Forgive me.
Written by: Lore-chan.
Capítulo 1.
El inicio de las vacaciones de invierno llegaron en un día con mucho sol para la época. Aún no caía nieve y era extraño a esas alturas del año. No hacía frío y el viento soplaba con lentitud como saboreando su paso por entre el gentío, los árboles y las montañas. Quedaban vestigios del helado día anterior que cubrió a los automóviles con escarcha nocturna y el aire todavía se respiraba casi congelado, pero no importaba ya que los rayos del sol animaron a las personas, que parecían más alegres que de costumbre.
La mañana de ese jueves empezó como cualquiera: el congestionamiento vehicular haciéndose presente a las siete cuarenta y cinco, tan puntual como siempre; la muchedumbre caminando cada una a su lugar de trabajo agazapadas en sus abrigos y bufandas y, por supuesto, los estudiantes durmiendo…
Claro, y ¿por qué levantarse tan temprano si no tenían clases?.
Todos durmiendo, mientras el resto laboraba…
Las horas avanzaron a medida que las nubes plomizas cargadas de lluvia se empecinaban en ocultar al sol. Ya eran las diez y media de la mañana y en la casa de los Ishida, Yamato se estaba vistiendo con su camisa negra y sus pantalones de tela del mismo color, luego de haberse bañado. Volvió a entrar al baño para poder mirarse al espejo y ordenar ese tan delicado cabello.
Ya listo, se dispuso a ordenar el departamento que compartía desde la niñez con su padre. Tenía dieciséis años a cuestas y una incipiente carrera de cantante. Muchos le decían que tenía una considerable habilidad, gracia y talento para cantar profesionalmente dentro del país y, porqué no, en el extranjero. Pero, él, se lo tomaba con tranquilidad y sólo daba pequeños 'conciertos' en su secundaria y en lugares donde lo invitaran y Yamato estaba alegre de poder ir con su banda y guitarra a cualquier sitio donde apreciaran su voz.
Hoy, tenía ensayo para un concierto en un galpón donde se presentarían varias bandas de la ciudad el día domingo; y no quería llegar atrasado.
Dejó todo ordenado y emprendió el paso a una casa abandonada a un lado de la vivienda de Hideki antiguo vocalista del grupo, pero que a causa de la extirpación de sus amígdalas y el cambio de voz debido a la pubertad debió cederle el puesto a Yamato que había llegado años después al grupo para tocar la guitarra.
En la banda eran cuatro: Hideki, segunda voz aún y bajista; Junji, baterista; Daita, segundo guitarrista y Yamato, voz y guitarrista.
El rubio llegó con su guitarra al hombro hasta la casa de Hideki que lo esperaba ya afuera en los linderos de su casa y en la que ensayaban. Él, era moreno de ojos negros y cabello marrón corto. Vestía parecido a Yamato sólo que su camisa era color vino.
-y, ¿los demás? – preguntó Yamato luego de saludarlo.
-Junji está limpiando su bateria – sonrió – ya sabes que le encanta tenerla reluciente y Daita llamó diciéndome que se retrasará un poco porque tiene gripe y se siente enfermo.
No dijeron más y entraron.
En el interior, un muchacho de cabello azul muy oscuro y ojos verdes limpiaba los platillos de su batería. Era delgado y, al igual que Hideki y Yamato, vestía una camisa, pero de color azul marino; la tenía abierta hasta poco más abajo del pecho y no parecía haberse dado cuenta de la presencia de los muchachos.
El lugar tenía un pequeño escenario roñoso construido por ellos mismos para idear el cómo sería su espectáculo, unas cuantas sillas y telarañas por el techo que no les molestaban. No estaba sucio, sino que en perfecto estado a pesar de los años en que estuvo abandonada.
Los vecinos de los alrededores ya estaban acostumbrados a escucharlos y ya no se molestaban como antes. Se habían dado cuenta que no hacían nada malo y que era preferible que metieran ruido a estar robando por ahí.
-hola Junji – dijo el rubio y se acercó hasta él.
-Yamato, hola – le respondió éste –… mira que brillantes están – dijo refiriéndose a su batería – este domingo todo el mundo los verá relucientes y sonaran como nunca…
-ya lo creo – le dijo alegre al verlo entusiasmado – y, ¿qué hacemos? – preguntó dirigiéndose ahora hacia Hideki que había sacado su bajo y lo tañía comprobando si es que se encontraba en buen estado - ¿esperamos a Daita o empezamos sin él?.
-bueno, deberíamos esperarlo, pero no sabemos cuanto se demorará en llegar…
-no se preocupen ya llegué – dijo una voz ronca.
Daita había entrado con su guitarra por la parte trasera ya que desde ese camino le quedaba más cerca de su casa. Tenía el cabello rubio al igual que Yamato, pero algo más opaco y los ojos negros. Traía una camisa, al igual que sus compañeros, de color verde musgo.
Se notaba a la distancia que el chico estaba enfermo y al hablar su voz delataba una fuerte gripe, tal y como él le había dicho a Hideki. Pero como había ensayo, no iba a faltar aunque estuviese muriendo.
Mimi detestaba levantarse temprano los días de invierno, pero su madre se hallaba enferma y los medicamentos se habían acabado, así que se dirigía a la farmacia a unas cuantas cuadras de su departamento.
