Capítulo 1: Asignación de cuarto
El camino la estaba agotando más el chofer les había avisado que no faltaba mucho para llegar por lo que debían prepararse para bajar. Sasha, la chica que compartía el asiento trasero con ella, se acomodó las sandalias y metió un paquete de galletas abierto que había estado comiendo a lo largo del viaje en su bolsa de mano. Ésta miró a su amiga y le sonrió viéndola tan distante, mirando por la ventana.
-No debes estar nerviosa.
-No lo estoy.- Respondió la chica rubia para después subir la ventana con el botón de automático.
-Ya hemos estado en escuelas antes, secundaria, preparatoria, ahora sólo queda la universidad.- Comentó Sasha mirando a la chica con preocupación para darse cuenta de que en realidad no la estaba escuchando.- Christa…
-Hemos llegado.-Interrumpió el chofer deteniendo el taxi.
La chica rubia, de baja estatura y ojos llamativamente azules bajó del vehículo lo más rápido que pudo, tanto que sorprendió al taxista pensando que se iría sin pagar por el viaje. Sasha lo tranquilizó enseñándole el dinero para después entregárselo. Desde su asiento podía ver como Christa, sin querer admitirlo, se encontraba emocionada por recorrer el espacio en el campus de la universidad.
-Ayúdame a bajar el equipaje, no creerás que haré todo esto sola.- Reclamó Sasha abriendo el maletero del automóvil.
Christa enseguida fue en su ayuda, por más emocionada que estuviera por explorar no era una hipócrita.
Sasha había bajado ya tres maletas y se percató de que la rubia forcejeaba por levantar a penas una. Su baja estatura y falta de fuerza no la ayudaban en ese momento. Rio en sus pensamientos, esa niña pequeña siempre estaría ahí.
-Permíteme ayudarte.- una voz masculina y suave apareció detrás de Christa.
Las dos chicas voltearon y se encontraron con dos chicos algo mayores, uno más alto que el otro. El chico pelinegro tenía un semblante más relajado que el rubio por lo que lo dejaron acercarse.
-Bertholdt, ¡deja que se encarguen ellas solas!- ordenó el chico robusto y rubio.
Sasha se ofendió un poco y dejó su equipaje en el suelo, dispuesta a dirigirse al chico.
-Sasha.- intentó calmarla Christa tratando de evitar conflictos. Simplemente no pasaría el día en la dirección, era su primer día en esa escuela y no quería estropearlo.
La rubia dirigió la mirada al chico molesto más en cuanto posó sus ojos en su rostro, su semblante cambió completamente.
-¿Dijiste algo, Reiner?- preguntó el chico alto mirando a su amigo un poco aturdido.
Sasha trató de comprender lo que estaba pasando, pero después miró su reloj y se dio cuenta de que ya iban tarde para la asignación de habitaciones.
-¡Christa!- gritó moviendo un poco a su amiga, ésta reaccionó.- Nos estamos pasando de hora, recuerda la asignación de cuartos.
La rubia se alarmó igual o más que la castaña e intentó cargar sus maletas por si sola con la esperanza de que en ese momento tuviera más fuerza pero ella sabía que no pasaría.
-¿Ahora si me dejarás ayudarte?- preguntó Bertholdt y sin que Christa le diera su consentimiento, levantó tres maletas. Christa le agradeció con la mirada.
Reiner cerró los ojos con fuerza y apretó los dientes para después también cargar el poco equipaje que quedaba. Sasha se acomodó dos y Christa prefirió llevar la maleta de ruedas para ir más rápido.
-¡Mi nombre es Bertholdt!- dijo el muchacho mientras corrían.- Él es Reiner, discúlpenlo por su comportamiento anterior.
El rubio sólo miró a otro lado, avergonzado y siguió su camino a la recepción.
Cuando llegaron los chicos, dejaron el equipaje en el suelo y dejaron que Christa y Sasha de encargaran de sus asuntos. Christa le agradeció a Bertholdt por su amabilidad y a Reiner por su ayuda, Sasha ya estaba en la recepción gritándole algo a la encargada.
La rubia se dirigió a ella rápidamente y con temor ya que sabía que algo no estaba bien.
-¿Qué quiere decir con eso?- reclamó Sasha a la mujer que estaba delante de ella.
-¿Qué ocurre?- Preguntó Christa, preocupada.
-Le explicaba a su amiga que no es posible que ustedes dos elijan su compañera de habitación.- dijo acomodándose los anteojos, volviendo a su postura.
-¿Y por qué no?- preguntó Christa, confusa.- El reglamento decía…
-Creo que no leyó bien el reglamento señorita…
-Renz.- comentó Christa.
-Señorita Renz, tengo entendido que su inscripción a la universidad fue firmada hace cinco días.- Christa cerró los ojos ya que sabía cuál era el problema, más dejo que la encargada siguiera hablando.- el reglamento claramente dice que se le dará preferencia, en cuanto a la elección de compañero de cuarto, a los alumnos que se han inscrito con anticipación.
-No puede ser posible.- susurró Sasha por debajo ya que ella se había inscrito apenas hace una semana.
-Lo siento, no puedo hacer nada por ustedes.
-¿Puede al menos ayudarnos a que nuestros cuartos estén cercanos?- preguntó Christa con esperanza.
-Las elecciones de estudiantes con inscripciones atrasadas son al azar así que no está en mis manos ese poder.- dijo la mujer entrelazando sus dedos.
Sasha estaba a punto de decir algo más pero Christa la detuvo, sabiendo que no podían hacer nada más. La situación estaba así y no podían hacer algo para cambiarlo. La rubia tocó el hombro de su amiga anunciándole que debía ser hora de la retirada más Sasha no se rendía.
Pocos minutos después estaban en la oficina de dirección, esperando el castigo que les asignarían.
Se agradecen reviews, me motiva a seguir con el siguiente capítulo, se aceptan sugerencias, reclamos, etc.
