Hola!
Otra vez Namba... Quería comentarles que tenía este fic en mi cabeza desde hace mucho, así que reuní valentía y un poco de alcohol y henos aquí. Esta de más decir que los personajes son de SCC de Clamp, pero algunos son mios ¿Cuales? pues lean...
Ojala les guste, si tienen alguna idea, comentario, rechifo, crítica constructiva-destructiva No olviden comentarlo..
Ah y de esta sólo me falta el final, así que iré subiendo lo demás. Iba a ser un One-shoot pero quedaba muy largo, así que le doy, si mucho, tres capítulos...
Bueno pues...A leer.
El joven trigueño estaba sentado en el sofá de su casa regañándose mentalmente por haber aceptado ir a ese paseo de verano. Estaba esperando a que llegaran los demás, y por supuesto, a que su hermana dejara de empacar todo.
Cerró los ojos un momento y se preguntó por qué había aceptado.
-Mihara la chica a la que le has dado clase de biología- aseguró una voz melódica que se encontraba en su cocina en ese momento- Nos invitó a pasar el fin de semana en la finca de su familia.
-Pues que mal que la monstruo tenga que trabajar en casa ese día- dijo no muy confiado de contarle a ella el castigo que le había infringido a su hermana por salir a escondidas con el Gaki ese en la noche de la semana pasada.
-¿No dejarás que vaya con nosotras?-le preguntó entonces saliendo de la cocina aun con el mandil puesto. Era el suyo mismo. –Además- dijo con una sonrisa en su bello rostro- Mihara también te invitó a ti y a los hermanos Tsukishiro, porque recuerda que está muy agradecida por las clases de biología que le han enseñado. Creo que sería muy grosero no aceptar su propuesta.
Y había caído redondo bajo sus hipnóticos ojos que siempre obtenían todo lo que querían de él. Solo esperaba que no lo hiciera cumplir su promesa, porque por más que quisiera cumplirla, ella aún era una niña para él.
-¡Listo!-Exclamó su hermana desde su habitación. Él sonrió.-Hermano ¿hiciste comida para llevar?
-Claro que si monstruo-le respondió apesadumbrado. Ella también había logrado que hiciera eso.-Mejor vete a bañar que hasta acá puedo olerte.
-¡Hermano!-gritó enojada la castaña antes de cerrar la puerta del baño para darse una merecida ducha después de la larga jornada de estudio y de deporte del día anterior. Cuando ya empezaba a vestirse una pregunta surgió en su mente y no dudo en hacerla- Hermano-gritó –¿vas a llevar a Nakuru?
-No digas sandeces monstruo-le regañó desde el primer piso mientras se levantaba para abrir la puerta. Alguien había timbrado.
-Buenos días Touya-saludó cordial la joven antes de pasar al interior del hogar-Huele muy bien ¿Has cocinado?
-Jum-exclamó enojado y a la vez rendido. Esa mujer, no, esa niña, era una controladora sin remedio.
Sin siquiera obtener una respuesta o un saludo, la joven de ojos amatistas lo miro intensamente- Felicidades por haber entregado ya la tesis.
-Bah, no era nada del otro mundo-respondió sentándose en el sofá mientras ella le seguía y se sentaba a su lado.
Nunca antes, ni en primaria, secundaria o en la misma universidad, alguien, además de su familia y de sus dos amigos, se había sentado a su lado o le hablaba con tal comodidad. La miro de reojo y se maldijo nuevamente en los cinco años que llevaba maldiciéndose, por la promesa que le había hecho. Desde ese día, ella, sin ser insistente ni nada parecido, se había ido acercando a él, compartiendo no solo saludos, sino también, comentarios, opiniones, tardes enteras y demás a su lado.
-El joven Yue me dijo que tu asesor de tesis estaba muy impresionado por tu trabajo, y que de seguro te ibas a graduar con honores- dijo sonriéndole, tirando por los pisos su intento de ser modesto.
