Dudó entre qué palabra utilizar para referirse al muerto- ser, habló de un hijo... Interesante- De pronto sintió alguien a su espalda y se dio la vuelta justo a tiempo de ver marcharse a Nagumo con una sonrisa, seguramente él también estaría pensando en las palabras del bandido.

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Una semana había pasado desde la ejecución del bandido, en la ciudad de Raimon un atractivo joven acababa de entregar su trabajo de este mes.

- Vaya esto es muy bueno de verdad- Le dijo el redactor al terminar de leerlo,el chico sonrío. Debía de medir entre 180 y 186 de compresión normal. Tenía el pelo de color negro pero corto y de punta desordenado, además de unos enormes ojos marrones. Su labios eran algo grandes y su boca de tamaño normal,tenía un explendido mentón y una hermosa nariz. Vestía ropa bastante elegante. Un buen lujo que se podía permitir con su posición en la sociedad, ya que era bastante conocido en aquella ciudad.

- Solo hago mi trabajo señor- Sonrió mientras ponía de forma arrogante su puño sobre su mentón, estaba bastante aconstumbrado a oir alagos de muchas personas, a veces le gustaban y otras le hacían sentir incomodo pero era parte de su día a día. Además el viejo Someoka no paraba de alagarle continuamente, la verdad es que le tenía mucho aprecio al chico y casi podía decirse que le mimaba como no pudo mimar a su hijo.

-Este año seguro que ganas el premio al mejor escritor de Inazuma- Habló el anciano mientras ambos recogían todas sus cosas, había llegado el momento de salir del trabajo.

- Ójala pero ese premio no se lo dan a cualquiera- Cogió la chaqueta del hombre que tenía en frente y se la pasó.

-Eres demasiado modesto- Intentó ponerse la otra manga de la chaqueta pero no lograba alcanzarla, el joven le ayudó a ponersela- Gracias hijo, uno se hace mayor- Ambos salieron de la habitación mientras el hombre apagaba la lámpara de aceite que mantenía la estancia iluminada.

-Bobadas usted sigue igual de joven que cuando yo era pequeño- Hizo una medio sonrisa mientras le guiñaba el ojo a Someoka, este sonrió

- Gracias sienta bien que te digan un cumplido de vez en cuando, no como el patán de mi hijo- Comenzaron a andar por el pasillo hacia la salida, el chico tuvo que contenerse para no poner mala cara, ya empezaba a criticar de nuevo a su único descendiente. Pero en el fondo sabía que tenía razón, su hijo Someoka junior, como le conocían todos, siempre había sido un poco rebelde, desde pequeño el chico había notado cierta lejanía en el chico con el resto de personas. Normalmente solía discutir con su padre, hasta que un día el pelirosa abandonó su casa y se fue para no volver nunca. De vez en cuando llegaba alguna carta suya y no con precisamente buenos comentarios para su padre. Cuando quisó darse cuenta ya habían llegado al final del pasillo. Y la entrada a la redacción.

- Bueno no quiero aburrirte con mis problemas familiares... ¿Qué estaba diciendote en el despacho?- Hizo una pausa para recordar - ¡Ah sí! Lo del premio, este año es tuyo seguro, el año pasado ya fuistes nominado, pero no quisieron dartelo. Todos pensabamos que estaba amañado y...- El viejo continuó hablando pero el chico no parecía prestarle mucha atención pues estaban pasando por la recepción y la hermosa chica que allí estaba no le quitaba ojo de encima. El chico evitaba mirar a la chica pero esta le hacía sentir incómodo y no podía concentrarse en lo que decía el anciano.

-Adiós jefe- Dijo la joven al hombre de la tercera edad cuando pasó y luego hizo una pausa mientras miraba de forma provocativa al chico que le acompañaba.

-Adiós Margarita- Dijo casi sin dirigirle la mirada y continuó hablando- Todos sabemos que el libro que ganó era bastante limitado- De pronto se quedó callado mientras salían fuera y sonrió con una sonrisa pícara mientras miraba al chico que dio un suspiro al dejar de estar bajo la mirada de esa chica.

- Le gustas mucho, ¿lo sabes no? Invitala a cenar- El chico se paró de pronto algo sonrojado y miró a su jefe.

