Premonición.

Capítulo 1.

Su corazón dolía. Comprendía que Rin requería viajar a Tokio, su futuro podría depender de dicha reunión. Sabía que el chico se iría lejos de él. Era lo mejor para que el peli rojo cumpliera su sueño de ser nadador olímpico.

Tokio era menos lejos que Australia. El chico tiburón había recibido ofertas tanto Para representar a Japón, como para hacerlo por Australia. Quisiera o no el tiempo juntos se estaba agotando y el preso por múltiples sentimientos negativos nunca se había atrevido a confesar que lo amaba con locura, que desde que eran niños lo había visto como mucho más que a un amigo.

Pero en la mente del peli negro era mejor ser su amigo que ser despreciado y rechazado. Pese a conocer la nobleza en el corazón de rin, no quería cambiar las cosas. Era un total cobarde, uno que lamentaba cada día serlo.

Deseaba llamarlo pero ¿Con qué excusa lo haría? Ya se habían despedido, además el reloj marcaba las doce y cinco, ya era muy tarde para una llamada convencional. Con el dolor de su alma, cerró los ojos intentando dormir.

-Aló -contesto adormiladamente Sousuke.

-Sousuke mi hermano ha muerto -dijo en medio del llanto Gou.

-¡Déjate de bromas! ¿Cómo que Rin a muerto? –preguntó exigentemente.

-Idiota como crees que hare una broma como esa, nunca jugaría con la vida de mi hermano. Enciende el televisor.

Mecánicamente el chico ejecuto la orden de la peli roja. Tomo el control y encendió el televisor justo para ver la peor de las escenas.

El corazón se le detuvo, sus pulmones parecían haber frenado actividad. Un fuerte mareo casi lo hace caer al suelo, las lágrimas inundaron su rostro. Definitivamente todo tenía que ser una mentira, Rin no podía haber muerto.

Las imágenes eran desgarradoras, el tren a Tokio había salido de los rieles chocando contra un enorme camión tanque que trasportaba combustible.

Varios de los vagones terminaron volcados sobre el frio pavimento. Algunos vehículos particulares que se movilizaban a esa hora también sufrieron por el choque, aumentando no solo las pérdidas materiales, sino, también el número de víctimas.

Pese a la cortina de humo y las llamas Sousuke pudo constatar el cuerpo del peli rojo en medio de miembros de otras víctimas.

Ver al chico que tanto había amado por años en la vía sucia en medio de un enorme charco de sangre y con la puerta de un vehículo sobre parte de su torso, le desgarro cada fibra de su ser. Simplemente todo se volvió oscuro para él.

Sus mejillas se hallaban húmedas, su garganta le dolía a más no poder y sus ojos se hallaban tan hinchados que ardían al intentar abrirlos. Haciendo un gran esfuerzo logro abrir los ojos, contemplando el paisaje a su alrededor.

Todo estaba oscuro, era aun de noche, no había rastros de la funesta noticia, todo estaba igual como cuando se fue a dormir. Por la ventana de su habitación se notaba la calle tranquila, todo había sido un sueño ¡Un maldito sueño! Uno tan real como para que aun en sus efectos colaterales le oprimiera el pecho costándole respirar.

Tan estresado por el viaje de Rin se hallaba que había soñado con su muerte. Sentía que las cosas no podían seguir así, todo podía ser producto de la paranoia de saberlo lejos, pero ¿Si tal vez algo si le hubiese pasado a Rin? ¿O estuviera por pasarle? Sin analizar mucho la situación se vistió y salió de su casa con cuidado de no despertar a sus padres.

La casa del peli rojo se hallaba a unas cuantas cuadras, así que corrió como si dejara la vida en ello. Al llegar a la casa, observó que podía hacer para ingresar a esta sin que la señora Matsukoa se enojara y lo echara de ahí.

Como siempre Rin tenía la costumbre de dejar la ventana abierta, por lo que subió a un árbol que estaba allí y con gran agilidad pese a al dolor de su hombro ingresando a la recamara del peli rojo. Su corazón sintió gran alivio al verlo dormido allí tan despreocupadamente, ¿Pero si el sueño era una premonición de lo que pasaría?

