Nota de la autora: ¡Hola a todos! Quisiera darles la bienvenida a este nuevo Fanfic dedicado a la pareja que es mi mayor shippeo (después del SS xD) que es el Raphril. Si bien, es una pareja algo crack' pero es una pareja que me encanta desde tiempos inmemorables —desde que Raphael de los 80's salvó a Abril de los 80's— entonces me quedé con esa relación —después TMNT 2014— *-* En fin... son por varias razones, y si te gusta esta pareja te invito atentamente a leerla. Sin más, comenzamos.
.
Disclaimer: Ustedes saben que Teenage Mutant Ninja Turtles, no me pertenece. De ser así, el Raphril sería canon desde tiempos inmemorables. (?
"Estaba perdido. Con una idea equivocada del amor, ocultando y restringiendo mis sentimientos. Entonces te encontré, te amé y viví"
.
.
.
Capítulo I
Raphael
.
Principios de Octubre. Esos tiempos en los que la noble brizna otorga tranquilidad, donde el otoño aloja y el invierno asoma. No es como si fuera a recitar todo un poema donde describo un paisaje que al final, terminará por ser indescriptible y habré perdido al menos 24 o 25 minutos en mi pequeño mundo llamado "cerebro". Porque últimamente pertenecía más a mi mundo que al mundo de la realidad, ese que comparto con mis hermanos, con mi maestro y padre, con Casey y Abril.
—Supongo que debo regresar a mi realidad, ¿no? —lancé un pequeño suspiro al vacío. Agradecía el que ese preciado lugar existiera. Con un ágil movimiento bajé de aquella pequeña choza que se encontraba justo al lado de una cascada; que, terminaba en un manantial precioso. Ningún ser humano o mutante podría estar cerca, al menos ese lugar llevaba 10 años abandonado, o eso había investigado a través de Donnie; y personalmente me había encargado de mantener ese lugar intacto. Porque lo sentía como si estuviera únicamente para mí, como un lugar exclusivo en el que podía controlar mi carácter y ordenar mis emociones.
Empecé a correr, tenía un largo camino que recorrer hasta llegar a la ciudad. La había pasado bien en esos días lejos de mis hermanos; me sentía más liberado y agradecía a Splinter por mandarme lejos, y por supuesto, lo había disfrutado. Aunque sabía que no había hecho nada de lo que mi maestro me había mandado a hacer. Aprenderme un maldito libro en 3 días y lo había olvidado. Pero cuando regresara, iría por el libro y lo hojearía para que al menos creyera que hice algo. Maldecía mi mala suerte, porque una vez que regresara a mi cotidiana vida, todo seguiría y la verdad es que, estaba algo cansado y debía admitir, muy hambriento. Quería pizza y no más vegetales. Además, regresando debía ir a casa de Abril y no quería. Estúpida vida.
.
.
.
.
.
.
Después de luchar contra Kraang, todo estaba en calma, si bien; aún nos faltaba Destructor pero, al menos vencer a un importante enemigo, era sin duda algo grande.
Como todos los días, viernes; para ser exactos, mis hermanos y yo nos deleitábamos con pizza, videojuegos y música, cortesía a Mikey. Entre todo ese alboroto, llegó Abril sonriendo como siempre y con un aura llena de tranquilidad. La verdad es que mi amistad con ella, se había estrechado de tal manera, que hasta a mí me sorprendía.
