¡Hola! Este es un fanfic sobre la segunda guerra mundial con Alemania e Italia como protagonistas. Nos encontramos en el día del armisticio de Italia. Es una trama mucho más dura que los otros fanfic que he escrito, quizás en los primeros capítulos no, pero sí más adelante, se va a representar lo que pasó en los campos de exterminio, la situación de los polacos y todo narrado por la nación alemana que va a descubrir lo que realmente está pasando. Intentaré cuadrar lo mejor posible los hechos ficticios con los hechos histórico ya varios personajes serán personas reales que vivieron y lucharon en la guerra.

Capítulo 1: Arbeit macht frei

8 de septiembre de 1943

-¡Doitsu! Pararemos pronto ¿Verdad?- Gritó con voz entrecortada Italia. Nos encontrábamos en mitad del entrenamiento, dando vueltas al campo. Yo iba a la cabeza, varios metros por detrás de mí se encontraban las otras dos potencias del eje. Si en vez de gastar energía inútilmente en hablar corrieran, irían ambos más rápido.

-Solo si acabas todas las vueltas al campo, igual que Japón.

-Noooo-Me respondieron los dos a la vez.

-Seguid corriendo, si vais así nos alcanzarían los aliados.

-¿Quéee?!- Italia salió corriendo a toda velocidad, superándome. Debía dejar de hablar de los aliados en los entrenamientos.

-No están aquí. Para de una vez, Italien.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::Minutos después::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::

Paramos durante unos minutos para descansar, los dos parecían a punto de caerse del cansancio y solo llevábamos dos vueltas completas.

Me levanté, había oído el ruido del motor de algunos coches. Si habían podido acercarse debían de ser miembros del partido. Me alegré de que esta vez Italia me hubiese hecho caso y se hubiese puesto un pantalón y una camisa.

Los coches se acercaron hasta quedar enfrente de nosotros. Eran tres: Dos coches y una furgoneta. De uno de los coches salió un hombre de mediana edad con ropas del alto mando.

-Heil Hitler- Saludó levantando el brazo hacia nosotros.

-Heil Hitler- Saludamos realizando el mismo gesto.

-Entiendo que sabe quiénes somos.

-Por supuesto, solo veníamos a recoger a herr Vargas. Es necesario en Italia en estos momentos.

No le creí, si fuera necesario, hubiesen mandado a un italiano miembro del ejército de italia. No a un miembro de las SS alemanas.

-Esto es muy irregular. Nadie nos avisó con antelación, Italia no está preparado y estamos en medio de un entrenamiento.- Objeté, seguía sin fiarme de lo que estaba pasando.

-Eso ahora no es importante. Le necesitamos e incluso siendo usted, la orden ha sido dictada desde los más altos cargos. Su poder no tiene validez en estos momentos.- Dos soldados de las SS se pusieron a ambos lados del comandante, intentando intimidarnos. Pero me quedó claro lo que querían, Cogerían a Italia por medio de la violencia si hacía falta.

Japón y yo dimos un paso adelante. Éramos dos contra varios soldados armados, aun siendo países, la diferencia seguía siendo abismal.

-Vee, Doitsu me iré con ellos, no quiero que os pase nada malo.-Intervino Italia agarrándonos a ambos del brazo por detrás- Si es una orden debo cumplirla, aunque no me guste. Preferiría quedarme aquí contigo y Japón; ve. Pero el Duce me llama.

Nos abrazó a ambos, mientras no paraba de darle consejos.

-No te acerques a Inglaterra o Francia, si te pierdes no uses el agua para hacer pasta, no te metas con ningún país porque no podré ir lo suficientemente rápido para ayudarte, no tomes mucha pasta o te dolerá la barriga...

-Vee, Doitsu eso son muchas cosas. No me acordaré de ellas.

-No se te pueden olvidar. ¿Entendido?

-Ten cuidado Ita-kun.

-Lo tendré Japón.-Nos volvió a abrazar, esta vez incluso Japón correspondió el abrazo.

Se metió en uno de los coches sin dejar de despedirse con la mano.

- Adieu, Ludwig! Adieu, Kiku!

Levanté la mano para despedirme y no la bajé hasta que el coche desapareció de la vista.

-¿Qué hace usted todavía aquí?- El comandante seguía allí, no se había ido con el resto de sus hombres. No me había dado cuenta por la marcha de Italia.

-Conmovedora despedida. Me encantaría irme, pero tengo que hablar con ustedes dos. Entremos en su hogar, estoy seguro de que allí la conversación resultará más... amena.

Se dirigió directamente a mi casa, mientras Japón y yo le seguíamos.

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-¿Qué quiere?- Le pregunté bruscamente en mi salón. Me parecía una falta de educación que se hubiese auto invitado a mi casa después de la confrontación de antes.

-No debería ser tan rudo con sus semejantes. Somos del mismo pueblo ario.

-Lo que queremos saber es la razón de su visita.- Intervino Japón para calmar los ánimos.

-Tienes razón, herr Japón. Esta misma mañana nos hemos enterado del armisticio entre Italia y las fuerzas aliadas, llevábamos tiempo sospechándolo, pero no ha sido confirmado hasta ahora. Vinimos para detener a Italia antes de que huyese al sur. No es nada extraño que no os lo haya mencionado sabiendo que estaba en territorio enemigo, sabía que nos lo dirías en cuanto nos lo dijeses.

Flashback

-Doitsu, tengo algo importante que decirte.

-Me lo dirás luego, es la hora del entrenamiento.

-Pero Doitsu, es sobre mi país...