Contrario a su naturaleza reflexiva se lanzó sobre el chico dormido y lo abrazo, llorando sobre él. Si a ese loco le pasaba algo él se moriría, Rin no solo era su amigo, sino la persona que amaba con todas sus fuerzas desde que ambos eran unos niños. Sabía que no era correspondido y eso le lastimaba y más el hecho que su peli rojo no era suyo sino que todo indicaba que el corazón del chico le pertenecía a Haruka Nanase aunque este último se mostraba demasiado íntimo y cercano a Makoto Tachibana.

Tal vez eran conjeturas suyas, y los tres chicos solo eran buenos amigos, tal vez Tachibana tuviese una linda novia, porque dudaba que Nanase con esas manías raras que tenía no creyera que alguna chica lo aceptara.

Rin era diferente, las chicas que morían por él donde fuera eran muchas y eso lo hacía sentir celoso cada que salían a algún lugar, el día que el oji rubí le presentara una novia, Sousuke Yamazaki moriría en vida, pero eso era preferible a que su adorado peli rojo muriese, de alguna forma a través de los años se había dado al dolor de amar sin ser correspondido, porque él no podía ser más que un amigo. Pero no se sentía preparado para el chico tiburón amara a otra persona salvo a él. Era un egoísta pero no podía evitarlo.

Con los sentimientos revueltos y la razón nublada por el dolor se lanzó sobre aquella cama abrazando a ese chico que tantos líos causaba en su mente, llorando como nunca lo había hecho delante de nadie.

Rin al sentir que alguien lo apretaba y las lágrimas que le caían encima se despertó asustado. Pero la sorpresa fue mayor al ver como Sousuke se hallaba sobre el llorando como un niño pequeño que ha perdido a alguien muy importante.

-¿Idiota que haces aquí? -pregunto Matsukoa bruscamente.

-¿Rin? -dijo el peli negro en medio de su llanto, abrazándolo con más fuerza aun.

-Tonto suéltame. -el chico tiburón comenzaba a impacientarse.

-No te mueras por favor -suplico el oji jade en medio de su delirio.

-Ahora sí que estas desvariando Sousuke, yo no pienso morir por ahora -contesto dándole un golpe suave en la espalda – tengo muchas cosas que hacer y sobre todo no pienso dejarte solo así nada más –termino con una de sus típicas sonrisas cada que le quería dar valor a alguien o simplemente mostrar que las cosas podían ir mejor.

Para el moreno, aquella expresión fue un detonante en su turbulento corazón y para completar la serie de acciones no planeadas bajo su meticulosamente, simplemente lo beso.

Con sus ojos cerrados, sintiendo la calidez de aquellos labios que había añorado por tantos años. Percibiendo la respiración agitada del menor, soltó en aquel contacto los sentimientos que por mucho tiempo había encerrado en su corazón como si se tratase de un baúl hermético.

Rin se sorprendió extremadamente pero no le rechazo, al contrario correspondió a aquel beso mientras le acariciaba los sedosos cabellos a su amigo.

El oxígeno hizo de las suyas reclamando un poco de atención, pues este era necesario para que ambos respiraran. Lentamente Sousuke se apartó caminando a una esquina de la habitación dándole la espalda al peli rojo.

-Perdón Rin, yo… yo mejor me voy, disculpa por molestarte.

-Nada de eso Soubaka, vienes te metes a mi habitación, me despiertas y te veo llorando como un mocoso que ha perdido a su mami y luego me besas y ahora piensas irte. Me debes una explicación. –Exigió el peli rojo.

-Perdón por las molestias, pero… no sé cómo explicarte… -respondió mirando al suelo- Mejor te dejo que descanses. Espero que te vaya bien y sea Tokio o Australia el lugar que decidas para cumplir tus sueños, espero que se hagan realidad.