La observó nuevamente y decidió dejar sus estúpideces de lado- ¿Ya sabes qué vas a estudiar?
- licenciatura en preescolar -contestó con simpleza.
-¿Estás segura?- le preguntó sorprendido pero ella solo lo miro y asintió.
-¿Dónde?-preguntó ceñudo.
-Mamá dice que quiere que estudie en Tokio.
-¿Y dónde quieres estudiar tú?-preguntó cruzándose de brazos.
-Hermano ya llegó Tomo…¡Tomoyoo!-interrumpió cierta castaña en toalla antes de ir a abrazar a su amiga.
-Por Dios Sakura, ten decencia y vete a cambiar-le regañó su hermano huraño antes de pararse y salir de la casa.
-Ugh, últimamente está en modo ogro- Contestó la castaña a su amiga a la vez que la jalaba para que subiera a su habitación y allí le ayudar a escoger el vestido de baño correcto. Estuvieron allí media hora antes de que su hermano le gritara que ya habían llegado todos.
-Estoy segura de que Shaoran va a sufrir un infarto cuando te vea- le susurró la peli negra mientras salían del cuarto de la castaña.
-¡Tomoyo!-le recriminó sonrojándose-Sólo espero que mi hermano no se enoje ni me moleste.
-Tranquila Sakura ¿No dijiste que el joven Yukito había invitado a la hermosa Nakuru? De seguro se distrae por ella- le dijo cómplice mientras en sus ojos intentaba esconder cierta angustia que le generaba lo que acababa de decir.
Fuera de la casa, y luego de haber llamado a su padre, el castaño empezó a subir las maletas al carro que había traído Tomoyo. En esas sus mejores amigos empezaron a interceder y ayudarle- Así que si hiciste la comida- afirmó más para sí, Yue Tsukishiro y sus ojos vieron con burla a su mejor amigo.
-Cállate- le espetó este antes de tener que decir algo a cambio.
-Me alegra mucho, yo también hice y también mi hermano- dijo el otro peli blanco consolando a su amigo a la par que cargaba los alimentos al carro. En este, vio a Sakura ya instalada en la mitad y a Tomoyo de copiloto. Como siempre, era él quien tendría que manejar.
-Es increíble que tengas este modelo Tomoyo- le dijo asombrado el peli blanco a la par que se sentaba al lado de la castaña.
- Sé que a ustedes les gustan los carros, así que pensé en que este les gustaría- le contestó la pelinegra a Yue mientras Touya se sentaba de piloto y observaba maravillado, claramente escondiéndolo en su rostro, el gran carro que se presentaba ante él.
Después arrancaron y fue la peli negra la que le daba las direcciones al trigueño mientras los otros, Yue incluido, se perdían en una conversación.
-Oye Tomoyo y ¿Quiénes más van a ir?-preguntó el amable Yukito mientras abria la enorme bolsa de papas con comodidad.
-Es un secreto-declaró enigmática al voltearse a verlo. A su lado, la amatista pudo percibir la mirada inquieta que le lanzaba el castaño y sonrio para sus adentros.
Llegaron en una hora y media a un portal enorme que decía "Finca Mihara" y Tomoyo llamó a su amiga para contarle que ya habían llegado.
-¡Oh! Mi primo ya baja a abrirles Tomo- le respondió su amiga y esperaron en el carro hasta entonces.
-Vaya vaya, así que el mocoso también vino- dijo el mayor de los kinomoto con un acento oscuro al ver por el retrovisor el carro del chino que le quería quitar a su hermana.
-Y parece que viene con Eriol- completó la pelinegra alegre a la par que se bajaba con la misma velocidad que Sakura para saludar al mocoso, aunque en este caso era para saludar al inglés.
-Casi se cae por andar corriendo a saludar a ese- espetó enojado saliendo del auto.