Para los chicos, era todo un caso cuando me ponía a platicar con ella y hasta compartir ciertas complicidades. Más bien; era todo un caso para Donnie, ya que en alguna ocasión descubrí a mi hermano preguntándole a Mikey, de que estábamos hablando. Me parecía una reacción totalmente inmadura y nefasta por parte de él. Pero podía comprenderlo; el pobre estaba enamorado hasta los huesos de la pelirroja, y creo, era una reacción normal. Esa, llamada celos. Aunque siendo yo, era realmente tonto… hasta estúpido. Yo no creía, ni creo, en esa basura catalogada como "enamoramiento". Cuando comentaba esos detalles sin importancia con ella; porque a veces salían a relucir esas simplezas. No faltaba su típica frase que ya estaba impresa en mi mente: "es que… simplemente, no ha llegado la indicada." ¿Indicada para qué? En algún momento me he detenido a pensar, en el tipo de chica que sería, ¿la ideal para mí? Por supuesto, claro que sí. No es como si fuera una tortuga homosexual sin algún interés por las mujeres pero eso, a ¿imaginarme un futuro con una chica, los noviecillos y esas cursilerías baratas? Jamás.
El punto era que ese viernes, ella llegó tan normal y tranquila hasta que Mikey soltó lo de la "fiesta de cumpleaños". Me gustaban las fiestas pero, ahora no sentía ninguna gana de celebrar, además Donnie siempre estaba serio y sereno en cuanto a nuestro cumpleaños se refiere. Pero ahora estaba más emocionado que otros años, quería una fiesta en grande y me dejé motivar por ese ánimo. Pues, no todos los días se cumplen 18 años.
Toda la tarde estuvo tranquila mientras; Abril se acercó cautelosamente y se lanzaba hacia mi caparazón agarrando mi cuello. Trataba de asustarme y la verdad, no pude más que dar un respingo. No es como si, a pesar de saber lo que Abril intentaba hacer, iba a ponerme como un amargado sin vida. Además la roja era mi única amiga.
—Uhm... Para la próxima, es probable que me saques el corazón. —le dije para aclararle que está vez, había tenido suerte. Dio una sonora carcajada mostrando su dentadura, debía admitir que tenía unos lindos gestos. Me miró fijamente y habló:
—Bueno, al menos he avanzado algo —se aclaró la garganta y prosiguió—. Y... ¿Qué hacías? —me preguntó.
Yo me limité a ladear la cabeza. La verdad no estaba haciendo nada, solo leía cosas aburridas.
—Hn. —alce los hombros—. Nada importante. Leonardo me dio estos papeles tan… aburridos —decía mientras rodaba los ojos.
— ¿De qué son? —me preguntó bastante intrigada. Lancé un suspiro, 10 minutos leyendo esta basura y ni una remota idea sobre que era. Volví a alzar los hombros. Noté que ella ponía los ojos en blanco mientras negaba lentamente; leyó el título de las hojas y después me miró fijamente.
—Es sobre tu fiesta de cumpleaños… —de pronto, pasó de una seria chica a una emocionada. Que bipolar.
— ¡Tu fiesta de cumpleaños! Qué bueno que ya se acerca. ¡¿No te emociona?! —tenía un leve destello en los ojos. Quizá también le recordaba que pronto ella igual cumpliría 18 años.
—Sí, ¡bravo! Que emoción. —dije irónico. No era la gran cosa para mí.
—Pero si tienes un alma fiestera Rapha… Nunca en la vida te pondré a organizar una fiesta, ni loca —me contestó de igual manera y empezando a reírse.
— ¡Ay! Si, por favor. —seguidamente el silencio de la sala estalló en risas. Al menos me había distraído.
.
.
.
.
.
.
— ¡He regresado! —grité para que todos supieran que finalmente regresaba. Alguien me debía algo. Donnie no se salvaba de mí. Mikey se me lanzó encima en cuanto me vio, hasta parecía que quería llorar. Aunque agradecía a Mikey que lo hubiera hecho. De nuevo, no fui a la casa de Abril. Que idiota.
— ¡RAPHA! —"sollozaba" mi pequeño hermano mientras me abrazaba hasta casi sacarme los ojos o dejarme sin respirar—. No vuelvas a dejarnos tanto tiempo o al menos, no te vayas tan lejos… —seguía mientras trataba de articular palabra.
—Mi-Mikey solo fueron 3 días... y no puedo res-respirar —el entonces me suelta y se disculpa. Observo a mí alrededor y noto como mis hermanos se empiezan a acercar.
