¡Hola!
Muchas gracias por ser pacientes. Aquí está otro alucine mío. Y además, les tengo una buena noticia y una no tan mala noticia:
La buena es que…¡ ya tengo lap! XD Ya tengo mi propia máquina para poder escribir fics XD
La no tan mala: como ya tengo lap, he dejado de escribir fics en el trabajo y entonces ahora sí voy a dedicarme al trabajo, así que sólo escribiré los fines de semana, por lo tanto me iré bien lento, pero sigo escribiendo. La prueba es este fic.
Es mi primer fic escrito en mi propia lap XD Otro de horror y con algo de ciencia ficción, según yo.
Espero que sea de su agrado.
Disclaimer: Las TORTUGAS NINJA no me pertenecen, es mi corazón el que le pertenece a Leo, desde siempre, por siempre y para siempre. Y ni gano dinero por escribir este fic, salvo sus invaluables reviews.
Con la participación especial de mis OC VIP:
Linka
y
Lothoriel
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EL HUESPED
1. Sin indicio alguno
Está llegando la tarde en la Ciudad de Nueva York.
Mucha gente va regreso a sus hogares después de un arduo día de trabajo, pero más que estar felices de regresar, el viaje de retorno es un martirio: el ruido de los motores, de los cláxones, el irrespirable smog que sale de los escapes de los vehículos, el bullicio de demasiada gente, el desquiciante lento avance del transporte en las calles… y como si con todo eso no fuera suficiente agobio para los exhaustos trabajadores, el calor del verano es sofocante.
Afortunadamente, esto lo pueden evitar un grupo de hermanos. Ellos no tienen problemas para regresar a su casa. Aunque no vuelven de algún trabajo, sino más bien de visitar a una amiga, y su regreso a casa es tranquilo. Así que a ellos no les preocupa el tráfico, es algo más lo que los ha tenido inquietos los últimos días (en realidad, no sólo ellos se preocupan, sino una gran cantidad de personas) y por esto que los angustia, estuvieron con su amiga durante una parte del día, para asegurarse que estuviera bien. Y para que no se quedara sola en la noche, decidieron que uno de ellos estuviera con ella, para protegerla en caso de peligro. Así lo han hecho varias veces, y es el amigo a quien le toca quedarse con la amiga esta vez.
Los cuatro hermanos retornan a su casa, después de todo también deben ver que su propio hogar esté seguro. Y para regresar rápidamente, no hay como ir en su veloz vehículo y por el alcantarillado, evitando así el caos de la superficie. Y en cuanto llegan, encienden la televisión para oír las noticias.
'De nueva cuenta la policía ha hallado un cuerpo sin vida. En esta ocasión ha sido en una casa-habitación de una familia de clase media: la famita Villanueva. Según los primeros informes, se trata de un varón de mediana edad El Señor Villanueva había regresado a su casa más temprano de lo habitual porque se sentía mal por un resfriado, motivo por el cual se sentía bastante cansado. Llegó a su casa en la que vivía con su esposa quien tiene un embarazo de 20 semanas; él fue a su recámara a recostarse un momento mientras la mujer le preparaba de comer, y ella al regresar a su alcoba, aproximadamente veinte minutos después, halló muerto a su marido. Con éste ya son cinco los cuerpos que se han hallado en similares circunstancias: sin que alguien entrara a la fuerza, y sin que la victima estuviera sola necesariamente. Lo que tampoco se pueden explicar las autoridades es el hecho de que no exista ningún tipo de conexión entre todas estas desafortunadas personas, ni en la profesión o nivel socioeconómico, ni que decir de los distanciados lugares en los que se sucedieron los hechos. Hasta ahora las víctimas han sido tres adultos y dos jóvenes. El primer caso ocurrió hace dos semanas; la semana pasada se hallaron en el mismo día tres cuerpos más, y con el deceso de hoy, ya son cinco víctimas. Lo único que une a todos estos casos, además de la edad que oscila entre los 20 y 35 años, es la horrible manera en que ellos m…'
-Presta Rafa, no me gusta ver el reporte policíaco.-Miguel Ángel le da un feo escalofrió al oír las noticias de la tarde, así que le arrebata el control a su hermano y le cambia de canal.