Le interrumpí, seguramente era alguna tontería (Se acabó la pasta en los campamentos italianos, Romano dice que te va a matar...) sobre todo si se lo había dicho su hermano.

-No importa. Tenemos que entrenar, lo primero que haré después será escucharte.

No parecía muy convencido, pero aun así asintió.

-Si Doitsu lo dice, será lo mejor.

Fin flashback

Lo que me iba a decir esta mañana era eso, por eso se comportó de una forma tan extraña cuando vio los coches al entregarse, debía saber que venían a por él. Conocía a Feliciano, nunca me traicionaría. Estaba seguro de que era su hermano quien lo había pensado todo; pero aun así estaba herido, nunca debería haber dudado de mí, aunque se lo dijese Romano, eso no sería razón para escucharle.

-Por suerte, hemos conseguido controlar la parte norte del país, pero en el sur se ha instaurado otro gobierno unido al bando de las fuerzas aliadas. Dentro de unos pocos días liberaremos a su Duce. Solo nos hemos llevado al señor Vargas para asegurarnos de su fidelidad debido a sus antecedentes familiares.- Debía referirse a su hermano, siempre nos había odiado y no confiaba en nosotros; si pudiese traicionarnos, lo haría sin dudarlo, que es lo que había sucedido.

-¿Qué le van a hacer?-Japón confiaba menos en ese hombre que yo.

-Nada. Solo le vamos a convencer de que se mantenga de nuestro lado, nada más. Es lo único que puede hacer ya que pronto controlaremos totalmente toda la zona norte de la península itálica. No sé porque os importa tanto. Es un país débil, no puede defenderse por sí mismo; no es un buen aliado para la gran Alemania que queremos crear.- Mientras decía esto se levantó para irse- Os recomiendo a los dos no volver a preocuparos por él si sabéis que es lo mejor para vosotros.

-¿Es eso una amenaza?- No iba a permitir que me amenazaran en mi propia casa.

-No, solo comento lo que es lo más lógico: No os opongáis a los deseos del Führer.

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-Tenemos que hacer algo Alemania-san.- Me dijo en cuanto el militar se fue.

-No puedo ir en contra de los deseos de mi líder y lo sabes.

-Entonces ¿Esperamos a que lo maten? Sabes perfectamente lo que va a pasar. Es muy difícil matarnos, pero no es imposible. Italia no es el más fuerte y su país está dividido.

-Nos ha traicionado, es lo único que merecen los traidores; la muerte.- Me escudé detrás de esas palabras, parte de la ideología de mi pueblo.

-Sabes que no es verdad, nunca nos hubiese traicionado. Estás enfadado ahora, pero no es lo que realmente piensas.

Bajé la mirada, puede que tuviese razón. Pero la herida era muy reciente, todavía no pensaba con claridad.

-Subo a mi habitación. Con tu permiso.

Me dejó solo pensando. Realmente no odiaba a Feliciano, era mi mejor amigo, pero no podía perdonarle. Solo la probabilidad de que hubiese estado de acuerdo, era horrible. Pero estaba a salvo, nadie se atrevería a hacerle daño, ya había sido una vez hecho prisionero por los míos. No pasaría nada o eso quería creer.

Entré en su habitación, no le habían dejado llevarse nada por las prisas. Me fijé en un objeto que se encontraba tirado en su cama. Era la cruz de hierro, él nunca se había separado de ella ¿Por qué la había abandonado allí? Debajo de ella había una carta con mi nombre. La abrí y me puse a

Si lo estás leyendo es que no estoy ahí, ve. Cuida bien de la cruz, es lo más preciado que me has regalado y me gustaría recuperarlo. Adieu, Doitsu cuídate mucho.

Feliciano Vargas (Italia del norte)

Me sentía como una escoria, me había confundido completamente. Ahora estaba seguro de que sabía que se lo iban a llevar, intentó decírmelo y yo no le dejé. Sentí como unas lágrimas caían en el papel, mojándolo. Pero no me importaba, había abandonado a mi mejor amigo en manos de sus enemigos.

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Esperaba que Ludwig encontrase la cruz, le tenía mucho cariño y como no sabía adónde me iban a enviar, prefería que lo guardase él por si acaso, odiaría que se rompiese o se perdiese.

Viajamos hasta cruzar el este de Alemania para llegar a lo que había sido Polonia. Divisé una especie de campamento por la ventana del coche, estaba formada por muchas casetas rodeadas de alambrada. Había bastantes personas en su interior, pero no parecían felices y sus ropas de rayas estaban sucias. No lo entendía, si no les gustaba ese sitio ¿Por qué no se iban?

Finalmente, llegamos a la entrada. había un cartel colgando con las siguientes letras en hierro:

"Arbeit macht frei", el trabajo os hará libres

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::Fin del primer capítulo:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::

Para los que no lo sepan, "Heil Hitler" era el saludo obligatorio en todo el territorio de la Alemania nazi. Era su hola, hasta el punto que la gente lo utilizaba así.

La frase "Arbeit macht frei" fue el lema que aparecía en muchos campos de concentración en la entrada, totalmente cruel e irónica.

El título es un recordatorio al niño con el pijama de rayas que me leí hace ya varios años y cuyo final me hizo llorar.

Este ha sido el primer capítulo como he dicho es más fuerte que mis otros fanfic en los primeros capítulos no. Ahora es vuestra elección si queréis mandarme un review o me lanzáis tomates (No para comerlos si no porque estáis cabreados; yo por si las moscas me voy a esconder).

Hasta la próxima semana.