Llevaba una minifalda negra, medias del mismo color, un abrigo celeste y una gran bufanda tejida por su madre azul cielo. El cabello amarrado a una trenza y unos aretes que caían en una cadenilla terminando en una esfera se movían tan rápido como sus pies.
Mimi detestaba levantarse temprano y detestaba el invierno. No le gustaba el frío…quería sol, playa, calor.
"…Tendré que hacer el almuerzo…o no, ¿qué haré?; ¿por qué mamá debe enfermarse en la época del año que más aborrezco?. Hace tanto frío…". Acomodó su bufanda alrededor del cuello para que no entrara el aire helado.
Iba pensando en todo lo que le deparaba el día y la voz de Yamato se escurrió por sus oídos. Miró en todas las direcciones y la casa abandonada se abrió a sus ojos. Había olvidado completamente que pasaba por el lugar donde su amigo ensayaba.
Se detuvo frente a ella, observándola…meditando si debía entrar o no.
Recordó de pronto la vez en que tuvo que cantar junto al Ishida en un ensayo porque Hideki había salido de la ciudad por algunos días. Se había sentido tan nerviosa sobre un escenario, pero al mismo tiempo tan dichosa que estaba pensando seriamente en seguirle los pasos al rubio.
No lo pensó más y se introdujo a través de la puerta al interior a medida que la voz de Yamato y que los instrumentos sonaban más fuertes. Su madre debería esperar unos minutos más, después de todo no era muy grave.
Ya adentro, se apoyó en una de las paredes a observarlos. Los muchachos se habían dado cuenta de ella y Junji la saludó desde la batería con una sonrisa, Daita y Hideki también la saludaron, pero Yamato se quedó en silencio…mirándola. Hasta que perdió el hilo de la canción y los demás tuvieron que detenerse.
-hola Mimi, ¿cómo estás? – preguntó Hideki acercándose con galantería.
-te levantaste temprano hoy – comentó Junji.
-estoy bien, gracias – dijo alegre – lo que ocurre es que mi madre está enferma y voy a la farmacia a comprarle la medicina.
-vaya debe de haber una epidemia o algo por el estilo porque yo también estoy enfermo. – dijo Daita – tengo gripe.
-así escucho – sonrió la trigueña - ¿tienen algún concierto que están practicando?.
-¿no lo sabes? – Daita parecía extrañado – pensé que Yamato se los había dicho.
Voltearon a mirarlo, pero estaba tocando su guitarra sobre el escenario sin siquiera haber saludado a Mimi. Siempre adoptaba esa postura cuando ella aparecía.
-debes de gustarle – dijo Hideki en broma, pero su rostro mostraba seriedad. La Tachikawa se ruborizó.
-está bromeando – dijo Junji al verla un poco incómoda – debe de haber olvidado contarles. Lo que pasa es que nos llamaron hace tres días desde el galpón No. 2 para que fuésemos a tocar el domingo. Estamos nerviosos porque, tú sabes, allí sólo tocan las buenas bandas.
-les irá bien, son un excelente grupo. Machista por no dejarme participar, pero un excelente grupo – Mimi se rió. Tiempo atrás les había propuesto su entrada al grupo, pero ellos no aceptaban chicas.
-oh, no puedes estar aún enfadada por ello, es nuestro protocolo – dijo Junji como si hubiese lastimado algo muy sagrado para él - Daita cree que si entran chicas, pueden haber problemas entre nosotros.
-no queremos romances, esto es cien por ciento profesional – dijo éste.
-no se preocupen, yo lo sé… - Mimi no quería oír más excusas – bueno, yo debo irme, pasé sólo unos minutos para poder escucharlos. Nos vemos.
-nos vemos – dijo Hideki, pero antes que ella se fuera se acercó a su oído bajo la mirada iracunda de Yamato – puedes mandarle saludos a Sora, por favor.
-claro – sonrió ella – ningún problema. Le entregaré tu recado.
-adiós! – y Daita junto con Junji movieron su mano.
Mimi se iba, pero, antes de hacerlo, se acercó hasta Yamato indignada por haber sido ignorada por él. Los demás la observaron.
-adiós, Yamato.
Él no la miró: - adiós. Y ¿podrías no interrumpirnos en nuestros ensayos?…el día domingo tenemos un concierto importante – el Ishida se dirigió a otra esquina.
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Notas:
No me agrada mucho colocar ese 'continuará…', así que en este fic no lo haré.
Un Mimato!!!. Tenía tantas ganas de un Mimato.
El final lo tengo listo, por ello no lo cambiaré aunque me odien, pataleen, pidan, etc. ese será y punto. Trataré que tenga pocos caps para no estresarme con tanta historia inconclusa que tengo. Ojalá les haya gustado y si alguno o más de alguno se dio cuenta estoy usando los nombres de algunos de los integrantes de Siam Shade para la banda de Yama'. Si no saben quien es Siam Shade quizá hayan escuchado el ending de Rurouni Kenshin "1/3 No junjou na Kanjou" ésa es de ellos ^^
Bueno, un beso y si pueden déjenme un review…acepto CRITICAS COSTRUCTIVAS ^^ (las demás simplemente ahórrenselas porque no las tomaré en cuenta).
L O R E – C H A N
