Los personajes no me pertenecen son propiedad de Marvel Comics. Los pido prestados sin fines de lucro.

Slash –advierto para que no haya reclamos–, Mpreg como todos mis fics.

A petición de Kaory Ciel y porque se me antojó también. Mi única intervención en este fandom.

Retribución

Por Tlacuilo

Capítulo I

El rey de los gigantes dejó que el enemigo se llevara a esa cría. Sabía que en Jotunheim, este no tendría muchas posibilidades de sobrevivir y no es que le importara, pero tal vez después podría sacar algún beneficio de aquella separación.

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Los dos eran príncipes a los ojos del pueblo de Asgard, sin embargo la diferencia a los ojos de ese hombre austero y poderoso, era al que pesaba como losa sobre la espalda del menor de ellos.

Loki buscaba su refugio, su seguridad en el único lugar que tenía: en los brazos de su madre, esa mujer fuerte hermosa e inteligente que día con día le demostró, que para ella las diferencias no existían y que lo educaba del mismo modo que al soberbio primogénito.

Los años marcaron las diferencias, mientras Thor crecía como un fuerte y aguerrido soldado; Loki se guiaba hacia el arte del engaño y de la sutileza. Más lo que su hermano y padre veían como una debilidad en su amada madre era su mayor fortaleza, la gracia de salir airosa de complicadas situaciones sin violencia de por medio, y eso era lo que había enseñado a Loki… Que la astucia vence a la fuerza bruta.

El equipo de guerreros asgardianos, que conformaban su hermano y los amigos de este, se iban convirtiendo en leyendas y Loki permanecía en la sombra del rubio príncipe, sabía que los amigos de Thor no lo aceptaban a su lado y aprovechaban cualquier oportunidad de restregarle en la cara ser el segundo de Thor. Loki se consideraba un estratega y esas muestras de odio de esos soldados –sobre todo de Sif– sin cerebro, no hacían mella en él.

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La reina Frigga observaba la ciudad desde el balcón, consciente de que su esposo y rey estaba esperando su opinión, sin embargo también sabía que solo era por mera educación, pues Odín ya había tomado se decisión, por supuesto ella no estaba en desacuerdo, así que optó por no hacer esperar al Padre de todos y respondió:

–Es mejor estar en paz, entre los nueve mundos.

–Una tregua nos beneficia a todos.

–Tienes razón como siempre.

Odín se miró al espejo y caminó fuera de la habitación. Ese día sería memorable, pues el Rey de Asgard haría una tregua con Laufey el rey de los Gigantes de hielo, después de centurias por fin esta se había podido dar.

Frigga lo vio partir y esperó que ese fuese el principio de paz y prosperidad.

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Sus más cercanos guerreros lo acompañaron hasta Bifröst, donde Heimdall le cedió el paso a su rey. Las montañas de rocas desnudas eran el paisaje y el recibimiento. El frio viento que se sentía como navajas sobre la piel. Los visitantes caminaron hasta la fortaleza austera del Laufey. Los gigantes los miraban con recelo, pero ninguno se atrevió a interponerse en su camino. Las puertas chirriaron al cederles el paso y el monarca de hielo los recibió con los ojos –como dos teas encendidas– puestos sobre ellos.

–Odín.

–Laufey ¿acaso no soy bienvenido cuando fuiste tú el que propuso esta reunión?

–Los modales están un poco olvidados, comprenderás que no recibo muchas visitas.

–Te parece que iniciemos esto.

–La muerte nos alcanza a todos y no planeo perder mi tiempo guerreando contigo y tu gente.

–Sabia decisión.

–Hablemos en privado.

Laufey lo guio a una sala alejada y cerrada, pero en iguales condiciones que todo el lugar, fría y hecha de rocas.

–Quiero tu promesa de que me dejaras en paz.

–Y yo la tuya de que no atacaras a otros mundo.

–… Para eso nos reunimos, pero eso no será sin pago.

–¡¿Qué pretendes?!

–Que regreses algo que hace años, junto con el cofre de los viejos inviernos, te llevaste.

–… Tú lo dejaste morir.

–Por el contrario, sabía que tú lo cuidarías y que en tu mundo sobreviviría.

–¿Y ahora lo quieres de regreso cómo si fuese un mascota?

–No lo es, es algo más que eso…

–Un hijo…

–Tienes razón es la seguridad de mi descendencia…

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Los guardias de Odín se estaban poniendo tensos ante la tardanza de su rey, sintiendo que esa reunión había sido errada, sin embargo este salió para tranquilizar sus ideas. De ese modo y dentro de esas paredes, sin más testigos que los dos monarcas, la tregua se pactó entre ambos mundos.

