I. OTRO AÑO EN HOGWARTS

Otro año escolar comienza en Hogwarts, la mejor escuela de Magia y Hechicería de Inglaterra. En la estación de Hogsmeade, el único poblado del país cuyos habitantes son únicamente brujas y magos, se oye el pitido de un tren que se va acercando: el expreso de Hogwarts que trae como pasajeros a los alumnos del colegio que comenzarán su ciclo escolar. Al arribar a la estación, sus ocupantes bajan emocionados: los más pequeños, que cursarán el primer año miran todo con sorpresa e interés. Los más grandes se saludan y platican entre ellos.

Pero no todos comparten esa alegría. Entre la multitud se distingue a un chico que baja solo del tren. Es Harry Potter. Harry no es un chico ordinario, incluso en el mundo mágico. Es famoso, sin que él lo desee. Y como él, también es famosa su cicatriz en forma de rayo, cuyo origen lo ha marcado internamente.
Harry no es la misma persona que hace seis años comenzó a estudiar en el colegio. A sus 16 años, conserva su físico igual de delgado y su cabello negro azabache sigue igual de incontrolable. Sin embargo el adolescente ha cambiado: ha crecido varios centímetros y su porte es más seguro. Pero no es en eso en lo que radica la enorme diferencia. Sus ojos verdes esmeralda proyectan una tristeza y desesperación muy grandes, además de que, mirándolo bien, pueden verse ojeras circundándolos, acentuadas por la ligera palidez que presenta su rostro. Todo lo que ha vivido, en especial durante los últimos meses, han contribuido para que en un corto tiempo haya dejado de ser un niño, a costa de golpes muy duros para su edad.

Al paso de Harry por el andén, varios chicos y chicas comienzan a murmurar y a señalarlo, algunos con curiosidad, otros con burla. Y es que el curso anterior se enfrentó personalmente a Lord Voldemort, confirmando lo que todo ese año había divulgado el temido regreso. Él los ignora, y sigue su camino. Un poco más adelante sus amigos Hermione Granger y los hermanos Ron y Ginny Weasley lo esperan para dirigirse hacia los carruajes que los llevarán al castillo.

- Los de primero por aquí!!!- se escucha la potente voz de Hagrid, profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas y guardián de los bosques de Hogwarts. Su figura es imponente. Mide el doble que un hombre normal, y se ve colosal rodeado de los chiquillos de nuevo ingreso.

- Qué tal, muchachos¿Cómo pasaron el verano? - Saluda a los chicos, emocionado - el verano fue muy largo. Los he extrañado - les comenta bajando la voz

- Gracias - contesta Harry desganadamente y mirando hacia otro lado, tratando de no parecer grosero, sin lograrlo. Hagrid observa al chico preocupado.

- Hagrid, qué alegría verte!! – lo saluda Hermione con entusiasmo - También te hemos extrañado. Te veremos en el banquete?

- Si, ya tendremos tiempo de platicar. Ahora tengo que llevar a los niños de primero al paseo por el lago. Nos vemos en el castillo. Los de primero, de este lado!! - vuelve a gritar.
Los cuatro chicos siguen su camino hacia los carruajes, cuando otro muchacho de sexto de su misma casa, Neville Longbottom, les grita.

- Hey! Espérenme!!

Harry se detiene por un momento y voltea hacia donde está Neville. Necesita hablar con él, en privado, pero ahora no es el momento. Reanuda su marcha sin ver por donde va, chocando con alguien.

- Lo siento!! - murmura Harry como disculpa, acomodándose las gafas.

- No hay problema, Harry - dice sonriéndole la chica con quien chocó. Su nombre es Grace Ockham. Es una chica de quinto año de Hufflepuff. Grace es hija de muggles, de la misma estatura de Hermione, de largo y lacio cabello castaño, con grandes y expresivos ojos color miel.

- Estás bien? - le pregunta Harry.

- Si, no fue nada. Que tal tu verano? – contesta risueñamente Grace, tratando de entablar conversación.

- Bien... nada interesante - le contesta Harry. Los chicos sólo han cruzado un par de palabras durante todo el tiempo que llevan en Hogwarts, pero Grace lo trata con cierta familiaridad, que provoca que el muchacho se ponga nervioso. - Buenoo... nos vemos en el Gran Comedor - se despide.