-Es su novio, es comprensible- Soltó Yukito tranquilo, abriendo la puerta detrás del auto para sacar algunas cosas para comer.
-Creo que él no se refiere a Sakura- comentó en voz velada Yue sin dejar de mirar ni un momento, con burla y diversión claramente, a su mejor amigo.
Pero solo recibió una mirada enfurecida del alto trigueño antes de acercársele a cargar algunas cosas mientras las puertas de la finca se abrían y mostraban a un joven alto y atractivo de cabellos verdes y de mirada confiada.
-¡Hola!-saludó emocionado a todos los presentes, que estaban algo sorprendidos. Pero la cordial Tomoyo no tardo en responder y ponerse frente a él para saludarlo con la mano pero él se adelantó, cogió su mano para empujarla hacia él y besarle las dos mejillas.
Antes de que cierto estudiante de Medicina se le tirara encima por tal atrevimiento, el inglés se presentó y continúo a presentar a sus amigos.
-Bienvenidos, bienvenidos. Esta es su casa- decía amable y a la vez divertido al reparar en los ojos café de cierto tipo. Entonces todos se subieron nuevamente al carro y entraron a una propiedad grande, llena de un paisaje esplendoroso, de una piscina grande que se podía ver de lejos, de un asilo, una casa enorme y un viñedo detrás.
-Es una gran finca Mihara-chan, muchas gracias por habernos invitado-saludaba con candidez el peli plata a la joven que bajaba a recibirlos de la residencia. Ya no utilizaba las mismas trenzas que antes, así que dejaba caer su cascada castaña, y como todas las presentes, había crecido para convertirse en una mujer.
-Yukito-san ¡al contrario! Muchas gracias por haber aceptado, no sabe lo contenta que me pone- aseguró mientras los guiaba a la casa y acercándose le guiño el ojo diciéndole después- Allá afuera está la doncella que le comenté
-Oye, ¿Quién era ese?-preguntó directo el alto trigueño del lugar, logrando intimidar a la joven dueña de la finca.
-Él es mi primo, Alexander Mihara-contesto cohibida notando como la miraba de él no dejaba de perforar a su primo, quien se había acercado más a Tomoyo.
-La casa es preciosa Chiharu, como me alegra poder estar estos días acá-declaró maravillada la oji verde mientras era tomada de la mano por un celoso Shaoran, que no dejaba de perforar a Alejandro, al igual que su cuñado.
-Me alegra mucho, ahora los voy a llevar a sus cuartos…Alexander , ¿podrías llamar a Paolo? Me gustaría presentarle a…
-Paolo salió al pueblo esta mañana- contestó su primo mientras guiaba a algunos por la planta baja de la casa.
-¿Dónde estará mi prima?-le preguntaba enigmáticamente a Tomoyo, quien solo sonreía por las atenciones que le brindaba el primo de Mihara.
-Bien- se dijo el mayor de los kinomoto al tomar de la mano en ese momento a Sakura y luego a Tomoyo para arrastrarlas donde estaba la dueañ de la casa- Quiero que ellas duerman juntas y los dos de allá-señalo a Shaoran y a Eriol- que estén bien lejos de ellas.
Y antes de decir más, subieron a la segunda planta donde las esperaban Naoko y Rika, y los demás empezaron a escoger las habitaciones.
-En la noche tendremos un espectáculo cortesía de Paolo- señaló el Francés quién guiaba a los chicos a las habitaciones que quedaban justamente frente a la de las chicas. –Así que tienen que estar acorde al show.
-¿A qué te refieres con acorde?-preguntó la joven Naoko, secundada por los demás.
-Ya lo verán, por ahora pónganse cómodos, Chiharu me dijo que quería presentarles los viñedos y me temo que es algo temprano para ello- se dijo mirando el reloj.
Los demás acataron lo dicho y fueron a sus habitaciones, al menos para poner las maletas.