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Otra victoria más para orgullo de su padre y el regreso a su mundo junto con su equipo y su hermano que como siempre se quedaba atrás alejado de los festejos y bromas. Thor miró de reojo a Loki y este sonrió un poco, con eso sabía que el rubio lo dejaría en paz. Thor fue recibido como héroe y ambos príncipes entraron directo a la sala del trono; donde Odín ya los aguardaba. Frigga sonrió a sus hijos y esperó el discurso de su esposo.

Al terminar la reunión con Odín, otra para festejar se llevó a cabo en uno de los acostumbrados salones. Cuando todo el festejo estaba en su apogeo, Loki dejó el salón. Seguro de que Thor y los otros que celebraban, no se percatarían de él.

Se encaminó a las habitaciones de su madre para despedirse de ella e irse a dormir, sin embargo no contó con que Odín estuviese con Frigga, aguardándolo.

Momentos antes el matrimonio discutía un asunto que era tan incompresible para Frigga, que definitivamente no podía ni siquiera pensar en esa posibilidad, a pesar de los argumentos de Odín…

–Los amas a los dos, podrán quedarse a tu lado siempre, sin ningún intruso de por medio.

–¡¿Qué es lo que te ha envenenado el pensamiento?!

–¡¿Por qué no?!

–Son hermanos.

–Eso no cambia nada, al contrario.

–No. No puede creer que siquiera lo pienses…

Loki entró y detuvo la conversación entre los reyes. Frigga se levantó y fue hasta su hijo. Él besó las manos de ella.

–Voy a descansar madre.

–Si hijo.

–Padre…

–Loki…

–Buenas noches.

El joven de ojos verdes se retiró. Frigga miró enfurecida a su esposo.

–No se lo digas.

–…

–Promételo.

–Lo prometo.

Odín salió de la habitación y la mujer rogó porque este escuchara la voz de la razón. El Padre de todos por su parte se dijo que a Loki no le diría nada. El rey llegó hasta el salón donde su primogénito aún celebraba, se unió al festejo y tiempo más tarde se unió a Thor que relataba una de sus hazañas.

–¡Y con solo un golpe de Mjolnir, al que había menospreciado, su ejército cayó ante mí!

Las mujeres a su alrededor vitorearon emocionadas. Odín preguntó confidencialmente al rubio:

–¿Y Loki?

Thor miró a su alrededor y al no encontrarlo frunció el ceño.

–Se escapó… de nuevo.

–… No deberías de perderlo de vista, recuerda que debes cuidarlo.

–Y lo hago, pero siempre se escabulle.

–Bueno, debe de andar por ahí con alguna muchacha.

Le quitó importancia el rey.

–… Él no es así.

Odín sonrió para sus adentros, su hijo mayor era un excelente guerrero, pero respecto a sus sentimientos aún era un niño y él era un experto en sembrar un poco de sospechas para beneficio de su reino y de sus hijos.

–Te recuerdo que si bien es menor que tú, ya está en edad de tener una que otra diversión.

El rubio se tomó el tarro de bebida de un solo trago.

–Pues entonces a mí no me lo ha dicho.

El Padre de todos se levantó y se dirigió a la salida.

–Los dejo divertirse, no abuses y busca a tu hermano… no mejor no, no quiero que lo interrumpas.

–Si padre. –masculló Thor.

El mayor salió y Thor se levantó recorriendo el lugar. Volstagg lo detuvo y lo jaló hacia las mesas de nuevo.

–¿Qué hace el príncipe escapando de su celebración?

–No estaba escapando.

–¿No?

–¿Viste a Loki?

–Oh, sabes que a él no le gusta mucho la gente, si se ha ido con alguien, lo ha hecho discretamente.

Thor se soltó un poco de brusco de su amigo y salió pitando del lugar. A grandes zancadas recorrió los pasillos hasta llegar a los aposentos de su hermano menor, en los que sin pedir permiso entró. Loki se encontraba en mangas de camisa y vio con curiosidad a su hermano.

–¿Estamos siendo atacados?

–… No.

–¿Y entonces por qué entras de ese modo?

El rubio evitó la contención.

–¿Ya te vas a dormir? ¿No regresaras a la celebración?

–Ya he celebrado lo suficiente, además esa fiesta es en tu honor, el que debería estar ahí eres tú.