- Harry, ya vámonos!!! - le grita Ron desde el carruaje que comparten con Ginny y Hermione. Harry vuelve a su ensimismamiento, y no pronuncia más de dos palabras en el trayecto hacia el castillo.

- Harry, aún no nos has dicho cómo te fue con los TIMOS - dijo Hermione.

- Extraordinario en Defensa contra las artes obscuras y Cuidado de Criaturas Mágicas, Supera las expectativas en Transformaciones, Encantamientos, Pociones y Herbología, y suficiente en el resto - contestó restándole importancia.

- Yo saqué casi lo mismo!! - exclamó Ron - bueno, saqué suficiente en Herbología, pero lo demás fue igual. Sabes cómo le fue a Hermione?? Sacó Supera las Expectativas en Aritmancia e Historia de la Magia y Extraordinario en las otras!!! - dijo Ron con admiración, provocando que Hermione enrojeciera visiblemente.

Harry esbozó una ligera sonrisa, porque la mirada que le profería Ron a Hermione era la misma que le había visto en los ojos cuando vio las jugadas de Viktor Krum en los mundiales de Quidditch.

- Mmmhh.. - murmura Ginny - Creo que este curso no va a ser tan sencillo para mí, cierto? - Le pregunta a Hermione. Ginny va a comenzar el quinto curso, y al final del mismo tendrá que presentar los TIMOs, que son los exámenes para obtener el Titulo Indispensable de Magia Ordinaria.

- Solo tienes que organizarte adecuadamente - le contesta Hermione, dándole también algunos tips de estudio. Después de eso, los muchachos quedaron en silencio.

Después de unos minutos de marcha, llegan al castillo de Hogwarts, que destacaba su silueta imponente contra el cielo estrellado. Es una de las últimas noches tranquilas del año, y la luna llena resplandece en un cielo libre de nubes. Al ver el cielo, Harry recuerda a su antiguo profesor de Defensa Contra las Artes Obscuras, Remus Lupin. Lupin es un hombre lobo, y en la época en la que estudiaba en el colegio, sus tres mejores amigos se convirtieron en animagos para poder acompañarlo en sus transformaciones. Colagusano, Cornamenta y Canuto. Peter Pettigrew, James Potter y ... Sirius Black. Harry cerró los ojos y se reprendió mentalmente. No quería pensar en ello. Siguió a sus amigos, aún callado, y se dirigieron al Gran Comedor, donde el banquete de inicio de cursos estaba por comenzar.

Los alumnos de segundo a séptimo grado se sentaron en las mesas de sus respectivas casas. Los chicos de Hufflepuff, Ravenclaw y Griffindor se saludan unos a otros, algunos gritan de una mesa a otra. Los únicos que conviven poco con otras casas son los alumnos de la casa de Slytherin.

- Se siente raro que Fred y George no se encuentren aquí, no lo creen? - Dice Ron, con un dejo de melancolía en su voz. - Creo que voy a extrañar sus bromas.

- Ron, dices que vas a extrañarlos?? - Pregunta Seamus Finnigan.

- Claro que no!! - exclama Ron con fingido enfado - Sólo digo que nos van a hacer falta sus ocurrencias, o no?? O pregúntenle a Umbridge!!- Estalla una carcajada entre los que se encuentran cerca, excepto Harry.

- Harry, estás bien? - dice Hermione por lo bajo.

- Si, claro - contesta Harry distraídamente, con la mirada fija en la mesa. Hermione voltea a ver a Ron, con una mirada de preocupación que éste le devuelve. Los demás no parecen notar el decaimiento de Harry.

Los profesores del colegio se encuentran sentados en la mesa principal. Al centro, el profesor Albus Dumbledore, director de la escuela, conversa con la profesora McGonagall. Unos instantes después, la profesora McGonagall se pone de pié y pide silencio, y rápidamente el sonido de las voces se va apagando.

- Señor Filch, que pasen los alumnos de primer año, por favor - solicita amablemente. El señor Filch, conserje del castillo abre las puertas del Gran Comedor y un grupo de chiquillos con caras espantadas entran hacia la mesa de profesores, donde se encuentra el sombrero seleccionador. Los recién llegados miran con sorpresa y miedo todo cuanto les rodea. Una vez que han terminado de entrar, la profesora McGonagall acerca un pequeño taburete y sobre coloca sobre él, un viejo sombrero con una rajadura en el centro. Cualquiera diría que debieron haberse deshecho del sombrero desde hacía tiempo, pero este no es un sombrero ordinario. Es el sombrero seleccionador, que indica a que casa de Hogwarts pertenecerá cada nuevo alumno. Cada año, el sombrero interpreta una nueva canción, indicando las características de cada casa. Sin embargo, el año anterior no solo no hizo eso, sino que en su lugar advirtió que el colegio se encontraba en serio peligro.

