Capitulo I
Procuraba arañar los minutos a cada día; no quería dar tregua a sus pensamientos, escucharlos para poder entenderlos, encajarlos para que ese hueco enorme no siguiera creciendo entre su estómago y su pecho; intentaba distraerse de mil maneras distintas, hacer lo que siempre le había gustado, clases de danza, yoga, correr por el parque, quedar con los amigos y antiguos compañeros para sumergirse en la vida de Nueva York y su gran abanico cultural, casas de artistas que servían de galerías para su propio arte, un concierto en cualquiera de los tantos parques o zonas ajardinadas de la ciudad, viajar a Nueva Jersey y dar un paseo por el lago, dónde habían sumergido desde hace unos días a una enorme sirena, la estatua asomaba la cabeza y lucía espléndida contemplándolo todo y siendo admirada por todos.
Habían alquilado una barca para poder verla de cerca, Quinn se quedaba ensimismada observando esa inmensa escultura formando parte del entorno, adaptándose al mismo; sintió el día que tendrían que llevársela porque le parecía que había encajado perfectamente en esas aguas y su paisaje.
Su novio la entendía perfectamente, él era un economista con alma de artista, un artista sin arte propio pero que sabía interpretar el arte de los demás o, al menos, era convincente en sus monólogos porque nadie solía interrumpirle en sus exposiciones; le fascinaba el arte urbano, podía explicarte la historia tras la caída del muro ligada a cada una de las pintadas que habían de ellas.
Esto fue una de las cosas que le enamoraron de él, a Quinn a menudo le costaba encontrar la forma de expresarse al hablar, escribiendo, bailando, cantando o interpretando música era tan sencillo para ella, pero hablar... era extraño porque si se metía en el papel que tuviera que interpretar, si se convertía en el personaje todo fluía de manera fácil, pero ser ella misma, hablar y poner orden en sus propios pensamientos para poder comunicarlos, se sentía muy insegura; pero sólo en público, cuando estaba entre amigos, su familia, compañeros de trabajo, nada de esto sucedía, en cuanto la conocías Quinn se mostraba tal cual era, aunque siguiera siendo algo tímida y reservada, era alegre y divertida, amable y muy fácil de querer.
Estaba descansando tras la inesperada suspensión de la serie, falta de audiencia, habían alegado; pero ni les avisaron, un día llegaron a trabajar, pensando que sería el último día antes de las vacaciones y resultó ser el fin del rodaje; los sentimientos de aquel día no se le habían borrado aún, un mes después, ni la pasión que encontró en aquel último beso; el director tras gritar el primer corten, dijo que necesitaba algo más de sentimiento, que nos miráramos a los ojos mientras nos besábamos. Aunque el beso no fuera demasiado explícito, eso hicimos, es cierto que nos miramos a los ojos mientras nuestros labios se unían y separaban rápidamente, pero en uno de esos roces sentí la necesidad de acariciar sus labios con mi lengua, fue breve, pero ese instante lo cambió todo, Santana me mantuvo la mirada de una forma que aún me dolía de tan solo recordar, y me besó de la misma forma que yo lo acaba de hacer, pero deteniéndose unos segundos más; en esta ocasión nos mirábamos expectantes, me tocaba el siguiente paso, pero mi compañera se adelantó, cogió mi cara entre sus manos y volvió a besarme, cruzando la línea que se había ido desdibujando entre nosotras y nuestros personajes, y aun sabiendo que ya no podríamos dar marcha atrás, primero se detuvo en mi labio inferior y cuando su boca cambiaba de posición para atrapar mi labio superior, volví a mirar sus ojos, un breve instante, antes de que su beso me desarmara.
Un nuevo "Corten" y el director sonriendo se acercó a nosotras; necesitaba que fuéramos así de convincentes en la intención pero, como ya nos habían indicado en otras ocasiones, sin ser tan evidentes.
-Todo el mundo es muy moderno y muy tolerante hoy día, pero cuando ven a dos mujeres o dos hombres besándose, cambian de canal y eso a la serie no le interesa, ¿Verdad chicas? Ni a los productores, ni a ustedes.