–Por eso mismo deberías de estar ahí, eres mi hermano menor.

–No tengo muchos deseos.

–Padre me pidió que te buscara.

–¿Padre?

Preguntó Loki, sabiendo que su padre sabía perfectamente donde estaba, por lo que no entendía por qué le había pedido eso a su hermano.

De un tiempo a esa fecha Loki había notado lo extraño del comportamiento de su hermano mayor y si bien no pretendía entenderlo, tampoco permitiría que las cosas que les estuviesen pasando por la cabeza a Thor, irrumpieran en su vida.

–Si no te molesto, ya voy a descansar.

–…

–Que me cambiaré.

–¿Y? no es como si fuéramos diferentes.

–Lo somos como el día y la noche, pero no me refiero a eso. Ya no estamos en el campo de batalla y prefiero mi privacidad… si no te molesta.

–Que delicado. –se mofó Thor y salió de la habitación.

Esa frase dejó furioso al de cabello negro, sin embargo no era su estilo enojarse… si no vengarse.

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Thor por su parte se pasó las manos por el rostro tratando de borrar esos pensamientos que desde hacía tiempo tenía. Pues era enfermo pensar cosas indecorosas de alguien de tu familia y sobre todo de tu mismo sexo. El rubio regresó rumbo a la fiesta, más notó que le seguían, giró y vio a nada menos…

–Thor…

–¿Padre? Creí que ya te habías ido a descansar.

–Ya me retiraba. ¿Encontraste a Loki?

–Sí, ya está en sus habitaciones.

–¿Solo?

Las mejillas del rubio menor se tiñeron de rojo.

–Sí solo, ya te he dicho que mi hermano no…

–Y yo te recuerdo que puede seguir tu ejemplo y explorar… sus opciones.

–Las mujeres le temen.

–¿Temerle?

–Es demasiado taimado.

–Y por eso te aseguró que no le temen, si no que lo ven como alguien misterioso y a ellas les atrae. Habrá una que sea valiente y se le acerque.

–No lo creo.

–Bien, pues he notado que algunos varones también lo…

–¡Eso jamás! –grito furioso y sin notarlo, Thor.

–No es algo extraño.

–No me refiero a eso, si alguien se le quiere acercar de ese modo, tendrán que…

–¿Pedirte permiso? Loki sabe lo que le conviene y no creo que se fije en un bruto sin educación o…

–Yo no lo permitiré.

–Cuando te dije que cuidarás de tu hermano, me refería a los peligros de la batalla, no de lo que él desee.

–Loki es la joya de Asgard.

Odín observó el rostro de su primogénito cuando dijo esa frase y notó –como buen padre– que había mucho de los sentimientos de este plasmados en ella.

–Las joyas se cuidan de extraños.

–Eso hago. –respondió sin pensar Thor.

Fue el último intercambio de palabras entre los dos hombres. Thor regresó a la tertulia y Odín fue rumbo a la cámara donde se guardaba el Cofre de los viejos inviernos. El Padre de todos sonrió, esa unión beneficiosa estaba a punto de darse y él solo había tenido que azuzar el fuego de su hijo para que este se pusiera en acción.

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Loki dejó el pergamino que estaba leyendo, al escuchar unos toques suaves en la puerta.

–Adelante madre.

La mujer entró y una sonrisa se plasmó en las bocas de ambos.

–Pensé que ya descansabas –comentó Loki.

–Ya lo iba a hacer… ¿Por qué te retiraste de la fiesta temprano?

–Sabes que no son de mi agrado, y eso de ver hasta donde pueden beber o cuantas Asgardianas pueden conquistar, no es lo mío.

Frigga sonrió y asintió acercándose, y besando la frente de Loki.

–Me gustaría que no rechazaras un poco de diversión, también el alma lo necesita.

–No con ellos.

–Oh no, si no es de tu agrado, pero planeó una reunión con las familias nobles y quiero que estés presente.

–Lo estaré, si es tu deseo.

–Lo es. Descansa.

La reina salió dejando a Loki algo emocionado. Era cierto que conocía varios nobles, sin embargo eran menos de los que desearía, pues contaba con hacer amistad con estos y tener su apoyo… en caso de pelear por el trono de Asgard. El pelinegro se preguntó, si eso no era lo que su madre había preparado, pues si bien sabía del amor inmenso que sentía por ambos, también sabía que ella deseaba que los dos tuvieran las mismas oportunidades de luchar por el trono.

