Por como eres...
La observaba desde una ventana de la torre del castillo. Allí abajo estaba ella, en el jardín, bajo el dorado sol.
Su espesa y enmarañada cabellera, de el mismo color que el cobre, brillaba entre los destellos de luz que se filtraban a través de las verdes hojas de los árboles. Sus rizos, tan poco definidos, enmarcaban su delicado rostro de finos rasgos, y su tez algo morena. Sus grandes ojos marrones, tan profundos, sonreían junto a su hermosa boca de labios carnosos, que dejaban entrever una blanca hilera de dientes, con los incesivos superiores algo grandes. Ella hablaba, como siempre, acompañando sus palabras de efusivos gestos de mano. Adoraba eso de ella. Adoraba su modo de oír, de ver, de hablar...
La expresión de su cara cuando escuchaba algo interesante, y su mirada de desaprobación momentánea cuando algo no le gustaba.
Sus enmarcados ojos y su a veces algo arrogante mirada, que se tornaba dulce cuando miraba a sus amigos.
Y como hablaba... le encantaba verla hablar, aunque no pudiera escucharla, aunque no se dirigiera a él.
Sus gestos, y su boca moviéndose. Su fino cuello del que brotaban sonidos, y sus graciosos ademánes.
Si seguía mirándola... se iba a volver loco.
* * *
Draco Malfoy entró en la ya vacía biblioteca... o eso pensaba él. A pesar del frío, llevaba la túnica abierta, la corbata suelta y los primeros botones de la camisa desabrochados. El pelo le caía desordenadamente sobre la frente, dándo paso a sus gélidos ojos grises. Tan solo deseaba encontrar una pluma que se había dejado esa mañana allí mismo y volver a toda prisa a la Sala Común de Slytherin. Cruzó tres pasillos de libros antes de llegar a la oculta mesa donde había estado esa mañana. Al llegar, se quedó inmóvil, de pie, en medio de esa impenetrable oscuridad iluminada tan solo por la vela situada sobre la mesa, cerca del rostro de la joven que dormía apoyando la cabeza en los brazos, rodeada de libros, y a la que Draco veía como una aparición divina.
-Granger...- murmuró él, sin que su susurro llegára casi a abandonar sus labios. Ella, tan hermosa. Sus ojos cerrados con delicadeza, suspirando entre sueños, con la túnica sobre el respaldo de la silla. Lentamente, el joven Malfoy se acercó a ella. Con suavidad, acarició el rostro de la joven con el dorso de su pálida mano. Estaba fría. Cogió la túnica de la chica y le cubrió los hombros con ella. Fugazmente, la besó, comprobando que los labios de Hermione eran tan tiernos como él siempre había imaginado. Tan cálidos y dulces.
La observó en silencio antes de irse.
La amaba.
Por como hablaba, aunque a él no le dijera nada.
Por como miraba, aunque a él no le veía.
Por como escuchaba, aunque a él no le oía.
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(^-^) Hola! Este es mi primer fan fic en FF.net y espero que os guste n______n!
Se lo dedico a mis sises Sorasaku y Hikaru.¡¡Os quiero niñas!! (^O^)
Espero que os haya gustado a vosotros también, aunque sea tan corto, y que me dejeis algún review :3 acepto cualquier tipo de críticas xD.
Hasta pronto! (^.^)!
