Notas Preliminares:
Ame encontró un mp3 de Ishikawa Hideo cantando ópera. Ame estuvo muy random al respecto y en conjunto con algunas paranoias más de su kagami, terminó escribiendo lo siguiente bajen la canción para full enjoyment, please XD, estarà por tiempo limitado en fungafufu,amethyst-soul,net/nyah/corengrato,mp3 (cambien comas por puntos, desgraciado ff.net --) si no pueden llegar a bajarla contàctenme y yo se las paso .

Core'ngrato -Catarììììììì Catarììììììì pecchè me diciiiiii
Shuuichi miró el reloj, ocho de la mañana.
-Sti parole amareeeeeee
Se revolvió en la cama y no encontró a Yuki a su lado, lo cual era bastante extraño considerando que siempre se despertaba después que él.
-Pecchè me parle e 'o core me turmiente Catarì
Se sentó en la cama tallándose los ojos, buscó sus pantuflas de peluche rosado y salió de la cama, hoy era Domingo, así que no tenía que ir a trabajar.
-Nun te scurdà Catarì Catarì che vene a dicereeeeee stu parlà
Una vez en la cocina, se encontró a su amante, con la cabeza firmemente sostenida por sus manos, masajeando sus sienes insistentemente y murmurando un montón de insultos inentendibles.
-Ohayou Yuki!!-dijo el pelirrosado, animosamente.
Yuki levantó la vista y a Shuuichi se le hizo un nudo en la garganta. Era la ya familiar "mirada asesina".
-Pe--perdón-una disculpa sin voz emergió de su garganta.
-Ca me dà spasemeeeeeeeee?
-¿Por qué te disculpas?
-No lo sé...-la voz aún más reducida. -Pero estás molesto así que...-
-Tu nun'nce pienze a stu dulore mioooooooo
-¡¡ARGH MALDITA SEA CÁLLATE YA!!
Shuuichi parpadeó un par d eveces antes de ir detrás del rubio, que ahora mismo se encontraba pateando la puerta del baño.
-Tu nun'nce pienze, tu nun te ne cuuuuuuure
-¡Ah! ¿Era Tatsuha-san el que estaba cantando?-comentó Shuuichi, mirando la pateada puerta.
-Berrea peor que tú.
-Coooooooore cooooore'ngratoooooooo-Tatsuha hacía caso omiso de las exigencias de su hermano mientras se sonreía a sí mismo en el espejo, terminando de afeitarse.
-T'aie pigliaaaaaatoooo 'a vita miiiiiiaaaaaa
El de cabello oscuro sonrío de oreja a oreja mientras al cantar, recordaba los sucesos de la noche anterior.

Había ido a Tokyo porque Ryuuichi lo había invitado a un concierto... al cual a su vez, Ryuuichi había sido invitado por Tohma y Mika.
Tatsuha había tenido que vestir de smoking y lucir perfectamente presentable. Estaba dándose la aburrida de su vida, si, pero a menos de quince minutos de que la ópera hubiera comenzado, a Ryuuichi se le cayó algo al suelo y el cantante tuvo que bajarse de su asiento para buscarlo.
-¿Necesitas ayuda?
-No hace falta Tatsuha-kun-respondió Ryuuichi en un susurro. -Ya lo encontré.
El menor de los Uesugi entonces emitió un sonido bastante extraño al tiempo que aferraba sus manos a los brazos del asiento.
-Ssshhh...-Ryuuichi levantó la vista de entre las piernas de Tatsuha y le guiñó un ojo al tiempo que volvía a acariciar suavemente la entrepierna de su novio.
No pasó mucho tiempo antes de que ambos terminaran en el baño. Tatsuha sentado sobre el lavamanos con la cabeza hacia atrás y la respiración entrecortada. Ryuuichi un poco más abajo, concentrando sus labios y su lengua en hacer bien su trabajo.

-Tutt'è passato e nun'nce pieeeenze cchiùùùùù!
Salió del baño con una toalla corta atada a su cintura, sólo para encontrarse con Shuuichi sentado en el suelo, con los ojos llenos de lágrimas, Yuki de pie a un lado.
-¡¡Qué bonita canción!!-sollozó Shindou.
-¡Idiota! ¡Ni siquiera él sabe lo que está cantando!
-Coooooooooooooore coooooooooore'ngratooooooooooooo
El volumen, esta vez amplificado por la presencia del tenor.
Eiri dirigió su atención al joven monje.
-Cállate de una maldita vez.
-T'aie pigliaaaaaatoooo 'a vita miiiiiiaaaaaa-Tatsuha posó, con los brazos abiertos.
Sonidos de la fluyente nariz de Shuuichi mezclados con más llanto.
-Tutt'è passato
Yuki empezaba a perder la paciencia.
-E NUN'NCE PIENZEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
El rubio tomó a su casi gemelo firmemente por el borde de la toalla y lo arrastró hasta la puerta del frente.
-CCHIÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙÙ
Tatsuha finalizó su canción en la calle, sentado bajo la lluvia fresca de la mañana y con una única pieza de tela cubriendo su dignidad.

Pero con la sonrisa gloriosa, aún presente en su rostro.