Escrito para el "Amigo Invisible navideño 2016-2017" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Otro regalo para ti, Aruquita, porque me parece que el otro es ¡demasiado corto! Ahora fue con tu petición de fanart en mente.
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En la mazmorra todo es oscuro. La poca luz que ilumina el andar de los alumnos proviene de antorchas en la pared. No hay ventanas. Severus cree recordar una que otra, cuya luz atraviesa el lago y llega con un resplandor verdoso causado por la flora acuática. Sin embargo, él no frecuenta los pasillos con ventanas; son el lugar de alumnos infatuados que buscan privacidad y él jamás volverá a cometer el error de intentar encontrarlos para quitar puntos. No vale la pena arriesgar su mente fotográfica a un evento que no podrá olvidar.
Se sacude un ligero escalofrío antes de regresar sus pensamientos a su hogar.
La mazmorra es un lugar de paz. Nadie más que él y sus Slytherins habitan ahí. De cuando en cuando el Barón Sanguinario visita los pasillos, alejando a Peeves y a cualquier otra amenaza a la tranquilidad.
Severus se desliza hasta el salón de clase. Las largas zancadas no lo hacen menos grácil e incluso le dan, en su mente, un aire de importancia de aquellos que sólo los magos como Dumbledore pueden opacar. En la mazmorra no está Dumbledore. Severus es el jefe ahí. Es él quien hace las reglas y las ejerce, así como el que castiga a los perpetradores que acaben con la calma.
Lo único que se escucha es el susurrar de la corriente de aire que mueve su túnica con una calidad etérea. Si le preguntan él no contestará, pero el secreto es el material; fina seda de gusano –no de Acromántula, que es más liviana y apropiada para otra clase de vestimenta– y la mejor mezcla de algodones. Sólo así sus túnicas se vuelven uno con el viento, dándole una apariencia espectral.
La puerta está frente a él. Se prepara. Inhala hondamente y no deja escapar el aire. Abre la puerta con un hechizo justo antes de chocar contra ella.
Exhala.
—Nada de varitas ni encantamientos tontos en ésta clase.
Todos le escuchan.
En la mazmorra, él es quien manda.