Los presentes en el gran comedor hicieron un silencio cuando el sombrero abrió su boca para cantar:

...
Y DE NUEVO LES REPITO
QUE EL PELIGRO NO HA PASADO
Y AUNQUE LOS SIGO DIVIDIENDO
ESPERO QUE LOGREN ENCONTRAR
LA FUERZA AÚN EN LAS DIFERENCIAS
NO DIGO NADA MÁS
COMENCEMOS LA SELECCIÓN

Al término de la canción, todos aplauden.

- Escucharon? Es básicamente la misma canción del año pasado!! - dice Hermione a Ron y a Harry - La advertencia sigue siendo la misma: manténganse unidos!!
- Si, pero yo nunca confiaría en alguno de Slytherin - dice Ron.
- Ron, por favor!! Esta no es una época de paz. Debemos darles el beneficio de la duda!!
- Incluyendo a Malfoy?? Jamás!! - gruñó Ron
- Ronald!!
- Esta bien, lo que tu digas... - Y susurrándole a Harry, añade - No quiero pelear con el estómago vacío.
- Silencio!! – susurra Ginny, enojada.
- Cuando diga su nombre, pasan al frente. Les colocaré el sombrero seleccionador en la cabeza y él dirá a que casa pertenecen. Entendido? - Les dice la profesora McGonagall a los chicos de primero. Todos asienten con la cabeza.
- Adams, Rachel
- Ravenclaw!!!
- Campbell, Alexis
- Hufflepuff!!
- Davis, John
- Slytherin!!
Conforme los alumnos van siendo asignados, la casa respectiva prorrumpe en aplausos. Poco a poco la fila se va haciendo más corta.
- Paltrow, Erin
- Gryffindor!!

Cuando todos los alumnos han sido seleccionados, profesor Dumbledore se pone de pie. De inmediato, el Gran Comedor queda en silencio.
- Bienvenidos de nuevo a Hogwarts. A comer!! - dice. En las mesas, antes vacías, aparecen apetitosos platillos de todas clases, acompañados por jugo de calabaza. Los alumnos de primer año quedan maravillados y se escuchan por todo el Gran Comedor expresiones de asombro.
- Ya era hora!! Estoy muriendo de hambre!! - exclama Ron mientras se sirve un gran trozo de carne.
- Siempre tienes hambre, Ron!! - exclama alegremente Dean Thomas, quien está en el mismo año que Ron, Harry y Hermione. Las carcajadas no se hacen esperar, pero a Ron no parece importarle, está concentrado pensando que otro platillo escogerá. Harry desganadamente toma una porción pequeña del mismo platillo que eligió Ron.
- Como sim-pe, egta degiciogo!! - dice Ron, con la boca llena
- Ron!! No hables con la boca llena!! - Dice Hermione, disgustada
- Si, mamá - contesta Ron mientras algunos compañeros sentados cerca de ellos vuelven a reír, excepto nuevamente por Harry.

Después de un rato, cuando casi todos han terminado, Ginny le da un codazo a Hermione, indicándole con la mirada el plato de Harry. Ha comido poco más de la mitad de la porción que se sirvió inicialmente.