-Esto…Mihara-llamó el médico antes de que la chica se internara en la habitación de sus amigas- Trajimos comida.-señaló mirando hacia otra parte, entregándole las cuencas de comidas.
-Es usted muy amable-le dijo ella sorprendida, tomando algunos cuencos y guiando al castaño a la cocina para dejar lo demás. Entrando, se dio cuenta de que Yukito charlaba tranquilamente con una joven muy bonita.
Recordó entonces las cuantiosas veces en las que la dueña de la casa les había dicho que tenía una prima con el mismo apetito de Yukito y que además era dueña de un restaurante y la chef principal. Recordaba que insistía en querer presentárselo a su amigo.
-Oh, ya se encontraron-dijo la oji miel, al verlos por la cocina y entonces la joven se giró a ellos y Touya pudo ver porqué su amigo estaba tan fascinado y no dejaba de sonreír. La mujer era alta, de cuerpo delgado y rasgos finos, tenía el cabello rubio largo hasta la espalda y unos despampanantes ojos violetas.
-Mucho gusto, supongo que usted es el médico- repuso ella y se dio cuenta que tenía un acento extraño al hablar. Ella le estiró la mano y él la recibió apretándola.
-Touya Kinomoto, todavía soy estudiante.-respondió con simpleza mientras la mujer lo escrutaba con los ojos.-Creo que tu eres quien la bella joven estaba buscando allá en la piscina.
-¿De qué habla?-pregunto arisco mientras ella sonreía y Yukito repetía lo mismo. Entonces Chiharu y Touya dejaron todo en la cocina y la rubia le contesto- Una joven muy bella me dijo que por favor le llamará, que deseba que usted cumpliera algo, no sé muy bien qué.
Entonces el corazón del castaño dio señales de haber estado en una maratón e impulsado salió de la casa pensando que era demasiado pronto y que ella era una niña y que él ya era un hombre. Caminó hasta dar con la alberca grande, que parecía contener burbujas y una fuente y miro por el lugar para divisar algún cabello negro por allí.
-Oh Touya ¡Viniste!-exclamó la voz de una mujer que erizo la espalda del joven justo antes de que la dueña de la voz se le subiera encima- Me alegra mucho que hayas cumplido tu promesa de venir.
-Bajate Akitzuki- regañó el otro después de despertar del asombro de saber que estaba en ese lugar, y que cierta niña no estaba allí.
-¿Por qué?-preguntó con un puchero mirándolo de frente para que él notara el lindo vestidito de baño que había comprado. Era completamente negro y tenía algunos encajes, a pesar de ser vestido de baño. Él la observó sin decoro y luego se alejo unos pasos, atormentado porque quisiera que eso que ella traía puesto lo tuviera otra persona.
Se estaba volviendo un viejo verde pervertido.
En ese momento escuchó exclamaciones divertidas y vio como las amigas de su hermana, los chicos y su hermana misma llegaban a la piscina para meterse en ella.
Touya ni siquiera se fijo en el vestido de baño de su hermana.
Solo tenía en la mente que se estaba volviendo un canalla y decidió dejar a la peli morada allí plantada e irse a su propia habitación.
-Pero…¡Touya!-llamaba la otra, entrando a la casa, dándose cuenta que llamaba la atención de los muchachos allí presentes que no pudieron evitar ponerse rojos. Ante esto, Yamasaki recibió un golpe en su parte intima de parte de su novia mientras ella bufaba molesta lo "desgraciados" que eran los hombres.
Shaoran se sorprendió de haberse sonrojado pero después de mirar a su novia en el bonito traje verde que llevaba, más sexy que bonito, se dejo de bobadas y empezó a acercarse, aprovechando que su estúpido cuñado no estaba.-Sakura, creo que deberíamos ir un rato al sauna.-le susurró por lo bajo.
Ella se giró a él y detuvo su andar para preguntarle donde había uno. - No lo sé, deberíamos ir a buscarlo.
