Ohhhh, hola no me maten. Traigo un drabble para L, no sé, me llegó de pronto y es tonto y corto y sin sentido, pero es para L!
Estoy batallando para escribir mi fic Interrupción, pERO lo estoy haciendo, no me odien si lo leen. Péguenme, pero no me dejen.
Disclaimer: Death Note no me pertenece, ni Mello ni Matt, lamentablemente
Las manos del rubio dejaron el pastel sobre la mesa, sonrió ante la imagen que se formaba en su cabeza. Se sentó en una del par de sillas que había en el pequeño comedor, tomó el encendedor de Matt y prendió fuego a la única velita sobre el pastel. No dijo nada, no pronunció palabra alguna, pero le dedicó una sonrisa y en su mente soltó un ligero "Feliz cumpleaños."
Era de las pocas cosas que estaba seguro, porque él mismo se lo había confesado años atrás. Cuando el mejor detective del mundo estaba con vida, y él era un pobre niño más en la casa, aspirando a ser como él algún día, fue que le confesó que justo en la noche de Halloween, él se festejaba su cumpleaños a solas. Porque no le gustaba estar con nadie, más que con Watari, quien siempre le tenía un presente. Y los dulces era algo que él comiera seguido, y por ello, un pastel no era algo del otro mundo. Solamente era la idea, de prender una vela pequeña y cumplir un año más.
Mello se quedó mirando la velita, una gota de cera cayó sobre el chocolate, y con eso él despertó de su fantasía y se acercó para soplarle. El humo danzó en el aire, y la puerta se abrió después. Mello volteó hacia atrás, Matt iba entrando, llevaba un gorro puesto, parecía hacer frío afuera.
—¿Llegué a tiempo?—preguntó el pelirrojo, sonriendo.
—No, siempre lo haces tarde, Mail.
—Ya, pero traje bebidas. —alzó una de las bolsas que traía en sus manos, se sacó el gorro, aventándolo al sofá y se acercó a la mesa, donde el otro le esperaba.
—Yo no pedí alcohol.
—No, es un regalo de mi parte. Ahora no seas malvado y parte el pastel.
Mello soltó una risita, tomó el cuchillo y partió una rebanada.
—Trae los platos.
Matt tomó dos pequeños platos y dos vasos de la cocina, se sentó a un lado del ojiazul y sacó de las bolsas su cajetilla de cigarros y una botella.
—Perfecto, beberemos en vasos de plástico de nuevo.
—Te he dicho que vayamos por algo decente, pero te pones de diva y dices que no. —rió el otro mientras destapaba la botella y servía para ambos.
—Ya, bastante romántico esto. —dijo el rubio, sarcástico.
—Bueno, no es para nosotros, es para él, ¿no?
Mello asintió ante eso. Le dio el pastel que le tocaba y tomó su bebida para brindar.
—¡Feliz Halloween! —gritó Matt bromeando y Mello le dio una patada por debajo de la mesa. El otro se rió y se sobó la pierna con la pata de la mesa. Mello acercó su vaso al de Matt y le dedicó una pequeña sonrisa.
—Por L.
—Por L. —repitió el pelirrojo. Ambos bebieron de ahí, y luego comieron pastel. Era la fiesta de cumpleaños más extraña que alguien pudiera imaginar, pero después de todo, lo que ambos hacían era extraño, por culpa de la investigación en donde estaban metidos.
A parte de sus metas personales, Mello estaba deseando acabar con todo ello en honor al detective que le había inspirado. Era por él que esa noche, festejaba comiendo dulces y apagaba una velita a su memoria.