- Harry, eso es todo lo que vas a comer? Es muy poco! - Le dice por lo bajo Hermione.
- No tengo apetito, eso es todo. - Dice Harry. Hermione abre la boca para seguir insistiendo, pero en eso el profesor Dumbledore se pone de pie nuevamente. Los platos del banquete desaparecen, y los alumnos voltean a ver a su director.
- Bien. Como cada año, es necesario que les de un par de avisos. Pero antes de eso, quiero darles la bienvenida a los alumnos de primer año. Deseo que su estancia en el colegio sea lo más provechosa posible. Nuestros profesores, excelentes por cierto, - al decir esto, en la mesa de Slytherin Draco Malfoy exhala un bufido de sarcasmo -les brindarán todos los conocimientos necesarios para ayudarles a ser los mejores magos y brujas que necesitamos, principalmente ahora. Pero es necesario que ustedes pongan mucho empeño en cada una de sus clases. A los alumnos de los demás cursos, es grato encontrarlos nuevamente. También ustedes deben aprovechar los conocimientos que les impartirán sus profesores. Ahora si, los anuncios. El señor Filch me ha pedido que les recuerde que el número de objetos prohibidos se ha incrementado, y que pueden consultar la lista en su despacho. Quiero recordarles que no pueden acceder al bosque prohibido, a menos que sea acompañado de alguno de los profesores. - algunos murmullos se escucharon. - Por otro lado, desafortunadamente su nuevo profesor de defensa contra las artes obscuras, el profesor Terruce Poliav no pudo asistir a este banquete, pero se presentará el día de mañana, para dar sus clases con normalidad.

- Quién será el nuevo profesor? - susurró Ginny a Hermione - sabes algo de él? - Hermione negó con la cabeza.

- Les tengo una noticia que espero les alegre. Este año, Hogwarts celebra un centenario más de su fundación - prosiguió Dumbledore - y por lo tanto, el día de Halloween habrá un evento para celebrarlo, del cual les informaremos más adelante. - Varios murmullos de expectación se escucharon por todos lados.

- Sin embargo - dijo Dumbledore seriamente y un levantando el volumen de su voz, provocando que el gran comedor volviera a quedar en silencio - no todas las noticias son buenas. Como ustedes saben, estamos viviendo tiempos difíciles. Lord Voldemort ha regresado. - al decir esto, varias chicas emitieron un grito ahogado, mientras otros se estremecieron al oír el nombre. Harry, que había estado distraído durante el discurso, puso atención a las palabras del director - Es muy importante que permanezcamos unidos. Solamente de esta manera podremos vencer al enemigo. Pero la lucha no es solo externa. Entre nosotros debemos eliminar las diferencias y las rencillas que existan, para comenzar a trabajar juntos y poder salir victoriosos. No será fácil, pero existen muchas cosas por las que es necesario luchar. No debemos dejarnos abatir por las situaciones difíciles que se nos presentarán - dijo mirando a Harry a los ojos - Les insto a desarrollar su fortaleza de espíritu. - Dumbledore dejó de hablar, pero no se escuchaba ningún ruido. Todos los ojos estaban fijos en él, incluyendo a los profesores. Después de unos momentos, dijo con voz más tranquila. - Bueno, eso es todo. Ahora por favor diríjanse a sus dormitorios. Mañana comenzarán las clases a las 9 de la mañana. Buenas noches!!

Hermione frunció el ceño, preocupada. Los alumnos se levantaron de las mesas, para retirarse a sus salas comunes. Los prefectos de cada casa comenzaron a llamar a los alumnos de primer año que los siguieran. Ginny había sido elegida prefecto, así que se retiró. Harry volteó inconscientemente a la mesa de Hufflepuff, en el momento en que Grace, que también había sido elegida prefecto, se levantaba de su mesa y organizaba a los niños de primer año de su casa. Grace levantó la vista y su mirada se encontró con la de Harry. Ella le sonrió, dio la vuelta y se dispuso a salir.
Harry quedó anonadado, y sin saber que hacer. Grace le había sonreído a él? Hermione lo sacó de su ensimismamiento.

- Dumbledore nos está poniendo sobre aviso... Voldemort ha empezado a prepararse. - le dijo a Harry y a Ron, quien hizo una mueca al escuchar el nombre.
- Y que es lo que vamos a hacer? - dijo Ron, mirando a Harry - seguiremos con el ED?
- Con que objeto? - respondió con indiferencia - ahora que Umbridge se ha ido no lo necesitamos
- Harry, creo que Ron tiene razón. No sabemos como será el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Obscuras. No podemos dar por sentado que nos enseñará las cosas que tu nos has enseñado - afirmó Hermione mientras abandonaban el comedor y caminaban hacia la torre de Gryffindor. El pasillo estaba casi desierto. Los tres se habían quedado rezagados de los demás.

- Ahora saben lo mismo que yo. No creo que pueda enseñarles nada nuevo - el tono cortante de su respuesta no daba margen para seguir insistiendo
- Piénsalo, si? - dijo Hermione, deteniéndose a la entrada de la torre.
- Password? - Preguntó la señora Gorda
- Ostium Aedis
- Adelante!!