— ¡Raphael! Al fin regresaste. Me da mucho gusto —dice mientras me da una leve palmada en el hombro. Parece que Donnie olvidó que él me delató.
— ¡Hey! También me da gusto estar de regreso. —mentí. Entonces le lanzo una mirada amenazante y noto como el traga en seco.
— ¿Que tal Rapha?, ¿Estuvo bien? —Siempre Leo, el niño propio.
— ¡Yuju! Fascinante Leo. No sabes cómo me divertí —extrañaba mis sarcasmos hacia mi hermano mayor. Al menos, eso había interrumpido mi posible plan para torturar a Donnie y no era malo ya que, si me portaba agresivo ahora, justo después del bendito retiro, probablemente Splinter me mandaría lejos otra vez o… peor.
—Al menos sigues siendo el mismo —veo que una gran sonrisa aparece en su cara—. Prefiero este hermano que uno serio y con aires de grandeza —me dice mientras camino hacia un sillón.
—Si, por supuesto… contigo es más que suficiente —digo mientras empiezo a reír al igual que mis otros dos hermanos.
—Uhm... —"dice" Leo, pero una sutil sonrisa aparece en su cara.
—Si Rapha… creía que regresarías como todo un monje… —me dice mientras me saca la lengua. Doy un gruñido mientras pongo mala cara—. No fastidies Mikey —le advierto mientras empiezo a leer una revista.
Antes de que Mikey siga burlándose o Leo riendo a carcajadas. Empiezo a acercarme a Donnie para tratar de advertirle disimuladamente, pero justo en ese momento Splinter sale de su cuarto para, no se… recibirme o… mandarme a un cuarto oscuro y preguntarme todo lo que hice, ¿tal vez? Quizá peor.
.
.
.
.
.
.
Quizá, yo era el que estaba mal. Leonardo y yo tuvimos otra discusión; y no, no era otra tontería como el liderazgo. Eso lo había comprendido de una mala manera. Pero lo que odiaba, y me molestaba, era que me diera órdenes todo el tiempo. "¡Raphael! Haz esto... ¡Raphael! Escucha al Maestro… Raphael ¡¿Acaso no te preocupa mantener el arte ninja?!…" blah, blah… Me quejaba mientras imitaba la molesta voz de mi hermano. Golpeaba todas las cosas a mí alrededor mientras caminaba pesadamente, instintivamente o tal vez; ya estaba bastante acostumbrado a venir aquí, me encontraba frente al ventanal del departamento de Abril. Era algo tarde, pensé en marcharme y largarme a casa de Casey pero el idiota ese vivía muy lejos, no me apetecía caminar kilómetros de distancia esta noche. Suspiré pesadamente mientras lentamente me marchaba, pero mis planes se frustraron, cuando Abril corrió la cortina y me vio.
Su cara era de total asombro, y también yo lo estaba. Inmediatamente, Abril abrió la ventana y dudando un poco me preguntó.
— ¡¿Rapha?! ¿Qué haces a esta hora fuera? —su cara era de total confusión y se reflejaba algo de preocupación.
—Eh... Yo solo... —me sentí estúpido. Soy estúpido. Ni yo sabía qué hacía ahí. Tal vez quería desahogarme con alguien, aunque pensándolo bien si se lo contaba a Casey me echaría todo un rollo sobre los hermanos, que no tengo ni una jodida gana de volver a escuchar. Noté como daba un suspiro con un deje leve de cansancio—. ¿Con quién fue esta vez? —me interrogó mientras cruzaba sus brazos y me veía fijamente, como si la respuesta estuviera en mi rostro.
Titube levemente… ¿tanto así, me conocía o, empezaba a conocerme? Me sentía un tanto incómodo. Alguien podía entenderme.
—Eh... Leonardo. —aclaré, mientras me recargaba en la barandilla. Aunque lo ocultaba, yo también estaba cansado. Tanto de mis pleitos, como del sueño.
