Hola a todos.

Después de muy largo rato sin andar por acá, he resuelto subir esta adaptación que realicé en 2003 de la novela de Bárbara Cartland "Luna de miel para uno". Digamos que sería la versión base o precuela de "Azul y medianoche", fic que todavía no concluyo y que no he actualizado.

Aclaro y eso sí, que, en esencia, esto no es un "copy & paste". A decir verdad lo que tomé fue la trama y alguna que otra escena o diálogo íntegros (al final daré los detalles de las modificaciones por escena), y de ahí tuve qué hacer una trancisión de la época Victoriana inglesa hasta el Japón de los 80's (Una trancisión con muchas libertades autorales, aclaro; dado que no estoy muy familiarizada con la realeza y el sistema político del Japón y tampoco con la cultura) .Aún así, están en total libertad de reportarla jeje, decidí publicarla aquí porque varios han preguntado por ella y por el momento no funcionan los links hacia sitios externos y El Portal (donde originalmente se encontraba alojada) está inactivo; de cualquier forma, si hay algún problema con las políticas de este sitio pues la retiraré (o a lo mejor lo hacen ellos jajaja). Salvo por ediciones menores y correcciones ortográficas y la división en capítulos, la versión está íntegra a la del 2003 que fue publicada en "El portal de Ranma y Akane" y que, de hecho, obtuvo un premio durante ese año (¿O sería 2004? ¡Ya ni me acuerdo!).

Gracias por leer.

LUNA DE MIEL PARA UNO
Novela original de Bárbara Cartland
Adaptada a Ranma ½ por WarriorQueenFC

Bajo la noche
Contemplé tu misterio
árida luna

Tokyo, año 1980.

Ranma Saotome avanzó por el amplio pasillo del club Sakura; eran las tres de la madrugada y estaba aburrido. Tanta charla social no le hacía ningún bien a su ágil mente, verdaderamente le exasperaba que el príncipe insistiera en acudir invariablemente a ese sitio para entretener a sus visitantes diplomáticos.

El sabía a la perfección, no obstante, que los asuntos del imperio no eran una razón de peso que les forzara a acudir infallablemente cada noche, después de la cena en Palacio, a ese lugar.

No.

La única explicación posible tenía nombre y apellido; femeninos ambos ¿Qué rayos veía su excelencia en la señorita Kuonji Ukyo? Cierto que pertenecía a una de las familias más distinguidas del país y, por generaciones, sus ancestros habían formado parte de los cortesanos que rodeaban a la familia real; sin embargo, eso no era suficiente, pensaba él, para sacrificar la diversión y los placeres mundanos que solían ser el habitual entretenimiento del Príncipe hasta hacía un par de meses.

─¿Aburrido, señor Saotome? ─el objeto de sus pensamientos apareció detrás de él, al parecer saliendo de uno de los privados destinados a las damas; donde éstas se entretenían comentando las novedades del día mientras sus maridos y padres jugaban shogi u otros juegos. Aunque cierto era que a esa hora ya no habría ninguna dama 'decente' por ahí.

─Cansado, más bien señorita Kuonji ─repuso con el habitual tono indiferente, que tanto exasperaba a sus pares. Ciertamente era un personaje bastante notable aún entre los que rodeaban a la familia real; su elegancia incomparable, así como sus logros como artista marcial y la antigüedad del linaje de ancestros samurai al que pertenecía y honraba, era suficiente para mantenerlo en el centro de las murmuraciones cotidianas. No obstante, lo más comentado eran sus romances: fugaces, tórridos y prohibidos.

Como el que, meses atrás, sostuviera con la señorita Kuonji Ukyo, hija del presidente de la Cámara de Representantes de la Dieta. Algo bastante bueno, pero aburrido al final. Suerte que el príncipe entró al rescate y Ukyo decidió ir en busca de mayor notoriedad.

Aunque la mujer aún conservaba esa mirada, revelando el deseo de que las cosas siguieran igual entre ellos. Por fortuna, en ella pudo más la sensatez que el despecho y el príncipe no se había enterado de su Affaire: intenso, fugaz y censurable.

Censurable porque las familias cercanas al emperador no debían protagonizar escándalos que arruinaran su imagen ante el pueblo al cual servía.

Y ciertamente, el que la conducta del mejor amigo del príncipe heredero y la hija un notable funcionario público fuera tan 'inmoral', hubiera sido motivo de silenciosa desaprobación entre el círculo cercano al príncipe.

Por suerte, él y ella ahora tenían mejores cosas en qué pensar. Y presentía que el príncipe tendría intereses distintos muy pronto.

También el príncipe encontraba aburrida a Kuonji Ukyo.

─Ukyo, querida ─Kuno Kodachi apareció por la misma puerta que antes lo hiciera Ukyo─. ¿Porqué te demoras? Su excelencia espera que le muestres esa valiosa colección de acuarelas Murakami.

─¡Lo olvidé! ─Ukyo giró para dirigirse al salón principal, sin molestarse en esperar a Kodachi.

─¿Aburrido, señor Saotome? ─los ojos color obsidiana de la mujer, emitieron un fulgor que Ranma conocía demasiado bien.

─Por supuesto que no, señorita Kuno ─sonrió apenas antes de decir la frase clave─¿quién podría aburrirse de contemplar su belleza?─. Si Kodachi pudiera compararse con un gatito, estaría ronroneando de placer...y eso que todavía no empezaba la diversión. ¿Quién ganaría? ¿El Príncipe o él?

Sabiendo que nunca perdía, Ranma, esta vez, sí sonrió ampliamente.