-Idiota, suenas como si te despidieras por siempre de mí-. Rin pudo sentir el dolor en las palabras del peli negro. Temía que en el estado en que se notaba su mejor amigo hiciera algo de lo que luego se arrepintiera o esa era la sensación que daba. Corrió hasta él y haciéndole girar para que quedasen de frente le dio un tierno beso en los labios.

Sousuke abrió sus ojos desmesuradamente ante la sorpresa. No entendía porque Rin lo besaba ¿Acaso si era correspondido? o ¿Esa era la forma de consolarlo?

-Perdón Rin -dijo cortando el beso -yo… ya no puedo más con esto. -expreso inhalando aire con fuerza -yo te he amado desde que somos niños, para mi tu eres más que un simple amigo, te amo como nunca creo que pueda hacerlo con nadie más pero por más que quiera estar a tu lado no puedo, ya no puedo nadar competitivamente, no puedo ser ni tu compañero ni mucho menos tu rival, no tengo forma de que me mires. Me quedare aquí en este pueblo simplemente rezando por tu felicidad anhelando cada día por verte. Pero de alguna manera estaré tranquilo porque estas vivo y feliz. Aunque sé que nunca corresponderás mis sentimientos, me alegra amarte.

Rin esta inmóvil ante tanta información. Sousuke se le había declarado de la forma más inesperada, pero a la vez parecía que se despedía de él. Acaso había renunciado a la esperanza sin ni siquiera decirle nada. Bueno el tampoco podía criticarlo ya que en parte estaban iguales. Rin amaba a Sousuke y de eso se había dado cuenta en los meses que estuvieron juntos en el Samezuka, pero nunca tuvo el valor para decírselo, tenía miedo ser rechazado, ¿Además que era eso de que él estaba vivo?

Con ternura se acercó al peli negro y le acaricio la mejilla.

-Idiota, no decidas por mí. No me niegues el derecho a amarte aunque solo hace unos meses que me di cuenta, de lo importante que eres para mí y de cuanto te amo, solo que ambos somos un par de estúpidos que no se habían dicho lo que sienten.

-¿Tú no estás enamorado de…? -callo pronunciarlo le hacía mucho daño

-Tonto ¿De quién más puedo estar enamorado sino de ti? Sabes hay un hermoso tiburón ballena que no se ha dado cuenta como lo observo, que no comprende que es él quien acelera mi corazón. - le sonrió de tal forma que Sousuke no pudo controlarse y le abrazo con fuerza.

Ambos chicos se contemplaron, perdiéndose en las profundidades de sus miradas, aquellas que no mienten y permitían ver más allá de lo externo, llegando hasta el fondo de sus corazones.

Sus labios se juntaron al unísono, besándose con ternura.

Sousuke envolvió entre sus brazos a Rin, parecía un sueño, pero uno hermoso no como aquel que había causado revuelo en su mente y su corazón. Siempre había anhelado estar así con el chico, pero siempre el miedo lo había paralizado. Alguna vez creyó que para alcanzar al peli rojo tenía que esforzarse para ser el mejor nadador y la consecuencia fue obtener una lección irreversible en su hombro, destruyendo las esperanzas que tenía. Pero ahora sentía que era diferente, había alcanzado a Rin pero no en un campo profesional sino uno mejor para él, estaba en el corazón del chico.

NOTAS DE AUTORA: Hola, preciosas y preciosos por si hay algún chico por ahí que me lean. Un hermoso y feliz cumpleaños para nuestro tiburón favorito. Es un poco loco que tomara esta temática justo para un cumpleaños pero ya saben ando un poco loca XD. Espero les haya gustado, es con todo mi amor para una de mis parejas favoritas y creo que la que más loca me tiene en la actualidad, debo confesar que nunca había escrito pensando en un fandom en particular, solo lo hacía porque si y ya, libre al estilo Haruka pero el Sousuke y Rin me tiene cautivada.

Para finalizar debo decir, que la historia no termina aquí, esto es un twel shop. Ando trabajando duro en el segundo capítulo que espero tenerlo listo y publicarlo antes que termine la semana y para la otra un nuevo capítulo de corazón de hielo.

Besos achocolatados para todos.

Xiang Li 3