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Frigga salió de la habitación de Loki en dirección a las suyas, pensando en que si su amado esposo deseaba actuar a sus espaldas, ella también podía jugar ese juego. No es que la idea de tener a sus dos hijos cerca no le agradara, pero de eso a no darle la oportunidad a Loki de escoger, había mucha diferencia.

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El entrenamiento hizo salir todo el alcohol y excesos de su cuerpo. Thor combatía contra Fandral y el guerrero no le daba ventaja a su príncipe. Loki sentado a al sombra de un árbol ignoraba el exceso de testosterona. Un gritó de triunfo lo distrajo de su lectura.

-¡Has sido un rival feroz amigo mío!

Thor ayudaba a Fandral a levantarse y este sonreía.

–Siempre es un placer entrenar contigo, eso me hace más fácil enfrentar a los otros adversarios.

El rubio sonrió y buscó a Loki con la mirada, al encontrarlo fue hasta él. Los ojos verdes lo vieron avanzar y su dueño estuvo a punto de salir huyendo de ahí. Loki detestaba que su hermano mayor le relatara el combate como si de algo digno de plasmar en odas y libros se tratara, sin embargo aceptar abiertamente su aburrimiento, le restaría puntos con los musculosos soldados amigos de Thor. El rubio ajeno a esos pensamientos, se dejó caer a lado de su hermano.

–La estrategia consta, en que debes abatir la parte baja de tu oponente. Fandral es fuerte, pero el punto de apoyo es el mismo que el de cualquiera…

–Los pies –agregó Loki.

–¡Lo viste! Esa fue la manera que use para derribarlo.

–No lo vi, pero es lógico.

Thor frunció el ceño y se molestó.

–Pues deberías de haberlo visto, eres astuto hermano, pero si no entrenas, ni tu ingenio te salvara.

Loki se quedó callado pensando en cómo rebatir ese argumento sin molestar más al rubio, no que le importara, pero discutir con Thor era la ley del hielo con todos los demás y que sus espaldas –en las misiones– quedaran sin protección. Loki se levantó dejando su lectura y miró a Thor.

–Vamos, entrenemos y demuéstrame que mi cerebro no puede vencer a tu fuerza.

–Sabes que no quiero lastimarte.

–No digas tonterías, de cuando acá eso te preocupa, soy un guerrero igual que tú.

El rubio no respondió, pues esa frase de Loki tenía mucha razón, eran dos soldados y como tales se entrenaron en el arte de la guerra, desde que eran pequeños, sin embargo al mismo tiempo que sus pensamientos cambiaron para con su hermano, igual su forma de tratarlo.

El de traje verde estaba ya en el área de combate esperando al rubio. Los soldados se fueron acercando para ver, pues siempre era un placer ver combatir a los dos príncipes. Thor y Loki tomaron su lugar y el combate inició. La fuerza de los golpes hacía temblar la arena, el martillo no era usado con todo su poder, sin embargo la lanza de Loki si y en el rubio su sangre guerrera despertó haciendo que este ya no se detuviera considerando el bienestar de Loki. Un golpe final a punto de estrellarle en el de ojos verdes, segundos para crear la distracción y el rostro de Loki se trasformó en el de… Frigga. Thor detuvo el golpe de modo que el impulso del propio Mjolnir lo mandó a estrellarse contra una columna.

En el balcón –observando el entrenamiento– Odín negó. Loki era astuto y Thor aún no podía contra esa astucia, pues los sentimientos de su hijo estaban a flor de piel. Sif se acercó a Loki y lo miró de arriba a abajo.

–Solo de ese modo puedes vencer.

–Pues sería idiota si no buscara la forma -cualquiera- para preservar mi vida.

–El honor debe ganarse hasta en la muerte.

–De que sirve un muerto digno.

Frigga que había salido un poco antes, se acercó a Odín quien le relató lo sucedido.

–¿Y que hace…..?

–Supongo que reclamándole Loki por su forma de ganar el combate.

La reina bajó hasta la arena y se acercó a la pareja que se miraba retándose.

–Sif, te recuerdo que lo que Loki sabe, lo aprendió de mí.

–Su Alteza.

Respondió la mujer guerrera y se retiró. Frigga no intervenía en los entrenamientos de los soldados, más como toda madre, defendía a sus hijos y más si siendo príncipes alguien se atrevía a insultarlos. Odín desde el balcón optó por retirarse y dejar que su esposa y reina se encargara. Frigga se acercó a Loki.

