Please Mister Postman

There must be some word today

From my boyfriend so far away

Pleas Mister Postman, look and see

If there's a letter, a letter for me.

Annabeth lanzó una ultima mirada a la entrada del campamento.

O al menos, eso había prometido hacía ya media hora, cuando las antorchas aún estaban apagadas y el sol relucía en el cielo.

No es que fuese su pasatiempo estar parada como una piedra junto a la barrera, con las manos entrelazadas sobre su pecho y la respiración irregular. Tampoco era propio de ella tener esos momentos de aislamiento, pues debía estar al pendiente de una cabaña llena de chicos que dependían de su consejo.

Y el encontrarse al borde del colapso emocional era lo que menos esperaban de Annabeth Chase.

La hija de Atenea tenía tantos rumores sobre su espalda, al ser una líder de cabaña y con muchas aventuras, su reputación era más que solo palabras. Entendía que su personalidad podía no ser muy amable, al ser reservada y por tomar en serio cada cosa en su vida, las personas solían hacerse la idea de que existía metal en sus venas. Y sus ojos, grises como tormenta, solo terminaban por acabar la imagen de fuerte heroína que tenía por corazón un trozo de madera.

Si, ella era fuerte. Una chica que peleaba por lo que creía correcto y el bienestar de sus amigos, el único hogar que había conocido. Alguien que enfrentaba las cosas con inteligencia y de frente, pues no existía poder que pudiese hacerle fácil la tarea.

Pero nada pudo prepararla para lo que estaba por venir.

Con el viento soplando sobre su cabello, pudo sentir las lágrimas brotar calientes sobre sus mejillas. El nudo en su garganta se hizo más apretado y le provocó un sollozo, para luego volverse un llanto.

Percy ya no estaba.

Como si el viento se lo hubiese llevado, ya no estaba. Igual que en sus mayores pesadillas, aquel con quién había compartido sus mayores inseguridades y momentos felices se había esfumado. Desaparecido en las entrañas de la tierra.

¿y por qué? Se preguntaba, si eso era un castigo de alguien en ahí arriba no le extrañaría. A Ella siempre le gustaba verla sufrir y Annabeth no deseaba ser parte de la diversión.

Pero quitarle a Percy, su Percy…

Tenían a tantos buscándolo que parecía una broma, pero nadie conocía la verdadera fuerza en el corazón roto de una chica. Ni la voluntad, o el enorme deseo que ésta aguarda, junto a la esperanza y la decepción de cada cosa que no era cierta.

Annabeth odiaba las profecías tanto como cualquier otro semidios, pero mandarla a buscar gente con la promesa de encontrar a su novio era un golpe bajo. Su misión era encontrar al chico con solo un zapato, y éste sería la clave para encontrar a Percy Jackson, pero el chico no podía recordar ni cómo se llamaba.

Aquello la destrozó por completo.

Ella, la chica líder de la cabaña de Atenea. La que viajó para encontrar el rayo maestro de Zeus y venció a innumerables monstruos tres veces mayores que ella. La que recibió una puñalada por la persona que amaba y que ya no estaba junto a ella gracias a una profecía.

Lloraba con la cara oculta entre sus manos frente a una entrada vacía, esperando noticias que no iban a llegar.

Esperando, que ese chico Jason tuviera la respuesta.

Pero no lo recordaba, ni sabía quién era.

Y todos los días que había esperado una señal, alguien que viniese con buenas noticias diciéndole cualquier cosa que pudiese ayudarla, simplemente hundieron su corazón aún más. La presencia de Jason Grace se volvió igual que un golpe en el rostro, remarcándole cada vez que lo veía que Percy seguía afuera, lejos.

Muy lejos de su vida.

Y tal vez, solo tal vez, pudiera regresar.

Annabeth lo encontraría.


Las personas que me leen me van a matar por publicar historias y no actualizar las que ya tengo...

Espero que lo hayan disfrutado, y busquen la canción de The Marvelettes, ¡es preciosa!

con mucho amor

Kura