-No, a mi las mujeres de verdad que no me hacen falta, estoy bien solo- Habían tenido muchas veces esta charla pero al chico seguía constandole hablar sobre ello.

-¡Ah, eres tonto!- Dijo en un tono entre ente molesto y de sarcasmo- Tienes a todas las mujeres de la ciudad a tus pies y decides estar solo, no te entiendo- El anciano tenía razón, él estaba considerado como una de las perlas solteras de aquel lugar, lo tenía todo, era conocido, tenía un buen trabajo, listo, guapo. No era de extrañar que más de una vez había tenido insinuaciones por parte de bastantes chicas, de echo solo en su oficina de trabajo sabía de tres o cuatro a las que no le importarían compartir su tiempo con él. Podría decirse que no había por allí ninguna sola chica que no hubiera pensado en acabar alguna vez sus días con él.

- Exageras un poco- Intentó no darle más vueltas al tema antes de que las cosas se volvieran incomodas pero su acompañante insistió en lo mismo.

-Mira chico, aún eres joven pero ya debes ir pensando en tener a alguna persona con la que compartir tu vida, formar una familia ¿entiendes?- Los dos miraron a ambos lados de la calle antes de cruzar hasta la acera de en frente.

-Compartir mi vida...- Repitió para si mismo el chico. Ese era su gran temor, no podía compartir su vida con nadie, nadie podía saber de él más de lo que ocurría fuera de su casa y es que el chico no era como los demás. Él lo sabía, sabía que era distinto y evitaba a toda costa el contacto con otras personas, menos todavía con las del género femenino. No debía.

-Bueno aquí nos separamos, ¿mañana a la misma hora?- Dijo el viejo mientras sonreía al joven, este asintió con la cabeza mientras se despedía con la mano

-Y piensa en lo que te he dicho- Hizo el gesto de señalarse la cabeza como indicando que usará el coco, el chico solo pudó esbozar una sonrisa forzada antes de darle la espalda a su jefe y comenzar a andar hacia su casa. Su cara cambió a una algo más preocupada mientras seguía pensando en todo lo que Someoka le había dicho, ¿tenía razón? Esa pregunta era la misma que le atormentaba desde hacía mucho pero de momento no había podido encontra una sola respuesta a esta. Dobló la esquina ajeno a todo lo que a su al rededor ocurría. Pero si hubiera estado más atento se hubiera fijado en que detrás suya, le había estado siguiendo un hombre peculiarmente alto desde que salieron de la editorial. Una enorme gabardina mantenía oculto su colosal cuerpo y un sombrero cubría su cabeza impidiendo ver su rostro, solo unos ojos que dejaban denotar cierto enfado. El hombre también dobló la esquina mientras apretaba los puños, si todo iba bien, esos pronto estarían algo manchados de la sangre del chico al que perseguía.

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Y aquí acaba el capitulo el siguiente tendrá más acción, sé que no aclara muchas cosas pero ya les iré contando e iran conociendo. Bien veamos ahora os dejaré la ficha para el que quiera participar. Pueden dejarmela como review o mandarmela por privado, la ficha solo recoje información basica ya más adelante iré pidiendo más datos para completarla. Pueden presentar más de un OC si lo desean con un máximo de tres

-Nombre:

-Mote:

-Apariencia: (Cuanto más datos mejor)

-Personalidad: (Bien definidas, esta parte puntua mucho a la hora de escoger )

-Clase: (De momento solo pueden elegir bandidos asique esto no es necesario)

-Ropa: (Opcional)

-Armas: (De fuego o normales)

-Pareja: (También influirá en la toma de decisión)

-Historia: (Aquí lo más importante, probablemente la historia tengais que corregirla o hacerla cambios más adelante pero aquí es lo que más evaluo y lo que más me importa, ser originales. Pensar que sois bandidos podeis haber pasado por bandas, haber visto muertes, haber cometido asesinatos, robos cualquier cosa que se os ocurra pero sorprenderme así de sencillo, el que no se vea capaz lo tendrá díficil, es un reto vosotros eligis si aceptais o no)

-Extras: (Alguna curiosidad especial que lo haga único,dependiendo de esta puede influir o no en mi toma de decisiones)

Eso es todo por el momento,no sé cuántos participaran pero espero que al menos 5, para aquellos que se animen muchas gracias por participar y les deseo suerte.