Descargo de responsabilidad: Skip Beat! no me pertenece, ni los nombre de todos los "adorablosos" que son mencionados en esta historia.
Para una persona tremendamente especial, que nunca se te olvide lo extraordinaria que eres. Un pequeño detalle, pero con todo el cariño. ¡Feliz cumpleaños, Mutemuia!
PD: Como buena amiga que eres, te harás la loca con todos los errores que estoy segura se me escaparon y que ciertamente vas a encontrar XD
...
Y, ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
—Tsuruga-san —saludó cortésmente.
—¿Mogami-san? —preguntó sorprendido—, no es que no me alegre de verte, pero, ¿qué estás haciendo aquí?
—Lo he pensado todo el día, Tsuruga-san —habló ignorando la pregunta de su interlocutor—, y llegó la noche y aún no tengo una solución —dijo soltando un suspiro de esos que se dice que hacen que se escape la felicidad—, entonces lo recordé…, cómo terminé metida en este problema en primer lugar —Kyoko levanta la vista y el corazón de Ren se salta un latido—. Es su culpa —recalca golpeándole con el dedo índice el pecho, allí justo donde el corazón de Ren amenaza con salirse—. Así que es hora de asumir la responsabilidad de sus actos.
—¿Mi culpa? ¿La responsabilidad de mis actos? —La confusión de Ren no hacía más que aumentar—. No tengo la menor idea de lo que estás hablando, Mogami-san.
—Estoy hablando de esto —dijo mientras sacaba con cuidado la preciosa carga del bolso y la ponía en sus brazos.
Ren lo intenta, de verdad que sí, intenta no reír al ver a la manzana/pelota de la discordia, para no ofender a la muy agraviada, arrebolada y preocupada Kyoko, pero falla miserablemente.
—No es gracioso, Tsuruga-san.
—Sí, si, lo sé, lo siento. Pero, ¿cómo? ¿Por qué dices que es mi responsabilidad?
—Es su culpa, Tsuruga-san…, por mirarme con esos ojos.
Ren respira profundo, tratando de que a su corazón no le crezcan alas, a veces simplemente era imposible seguir la corriente del pensamiento de Kyoko.
—¿Por qué no entras y me explicas mientras tomamos una taza té? Si aún no has cenado podemos pedir algo de comer.
Kyoko deja escapar un suspiro largo.
—Sí, por supuesto, pero primero tengo que ir por Golfo.
—¿Golfo?
—Oooh, no lo dije, son dos de ellos.
…
Ren observa a sus tres invitados, estudiándolos cuidadosamente.
—Supongo que ahora me vas a contar cómo fue que sucedió esto —dijo señalando a los acompañantes de Kyoko.
Kyoko deja la taza de té en la mesa y mirándose las manos antes de clavar sus ojos en los de él contesta.
—Como dije, todo comenzó con esa mirada —suspiró—, con su mirada de cachorro abandonado.
…
Algunas semanas atrás
—Recuérdame de nuevo, Kyoko, ¿por qué estamos aquí? —preguntó Kanae arrugando la nariz obviamente incomoda.
—Arata-san sugirió apoyar alguna causa o voluntariado —respondió alegremente Kyoko.
No es que fuera mentira, pero tampoco era la absoluta verdad.
La revelación llegó inesperadamente, ella ojeaba los panfletos que le había dejado Arata-san de diferentes causas que le podrían interesar cuando lo vio. El panfleto del refugio de animales, un cuarteto de cachorros el punto de enfoque principal de la foto, acompañados de perros más adultos, gatos e inclusive algunas aves.
Oh, pero fueron los cachorros, ellos y esa mirada infame que tenían, esa mirada que Cain, a.k.a, Tsuruga-san, imitaba perfectamente y que destrozaba sus nervios, su calma y los candados de su corazón, bueno y también aquella cosa que leyó alguna vez de que la mejor forma de superar un miedo era hacerle frente, supone ella, triste ilusa, que lo mismo ha de suceder con las debilidades. Su razonamiento, sencillo, si te expones al patógeno que causa la debilidad/enfermedad por un tiempo prolongado, a la larga serás inmune a los efectos/estragos. ¡Si la vida fuera tan fácil!
Sencilla fue entonces la decisión, mataría dos pájaros de un solo tiro, acataría la sugerencia de su mánager y de paso podría inmunizarse contra esa arma terrible que eran los ojos de cachorro abandonado de Tsuruga Ren.
—Cierto, Kurumi-san dijo algo parecido —concedió Kanae—, es bueno para nuestro perfil que nos involucremos con causas sociales.
—Sí, eso también —responde Kyoko todavía pensando en sus viles motivos para estar allí. (Hará su mayor esfuerzo, la causa lo merece y de pronto le ayude a aliviar ese sentimiento de culpa encontrado al ella poder ganar algo de aquel proyecto).
—Pero, ¿por qué, Kyoko? ¿Por qué de todas las causas y voluntariados allí afuera, tenía que ser un refugio de animales?
—… ¿Son lindos?
—¡¿Lindos, Kyoko?! ¡¿Lindos?! —pregunta Kanae gesticulando con las manos—. Son unas bolas de pulgas, comedores de zapatos y destructores de muebles y ropa.
—No seas así, Mokooo-san, prometo que será divertido —dijo tomándola de la mano, mientras la jalaba hacia donde estaba el resto del grupo de voluntarios.
Kanae negó con la cabeza mientras se dejaba llevar, una involuntaria sonrisa formándose en sus labios.
—Las cosas que hace uno por la mejor amiga —gruñó Kanae por lo bajo.