Eso les habían dicho una y otra vez, pero en esta ocasión, el último día de rodaje, y sabiendo que no harían otra temporada ese argumento no tenía ningún sentido ya. Santana intentaba convencer al director de que los seguidores de la serie y, sobre todo, los de nuestros personajes aplaudirían ese gesto final de mostrarse de una forma natural, como cualquier otra pareja de la serie; sin esos besos castos y de boca cerrada que les hacían darse durante casi toda la temporada y que ya era absurdo el tema de la audiencia porque la serie se suspendía y no era más que un beso, el último beso de la pareja.
El director asentía, se le iluminó el rostro...
- Tienes toda la razón, Santana, haremos las cosas bien, ya sin ningún tipo de presión ¿Qué te parece a ti Quinn?.- me miraba entusiasmado y a Santana le brillaban los ojos de una manera que tuve miedo, pero no el suficiente para cortar todo aquello y no continuar, no el suficiente para dejar de desear que la escena se volviera a rodar para poder volver a besar aquella boca que sonreía ante mi reacción.
- Pues... yo... bien, me parece genial.- tuve que apartar la vista hacia el suelo, todos iban a notar lo que sucedía entre nosotras, todos. Sería imposible no notarlo y aún así, me dejé llevar, que es exactamente lo que nos estaba pidiendo el director en esos momentos.
Acción, oí que gritaba y los ojos de Santana y como me abrazaba y sus labios, esperando los míos, solo estaba ella, nadie alrededor y había deseado tanto besarla de aquella manera, sin controlar tanto, acoplando nuestros labios, dejándolos hacer, que igual me pasé, aún no lo sé, no había podido ver esa escena rodada, no quise verla en su momento y aún no había sido emitida por televisión; estaba convencida de que la habrían cortado, no tendrían el valor de emitirla completa, al menos, tal y como ella la recordaba...
Por eso Quinn se había pasado casi un mes sin querer detenerse a pensar, porque anhelaba tanto a Santana que le dolía y no quería reconocerlo, no podía admitirlo... ella amaba a Sam, así había sido antes de conocer a Santana y así seguiría siéndolo después; seguro que se habían confundido por adentrarse tanto en sus personajes y por haber congeniado tan bien, por eso la echaba de menos tanto, cada día durante meses viéndose en el trabajo y fuera del mismo, tratando de interpretar y asumir ese amor que sentían sus personajes, viéndose reflejadas la una en la mirada de la otra. En este último mes, sólo se habían visto en una ocasión, con motivo de la invitación a una fiesta de moda pero iban acompañadas por otros actores de la serie y no pudieron hablar a penas entre ellas, ni siquiera ninguna lo había intentado.
Seguro que Santana pensaba lo mismo que ella, lo mejor sería no darle vueltas al asunto, no pensar. De hecho, habían pasado de estar todo el día juntas o llamándose por teléfono a lo opuesto, Santana había intentado quedar con ella en alguna ocasión para un café o con motivo de algún espectáculo, pero Quinn la había evitado con excusas, precisamente por desear tanto verla y estar con ella, tenía que alejarse de ella un tiempo.
Hacía ya dos semanas que no tenía noticias de su compañera y empezaba a ponerse muy nerviosa, cogía el teléfono decidida a olvidarlo todo y llamarla para tomar algo como buenas amigas, pero antes de pulsar en su número se detenía y vuelta a empezar, le escribía un email, pero no se atrevía a enviarlo; pensaba que una película de estreno podía gustarle a Santana y quería llamarla para ir con ella o intentaba adivinar lo que estaría haciendo en cualquier momento, se había enterado por su facebook que había estado en su Lima natal de vacaciones, lo mismo que Quinn y Sam irían a California, donde sus padres tenían una casa y pasaban allí las vacaciones.