–No tardan en llegar los invitados.

–Me retiro entonces, para ponerme presentable, madre.

Frigga asintió y vio irse a Loki, luego fue hasta donde Thor se levantaba y sacudía sus ropas. Los amigos de este ya estaban con él.

–Te quiero listo y presentable.

–Si madre.

–Y Thor… te recuerdo que no combatías contra mí, querido.

–Lo sé madre –masculló el rubio.

Los amigos del rubio se cubrieron la boca, para que este no notara sus sonrisas burlonas. Volstagg fue el que se detuvo y preguntó:

–¿Alguna idea del motivo de la fiesta?

–No ninguna, pero detesto hablar de política.

–Y para Loki es su ambiente.

El rubio asintió y se retiró a sus habitaciones para cambiarse.

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La reunión se llevaba a cabo sin contratiempo, claro si no se tomaba en cuenta al rubio príncipe tratando de asesinar con la mirada a todo aquel atrevido que hablara demasiado tiempo con Loki y al que este les sonreía. Odín a pesar de estar pendiente de los integrantes del consejo, no perdía de vista las reacciones de sus dos hijos.

Loki ajeno a los pensamientos de los varones de su familia, conversaba amenamente con Edzard* y este en un acto de valentía lo invitó a salir a la terraza para que su plática no fuese interrumpida. Loki aceptó, pues el hijo del más cercano colaborador de Odín siempre era una buena amistad. Frigga vio a la pareja salir y sonrió, dedicándose a conversar con las esposas de los nobles.

Thor dejó la copa vacía e ignorando a todos en el gran salón, salió siguiendo a su hermano y a Edzard. .

Loki convencía a Edzard, de tomar el puesto de su padre para que este descansara de la presión que conllevaba esa responsabilidad y el aludido asentía cada vez más convencido.

–Es por su bien.

–Por supuesto, amo a mi padre, pero también sería algo bueno para mí, pues de ese modo podría serle de ayuda.

–No entiendo –dijo inocente Loki.

–Pues que puede contar con todo mi apoyo si lo necesita y que tiene a un fiel servidor en mí.

–Gracias.

–Pero me gustaría ser más cercano y de ese modo ser de más ayuda para… ti.

El de cabello negro sonrió ladino, no era tonto y sabía que lo deseaba, después de todo no era el primero que tenía esas intenciones con él, más como buen maestro del engaño sabía cómo tenerlos interesados con palabras y gestos, pues arriesgarse a tener una relación ilícita o licita no entraba en sus planes.

Thor llegó hasta la pareja y mencionó:

–Edzard te esperan en el salón, al parecer tu padre te busca.

–Gracias su alteza –respondió el aludido y entró dejando a los hermanos solos.

–¡¿Qué pretendes?! –enfrentó Thor a Loki.

–¿De qué hablas?

–¿Por qué estabas a solas con él?

–Pues comentábamos acerca de política, algo en lo que tú no estás interesado.

–No quiero verte con él.

–Ambos tenemos derecho al trono y a hacer alianzas.

–Y quieres su apoyo, lo entiendo, pero no de este modo.

–¡Que insinúas!

–No estoy diciendo que tú hagas algo como eso, pero si no ves sus intenciones…

–Oh por favor, no es como si fuese un jovencito inocente. Tú sales con cuanta mujer se te pone enfrente.

–…

–Ya no soy un niño y si quiero acostarme con todos los de la corte, lo haré.

–¡No hablas en serio!

–… ¡Por supuesto que no! pero tampoco voy a detener mi lívido, ¡¿Por qué te importa ahora?! Me has visto con mujeres.

–Tú lo has dicho, mujeres.

–¡¿Y cuál es la diferencia?!

–… ¡Simplemente hay diferencia y ya!

Que elocuente.

Loki entró al salón dejando a Thor rumiando sus celos y su rabia. Por qué el rubio lo aceptaba, estaba celoso de su hermano y eso…. ¡No podía ser!

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La fiesta terminó, más el grupo de Thor se quedó acompañando a este, que bebía como si temiera que el día de mañana no llegara. Odín entró buscando a su primogénito y al verlo en ese estado, lo llevó a sus habitaciones sentándolo en el lecho.

–¿Qué te sucede? No te he negado nunca la diversión, más esto ya es demasiado.

–… ¿Por qué hicieron esta fiesta?

–Idea de tu madre, quería ver a los nobles.

–Seguramente se lo pidió Loki.

