Minori Kushieda.

¿Seré lesbiana?

"Volvió a preguntarse… Recordó que la primera vez que se lo planteó en voz alta, Takasu la había mirado raro y le había dicho que no lo creía. Ella, a su vez, lo había mirado y había encontrado la forma de ocultar sus ganas de decirle que, si él supiera, tal vez, habría reaccionado de otra forma.

Kushieda Minori había pasado por una extensa serie de circunstancias amorosas y personales, muchas de ellas hacían que no fuera fácil para ella entender qué era lo que le pasaba. Siempre supo que le gustaba Takashi, verlo por ahí, con su cara de criminal y su corazón de oro, la ponía nerviosa y acababa haciendo algo raro…
Su mejor amiga, Taiga, también le producía algo extraño. La adoraba, la amaba, pero, a veces, cuando la tenía abrazada contra su pecho, sentía otras cosas por el cuerpo… Lo que más la confundía, sin embargo, era ver a Ami… Ami era una dualidad demasiado extraña, aunque no se entendían del todo bien, ella sabía que le producía algo muy parecido a lo que le producía Takasu.

Esta era una de esas noches en las que solía divagar entre el insomnio y los pensamientos confusos.

Todo había iniciado una vez, en el vestuario después del entrenamiento de softball, se había quedado de más en la ducha. Aquel día llovió con furia y el entrenamiento había sido duro, largo y embarrado. El agua caliente corría por su cuerpo joven y relajaba lentamente los adoloridos músculos. El chorro era potente y sentaba bien en la espalda. Salir de la ducha sería difícil considerando que era invierno, hacía mucho frío fuera y se sentía todo tan bien allí dentro.

- Flash Back -

-Kushieda?

Aquella voz parecía la de Motoko, una chica de primero que había ingresado al equipo recientemente. Cometió varios errores y tuvo que recoger todo el material de entrenamiento, fue una tarde dura para la chica y, desde luego, había tardado así que, al llegar al vestuario, las demás se habían ido… A excepción de Kushieda, que seguía en las duchas.

Que mala pata, ojalá hubiera estado sola.

Llevaba algún tiempo sintiendo los estragos de la juventud en su cuerpo. Algunas… Necesidades, habían empezado a aparecer y algunas noches se había dejado llevar por si misma, era una mujer joven conociendo su cuerpo. Era una mujer joven que hubiese querido estar sola para poder relajarse consigo misma, aquello le ayudaba a dormir en días tan densos.

- Eh… Motoko, terminaste por fin? Estoy en la ducha.

-Sí, fue molesto recoger todo en la lluvia, pero lo logré.

Escuchó a la chica meterse en el cubículo de al lado, la supuso desnuda y sucia… Se le antojó poderosamente, asomarse y mirarla sin tener muy claras, para si misma, las intenciones.
Escuchó el agua caer y supo que esa chica estaba allí, desnuda, a una pequeñita pared de distancia… Se sintió sonrojar y se preguntó en qué estaba pensando. Rápidamente volvió a concentrarse en el agua que le caía y en su piel. Pasó sus manos por sus senos y mordió sus labios, sin duda, le había encantado ducharse junto a aquella muchacha.
Cerró los ojos y se tocó.

Lentamente, su vagina pedía, exigía. Pensó, sin pensar, en la chica de la ducha del al lado y acarició con suavidad los labios vaginales, supo que había humedad y supo también que no provenía solo del agua.

Se quedó bajo el agua, puso la yema de su dedo corazón derecho justo en la entrada y empezó a hacer círculos lentamente, disfrutando del tacto y del calor del agua y, luego, sintió unas manos que le recorrían la espalda, junto con unos labios. Abrió los ojos y se la encontró allí: La chica nueva había cerrado su ducha y se había introducido en la de ella y, ahora, besaba su piel y la acariciaba. Lejos de enojarse y guardando la sorpresa, decidió dejarla hacer, se sentía tan bien...

- Fin Flash Back -

Dio una vuelta en la cama recordando con cariño esa tarde. Después de aquello, nunca había vuelto a conversar con Motoko, ninguna de las dos se había acercado a la otra y aquella había terminado por cambiarse al club de Kendo. Sin embargo, el mundo de Minori había cambiado sustancialmente. Aunque esa tarde y noche no se lo preguntó, los días que siguieron fueron un constante estado de inmersión en si misma pensando y pensando… Estaba segura de varias cosas, le había gustado, no sentía repulsión o asco y quería volver a hacerlo; eso tampoco excluía el hecho de que le gustara Ryuuji… Que complicación!

Recordó con mucho cariño la charla sobre fantasmas en las vacaciones de verano…

Volvió a dar otra vuelta en la cama. Después de la tarde Motoko, empezó a leer mucho sobre las relaciones lésbicas, tratando de entender que era lo que le pasaba, no veía todo su entorno de la misma forma. Miraba a las chicas y a los chicos y se preguntaba cosas… Había tenido una experiencia con una mujer, pero ninguna con un hombre… Sería igual?

Miró el reloj, eran las 2:42 am. Decidió salir a dar una vuelta, seguir en la cama la desesperaba.

Se levantó, se puso un abrigo para invierno y una bufanda y salió a la calle.