Quinn se quedaría dos semana, su novio una, el trabajo no le permitía más; en otras circunstancias, ella hubiera regresado con él, entre otras cosas, porque sus padres se marcharían dos días después, se iban a un viaje programado con mucha antelación a Turquía, diez días, Así que tendría la casa para ella sola.
Allí tenía una sala de música que su padre le hizo desde muy pequeñita, clases de ballet piano y canto, tras el colegio, agotadoras para una niña, pero pronto Quinn despuntó y aunque tuvo que trabajar y estudiar muchísimo desde muy temprana edad, también disfrutaba de ello y ahora estaba tan agradecida a sus padres por darle esa opción que le hacía amar su trabajo como lo amaba.
Tendría la casa de California para ella sola durante unos días, así podría disfrutar de su soledad y leer algunos guiones que le habían enviado para nuevas series y aprenderse sus canciones para el nuevo musical que comenzaría en octubre.
Estaba deseando volver a los escenarios y conocer a sus compañeros, en septiembre comenzaría el ensayo general, durante todo ese mes; habían acudido a varias pruebas y conocía a su compañero principal, el que sería su nuevo amor en escena... la última fue Santana. Por más que lo intentara no había manera de que no la echara de menos y cuanto más lo intentaba mayor era su deseo de volver al verla, así que decidió exponerse a sus miedos.
Tenía que verla, necesitaba verla, intentar que todo volviera a la normalidad, encajar sus sentimientos; que aquel beso, durante la última escena, no apareciera una y otra vez recordándole sus ganas de estar con ella. Quizás si hablaran de lo sucedido, sin tratar de obviarlo, los sentimientos se apaciguaran; incluso, pudiera ser que Santana no hubiera sentido lo mismo que ella, era muy buena actriz y actuar era el arte de hacer creer lo que no es; por eso había seguido llamándola para hacer las cosas que habían hecho con la mayor naturalidad, después de aquel último beso.
- Tienes que dejar de huir...- se dijo así misma, antes de coger el teléfono y pulsar en su nombre.
-Quinn...- la voz de Santana parecía entre sorprendida y aliviada.
- Hola San...- se sentía tan tonta sin haber dicho aún nada- El otro día vi en tu twitter que habías vuelto de Lima...
- Vaya, así que ahora lees Twitter...- sabía que Santana sonreía- te acabarás haciendo una experta en redes sociales…
- No creo...sigue sin llamarme mucho la atención; pero tu twitter sí lo miro cuando me conecto...- se hizo un incómodo silencio- y el de Kurt y los demás compañeros, claro.
- Claro... pues yo el tuyo lo miro cada día - hizo una pausa intencionada, para dar énfasis a lo que acababa de decir.
- ¿Sólo el mío? – Quinn sonreía, comenzaba a notar cierto coqueteo que no dudó en seguir.
- Sólo el tuyo... -silencio, el estómago de Quinn se encogió- y el de Brittany, Mercedes y el resto.- Santana sonreía descaradamente, estaba jugando con ella.
- Que tonta eres...- y a Quinn le encantaba ese juego.
- ¿Soy tonta?... Esto me recuerda a uno de los diálogos de nuestros personajes.
- Ya...- de nuevo silencio- Ehm...San, te llamaba porque, en dos días me voy a California, estaré allí un par de semanas ¿Quieres que quedemos a tomar algo antes de marcharme y me cuentas que tal tus vacaciones?
- Me encantaría...- Contestó en seguida y sin darle tregua continuó- Ven esta noche a mi casa, te invito a cenar y si quieres luego salimos a tomar algo.
Esos eran los planes, Quinn aceptó con muchísimas dudas y miedo, pero con un si rotundo...hay quién afirma que ante el miedo lo mejor es la exposición, quedarte a solas con el objeto o sujeto que provoca ese sentimiento... a solas con Santana y las sensaciones que provocaba en ella.
Una noche, cuanto menos, interesante.
Como podrán ver soy nueva por acá y quise probar algo de suerte con esta adaptación.
Como lo dije anteriormente ni la historia ni los personajes me pertenecen son de Glee y de sus respectivos creadores.
Espero que les agrade...
