Veneno
por Susan Doemine
traducción de Miguel García

~ o ~

Todavía se siente extraño no estar comprometida con Ranma.
No mal, a decir verdad, solamente raro.

Ranma-san, me corregiría Kasumi. Tal vez Ranma-kun. Decirle
"Ranma" a secas implica familiaridad con él, lo cual no corresponde.

Kasumi es muy insistente en esa clase de cosas, aunque no de
modo apremiante. Ella de verdad ha sido como una madre para
todos nosotros, pero así y todo se las arregla para evitar las
etiquetas que uno podría ponerle a los padres. No es entrometida.
No es sobreprotectora. Cumple su deber para con su familia, perdió
por voluntad propia su infancia para realizar el trabajo que nuestra
madre le dejó. Se merece nuestro amor y respeto.

Con decir que, de no haber sido por ella, tal vez me habría casado
con Ranma.

Mi padre, pobre hombre, había insistido con eso. Mis hermanas lo
apoyaban... Kasumi más que Nabiki. Curioso cómo resultaron las
cosas al final.

Yo creí que lo amaba, pero... no sé. El amor es algo que se desarrolla
con el tiempo. ¿Amor verdadero? No es algo real. No es más que una
fábula, algo que se pone en los libros, como los hechiceros malvados,
como los dragones sabios, como las princesas encantadas.

Es que él... era tan... Él era tan completamente increíble. Como un
huracán, lleno de fuerza y ruido y furia y confusión. Tenía una
expresión especial, algo así como una sonrisa, como un gesto burlón,
casi ambas cosas, pero ninguna de las dos.

Y había veces en que él hacía algo, o decía algo, y yo pensaba que lo
quería. Cuando no estaba siendo un baka...

Otra vez la voz de Kasumi me dice que no le diga baka a Ranma-san.
Eso es cruel. Es de mala educación. Es mal visto.

Y creo que ella sabe que baka, cuando es dicho con el nombre de él,
en realidad no significa baka.

Él, una vez más, me había salvado, pero no lo sabía. Eso porque yo
parecía estar muerta. Él había aullado como animal herido, y no atinó
más que a abrazarme y llorar mirando al cielo, gritando que nunca
había tenido la oportunidad de decir que me...

Pero yo no estaba muerta, desde luego.

Así que empezaron a organizar la boda.

Kasumi había hecho la revisión rutinaria de antecedentes, más que
nada como formalidad, me dice ella. Por cierto que nunca esperó que
el investigador encontrara lo que encontró.

Por supuesto, cuando eso salió a la luz... Bueno, la boda quedó
completamente descartada.

Mi papá estaba muy abochornado, y tuvo que discutir con Kasumi
una manera de guardar las apariencias. Por último él le informó a
Saotome Genma-san que había demasiada gente viviendo en el dojo
como para que la familia Saotome estuviera cómoda. Les había
alquilado un cuarto de hotel, donde estarían mucho mejor.

Ese fue también el día en que Nabiki se fue. Hubo una pelea, la
primera pelea familiar de verdad que hemos tenido.

Cómo puedes hacer esto, me gritó. Tú lo quieres. Él te quiere a ti.
Nada ha cambiado.

Pero, había contestado yo, eso... está mal. Es antinatural.

Fue la respuesta correcta, me dice Kasumi. Nabiki me escupió en la
cara, y se fue.

Nabiki tratando de decirme lo que está bien y lo que está mal. ¡Con
sus intrigas y sus chantajes, y sus fotos! ¿Cómo se atreve?

Ranma... Ranma-san... me vio una sola vez antes de eso, cuando
se estaban yendo.

Tú no me eres indiferente, dijo. Con él... yo sabía lo que quería
decir.

Una parte de mí, la brusca, supongo, quería decir te quiero, al
demonio lo que está bien, te quiero y quiero estar contigo.

Pero le dije que agradecía su deferencia.

Y de nuevo él gritó y aulló y maldijo al mundo, pero esta vez lo
hizo únicamente con una expresión. Y se fue.

Pienso en lo cerca que estuve de casarme con él. No con él. Con
uno de ellos. Ya es lo bastante malo, dice Kasumi, que hayan
vivido un año en la misma casa, que hayan usado el mismo baño
y tina que nosotros. Ellos no lo pueden evitar, dice ella, y sería
cruel culparlos, pero es que sencillamente son insalubres.

Ukyo se fue de la ciudad, diciendo que necesitaba pensar las cosas.
Shampoo no entiende, y está regocijada con que el compromiso
conmigo se haya cancelado. Tal vez se case con él, porque no creo
que Ukyo sea capaz.

Ryoga viene por acá de vez en cuando a hablar conmigo, y me
parece que le gusto. Mi padre ha estado lanzando indirectas, diciendo
que él es el mejor artista marcial de Nerima. Pero Ryoga parece
sentirse tan culpable. Ya no habla de vengarse de Ranma. Se encoge
si alguien lo menciona, y lo único que hace es mirar al piso. Y no dice
nada.

Yo sé por qué. Pero está mal sentir eso.

Mi padre debió haberse dado cuenta antes. Si basta con mirar a
Saotome Genma-san. Es obvio que es uno de esos, obvio. Ranma
a la larga será igual.

Hay veces en que deseo no haberme enterado nunca, pero, en
realidad... habría sido algo aberrante. Antinatural. Sucio.

Y es que así son todos los burakumin.

~ o ~

Notas:
Los burakumin son los descendientes de japoneses que realizaron
trabajos "sucios" durante el período Tokugawa (1603-1868), tales
como trabajar en mataderos y cementerios. La labor más común de
un investigador privado japonés es buscar evidencia de ancestros
burakumin. Las empresas muchas veces rehusan contratarlos,
sosteniendo que darían a la compañía una imagen "sucia", y los
profesores y compañeros de clase a menudo se niegan a comer o
relacionarse con ellos. Hoy existen aproximadamente 4 millones
de burakumin en Japón.