—Rapha... —susurró quedamente. Ella sabía cuan explosivo yo resultaba ser, de hecho, había tenido que experimentarlo en repetidas ocasiones.
—Lo sé, lo sé. —me giré, porque sabía que no debía chocar todo el tiempo con mi hermano mayor.
—No lo sabes Rapha, entiendo tu forma de ser. Pero, estoy segura que si Leo te dice algo, no es más que por tu bien… —comentó mientras ponía su mano en mi hombro. Que patético, si había algo que me enfurecía era que me tuvieran lastima. ¿Acaso todos están y estarán, siempre de acuerdo con el Sr. Perfecto? Me daba repulsión. Me moví rudamente, apartando la mano de ella. Ni siquiera me había escuchado, y ya se creía con el derecho de sermonearme. Que idiota.
—No sé ni para que vine —contesté tan frío e indiferente como pude.
—Raphael, no te lo tomes así… —le corté antes de que continuara hablándome más sobre Leonardo. Siempre, Leonardo.
—Entonces… ¡¿cómo debo tomármelo?! Ah sí… ni siquiera haz escuchando lo qué pasó y ya te crees con el derecho de decir lo que te plazca -dije. Comencé a caminar hacia la escalera, no quería continuar ahí.
— ¡Rapha! —me gritó, justo cuando iba a tocar el suelo. Me voltee levemente. Su rostro estaba levemente sonrojado y noté que quería llorar. Más jodida vida.
—Lo siento… —musitó— No quería sonar como otra más apoyando siempre a Leo. Dime… ¿sí? Quiero escucharte…
Supongo que, otra vez mi tan preciado carácter, me había ganado otra vez. Me detuve a pensar en las posibles consecuencias de lo que haría a continuación. Sin siquiera pensar o meditar, me giré y seguí caminando. Sin voltear atrás. Sin importarme nada.
Nunca más, volví a su hogar.
.
.
.
.
.
.
—Vaya… veo que has regresado. ¿Cómo te fue, hijo mío? —me pregunta mientras ponía una mano en su barbilla y me veía seriamente.
—Ah… —balbuceo mientras me aclaro la garganta—. Eh… la verdad es que bien, gracias por mandarme lejos, creo que sirvió.
Splinter sigue viéndome directamente con cara de "¿Me estas jodiendo?". La verdad no entiendo si eso es lo que pasa en realidad, o lo imagino—. Así que… —hizo una pequeña pausa, y, mientras reviso el lugar, descubro que ya no hay nadie más que él y yo— ¿Reflexionaste, entrenaste tu cuerpo y mente arduamente? —me pregunta y yo sigo sin comprender.
—La verdad si, Maestro. No sé qué otra cosa quieres escuchar… —Entonces, de la nada Splinter arremete contra mí, y lo único que logro hacer es esquivarlo.
—Muy bien… para alguien que no entrenó arduamente… —y sigue.
— ¡Diablos Splinter! ¡¿Cómo te hago entender que si lo hice?! —me estoy cansando de esto.
Alza su mano derecha mostrándome un libro algo grueso, con el título "Artes Antiguas del Control Espiritual". Entonces mi mente se hace añicos. Estoy muerto.
— No sé si recuerdes que, antes de partir, te pedí que fueras por este "maldito libro" a casa de Abril. —me mira y creo que se da cuenta de mi estúpida reacción. Hasta puedo sentir que mi estómago lo tengo hasta los pies—. Veo que entrenaste arduamente… —me sigue viendo fijamente.
Maldición… muchas gracias, Abril. Pensó mi subconsciente.
—Ah… ese libro… la verdad es que no… —no encuentro una excusa creíble—. Uhm... Creí necesario llevarlo, es decir, entrené por mi cuenta y con… otras técnicas. —Finalizo con un suspiro. Creo que, estoy más muerto.