–No lo sé, no creo…

–¡Seguro fue él y todo para ver a esos idiotas y…!

–¿De qué hablas?

–No quiero ver a Edzard cerca del palacio.

–Eso es difícil, pues Eiliv** su padre es mi mano derecha y lo sabes.

–Es un advenedizo.

–¿Qué sucedió?

–Lo encontré conversando con Loki y créeme que no de política.

Odín no respondió, sin embargo supo del engaño o treta que Frigga había orquestado. El Padre de todos salió dejando a su hijo descansando la borrachera y se dirigió a los aposentos de su reina. Al llegar entró y despidió a las damas de compañía de esta. Frigga se acercó al balcón sin mirar a Odín.

–Tú lo planeaste.

–Si.

–¡¿Por qué?!

–Tiene derecho a elegir.

–¡Que mejor elección que la que ofrezco!

–Eso mismo, tú lo deseas, no él.

–Frigga, Thor está rumiando su furia porque Edzard estuvo muy cercano a Loki.

–¡¿Qué?!

–Que lo que no quieres ver, es lo que tu hijo siente.

–No puede ser… –La reina suspiró, pero encaró al Padre de todos– No intervendré, pero tú tampoco.

–Que así sea.

Ambos monarcas aceptaron el trato y con eso la decisión recaía solo en los dos príncipes.

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Loki se desnudaba dejando las prendas regadas por el suelo, estaba feliz por el avance que había tenido en sus relaciones políticas y nada lo haría enojar, ni el insulso regaño de Thor. La puerta se abrió, más Loki no giró para ver.

–Recoge la ropa y prepara el baño.

–…

Al no recibir contestación el pelinegra volteó– ¿Que sucede no oíste…? ¿Thor? ¿Qué haces aquí?

–No entiendo y no pretendo que lo hagas tú, más esta noche algo en mí cambió y sé que si hago lo que estoy anhelando seré castigado y repudiado, sin embargo algo que he aprendido en este tiempo de guerrero, es que tomar lo que deseo y aceptar las consecuencias de mis actos es una elección puramente mía.

Loki no supo que responder a todo lo que el rubio mencionó y es que no tenía idea de lo que estaba pasando por la cabeza de este. Sintió la presencia del rubio como si este se apoderara del toda la estancia y por primera vez temió por su integridad física.

–¡¿Qué pretendes?!

–Cometer algo indecible.

–¡¿Qué?!

Thor llegó hasta Loki y lo admiró de arriba abajo

–¿En qué momento uno de tus engaños trastornó mi mente?

–No sé de qué hablas.

–Un mero pretexto para justificar mi crimen.

–…

El de ojos azules tomó el brazo de Loki y lo guio hasta el tálamo. Loki no se resistió, pues no entendía que pretendía su hermano más cuando este lo atrajo hacia su cuerpo, su cerebro reaccionó y se resistió al contacto.

–¡No sé qué poción habrás tomado, pero te ha nublado la razón!

–Tú me la diste.

–¡¿Qué?! ¡No jodas!

Loki empujó a Thor y este resistió el embate, más no cedió. El de ojos verdes se giró doblando la mano de su hermano y aprovechó para correr por su lanza. La sostuvo directo hacia el rubio.

–¡Un paso más y olvidare que somos hermanos!

–Eso es lo que quiero… ¡Olvidar que eres mi hermano!

Loki deseaba atacar al Thor más sabía que eso –a pesar de la condición de este– no se vería bien y optó por disparar a los pies de su atacante. El alboroto llamó la atención de los guardias que hacían rondas y entraron a la habitación del príncipe, donde no dieron crédito a lo que sucedía. Thor se giró hacia ellos y gritó fuera de sí:

–¡Largo de aquí!

–¡No se vayan!

La contradicción de las órdenes los dejó un instante, indecisos, más al ver que el rubio estaba por cargar contra ellos; se retiraron y buscaron a los únicos que podían detener a los dos príncipes.

Odín y Frigga corrieron a la habitación de Loki, donde este esquivaba a su hermano sin saber bien a bien si quería lastimarlo u… otra cosa, lo que era casi imposible, pues ese tipo de atracción estaba prohibida entre hermanos; por muy liberal y libertino que fuera Thor no iba a intentar seducir a su propio hermano ¿o sí?

–¡Basta Thor! –se oyó la voz demandante de Frigga.

Odín, un pasó detrás de su esposa, cerró las puertas de la habitación y ordenó que todos se retiraran. El rubio miró a sus padres y la cordura regresó a él, a grandes zancadas intentó salir, pero Odín se paró deteniendo su huida.