-Vaya tortolos- decía divertido el joven de anteojos a la chica que estaba a su lado, viéndolos marcharse. Ella le sonrió pero el noto que estaba un poco distraída y la notaba algo pálida.- ¿Estás bien?
-Eh...si, claro que sí. Lo siento, estaba pensando en otras cosas.- le confesó acercándose al borde de la piscina, donde estaban los demás.
Observó el cielo: era una mañana esplendida, estaba con sus amigos en un lugar increíble y era el último año de todos…Entonces ¿Por qué no se sentía como debía?
-¿En cosas como el hermano de Sakura?-le preguntó el otro divertido pero al notar la mirada algo apesadumbrada se calló y atinó a comentar- Creo que deberías decirle algo y no lanzarlo a los brazos de Nakuru.
-Pero tu prima me dijo que….
-Mi prima esta encaprichada con Kinomoto, pero no lo quiere o al menos, no de la manera que tu lo haces.-Le dijo deteniéndola.-Se que también quieres ayudar a Sakura, haciendo que él se concentre en otra cosa pero, creo que podrías unificar ambas.
-¿A qué te refieres? -pregunto curiosa notando entonces la mirada azul posarse en su cuerpo
-Estoy seguro que él ya ha notado que ya no eres una niña. Y si no fuera porque te gusta él, sabes que ya mismo te habría propuesto ser mi novia.
-Eriol!-Exclamó azorada y divertida por las sinceras palabras de su amigo. Con más calma y viendo la compañía se relajó. Hablaron y rieron más, disfrutando el ambiente, hasta que Eriol la llevo a la piscina para jugar con los demás.
La mañana dio paso a una tarde apacible en la que la llamada de un feliz Yukito atraía a todos para almorzar. Todos decidieron hacerlo al aire libre en las mesas que estaban cerca de la piscina. Justo en esos momentos la pareja que se había fugado llegaba. Ambos estaban sonrojados y algo agitados por lo que Tomoyo les aconsejó primero ir a la piscina y luego almorzar.
Debían refrescarse.
-Dónde está la monstruo?-preguntó una voz detrás suyo, específicamente en el marco de la puerta donde ella acababa de cambiarse. Se sonrojó un poco al pensar en que si hubiera abierto la puerta antes de tiempo, quizá ahora la situación hubiera sido muy incómoda.
-Está almorzando con los demás, míralo tú mismo-lo invitó a mirar por la ventana para cerciorarse y eso hizo. Notando que era verdad lo que decía.
-Te cambiaste-le comentó aun mirándola con aquellos ojos intimidantes. Siempre ponía ese tipo de mirada cuando se encontraba con Nakuru o cuando la veía a ella después de eso.
-Alexander se ofreció a darme un paseo por el lugar después de almorzar-le contestó tranquila intentando normalizarse. Camino por su habitación poniéndose las sandalias, alistando su cabello y rociándose perfume: todo ante la atenta mirada del trigueño.
-¿Así que vas a ir sola con ese tipo? Apenas lo conoces-le dijo intentando controlar el temperamento que le estaba dando- Fue muy confianzudo el tipo ese.
-Voy con Eriol también-le contesto con simpleza preguntándose por qué a él le importaba.
Y Touya no sabía si reír cínicamente o sin cinismos. La miró y una mueca delató que estaba enojado- Yo voy.
Aquello le alegró y la sonrisa que lució lo demostró.
Sin dar muestras de nada, él la siguió escaleras abajo y se dijo que le había gustado aquella sonrisa.
Se encontraron con Yukito, quien servía alegre el almuerzo que había hecho Touya y no dejaba de decirles a los demás que era su mejor amigo el que lo había hecho. Bastaba decir con que Touya farfullaba un cállate imbécil pero no importaba.
¿Siguen ahí?
¿Qué les ha parecido? Y ¿los personajes?
¡Mañana actualizo, nos vemos!
Namba64.
