Fue el después del cumpleaños de Naruto, eso puedo recordarlo perfectamente.
Todavía puedo evocarme a mí mismo dando vueltas en ese cubículo de dos por dos, pensando cómo sería todo fuera, cómo habría cambiado y, sobre todo, qué me esperaría. Siete años son muchos años, sobre todo cuando no has recibido visitas. Sobre todo cuando nadie sabe que estaba aquí.
-o-
El escándalo de la fiesta despertaba a viandantes, a mascotas e incluso a los muertos. Naruto cumplía los veintidós, y con la excusa de que sería la única vez que cumpliría ese número, los dos patitos, Naruto se había aprovechado para montar una fiesta enorme. Una excusa como cualquier otra.
Viéndolo fríamente, en realidad solo se cumple una edad una vez, por lo que ese era el pretexto de todos los años, pero como a toda Konoha le gusta una buena fiesta, nadie se quejó.
Los invitados fueron con gusto y con regalos, ya que lo primero le importaba menos al rubio. El quería regalos. Y los que no habían sido invitados, dio exactamente igual, ya que fueron acompañados, sí, pero de su gusto y nada más. Pero eso daba igual, el cabeza loca estaba rodeado de mucha gente y estaba montando un escándalo, así que él era feliz.
-¿Dónde está Kakashi? –chillaba el rubio aquí y allá.
-No debe de estar lejos –comentó Shikamaru, mostrando un paquete.
-¿Es suyo? –preguntó con los ojos iluminados y angelitos dando vueltas alrededor.
-No sé, pone " de Kakashi" –esclareció Kiba riendo -. Ser es suyo, lo que no es quizás para ti…
-¡Qué dices!
Mientras que el cumpleañero seguía como un buitre dando vueltas por la fiesta buscando paquetes y poniendo cara enfurruñada a aquellos que no trajeron nada, transcurrió la velada.
Podrían pasar los meses, los años, y el rubio podría convertirse cada vez en un personaje más poderoso de Konoha, pero, no obstante…
-¡No cambiará nunca! –resopló una chica del pelo rosa en una esquina.
-Ni siquiera su pene ha crecido…
La única respuesta que recibió el que estaba sentado al lado fue una mirada, y poner los ojos en blanco.
-Deberías dejarlo ya, Sai.
-¿Dejar qué?
-Es la verdad.
-No quiero saber –contestó Sakura intentando taparse los oídos.
Por mucho que intentara no escuchar era inútil. El nuevo pasatiempo del ANBU era describirle y argumentarle el porqué el amigo de ambos la tenía pequeña, y la chica se había vuelto una experta en intentar huirle.
Mientras la persecución entre ambos integrantes del grupo 7 continuaba Sakura cayó en la cuenta. Siete, como el número de años que el último miembro llevaba desaparecido.
Suspiró y se sentó.
-Porque me he bañado con él en las termas y…
-¡Cállate, Sai! –gritó una chica rubia de ojos azules -. ¿Pasa algo, chica?
-No, no –sonrió ella forzosamente al darse cuenta de la expresión que debía de tener.
Ino levantó una ceja, como solamente sabía hacer ella y una madre, aunque como la muchacha ya era las dos cosas, le estaba haciendo un combo cejil o algo así de "te he calado, habla".
-Me he dado cuenta de algo.
-Habla. Sabes que no tiene sentido hacerte la remolona conmigo.
-Hoy hace siete años que el grupo siete está totalmente desaparecido.
-Entiendo –asintió su amiga dándole unas palmaditas en la espalda.
-Pero no se lo digas a Naruto, no quiero aguarle la fiesta.
-¿Crees que él no lo sabe? –le dedicó una mirada -. Naruto es un cabeza loca, pero eso no influye en su memoria.
-Siete años. Pasan volando.
Efectivamente habían pasado tantos años, a los quince años había sido la última vez que se habían visto juntos, y de todas formas él no se había mostrado muy amigable en ese encuentro, pero eso dio igual, después de esa vez no supieron nada más de él. Había desaparecido, simplemente.
-Dicen que…-comenzó a decir Sakura.
Decían muchas cosas sobre el paradero del Uchiha, unos que había muerto, otros que se había suicidado, otros que debería haber perdido la memoria, e incluso había teorías que decían que se había comprado un peto corto de color verde y un sombrero y se había ido a las montañas a cantar canciones tirolesas con un trébol de cuatro hojas en la boca.
Y lo peor es que había una organización no gubernamental que ahorraba dinero para hacer una expedición a las montañas y buscarle.
-De todo dicen, Sakura. Tú procura de disfrutar de la fiesta.
Las horas pasaron, y la gente se fue yendo, y cuando solamente quedaban las personas más importantes para Naruto apareció Kakashi en una nube de humo con una sonrisa y un regalo mal envuelto.