En la sala aún había algunos chicos que platicaban sobre cómo les había ido en sus vacaciones.
- Hola Harry!! - exclamó Colin Creevy cuando lo vio entrar
- Harry!! Que tal te fue en el verano?? - dijo Dennis Creevy. Los hermanos Creevy eran hijos de muggles, y desde que llegaron al colegio se habían convertido en grandes admiradores de Harry. Los dos parecían pequeños para su edad, aunque Colin iba en quinto y Dennis en tercero.
- Bien, gracias. - dijo Harry con el mismo tono desganado con el que contestaba a todos los que le hacían la misma pregunta. Estaba fastidiándose de ello!!
- Nosotros también tuvimos un buen verano, gracias por preguntar - dijo Ron, de manera sarcástica, recibiendo por ello un codazo de Hermione. Colin y Dennis comenzaron a reírse, tomando el comentario de Ron como una broma.
- Mi papá nos llevó de campamento, junto con algunos de mis primos!! Les contamos muchas de las aventuras que te han sucedido!! - dijo Colin
- Si!! - exclamó emocionado Dennis - y nos dijeron que tenemos mucha imaginación!! Hubieran visto las caras que ponían cuando les narrábamos las historias. A Colin y a mi nos daba mucha risa ver sus caras de asombro. Y eso que no saben que asistimos a una escuela de magia!! Si lo supieran, morirían de envidia!!
Los hermanos Creevy hubieran seguido platicando, pero Ron se despidió bruscamente.
- Bueno, los dejamos. Tenemos que levantarnos temprano. Hasta mañana - dijo, empujando a Harry y a Hermione hacia las escaleras rumbo a los dormitorios.
- Hasta mañana!! - exclamaron Colin y Dennis al unísono.
- Yo también me voy dormir. Que descansen, y no se levanten tarde!! - se despidió Hermione, dirigiéndose hacia el dormitorio de las chicas.
- Oye, y que va a pasar con el Quidditch? Ahora que Katie es la nueva capitana, y Umbridge no está, necesitamos nuevos elementos - dijo Ron cuando estuvieron en el cuarto de los chicos. Dean, Seamus y Neville parecían muy entretenidos en su conversación.
- Ginny es la buscadora, no lo olvides - le contestó Harry. Durante el verano no había pensado en el equipo. No había tocado su Saeta de Fuego, porque verla le causaba dolor, así que la envolvió cuidadosamente y la guardó junto con casi todas sus cosas en la alacena bajo la escalera, en la casa de sus tíos en Private Drive. Incluso no había pensado en los deberes que le habían dejado sus profesores, hasta ahora.
- Ginny afirma que eso fue temporal y que McGonagall te regresará el puesto de buscador. Estaría mal si no lo hiciera!! Ella quiere aplicar como cazadora. Exclamó Ron. Harry se encogió de hombros. No le interesaba demasiado en ese momento pensar en ello.
- Bien, me voy a dormir. Hasta mañana - dijo Harry, dando por terminada la conversación. Ron miró preocupado a su amigo, pero no dijo nada. Se unió a la conversación de sus compañeros de cuarto, antes de irse a dormir también.

Harry cerró las cortinas de su cama, y en silencio siguió pensando en todo lo que le había atormentado durante su estancia en casa de sus tíos. En cuanto regresó al finalizar el curso anterior, se encerró en su habitación y no salía más que para lo básico indispensable. Sus tíos, temiendo que los miembros de la Orden del Fénix en pleno fueran a visitarlos, lo habían tratado mejor que nunca. Incluso hasta habían obligado a salir para comprarle algo de ropa y artículos electrónicos que a Dudley le hubieran gustado. Pero su imponente primo no reclamó cuando llevaron la nueva televisión al cuarto de Harry. Es màs, ni siquiera osaba molestarlo y hasta huía de su presencia. Pero Harry se había mostrado inapetente y taciturno. En ningún momento tocó sus regalos. Permanecía encerrado en su habitación por voluntad propia y en silencio. No había para que buscar noticias, no había para que esperar que alguien apareciera y le dijera que todo estaba bien.

