Disclaimer: Sólo la viñeta me pertenece.

Claim: Seth/Leah.

Summary: Para renacer en los brazos de Seth.

Notes: Viñeta, 630; Incest. La frase debajo del título es parte de una canción de Nelly Furtado (Sueños, sino me equivoco).


Deja a un lado las lágrimas y el pasado.

( Es dificil borrar este momento, porque he visto en tus ojos nacer en tus ojos la estrella en el cielo que me dice a lo lejos qué hacer )


I

Los pasos que resuenan en el suelo de madera mientras él cambia los canales de la televisión son tan familiares que podría reconocerlos en cualquier parte, inclusive durante un gran desfile con miles de personas. El suspiro cansado que sueltan esos labios tan conocidos cuando ella se sienta en el sofá junto a él es demasiado familiar para los oídos del chico.
De nuevo Leah está en esos momentos de depresión. Y Seth odia verla con los ojos anegados de nostalgia y los labios fruncidos de la melancolía de los recuerdos.
Apaga el televisor y se voltea para mirar fijamente a su hermana que yace reposando la cabeza en el reposabrazos, luce cansada de la vida y con ese toque de amargura en sus, antes felices, facciones.
Se acerca a ella y la envuelve en un abrazo, deseando decirle que ya debe dejar pasar el tema, (pero no se atreve a decirlo).

II

Está en el bosque cuando siente los conocidos sollozos que le desgarran el alma. Camina hasta poder divisar a Leah sentada sobre una roca con las lágrimas amargas descendiendo por sus mejillas y los ojos rojos de la faena del llanto, su corazón se encoge diez veces su tamaño y se siente tan muerto como su hermana lo está.
Quiere acercarse y decirle que el pasado no puede enmendarse, pero a la vez sabe que, si pudiera, regresaría el tiempo y no dejaría que Leah se enamorara de Sam, (pero no puede).
Se acerca con pasos lentos y dudosos, pensando en si sería conveniente decirlo. Se queda parado a cinco metros de ella durante lo que le parecen horas, y aún duda.
Ella se va y él se da cuenta de que perdió otra oportunidad para sacarla del pozo donde se ha hundido, dudó demasiado y ahora tendrá que esperar un poco más para salvar a su hermana de la angustia.
Se sienta en la misma roca y se maldice mentalmente ser un cobarde.

III

Esa noche encuentra a Leah llorando mientras mira la foto de Sam y ella, (en aquellos tiempos en que sonreía y la vida era perfecta, según decía), y lo dice.
«Leah, deja a un lado las lágrimas y el pasado», su voz suena suave, tierna y firme, y ella se obliga a mirarlo con la mirada repleta de lágrimas contenidas, traga fuertemente y se limpia los bordes de los ojos con sus dedos, suspira y se acerca a Seth, para luego abrazarlo.
El abrazo es como siempre, un contacto que envía miles de descargas eléctricas que ambos se niegan a aceptar, pero a la vez es diferente, porque ahora es Leah la vulnerable y Seth el protector, ya no es más Leah la que consuela a Seth acerca de la muerte de su padre, ahora es Seth quien la ayuda con su mal de amor.
La siente diferente cuando posa las manos en la curva de su espalda y siente la piel suave que su camiseta deja ver, la siente diferente cuando la mira a los ojos y descubre en ellos la confusión (seguramente por lo diferente que la está mirando).
La siente distinta cuando la besa en los labios y ella profundiza el contacto, buscando ese cariño que hace mucho había olvidado y cumpliendo su deseo secreto de sentir la boca de su hermano contra la suya.
Se sienten diferentes cuando llegan más allá del camino que pueden recorrer dos hermanos, al tocar más allá de lo imaginable.
Se sienten diferentes cuando descubren que no son los niños que jugaban a la pelota en la playa hace algunos años.
Y Leah dejó atrás los suspiros, las lágrimas y el pasado esa noche, para renacer en los brazos de Seth.