—Interesante. La verdad me gustaría saber que otras técnicas aprendiste o por lo menos… saber qué clase de aprendizaje tienes para mí. —me incitaba mientras me observaba fijamente. La verdad, no había hecho otra cosa que hacer rabietas y maldecir varias veces. Si acaso había aprendido algunas técnicas. Ninguna, a la altura de Splinter, estaba perdido.
— ¡Raphael! Te estoy cuestionando algo, pero no dices ninguna palabra al respecto. ¿Acaso no podías detenerte 5 minutos en casa de Abril, por un sencillo libro?.
Y otra vez, me reprochaba cuando Splinter ni siquiera tuviera idea de lo que pasaba. Todo por su maldito carácter, ese; que no me permitió ir a casa de Abril. Ese, que no quería flaquear ante ella. Estaba rendido ante Splinter. Solo me quedaba una carta y tenía que jugarla bien—. Muy bien, si te muestro que ya no soy el Raphael gruñón de antes, y enseñarte una técnica totalmente diferente, a lo que nos enseñas cada día. ¡¿Me creerás?!
.
.
.
.
.
.
Al siguiente día, la pelirroja ni se asomó por la alcantarilla.
Pero entonces, me daba la razón. Se sentía culpable, por lo que me había dicho. Y yo que creía que me había excedido, al menos hacia bien. Que sufra un poco.
.
Luego de una semana, ella no venía, y esta vez, ya me preocupaba. Aunque lógicamente, no iba a demostrarlo. Me sorprendía que ninguno de mis hermanos comentara algo o si quiera se alarmara porque no fuera. Ella era muy común, casi nunca faltaba—. Que tranquilo está todo. —comentó Mikey al vacío mientras se recostaba en el suelo y miraba hacia el techo, parecía muy aburrido.
—Así es Mikey… sin Abril, todo es silencioso. —comentó Don Perfecto. Yo oculte mi interés y quise comentar algo para dispersar la tensión.
— Mejor así, ¿he? —comenté, sin darle importancia. Los dos presentes me miraron con mala cara; como si fuera el peor enemigo del superhéroe estrella de la historia—. No digas eso Raphael. —me dijo Leo. Yo simplemente solté un bufido. Si, lo admitía, fue un comentario algo tonto.
—Pero ya todo volverá a la normalidad dentro de 2 días —soltó Mikey muy emocionado, los dos días que faltaban de la semana—. Ya quiero contarle las nuevas buenas.
— ¿De qué hablas? —pregunté. Otra vez, disfrazando mi interés.
—Bueno, Abril nos dijo que no vendría esta semana porque tenía exámenes finales, o algo así. —me aclaró mi pequeño hermano. "Así que les dijo a ellos…"
—Me refería a las… ¿nuevas buenas? —dije, sin ninguna expresión— ¿Cuáles nuevas?
Me miró, como si hubiera hecho el mejor chiste. Soltó una sonora carcajada mientras yo lo veía con una ceja levantada. A él le gustaba sacarme de quicio.
—La fiesta Raph… -dijo, ya un poco más serio—. Rectifico, tu fiesta.
.
.
.
.
.
.
Splinter suspiró, estaba algo cansado; o eso podía observar. Finalmente, el parecía ceder y simplemente se dio la vuelta comenzando a caminar.
—Esperemos… digas la verdad —Continuó caminando pero antes de desaparecer por su habitación, se volteo para decirme—, la técnica… quiero verla en la mañana.
Y sin más, me dejó ahí. Había salido de un problema, para meterme a otro rollo. Todo por mis tonterías.
—Si tan solo, hubiera ido por ese estúpido libro… —corté antes de alguien pudiera escucharme. Escuché un ruido, como si alguien entrara. Entonces, ahí estaba. Parecía indecisa entre hablarme o no.
.
.
.
.
.
.
.
Splinter salió, de no sé dónde. Y me observaba fijamente, con mala cara. Detrás de él, venía Donnie pero empezó a marcharse a su laboratorio. Parecía como si hubiera hecho un crimen y no quería que lo destriparan por ahora.
