Disclaimer: Kuroshitsuji pertenece a Yana Toboso
Celos
Ronald Knox caminaba de un lado a otro del pasillo mirando su reloj con impaciencia. La fiesta empezaría pronto y, sin embargo, su senpai no parecía tener prisa en salir de su habitación.
-¡Sutcliff senpai! ¡Vamos a llegar tarde!- gritó Ronald exasperado. No era para menos, su senpai llevaba tres horas probándose vestidos y maquillaje.
- ¡Por la Muerte, que impaciente eres, Ronald!- contestó Grell- Una dama como yo no puede ir a una fiesta de cualquier manera. ¡Y menos a la fiesta de ascenso de Will!- esto último lo dijo con tono de adolescente enamorada.
Ronald no pudo evitar fruncir el ceño. Y no por lo diva y exasperante que podía ser Grell a veces, sino porque le molestaba ese interés en el amargado de Spears senpai. Es decir era un antipático con cara de tener un palo metido en el culo y que trataba a todo el mundo como a basura. Entonces, ¿por qué a Sutcliff senpai le gustaba tanto?
Ronald no sabía cuándo había empezado a enamorarse de su senpai. Cuándo su aspecto le había parecido bello, cuándo sus actitudes de diva le habían parecido divertidas o incluso tiernas y cuándo sus tendencias sangrientas le habían parecido sexys. Solo sabía que le molestaba no solo no ser correspondido, sino que senpai tuviese tan mal gusto con los hombres.
-¡Kyaa!- Aquel grito le habría matado del susto de no ser un dios de la muerte-¡Este vestido es perfecto! ¡Esa Nina Hopkins es un genio! ¡Si, si, esto es lo que una dama de mi clase tiene que llevar! Si me viera Sebas chan…
Sebas chan. Ahora sí que Ronald quería sacar su guadaña de la muerte y cortar cabezas. Porque, vale, aquel tipo estaba como para hacerle un hijo (si no fuese hombre), pero, joder, era un demonio. Un demonio asaltacunas, además. ¿Qué tendría en la cabeza su senpai? Claro que igual Grell era masoquista y para conquistarlo hacían falta otros medios…
En ese momento el mencionado salió (por fin) de sus aposentos. Y a Ronald se le puso la cara tan roja como el vestido de su senpai. Estaba realmente hermoso (o hermosa) con ese vestido. Tenía un escote barco con flores negras, un corpiño también negro y varios pliegues que le daban un aire muy estilizado. Se había hecho un pequeño moño y dejaba caer el resto del cabello trenzado por su espalda.
-Bien, nos vamos ya. - dijo Grell mientras cogía su bolso- Ronald, ¿te pasa algo?
- N-No, estoy bien- respondió tratando de mantener la compostura.- Por cierto, senpai ¿quiere ser mi pareja?-soltó de repente
-¿Qué?- Grell estaba sorprendido por la repentina propuesta. Aún así sonrió.- Oh, veo que después de todo no eres un crio y sabes apreciar los encantos de una doncella. De acuerdo.- dijo agarrándose del brazo de Ronald con uno de sus habituales gestos dramáticos.
Ronald se sintió feliz. Tal vez sí tenía una oportunidad con senpai , después de todo. Y, quizás uno de esos maletines de sadomaso que vendían en el mundo humano podría facilitarle las cosas un poco…