-Tenemos que, Miguel.-habla Leonardo. Le quita el control con gentileza y le cambia al canal en que estaban oyendo la noticia-Debemos informarnos sobre lo que haya encontrado la policía.
-¿Pero tenemos estar todos para ver las noticias?-pregunta angustiado de que la respuesta sea "sí".
-Alguien puede ver algo que los demás no.-dice Donatelo.
-Pero…
-No quieres ver las noticias porque tú tendrás pesadillas a la hora de ir a hacer la meme.-dice mordazmente Rafael.
-Y quién no. Ya nadie duerme tranquilo sabiendo que hay alguien matando gente aquí y allá.
-Miguel,-dice Donatelo-te recuerdo que mi sistema de seguridad es infalible. Ni una cucaracha puede llegar a la cocina sin que yo me entere.
-Entonces explícame cómo Klunk va y viene a su antojo.-el gatito está sobre sus piernas y le acaricia la cabeza.
-Porque…eehhmmm…Es buena tu pregunta, y es porque…eehh…
-¡Y así no quieres que tenga pesadillas!-abraza a su mascota.
-Hermanos,-habla Leonardo con firmeza-por eso el sistema se evalúa regularmente. Por eso vemos las noticias para saber si hay alguna pista que ayude a dar con ese individuo desquiciado. Por eso…
-¿Por eso tengo que soportar sus lloriqueos?-ahora es Rafael quien se queja.
Leonardo suspira.
-De acuerdo Miguel. Puedes irte.
-¡Gracias!
Y se va, llevándose a su mascota.
-Al menos ya dice gracias.-dice Rafael.
-No deberías acceder tan fácilmente a sus berrinches, Leo.-Donatelo le hace ver.
-No es un berrinche. No todos somos capaces de soportar situaciones tan dramáticas.
-¿Y así cómo va a aprender?-dice Rafael.
-Lo que debe importarnos, es la manera en que daremos con ese tipo que ha estado matando gente desde hace dos semanas.
-Pero no es nuestro trabajo.-replica Rafael con gravedad-Es trabajo de la policía. Y mira que no lo está haciendo bien.
-El Bushido establece…
-Mientras nosotros estemos bien, no tenemos de que preocuparnos de esos humanos. Porque si fuera al revés, ¿a poco crees que ellos nos ayudarían?
-Abril y Casey, sí.
-Pero fuera de ellos dos…
Donatelo no interviene. Sabe que de poco sirve que alguien que no sea Splinter puede detener las fuertes discusiones de sus dos contradictorios hermanos.
-Yo mejor…voy a ver los alrededores.-dice por fin, pero le prestan poca atención los otros dos.
Así que se pone de pie y va a su laboratorio.
Es muy molesto que Rafael y Leonardo discutan por cualquier cosa. Y también es molesto que Miguel Ángel se asuste por cualquier cosa. Es mejor que vaya solo, así tendrá algo de paz.
Toma su bolsa, donde revisa que lleve lo imprescindible. Va a dar la enésima vuelta alrededor de su hogar para asegurarse que no haya nada fuera de lo común.
Los túneles, como están sumidos en la oscuridad, se ayuda a ver con una linterna.
La tranquilidad que le da el silencio y la soledad del alcantarillado es lo que necesita. Días y días de angustia constante también estaban por destrozar sus nervios. Y las peleas y los miedos de sus hermanos podrían haberle hecho explotar… pero se las ha arreglado bastante bien para no llegar a tal extremo. A veces le parece que es el único que logra mantener la cabeza sobre los hombros en situaciones de crisis extrema.