— ¡Raphael! —dijo serio mi padre y mentor. Yo solo atiné a ponerme de pie. ¿Ahora de que mierda me va a regañar? Pensé.
—Me enteré… —cortó antes de proseguir— de que discutiste otra vez con Leonardo. Pero esta vez, casi destruyen el laboratorio de su hermano. —me dijo. Entonces supe porque ese se había ido. Lo voy a estrangular. Mientras, al observar a mi alrededor, noté a mis hermanos y la cara de Leonardo, era todo un poema. La imagen recta del líder, se desmoronaba lentamente, Obviamente, yo había comenzado. Pero él ni siquiera se inmuto en parar. Splinter me observó detenidamente para después dirigirse a Leo.
—Creí que habías madurado… —le dijo severamente. Mi interior estaba estallando a carcajadas, pero estas desaparecieron cuando Splinter dictó mi horrible condena.
—En cuanto a ti… —caminó, mientras yo trataba de buscar un agujero y escapar por ahí. El continuó— quiero que te vayas fuera de la ciudad, este fin de semana. Solo tú. Sin ningún tipo de objeto de entretenimiento. Podrás llevar alimento… solo fruta y unos vegetales. Pero, ni pienses que son vacaciones, te vas a buscar la paz interior y a practicar Artes Antiguas del Control Espiritual. Quiero todo el libro aprendido de memoria en 3 días, por cierto… el libro lo tiene Abril. Tendrás que ir por el a su casa… ¿Quedó claro?
¡MALDITO DONNIE! En cuanto lo viera… lo mataría con mis propias manos. Respiré hondo. Un retiro espiritual, sin más, el maestro sabe cuánto odio esas cosas. Un momento… ¡¿ese maldito libro está con Abril?! Splinter no sabía lo que me estaba haciendo. Mil veces mierda.
— ¡¿Quedó claro?! —me volvió a preguntar, más severo. Solo pude mover la cabeza en señal de afirmación. Leonardo me vio con mala cara para después pasar a una de: ¡eso te tienes por arruinar mi imagen! Gruñí estrepitosamente. Mikey no decía nada, solo me veía. Lo noté en el rostro que estaba algo preocupado, porque él siempre se preocupaba por nosotros.
—Y tu… —habló de la nada Splinter. Leonardo cambió su rostro a uno de nervios—. 1000 lagartijas sin descanso —y entonces desapareció. Yo estallé en carcajadas, porque todo era causa-efecto del karma. Se burlaba de mí, ahora yo me burlaría de él, sin parar.
Leonardo volvió a fruncir el ceño para después matarme con la mirada. Pero no podía parar. Era cansado pero… aun así no se comparaba a lo mío. Él se levantó y comenzó a caminar hacia el dojo. Tenía mucho que hacer.
— ¡Rayos!... –se quejó estrepitosamente Mikey— ¿Significa que no hay fiesta?
—Splinter no dijo eso… —solté un bufido. Debía prepararme para partir, antes de que me pusiera algo peor. Pero me detuve para decirle a Mikey—. La preparamos mejor cuando regrese…
.
Entonces, estaba ahí otra vez. Frente al departamento de Abril, pero en esos momentos había olvidado porque había ido. Sabía que si tocaba, debía disculparme y ha pasado mucho tiempo desde entonces. Me marché.
Y olvidé el estúpido libro."
.
.
"El orgullo es una poderosa arma de autodefensa que poseemos todos, pero no todos usamos de la misma forma y con la misma fuerza."
.
K/A: Ojalá que les haya gustado. Es una historia que salio, bueno... estaba tranquilamente escuchando música —exactamente "Like I Can"— & de pronto surgió esta idea xD Además, cabe decir que eh visto varios FanArt's sobre Raphril & pues, no pude contenerme más para subir mi propio Fic. Trataré de actualizar seguido, por lo que a mi concierne, me gustaría ir desarrollándola con tiempo y sin tardarme. Muchísimas gracias por leer. ¡Hasta la próxima!