–Escapando no se resolverá nada.

–…

La soberana se acercó a su hijo moreno y tomando con delicadeza la mano de este lo hizo bajar la lanza.

–Está bien, hablemos.

Frigga buscó una capa y la colocó sobre el torso desnudo de Loki. Mientras ellos hacían eso, al Padre de todos no le pasó desapercibida la mirada anhelante de Thor hacia su hermano. Odín llamó a la familia real hasta la salita y cuando todos se sentaron suspiró tratando de poner orden sin que alguno de sus hijos perdiera la cordura… no otra vez.

–¿Thor puedes explicarnos que sucedió?

–… No lo sé.

–¿Loki? –cuestionó el monarca.

–Él entró y me atacó. –se quejó el de ojos verdes.

–¡No te ataque… bueno no era esa mi intención!

–¿Y cuál era tu intención? –preguntó Frigga.

–…

–Estaba molesto por que Edzard me ofreció su amistad.

–¡¿Solo su amistad?! ¡No mientas!

Interrumpió el rubio. Frigga miró a su esposo y este le devolvió la mirada significativamente.

–Thor, hijo, así como tú tienes a Sif, Hogun, Fandral y Volstagg. Loki también quiere tener aliados.

–Ellos ya son sus amigos también, no necesita a nadie más.

–Thor escúchate, te estas comportando como un niño, ellos no me aceptan y yo…

–¡Pues pon de tu parte!

–¡No voy a cambiar solo para ser aceptado por esos descerebrados con músculos! ¡Y no veo por qué discutimos acerca de mis amistades, no soy un niño que debe pedir opinión a su hermano mayor!

–¡Por que ese no quiere solo tu amistad!

–¡¿Y qué?!

–Basta los dos –calló Odín– Es cierto que son bastante mayores para tomar sus propias decisiones. A menos que haya algo más que debas confesar Thor.

El rubio se levantó y fue hasta el balcón sin pronunciar palabra.

–Bien, pues entonces no quiero verte inmiscuyéndote en la vida de Loki y…

–No permitiré que nadie se acerque a él. –sentenció el dueño de Mjolnir.

–¡¿Por qué?! –se indignó el de cabello negro.

Frigga se levantó y fue hasta su hijo acariciando su espalda.

–Dinos que sucede, sabes que somos tu familia y te entenderemos y ayudaremos.

Thor se dejó caer enterrando el rostro entre sus manos.

–¡No creo que lo entiendan, ni que lo perdonen! ¡Ni yo lo puedo aceptar! ¡Es… es terrible!

Loki endureció el gesto, pues nunca habías visto a Thor comportarse de ese modo y eso lo estaba poniendo de nervios.

Frigga consoló a su hijo y este se dejó hacer como si hubiese regresado a su infancia. Thor le susurró a su madre en el oído.

Puedo decírselos, pero no quiero que lo sepa Loki.

La reina asintió y ayudó a su hijo a levantarse.

–Ha sido algo que ha bebido.

Loki miró con sospecha a Frigga, sin embargo solo esa explicación le parecía sensata para el episodio de locura de su perfecto hermano. Los reyes salieron dejando a Loki descansar y este prefirió olvidar la locura pasajera de Thor…hasta que decidiera chantajearlo, pero eso ya sería después.

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Odín Y Frigga condujeron a Thor hasta sus habitaciones y lo hicieron beber algo. El rubio lo tomó de un trago y alzó la vista hacia sus padres:

–Desde hace un tiempo he sentido algo inmoral por mi propio hermano. –Como no lo interrumpieron siguió hablando– No lo había entendido, hasta que esta noche vi como Edzard se le insinuaba a Loki… ¡Estoy enfermo o hechizado!

–Thor… –Odín vio a Frigga como preguntando y ella asintió– Hace muchos años en la batalla que tuve con Laufey no solo traje conmigo el cofre del viejos inviernos…

–…

–En esa tierra de hielo y frio, encontré algo más…

Odin relató lo sucedido con la adopción de Loki.

–Él no es mi hermano…

–No de sangre, pero sí de crianza –respondió Frigga.

Thor posó sus betas azules en ella, implorando.

–Puede ser… puedo…

–Te amo hijo mío, más no por eso puedo olvidar tus defectos y sé que lo que para ti es un capricho pasajero, puede devastar a la otra persona y Loki es mi otro hijo.