Comienza a revisar pasajes y accesos secretos, cableado y dispositivos del sistema de alarma…sin prisa por regresar a su hogar. Y mientras realiza su labor, su mente hace un recuento de lo que saben de las muertes que han sucedido a lo largo de dos semanas: Nada. No saben nada.
Hace dos semanas que hubo una muerte muy controversial en una oficina: El individuo había padecido gripa por varios días, y el día de su muerte parecía que estaba más enfermo, pero por la urgencia de entregar cierto reporte en la empresa, no se preocupó por descansar. Ya era muy tarde y el jefe se hartó de esperar y fue a buscarlo, y al abrir la puerta de la oficina de quien ya consideraba ex empleado, lo encontró muerto. Y así sucedió con las demás víctimas: un momento parecían estar bien y al siguiente habían fallecido. Un resfriado fuerte o un terrible cansancio parecía ser la causa de muerte porque todos presentaban síntomas de influenza o estrés, pero la necropsia no reveló ningún virus fatal. Fue una coincidencia, se decía en las noticias. Así que las sospechas se han encauzado en un posible asesino serial, lo que tampoco explica el modo en que el homicida entró en la oficina, o en la casa, o en la escuela, en los lugares en los que fueron hallados los cuerpos, porque aparentemente no hubo indicios de una invasión de la privacidad; ni tampoco se halla la explicación de la manera en que los cuerpos fueron mutilados, y tampoco hubo indicios del uso de alguna arma en particular.
Sin tener ninguna otra idea, las tortugas han estado haciendo las rondas nocturnas por la ciudad mucho más prolongadas y exhaustivas para dar con ese supuesto asesino, buscando cualquier sospechoso que pudiese estar intentando entrar en alguna casa, o departamento, u oficina; también han estado atentos a escuchar cualquier grito de ayuda. Pero no han visto ni oído nada inusual que no sean asaltos a transeúntes, a joyerías, a cajeros bancarios, o a alguna tiendita de abarrotes que abre las 24 horas. Lo único que saben es lo que han visto en las noticias amarillistas: Saben absolutamente nada.
Y sus hermanos se ponen a discutir sobre la ética de ayudar o no a los humanos, y el otro se pone a temblar de miedo. Ni uno ni lo otro es de ayuda para poder resolver tan grave misterio. Ellos se pueden cuidar de cualquier asesino serial. ¿Pero si se trata de una enfermedad que amenace convertirse en pandemia? ¿Pueden llegar a infectarse? Si hubiera forma de anticiparse al ataque y llegar antes de que la policía lo haga, así él podría obtener información que los humanos estén pasando por alto.
Por ahora, Donatelo sólo puede hacer el chequeo habitual del sistema de vigilancia, lo que le sirve a él para distanciarse de la tensión que hay en su propio hogar.
Lo único que tiene algo de sentido es la forma en que han sucedido las muertes. Puede ser que sea un virus o un individuo, pero no es nada parecido a lo que haya ocurrido antes: el resfriado, o cansancio parece ser la antesala al horripilante final que el humano sufre al estallar literalmente desde su inter...
Donatelo oye un ruido a sus espaldas.
Se gira y alumbra. Con bastante prudencia pasa el haz de luz por sobre sus propios pasos, y entonces ve un bulto peludo y color marrón en el suelo. Se aproxima al bulto y resulta ser un perro. Tan distraído estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando pasó junto a él. Tal vez por eso, el animal lanzó un leve quejido para llamar su atención.
-¿Qué haces por estos rumbos, amiguito?-se le acerca.
El perro gime lastimeramente.
-Déjame verte.
Se acerca con precaución, si se trata de un perro callejero puede padecer rabia o moquillo u otro tipo de enfermedad canina. Así que primero ve si tiene placa.
-Tienes dueña: "Sua Villanueva. Privada del Olmo No.60". Me suena el apellido Villanueva, pero esto significa que debes tener todas tus vacunas.
