Con un suspiro miraba las luces de la ciudad de Seattle, mi padre en la parte de enfrente me seguía hablando de su amigo, un doctor con nombre anticuado , suspiro de nuevo y me pongo los audífonos, la música llena mi cabeza y de un momento a otro solo observe unas luces cegadoras y después oscuridad.

Forks Washington

Una chica de cabello castaño casi rubio y ojos color chocolate caminaba de un lado a otro de la habitación mientras un chico moreno la miraba desde la cama sin decir nada.

-Ness tienes que calmarte- el chico se levantó y la sujeto por los hombros.

-tu no estas preocupado?- lo miro sin poder creerlo-ya oíste mi ponzoña puede transmitirse de otra manera- comenzó a retorcerse los dedos.

- cuantas posibilidades hay de que precisamente tu ponzoña sea transferida así?- trato de razonar el chico-

-pues pocas- suspiro.

-la cena esta lista!- les gritaron a los dos chicos desde abajo

-voy!- grito Ness- vamos- tomo la mano del chico y comenzaron a bajar las escaleras- abuelo- sonrió al ver al hombre sentado en la mesa del comedor y corrió a abrazarlo-

-Mi niña- sonrió al acariciar su cabello.- como te fue hoy en tu nueva escuela?- la soltó-

-mis padres tienen reputación- se sentó en la mesa-me obligaron a donar sangre- hizo un puchero y mostro su brazo con un piquetito inexistente.

El hombre rio y todos comenzaron a comer, una hora después el matrimonio Cullen toco la puerta y fueron recibidos con sonrisas.

-nos vemos abuelo- Ness beso en la mejilla al hombre salió de hay detrás de sus padres.

-hablaremos con tu abuelo de esto- le sonrió Edward tranquilizadoramente.

-gracias- sonrió.

Al llegar a la mansión, Edward y Carlisle se encerraron en el estudio mientras, Ness y Jacob se iban a dormir.

Carlisle escucho con atención y aseguro que haría algo.

A la mañana siguiente Carlisle fue al hospital como todos los días, caminaba por los pasillos y llego al banco de sangre, le sonrió a la regordeta enfermera que se sonrojo.

-necesito estas muestras- le extendió un sobre y la enfermera los tomo, mientras buscaba entre los papeles para que firmara.

-hay un problema doctor- dijo después de revisar varios papeles.

-cuál?- la miro con curiosidad

- parte de las donaciones fueron enviadas al hospital estatal de Seattle- la miro apenada.

La miro sorprendido y camino de vuelta a su consultorio pensativo.

A lo largo de la mañana atendió a varios pacientes y aproximadamente a las 3 de la tarde una llamada lo sorprendió.

-hablo con el doctor Carlisle Cullen?- hablo una mujer del otro lado de la línea.

-si, con quien hablo?- pregunto en tono serio-

-soy la doctora Ivanna Torres de Hospital Estatal de Seattle- dijo la mujer- ayer en la noche hubo un accidente…-

-disculpe pero yo que tengo que ver?- la corto Carlisle-

-le suena el nombre de Albert Grace?- dijo la doctora.

-sí, es un amigo- respondió en tono serio.

-el falleció anoche y su hija esta grave- respondió la doctora- hace una hora vino su abogado y resulta que dejo estipulado que si su hija tenía un incidente de gravedad él quería que usted la atendiera y de aquí hasta que sea la lectura oficial del testamento usted es su tutor legal- termino la mujer.

Carlisle bajo el teléfono y se tapó la boca mirando a la puerta sorprendido.