–¡Jamás madre! ¡Jamás lo lastimaría!

–Thor –intervino Odin– ¿Entonces que pretendías hace un rato?

–… Creí que solo de ese modo lo podría tener.

–¿Te hubieses arriesgado a pagar por ese crimen? –cuestionó serio el Padre de todos.

–Con mi vida.

Los monarcas se quedaron en silencio analizando la intensidad de lo que su primogénito sentía. Frigga amaba a Thor, más temía que este tan apasionado en su forma de ser, arrastrara a la desgracia a Loki. Odin por su parte deseaba que esa unión se llevara a cabo, pues ambos príncipes eran su más grande y perfecto logro. Uno con su astucia compensaba la inquietud del otro, eran los dos lados de una moneda, los monarcas perfectos para Asgard como Frigga y él.

–Permítanme acercarme a él, permítanme conquistarlo.

–No es viable Thor ¿Cómo se lo explicaríamos? Él no debe saber que no es hijo nuestro –concluyó la reina.

–Frigga…

–No Odín.

–¡Pues no sé qué sucederá, porque no permitiré que nadie más se le acerque!

Amenazó Thor, saliendo de las habitaciones de sus padres. Odin se levantó y fue hasta Frigga.

–Podemos ceder ante Thor o permitir que Laufey se lo lleve. –La mujer se quedó en shock– En la tregua me exigió que regresara a Loki.

–¡¿Por qué ahora?! –Odin miró a su esposa.- ¡No se lo daré! ¡Es mi hijo!

–¿Acaso piensas que lo pensé? ¡Ni por un segundo! Aun si eso significa la guerra.

–Tenemos guerreros fuertes.

El Padre de todos no respondió, pues su esposa había dicho la sentencia.

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Los siguientes días no parecieron diferir de los antiguos donde Thor y Loki eran buenos hermanos. Thor no defendía a Loki dejando que este peleara sus batallas, ya fueran verbales o físicas y este estaba agradecido por eso.

Una batalla bastante dura y el triunfo por consecuencia. El equipo venció a pesar de que hubo heridos entre ellos para temor de Thor: Loki, pero este era fuerte y se recuperaría con un poco de descanso. Thor y los suyos decidieron pasar un día en ciudad abatida para descansar y curar sus heridas. Después de festejar –sin falta– se retiraron a pernoctar. El rubio llegó hasta la tienda de su hermano y entró, y la escena de la que fue testigo lo hizo enfurecer. Se lanzó contra el criminal y lo abatió a golpes, sacándolo a rastras de la tienda y atándolo a un troncó:

–¡Volstagg!

El aludido –que aún cenaba- salió apresurado hasta donde su príncipe lo llamaba:

–¡¿Qué pasa?!

–¡Vigílalo!

–¡¿Qué hizo?!

Thor se acercó al hombretón y murmuró:

–Estaba demasiado cerca de Loki… y este está inconsciente.

–¿Es su pareja?

–¡Por supesuto que no!

Volstagg miró a lo que quedaba de soldado y negó, viendo ir a Thor de regresó a la tienda de Loki:

–Eres idiota o suicida ¿Cómo se te ocurrió semejante estupidez?

El hombre se dejó caer cerca del prisionero y sacando un pedazo de carne comenzó a hincarle el diente.

–Entiendo que algunos de ustedes vean atractivo a Loki… no es feo, pero eso a querer morir por acercarse, es demasiado. Ya verás, cuando despierte no estará muy feliz y tu amigo mío, serás alimento para mascotas.

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Thor se recostó a lado de Loki y lo atrajo hacia sí. Aun sentía su sangre hervir de rabia, recordando como ese soldado había besado a Loki… en la mano, pero en tanto iba sintiendo la calidez de Loki, se iba calmando.

–Mío…

Susurró inhalando el olor del cabello negro, la fiebre se apoderó de su cuerpo y sus manos buscaron la fuente, la cura para sus deseos, en ese momento no se daba cuenta que no difería mucho del hombre al que había medio matado hacía unos instantes. Thor retiró el sencillo camisón con el que descansaba Loki y se dedicó a besar y saborear la piel del durmiente. El rubio sintió que la ropa le estorbaba y se la quitó como si quemara, dejando que la placentera sensación de piel con piel lo embriagara, no era la entrega que hubiese deseado, más por el momento su mente no atinaba a pensar en nada más que poseer a su quimera.

*Edzard: fuerte con la espada.

**Eiliv: Inmortal.