Cuando sus recuerdos y pensamientos lo abrumaban, se desesperaba. En esos momentos la única distracción que se le ocurría era agotarse físicamente para no pensar en lo sucedido en el curso anterior. Había hecho deberes de la casa sin que sus tíos se lo ordenaran. Había arreglado y pintado la cerca del jardín, tratando de concentrarse en esas actividades sabiendo que tenía que hacerlo al estilo muggle,
Pocas veces se alejó de Privet Drive, y cuando lo hacía, solo era para ir al parque, donde se quedaba horas pensando. Cuando Dudley lo veía a lo lejos, hacía que su pandilla fuera más aprisa y se alejaba de inmediato de la zona. Todavía no había superado la sensación que el ataque de los dementores le habían dejado el año anterior.

Las cartas que le enviaban sus amigos la mayoría de las veces no las contestaba. Hermione había pasado la mayor parte del verano con sus padres, y por lo que pudo intuir, había ido a otro país. No le preguntó a donde. Ron estuvo en la Madriguera, aunque fue varias veces a la casa de Sirius en Grimmauld Place. En su cumpleaños recibió varias lechuzas, más que los años anteriores, porque varios miembros del Ejercito de Dumbledore le habían enviado tarjetas y regalos. Incluso Cho Chang le había enviado una tarjeta, sin que esto animara demasiado a Harry.

Unas semanas antes de regresar a la escuela, Ron lo invitó a pasar el resto de las vacaciones en la Madriguera, dándole a entender que no tenían que ir a Grimmauld Place, y que sus padres no estarían en la casa. Sin embargo, Harry rechazó la invitación. Fred, George y Ginny también le enviaron lechuzas para tratar de convencerlo, sin éxito.

Incluso Hedwig padeció con la indiferencia de Harry. Hasta el ave parecía entender el sufrimiento de su amo. Cada vez que llegaba de cazar, ululaba quedamente y despuès permanecía en silencio. Solo en dos ocasiones Hedwig llevó cartas de Harry: una de ellas para la familia Weasley, agradeciéndoles la invitación y diciéndoles que se verían en el colegio, y la otra fue para Hermione, pidiéndole que sacara un poco de oro de su cámara de Gringotts, el banco mágico y que le comprara los útiles para el siguiente curso. Después de eso, volvió a su mutismo, tratar de olvidar lo relacionado al mundo de la magia. El resto del verano lo pasó de igual manera.

Hubo un cambio importante, sin embargo, en la actitud de tía Petunia. Aunque los tres Dursdley lo trataban mejor, influidos por el temor de verse visitados por la "gente extraña" como los llamaba tío Vernos, tía Petunia en ocasiones lo miraba con compasión. Tal vez la misma actitud triste del chico le inspiraba tal sentimiento. Harry hubiera preferido que lo siguiera tratando despectivamente. Esa mirada le recordaba justo lo que quería dejar atràs.

El primero de septiembre le pidió a su tío Vernon que lo dejara en King Cross. Sus tíos lo llevaron sin chistar. Desde el auto, Harry pudo ver el rostro de Dudley asomándose por una de las ventanas, semi oculto detrás de las cortinas.

Una vez en la estación, Tio Vernon ayudó a bajar su baúl y lo dejó en la puerta. Sin despedirse, se subió al auto. A punto de arrancar, se dió cuenta que su esposa había descendido. Petunia se acercó a Harry, y a un metro de él, le murmuró "cuídate" brindándole una mirada preocupada, antes de regresar rápidamente al auto. Esta actitud desconcertó a Harry, quien no pudo decir palabra alguna mientras veía como el coche se alejaba entre el tráfico matutino.

Al haber llegado temprano al tren, encontró varios compartimentos libres, y eligió el último. Ginny lo encontró solo, mirando hacia la ventana. Bajó del tren solo un momento a saludar a los señores Weasley, a los gemelos y a Bill. Dado que sus tres amigos eran prefectos, sabía que la mayor parte del trayecto podría estar en silencio, sumido en sus pensamientos. Las pocas veces que sus amigos estaban con él, respetaban su mutismo. Además contestaba con monosílabos a los escasos intentos de conversación. Podían comprender su dolor por la pérdida de Sirius, quien había desaparecido en el ministerio de magia unos meses atrás. A Harry le costaba aceptar que Sirius hubiera muerto. El tenía que regresar en algún momento, y Harry seguiría esperando ese momento.

Poco a poco, y a una hora avanzada de la noche, la fatiga hizo presa de él y sumido en estos pensamientos, el muchacho se fue quedando dormido.