Summary: Haruno Sakura es la última sobreviviente del clan Haruno, luego de la partida de Sasuke, el prodigio del extinto clan Uchiha, su vida se ve sumergida en una ola de miseria y desesperación. Sintiendo cómo la situación se le escapa de las manos, termina con Sasuke como su niñero durante seis largos meses. ¿Sasuke se dará cuenta de la profunda que es su cicatriz?
Advertencias: Ooc.
Disclaimer: Ni Naruto, ni su mundo, ni sus personajes me pertenecen son de Masashi Kishimoto, sólo los uso para entretenimiento propio. La trama de la historia es de mi completa autoría, no acepto plagio.
"….." –Conversaciones mentales de Sakura-
"…"-Parte malévola de Inner.
"Amar a alguien, es decirle: no morirás. " -GABRIEL MARCEL
Prologo: El espejo y mi alma no me mienten.
¿Por qué?
Una pregunta tan sencilla.
Pero con muchas respuestas inciertas.
Me mire en el espejo de cuerpo completo; detallándome. Unos ojos verde esmeralda; que solían ser la alegría de muchas personas. Cabello rosado, de un exótico rosado hasta la cintura, pero sin brillo. Piel nívea, nariz respingona, piel suave y tersa. Seguí mi camino, hasta llegar a mi no tan voluptuoso cuerpo, pero si con unas buenas curvas en los lugares correspondientes.
Mi ropa...llena de sangre, mi sangre. Me estuve matando entrenando; junto con los turnos dobles en el hospital. Todo con tal de no pensar, no sentir, no amar.
Demacrada.
Sola.
Rota.
Porque esa es mi verdad, estaba tan rota como cuando dejan caer a una muñeca de porcelana; tan lindas, tan delicadas, pero al más mínimo contacto rustico, se rompen.
Lástima.
Me vuelvo a mirar a mí misma en el espejo, viendo mis ojos vacuos y sin vida.
Venganza.
Sed de una tortuosa y lenta venganza.
Lamentarían meterse con una Haruno. De eso me encargaría personalmente.
Mis padres y yo, éramos los últimos del Clan Haruno. Todos pensaban que éramos una familia común y corriente.
Que equivocados estaban.
Hace muchos años, el Clan Haruno fue mutilado; por su misma aldea. Pero nadie sabía que habían quedado dos personas, pertenecientes a la rama principal, y que dentro de muy poco iban a tomar el liderazgo de su clan. Lo llevaban en sus venas, su sangre Haruno aclamaba venganza. Hicieron enfurecer a aquellos dos adolescentes, los prodigios del Clan Haruno; mis padres, su compromiso fue arreglado para no ensuciar la pureza del linaje.
Kuroi Haruno-me*
Un poder que muy pocos sabían controlar, capaces de poder ver como el Baykugan, ningún genjutsu había sobrevivido a alguno del Clan que poseyera aquellos ojos, ni los Uchiha que tanto se enorgullecían de su poder, capaces de todos al igual que el Ri'nenngan. Los poseedores de los Kuroi Haruno-me, se caracterizados por su bondad y calidez. Solamente aquellas personas que tuvieran la suficiente voluntad, para pasar por el dolor; podría despertar los Kuroi Haruno-me. Aquellos que no superaran el dolor:
Simplemente morían.
Por débiles, demasiado poder para nosotros humanos; que cometemos errores tras errores. Mis padres pelearon con todo aquellos Anbus's de Raíz, los dejaron al borde la muerte; pero no los mataron. No se arrepentían, pero querían que las cosas hubieran sido diferentes. ¿Cómo me entere?
Fácil.
Sabía que mis padres me ocultaban algo, siempre que les decía que quería ser una gran Kunoichi; sus semblantes se volvían sombríos y apagados. Les preguntaba y me decían que me fuera a practicar o que me fuera a hacer cosas de "niñas".
Que ilusa.
Si hubiera tenido el conocimiento de aquello, todo sería diferente.
Decidí investigar, cuando me volví la pupila de Tsunade por mi propia cuenta; hurgando en los archivos de la biblioteca de Konoha. Toda, absolutamente toda la información sobre mi clan, y el clan Uchiha.
La Masacre.
El consejo.
Nuestro Poder, el Poder de los Haruno.
Nos vigilaban, el consejo no confiaba en mis padres.
Y llegue yo.
Una niña de exóticos cabellos rosados, piel blanca, una frente amplia y sus ojos.
Negros como la noche con círculos verdes, propios del Clan Haruno. Lo curioso era que nunca antes algún poseedor de los Kuroi Haruno-me había tenido la dicha de poseer esos círculos color verde, ni los ojos negros, normalmente eran de un verde esmeralda brillante; claro u oscuro dependiendo de la personalidad que desarrollara persona.
