Nami siempre recordará el día en el que su madre contrató una niñera para cuidarlas a su hermana y a ella después de clase para ayudar en la fiesta de Halloween de la ciudad.

Sobre todo, de su mente no se borrará que la niñera era una viejecita que en sus ojos infantiles parecía una bruja malvada que iba a envenenarla (además, tampoco ayudó nada que su hermanita querida le contara que a lo mejor era una bruja). Esa noche de Halloween no pegó ojo, por supuesto, porque la 'agradable señora' se quedó con ella en la habitación durante horas porque pensaba que tenía miedo a la oscuridad (y en realidad le tenía un pavor horrible a ella).

Es por eso por lo que Nami siempre le ha tenido un increíble y sano respeto al Día de los Muertos. No es que tuviera miedo. El miedo es de cobardes. ¿Tiene ella cara de cobarde? No. Pues eso.

A Luffy le pasaba justo lo contrario, porque en su cabecita alocada solo había una palara que definiera la alegría que sentía cuando se acercaba la ansiada fecha: GOMINOLAS. Y es que, como buen glotón, Luffy moría por comer gominolas y por vestirse como un fantasma o un pirata de pata de palo y con un loro en el hombro.

Cuando llegó el primer Halloween al Going Merry Nami quería morirse. Tenía miedo de que sus queridos compañeros se rieran de ella por tener miedo, así que decidió que se encerraría en su cuartito con sus mapas, y hasta la mañana siguiente no saldría. A cal y canto. Se tragaría la llave por si acaso. Tal vez algunos tablones de madera ayudaran…

Luffy convenció a Chopper y a Usopp para vestirse de fantasmas y decorar el barco entero con todas las cosas más macabras que pudieran encontrar (calzoncillos de Zoro incluidos, aunque él, rojo, no pensara que fueran tan terribles-eran de colores con calaveritas).

Sanji se animó muchísimo también e hizo todo su repertorio para celebrar el Día de Todos los Santos.

Después de la gran cena, Zoro pensó que sería una buena idea contar historias de miedo, y así lo dijo y se hizo.

Todos, en la cubierta, en círculo, alrededor de una pequeña lucecita, rodeados de la oscuridad del mar y acompañados de las olas que chocaban con el barco. Fue justo cuando Luffy buscó con la mirada cierta cabellera naranja sin éxito.

-¿Dónde está Nami?-preguntó en voz alta, curiosísimo.

Cuando nadie contestó, Usopp lo vio muy claro: un fantasma. Fijo. Cien por cien.

-¡HA SIDO EL FANTASMA DEL MAR!-gritó asustado Usopp, en su cabeza formándose miles y miles de alocadas historias y mentirijillas bien elaboradas.

-¿Qué estás diciendo, idiota?-le reprendió Zoro, escéptico- Los fantasmas no existen.

-Que si, que si-le respondió a su vez, cogiendo la lamparita y acercándosela a la cara, dándole un aspecto tétrico- El fantasma del mar son los pocos restos inmortales que quedaron de una mujer que se hizo a la mar con su prometido para celebrar su boda en un barco. Pero después de una tormenta, el barco se hundió sin quedar nada excepto ella-hizo una pausa, para ver la cara de sus receptores, y al ver la carita de Chopper siguió confiado-Se pensó que su marido seguía vivo y ahora le sigue incansable, y trata de matar a todas las mujeres porque tiene miedo de que se lo roben.

Después de un silencio, Zoro se rió sonoramente:

-Mira, retaco, si crees que somos idio…-miró a su alrededor y rectificó-Si crees que soy idiota, te equivocas.

Se levantó, se fue a su cuarto y se tumbó en la cama (pero una vez cerró los ojos, no pudo pensar en otra cosa que no fuera aquel fantasma).

Robin acertó a decir que tenía que irse a dormir, que se encontraba muy cansada (y también se encerró en su cuarto, 'cagadita de miedo').

Sanji lo meditó un momento y acabó por irse también a la cama (esa noche durmió con Zoro. Aunque ninguno de los dos quiera reconocer que habían estado asustadísimos por una historia tan cutre).

Finalmente, nuestro querido trío de aventuras disparatadas se encontró con un gran dilema: Nami había sido raptada por un fantasma. ¿Qué iban hacer ahora?

AQUÍ ESTOY OTRA VEZ

Estoy loquísima, pero bueno, aquí empiezo una nueva aventurilla.

Solo voy a decir que esto no va a ser largo. Espero.

Hoy leí mi cutrísima historia LuNa, y me he dicho: debes algo al mundo y a la pareja. ¡¿Cómo me dejasteis hacer eso?!

Yo pongo unos 5 capítulos máximo.

Rakel7Rk