El perro se queja más.
-Tranquilo.-lo revisa.-No soy médico,-le habla para calmarlo-ni mucho menos veterinario, pero en algo puedo ser de ayuda. Tengo algo de experiencia al ser prácticamente el médico de cabecera de mi familia. Nadie me dijo que tenía que serlo, pero he tenido que aprender a serlo. Sólo porque soy un ingeniero creyeron que debía "reparar" a los miembros de mi familia, incluso debo reparar cuanto aparato electrodoméstico o electrónico de descomponga.
Cuando le toca las costillas, el perro aúlla de dolor.
-Creo que es grave, y es tarde para llevarte con un veterinario de verdad. Te inyectaré un leve sedante que te ayudará a aliviar ese dolor, al menos momentáneamente. Te quedarás en mi casa. Mañana le pediré a una amiga que te lleve al veterinario, quien te curará y después te regresará a tu casa. Resiste hasta mañana.
Como si el animalito le hubiera entendido, logra levantarse un poco para darle un lengüetazo en la cara.
-No es nada.-le sonríe-Ahora sólo busco una pequeña aguja…espero que no le tengas miedo a las agujas, no como un hermano mío, que nada más ve una…-la busca en su bolsa.
En ese momento, el perro sufre de fuerte sacudidas, le dan convulsiones muy graves, y sus quejidos se vuelven un temeroso aullido.
-¡No!-trata de sujetarlo, pero un tronido surge del mismo animal, como de huesos rompiéndose.
La tortuga se pone de pie al instante, sin saber qué hacer.
El perro ya no emite ningún quejido, pero de su hocico empieza a brotar sangre.
Mira estupefacto por varios angustiosos segundos cómo el animal se sacude violentamente.
Un tronido más, y el animal deja de zarandearse.
Donatelo retrocede, muy asustado.
Por entre el pelaje del inerte cuerpo, comienza también a brotar sangre del pecho, como si hubiese ocurrido una explosión desde el interior del desafortunado animal.
-Se parece…se parece a lo que… ha matado a esos humanos…Lo que debe… significar que entre el pelo…hay…un hueco por donde emana la sangre… igual…igual lo tenían los cadáveres hallados…
Pero es más el miedo de creer que podría ser contagioso, que no se acerca a inspeccionar y echa a correr, incluso más rápido que en cualquiera de las competencias que hace con sus hermanos por ver quién es el más veloz.
O eso anhela con toda el alma hacer, porque apenas ha dado un par de pasos y oye un ruido muy raro.
Alumbra con la mano temblándole incontrolablemente. Su corazón late muy fuerte.
Lo único que hay es el rígido cuerpo.
El miedo le susurra al oído que debe irse cuanto antes de ahí, pero no lo oye porque su corazón late muy sonoramente, tanto, que pareciera que lo tiene alojado en los oídos y no es su lugar debido, opacando con su estruendo la sutil advertencia.
Logrando controlar su instinto de conservación, no del todo, se acerca a los frescos despojos.
-Es justamente lo que ha matado a esos humanos…es mi oportunidad para…sólo…sólo….-busca con mucha ansiedad dentro de su bolsa. La linterna que sostiene todavía tiembla ligeramente.
Y de nuevo oye un ruido, pero más bien suena como un chillido.
Lo ignora.
Debe darse prisa para tomar una muestra, puede ser la única y valiosísima oportunidad para…
Bruscamente siente que algo ha brincado a su brazo.
Se sobresalta y suelta la linterna.
La única luz que había se ha ido al estrellarse contra el duro piso. Y el silencio, al verse solo, huye.
Un agudísimo chillido y un grito desesperado retumban en las alcantarillas, mezclándose con la oscuridad y la pestilencia que reina en ese inframundo.
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Comentarios, sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, etc., etc., son bienvenidos.
Gracias por tomarse su tiempo y leer mi fic.