-¡Yo!
-¡Kakashi! ¿Por qué llegas tan tarde? –le chilló la del pelo rosa
-¡Qué importa! Trae regalo –exclamó Naruto corriendo
-¡Ets! –apartó el paquete -. Esto no es para ti.
-¿Para quién entonces? –le miró el rubio con una ceja levantada.
-Para mi… canario –señaló el paquete que ponía "de Kakashi"-. Y ese tampoco.
-¡No has traído regalo! –exclamó él haciendo un puchero.
-No sabía que tuvieras canario –dijo Sai.
-Sí, para su "canario" –esclareció Ino.
-¡Callaos! No es el momento de hablar de aves –se defendió el mayor.
-¿Por qué no me trajiste regalo? –siguió con su puchero Naruto disgustado, creyendo que era el fin del mundo.
-Sí que lo he traído.
-¿Dónde? –se puso el chico a rodearle-. Yo no veo nada.
-No es material.
-Entonces no lo quiero.
-Espero que lo quieras –le fulminó con la mirada el del pelo plateado-. Me puedo jugar mi puesto por esto.
-¿Y a mí eso que me importa? –se cruzó de brazos el rubio y se dio la vuelta molesto, exigiendo su paquete.
-Escucha, Naruto –entonces miró a su alrededor -. Bueno, esperaba que a esta hora hubiese menos gente, pero de todas formas mañana saldrá en los periódicos.
-¿Ha pasado algo, Kakashi-sensei? –preguntó en voz baja Hinata.
-Escúchame bien, Naruto –se puso a mirar a todos lados -. Mejor siéntate.
-Empiezas a estar senil, ¡viejo! –exclamó sacando la lengua.
-¡Peor para ti! –sonrió debajo de la máscara -. Hoy hace siete años ¿Verdad?
Cuando dijo aquello se hizo el silencio en la fiesta y el rubio tuvo durante un instante una mirada de tristeza, un instante que pareció durar una eternidad para sus amigos que lo miraban. Tras aquello volvió a levantar la vista y sonrió cruzando los brazos de la cabeza de forma infantil.
-¿Y qué? –respondió el rubio.
-Mejor no hablemos de eso, Kakashi –intervino Sakura.
-Tenemos que hablar precisamente de eso –se puso serio el mayor, lo cual le quedaba bastante raro.
-¡Le traeré de vuelta! Le encontraré y le traeré de vuelta –le quitó importancia al asunto -. No hay más de qué hablar.
Sakura quiso intervenir, y todos sus amigos se sintieron aliviados de ver que no había perdido su optimismo y esa característica suya de no perder la sonrisa y saber que todo, absolutamente todo, tiene una solución y se puede lograr. Así era Naruto, y así esperaba que le recordase Sasuke, la bala perdida. El amigo durante siete años perdidos, pero que no dejaba de ser su amigo.
Kakashi mandó a callar a Sakura y prosiguió.
-No tienes por qué buscarle. Sabemos dónde está.
Todo se detuvo por un momento para Naruto ¿sabían dónde estaba? Su corazón comenzó a sentir una enorme calidez, ese calor que solo llena una persona que es capaz de hacer que no te sientas solo nunca.
-Este es tu regalo, Naruto, tómatelo como lo que es y no enfades.
-¿Por qué me voy a enfadar? –sonreía él intentando mantener la cordura, aunque casi se le saltaban las lágrimas.
-Se te han ocultado cosas, Naruto, cosas que no se debía –el rubio ante estas palabras frunció el ceño.
¿Ocultar el qué?
-Hace siete años desapareció tu amigo, nuestro compañero, pero en realidad no fue así. Esos siete años pocos hemos sabido dónde estaba.
-¿Cómo? –exclamaron.
Naruto sin embargo callaba, quizás estos años le habían enseñado a algo más que a crecer de altura, a pensar, y a saber cuándo escuchar.
-Ninguno de nosotros podía decirte nada, sino el pacto se rompería.
-¡Habla! –habló por fin el rubio, ladrando una exigencia.
-Sasuke…
Esa palabra sonaba muy dulce para Naruto, ahora ya nadie pronunciaba esas palabras, quizás por miedo de hacer sentir triste a su amigo, pero definitivamente era la palabra favorita del rubio, era melodiosa.
-Sasuke –repitió -, lleva siete años en la cárcel. Mañana será un hombre libre.
-o-
¿Les ha gustado? ¿Sugerencias?, ¿ quejas?, ¿ peticiones?, ¿gatos ardiendo?
Hace mucho tiempo que no escribía, pero recientemente me entraron ganas de volver a escribir.
Agradecería mucho sus reviews, ya que me animarían a escribir, ya que hace mucho que no lo hago.
¡Hasta la próxima!
