Costumbres
Los personajes de Glee le pertenecen a RM, Fox y otros.
Kurt era un hombre de costumbres, por eso es que, en sí, las primeras semanas habían sido las más extrañas. El silencio, eso era el culpable.
Haber vivido más de un año con Rachel le había malacostumbrado a tener ruido a todas horas, pero un ruido estruendoso, de ese que terminaba despertándote a mitad de la madrugada cuando hacía sus escalas o haciendo algo demasiado ruidoso durante el día.
El vivir con Blaine no era, exactamente, del todo silencioso. De vez en cuando escuchaba murmullos por aquí y por allá, un poco de un sonido sordo cuando tarareaba o el sonido del piano cuando se inspiraba (o le nacía, cualquier motivo era bueno para su prometido).
Pero, sin duda, era mucho más fácil de pasar por algo. Que no lo hacía, claro, pero vivía con ese ruido y convivía con él y vivía con él y lo disfrutaba.
Pero parecía que se iba haciendo a la idea más rápido de lo que esperaba, habían pasado poco más de un mes desde que Rachel y el resto se había ido a hacer sus vidas y para él ya era una costumbre llegar del trabajo para ver a Blaine sonriéndole desde algún lado del apartamento (y que bien que se veía sin las cortinas escondiendo su habitación).
No siempre era igual, sin embargo. A veces Blaine comía, que como él solía todavía burlarse de su novio: era un chico en crecimiento. Así que comía, lo que se encontrara en su camino. Juraba que si un día un mueble desaparecía iba a preocuparse por cómo lograría digerirlo.
Otras veces, Blaine dormía. En la sala, en la cama, en la bañera y, hasta en un momento memorable, debajo de la mesa. Aún se preguntaba cómo diablos se había dormido ahí, pero era Blaine: todo era posible.
A veces, cocinaba. Y ya le había hecho una de sus dos dosis de galletas-a-la-Blaine del año. O cantaba, o bailaba o estaba duchándose.
Pero siempre, siempre, le recibía con una enorme sonrisa en cuanto sus ojos se cruzaban y un beso en el cuello, o mejilla, o en los labios, o en todos lados.
Besos que continuaban normalmente directo a los dos desnudos y un buen orgasmo que era imposible de evitar. Es que ambos eran chicos, jóvenes, en amor y, bueno, era imposible evitarlo la mayor parte del tiempo.
Sin embargo, había ocasiones en que sólo se acurrucaban uno en el otro, con diversas capas de ropa encima, lo admitía, y se quedaban ahí. Viendo la televisión o una película, platicando de sus días, Kurt en el trabajo y Blaine con June. O de lo que habían visto ese día, aunque hubieran estado juntos. O sólo en silencio, a veces acompañados por el sonido del murmullo de Blaine, disfrutando sólo de estar juntos y poder sentir al otro tan cerca.
Eso era algo que, definitivamente, era imposible de no acostumbrarse y algo a lo que jamás podría volver a renunciar. Ni cuando tuvieran canas y un poco de barriga y algunas arrugas.
Y eso, sin duda, jamás sería extraño de tener a diario.
(Y estaba seguro de que lo extrañaría más que a cualquier otra cosa)
Espero que alguien todavía me lea~
Hace mucho que no escribo con normalidad, con tanta naturalidad. Así que siento si esto quedó forzado, estoy volviendo poco a poco a escribir.
Sin duda no he olvidado Chico malo, que cada vez que tengo un tiempito libre me pongo a imaginarlos y quisiera escribir. Tengan paciencia, salir de un bloqueo como el mío no es fácil.
Por otro lado: tengo un plan pero necesito ayuda de Klainers. De aquí a Enero no tenemos Glee, así que se me ocurría que para forzarme a escribir y para tener algo con que emocionarnos podía escribir un mini-capítulo cada dos semanas (o cada una si el trabajo y la escuela lo permite), pero necesito ideas: ¿qué creen que harían? ¿qué les gustaría leer? Y bueno, que todo eso me lo pueden dejar en mi Twitter: pami_crnd o por Inbox, prometo que me esforzaré mucho :)
