Disclaimer: Los personajes no son míos, son de Oda-sama, yo solo hago uso de ellos por un corto periodo de tiempo.

El final de una leyenda by Writter

La plaza se encontraba llena de gente, la mayoría piratas, que habían sido convocados allí de forma oficial para ver el fin de una leyenda. En el centro se encontraba la guillotina, en donde multitud de ladrones, bandidos, asesinos y maleantes habían encontrado su final. En la hoja aun se podía notar las manchas de sangre de su última víctima. Pero no era eso lo que causaba el silencio sepulcral en todo el lugar. No, eso lo originaba el hombre que se encontraba arrodillado frente a la guillotina, con la cabeza en el lugar en donde el corte la seccionaría del cuerpo. Aquel hombre que había conquistado los mares, había encontrado el One Piece y se había convertido en el Rey de los Piratas. Aquel hombre que había llevado durante cerca de doce años, la paz al nuevo mundo. Aquel que se reconocía perfectamente por su cicatriz en la mejilla izquierda y su sombrero de paja.

Luffy nunca se había detenido a pensar en que su muerte sería de aquella manera. Si era sincero, nunca en su vida se había detenido a pensar en algo más aparte de ser el Rey de los Piratas. Su meta siempre había sido esa, y cualquier otro sueño o proyecto de futuro había sido olvidado por el camino. Pero cuando al fin había alcanzado el One Piece, y había logrado cumplir aquella promesa que hacía tantos años atrás le había hecho a Shanks, aquellos sueños que habían sido olvidados durante su travesía por el Grand Line, regresaron.

Y los había cumplido todos. Había surcado todos los mares, encontrado todos los tesoros que podía encontrar, vivir todas las aventuras que podía junto a sus compañeros. Se había enamorado y casado con su navegante-aun en aquellos momentos, sonreía al recordar como se había dado todo- y había tenido dos hijos a los que amaba con locura. No podía arrepentirse de nada, ni siquiera de lo que estaba a punto de hacer.

O eso creía, porque al ver el rostro lloroso de su familia en primera fila, no pudo evitar que un dolor agudo se instalara en su corazón. Los echaría de menos. Extrañaría entrenar con su hijo, Roger, y le pedía disculpar en silencios por dejarle el peso de cuidar de su madre y hermana a sus jóvenes once años. Extrañaría contarle sus aventuras a su hija Sarah antes de acostarla, y le dedico una mirada de puro cariño cuando la vio abrazar su sombrero de paja. Los extrañaría a los dos, demasiado, y se reprochaba el dejarles sin padre a una edad tan temprana. Pero lo hacía por su bien, por su seguridad. Por el futuro de Roger, de Sarah, de Nami…

La anaranjada melena detrás de los oscuros cabellos de sus hijos capto su atención. Nami. De ella lo extrañaría absolutamente todo. Desde sus sonrisas, hasta sus gritos. Desde su obsesión por el dinero, hasta la sensación de calidez que sentía al tenerla a su lado cada noche. Mientras que su alma se rompía por sus hijos, su corazón lo hacía por Nami y esperaba que pudiera perdonarlo.

—Monkey D. Luffy—la voz del Marine se escuchó por toda la plaza—, se le acusa de piratería, robo, allanamiento de morada, asesinato, insubordinación a la autoridad, burla contra la Marina y otros veinte delitos más. La sentencia es la muerte. ¿Quiere decir alguna cosa?

Luffy miró a su familia y sonrió. Todo lo hacía por ellos y por eso no temía a la muerte. Esa era otra aventura que tenía que emprender solo y estaba listo.

—Shishishi—se rió—¡Os espero en el otro reino, amigos!

Cerró los ojos e inspiró hondo. Nico Robin, Zoro, Sanji, Ussop, Franky, Brook, Shanks, Chopper… "Nami, Sarah, Roger… siempre velare por ustedes, no importa desde donde."

—Hermano, voy ahora contigo…— fueron las última palabras que salieron de los labios del Rey Pirata, antes de que dos gritos llenos de dolor rompieran el silencio.

Por culpa de alguien que ha pirateado mi cuenta en Fanfiction-que la compartía con Princess- y ha cambiado la contraseña, he decidido publicar a través de la cuenta de Sakurei Ume-una gran amiga- mis escritos. Gracias por todo.