Mis padres guardaban las esperanzas de que naciera sin él, sin ese poder maldito que nacía con los Haruno. ¡Pero cuál fue su sorpresa que apenas abrí los ojos, ya lo tenía!
Todo estuvo bien durante doce años, yo seguía en la ignorancia; enamorada de Sasuke Uchiha. Este abandono la Aldea y se fue con el maldito retorcido de Orochimaru, esa serpiente venenosa y egoísta que le revolvía el estómago de solo pensar que Sasuke estaba en sus manos, pero eso fue antes, ahora no era más que un desconocido para ella.
Un traidor.
Un Teme en toda la extensión de la palabra.
Un maldito bastardo sin corazón.
Ese mismo año, Naruto se fue a entrenar con Jiraija, después de enfrentarse con Sasuke en El Valle. Y yo, impotente de verles la espalda a los demás, de solamente ser un maldito estorbo. Entre con Tsunade, madure. Pero no lo suficiente.
Tres años después lo buscamos, intentamos razonar con él, pero casi nos mata. Mi amor por el murió hace mucho, murió el día en que intento asesinar a los únicos que no le habíamos dado la espalda. Yo morí, el mismo dio en el que él nos atacó, y también lo hicieron mis padres.
No siento compasión, no siento nada. Me convertí en una máquina de matar, dejando a mis amistades para no hacerles daño, pensando en lo mejor para ellos. No necesitaban estar con alguien como yo; con el corazón podrido.
Vacía.
Rota.
Sola.
Dos años han pasado desde aquel entonces.
Dos años han pasado desde aquella misión.
Dos años en que me he preparado para matar a ese maldito bastardo.
Ese maldito bastardo, saboreare su sangre, lo torturare, le hare pagar por lo que me hizo.
Por el trauma que me dejo.
Con tan solo, quince años perdí a mis padres, y me di cuenta que la persona que amaba era un maldito bastardo que rompió toda mi visión de lo que podía ser el amor.
Asqueada por esos recuerdos, mire mis ojos brillantes; de una sed de venganza, furiosos por ser tan débil. En un arranque de ira, estrelle mi puño contra el vidrio; rompiéndolo en miles de pedazos, sintiendo la sangre entre mis manos, me quede mirando mi reflejo en aquellos pequeños pedazos de vidrios.
"¡Sakura!" Gritó su Inner.
La ignoré, ni siquiera mi mente me dejaba en paz.
"¡Maldita sea Sakura! ¡Shannaro! ¡No me ignores!"
En mi caso; mi Döjutsu crea una segunda mente cuando se logra desarrollar y dominar por completo la primera etapa. Podía dejarla salir, también cumple la función como los clones de sombras. Pero ella no era un clon, es real, es una parte de mi alma, y una de mis mejores armas en una batalla.
"¡No soy un arma!"
Sin darle una respuesta la encerré en algún lugar de mi mente, sin que pudiera escapar. Ya entendía por qué desesperaba a las personas a los doce años, tan débil y sosa.
Me lleve la mano a mi pecho donde sentí un leve dolor. Rápidamente me subí la blusa, mostrando el sello que me pusieron mis padres la última vez que los vi, se encontraba el símbolo del clan Haruno, con una estrella de cinco puntas en el centro; rodeada de aspas.
Maldición, se estaba debilitando.
Hace dos años atrás, había partido a una misión médica, -unos días antes de ir a buscar a Sasuke- la misión consistía en ir a Sunagakure y diagnosticar el estado de los hermanos de Gaara; Temari y Kankuro, quienes tuvieron una lucha muy sangrienta contra varios de akatsuki, quedando en un estado grave y envenenados.
Una semana después de estar al pendiente de ellos; partí de Sunagakure, escondiendo mi chakra. Tsunade-sama me había informado que se había visto a un Akatsuki -Al menos eso era lo que decían los reportes- merodeando por los alrededores de Konoha y Sunagakure. Solo pensaba que tenía que apurarme para ir en busca de Sasuke-kun, iba a llegar justamente cinco días antes de la misión, y yo tenía que entrenar más, mucho más.
Quien hubiera pensado que saliendo de Sunagakure, todo cambiaría.
Mis padres murieron, los asesinaron.
Fui débil, deje que me hicieran daño.
El mundo shinobi, un mundo en donde aquellos que tienen un corazón limpio y puro; eran corrompidos con sangre, dolor, pena y sufrimiento.
Yo soy Sakura Haruno, líder ANBU.
La flor de cerezo negra de Konoha.
Kunoichi, orgullosa y fría.
Esperando pacientemente mi venganza.
Mi querida y dulce venganza.
...
"El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas." W. SHAKESPEARE.
Sakura entrena con Tsunade desde los 12, tres años luego fueron a buscar a Sasuke, es decir, a los 15 años de edad. Sumandole dos, Sakura cuenta actualmente con 17 años.
*Ojos de la primavera negra.
EDITADO. 14/01/2014
