Prólogo

El cielo se pintaba de unas hermosas tonalidades rojizas, claro signo de que el sol estaba por terminar con su trabajo del dia, ocultandose en el horizonte, para dar paso a la luna.

Fuera de una casa que ya estaba completamente cerrada, se encontraban un grupo de niños despidiendose y un camión de mudanza que esperaba por dos de ellos.

-Prométeme que siempre vamos a ser amigos- le decia con su tierna voz un precioso niño rubio de unos 6 años de edad a su compañera preferida de juegos, una niña de su misma edad de cabellos castaños.

La niña le sonrió y se acercó a él para darle un beso en la mejilla.

-Siempre- le dijo la niña al alejarse.

La escena estaba siendo observaba por otros 4 niños más, de repente un niño con cabellos castaños y particularmente alborotados, y con unos hermosos ojos color chocolate, se giró hacia otro niño rubio y le sonrió.

No te voy a besar como hizo mi hermana con el tuyo, pero espero que la promesa sea válida también para nosotros.

Por supuesto que si- le dijo el niño rubio a su amigo mientras se estrechaban las manos.

Una niña pelirroja se acercó a ellos y colocó su mano sobre la de sus amigos, solo que ella a diferencia de los dos chicos no ocultaba las lágrimas que en esos momentos se desbordaban de sus preciosos ojos color rubí.

No se olviden de mi- decia la niña.

-Nunca-le contestó el rubio.

-¿El trio maravilla para siempre?- preguntó la niña.

-Para siempre- contestaron sus dos amigos al mismo tiempo.

Después el niño rubio se apartó de sus amigos para despedirse de otra niña que se mantenia alejada.

-Te voy a extrañar mucho Matt- le decia la niña mientras abrazaba al que consideraba a su novio.

-Yo también Mimi- le contestó- Pero seguiremos en contacto, te voy a escribir todos los meses, y tu harás lo mismo.

La niña se secó las lágrimas y le sonrió a su "novio".

-Matt, TK, nos tenemos que ir- era Natsuko la que hablaba, la madre de los niños.

Los dos hermanos obedecieron a su madre y saludaron por última vez a sus amigos antes de subirse en el camión que los llevaría a su nueva vida.

Un mes más tarde...

Sora se acercó a la puerta de su casa para abrirla y recibir a la persona que desde más de dos minutos no dejaba de llamar.

-Mimi, ¿estás bien?- le preguntó al notar las lágrimas que caian de sus ojos.

-Necesito tu ayuda.

-¿Qué ocurre?

-Lo que pasa es que recibí una carta de Matt.

-Si, yo tambien, dice que está muy bien.

-El problema es que le quiero contestar.

-No veo cual es el problema

-Que todo lo que escribo está mal. Sora tu eres un año más grande que yo, y sabes escribir muy bien, y no solo eso, eres la mejor amiga de Matt y lo conoces mejor que yo.

-Si-decia confusa sin entender a donde queria llegar.

-Quiero que escribas por mi la carta.

-¿Qué?, Mimi eso está mal, no puedo hacer eso.

-Porfa, porfa, porfa, te lo suplico, eres mi mejor amiga y éste es un problema di vida o muerte.

-Vale, está bien, pero solo ésta vez.

Pero la verdad es que no fue solo esa vez. Durante 9 años Matt escribía y recibía cartas de su novia de infancia Mimi, y eran precisamente esas cartas las que habian hecho que en el corazón del joven existiera un lugar muy especial para Mimi. Hablaban de todo y de nada, su amiga tenia un modo muy especial para expresarse y las cosas tan bellas que escribia hacian que cada mes esperara con ansia una carta suya. Después de tantos años y cientos de cartas, Matt no tenia ninguna duda, estaba perdidamente enamorado de la chica con la que mantenia correspondencia, lo que no sabia era que las cartas no eran de Mimi (aunque estuvieran firmadas con ese nombre) sino de su vieja y querida amiga Sora.

-¿Ya se lo dijites?- le preguntó TK a su hermano mientras entraba en la habitación que ambos compratian.

-Aún no, ahora me voy a poner a escribir la carta.

-Pues te aconsejo que te des prisa, si no quieres que lleguemos a Odaiba antes que esa carta.

-Tranquilo que la escribo ahora y se la mando ésta tarde, no vez la hora de volver, ¿verdad?

-¿Tanto se me nota?

Ambos se quedaron viendo durante dos segundos para que despues entre risas dijeran al mismo tiempo "Siiiiii"

-Lo reconozco, sabes que aquí me encuentro bien, pero a pesar de que tenia apenas unos 6 años, tengo muy buenos recuerdos de Odaiba, y de los amigos que dejamos, y me emociona mucho la idea de volver a vivir alli.

-Cuenta que en realidad te emociona solo la idea de ver otra vez a la pequeña Hikari Yagami- le picaba su hermano, quien se puso completamente rojo, nada lo divertia más que avergonzar a TK, pero solo él tenia el derecho para hacerlo...

Es probable que esté tan grande que no la reconoceré, y que ella no se acordará siquiera de mi-cambió su expresión por una de malicia- lo que pasa es que ladrón juzga de acuerdo a su condición, y eres tu que te mueres de la gana de ver a Mimi...

Callate...- le decia con cara de fastidio.

Pero la verdad es que no lo podia negar, almenos para si mismo, lo único en lo que podia pensar desde que supo que el trabajo de su padre los llevaria a vivir nuevamente a Odaiba era que volveria a ver a sus amigos de infancia, y sobre todo a Mimi, a esa chica tan decidida pero al mismo tiempo dulce, que aprendió a conocer a través de las cartas que le escribió.


Aquí les traigo mi nuevo tentativo de fic, mientras intento escribir el nuevo capitulo de "No ve olvides" pero mi ordenador me está dando un dolor de cabeza tras otro en las últimas semanas.

Ésta es una historia que se me ocurrió en los últimos dias, y no pude resistir la idea de empezar a escribirla, aclaro desde ahora que aunque el los primeros cap Matt y Mimi son novios, ésta es una historia Sorato, con toques Takari, y quizas Michi, aunque aun no me decido. No tengo ni idea de a donde me va a llevar esta historia...

Dejen Review para comentar lo que piensan del inicio de la historia, incluso si no les gusta ;)...