CAJA DE RECUERDOS
Pasos
Dicen que la comunicación es la base de una relación. Que de tal manera se fortalece la confianza y prevalece la armonía. Es así como las palabras se vuelven fundamentales; pero a veces, la ausencia de ellas son la mejor prueba de amor…
Tras cada encuentro cuando se debían separar, ellos caminaban de la mano, en silencio.
Era curioso como el simple hecho de ir juntos por la calle, les rebelaba el anhelo compartido. Ver a sus pasos en sincronía, era lo que deseaban para sus vidas. Compartiendo la misma senda, haciendo las mismas pausas, esquivando o enfrentando obstáculos, apresurados o con calma, avanzando o retrocedediendo…
Pero siempre juntos.
Ella se aferraba a su brazo. Se regalaban una mutua mirada amorosa y seguían caminando. Siempre en sincronía.
No importaba la congestión y abucheo vehicular; no importaba si la señalética los obligaba a detenerse; o si la muchedumbre iba y venía ensimismada en la rutina. Ellos entendían bien lo que era la rutina. Pero la vivían de una forma distinta: soñando, en silencio.
El asfalto era ese lecho crepuscular que amparaba sus ensoñaciones con el futuro. El arrebol era aquel indicio divino de que sus sueños se harían realidad. Aquello los llenaba de un júbilo embriagador.
Hoy más que nunca.
Arribaron al sitio que jamás querían compartir. Porque siempre que estaban allí, debían separarse. Una pequeña inflexión de desaliento se dibujó en sus miradas, pues habían regresado al presente. Ese presente en que debido a sus responsabilidades, no podían compartir más de tres horas de una semana.
El tranvía aguardaba por él. Debía marcharse, como cada tarde de domingo.
Se aferraron el uno al otro, atesorando sus presencias con ahínco, con amor. Pronto se separaron, él sonrió con serenidad, ella correspondió mientras sus manos se entrelazaban con determinación.
Él la besó en los labios, tomó entre sus manos el cuello de Videl, la miró directo a sus orbes azules.
"Te amo"
La certeza con que pronuncio aquellas palabras, la hizo vibrar.
"Yo también te amo"
Correspondió, aferrándose a él una vez más.
"Te estaré esperando"
Añadió sin abandonar el pecho bienamado.
Él la separó con delicadeza, sonrió inocente, como solía hacerlo. Pues los años no le arrebataban aquella expresión noble de su mirada.
"Adiós, Videl"
Entonces abordó el tranvía.
Se sentó junto a la ventana, aquel cristal le regalaba la figura de la mujer amada. Ella sonrió, él también.
Videl agitó su mano, Gohan también. Revelándose entre ellas, el destello de aquellas argollas que aquella tarde él le presentó como ofrenda para sellar aquella promesa con el futuro.
El tranvía se movilizó, una vez más sus caminos en común se separaban. Pero esta vez, con la convicción que el futuro y el tiempo sería de ellos. Juntos, como marido y mujer.
MUCHAS GRACIAS POR LEER
Hola c: espero que les haya gustado este primer drabble, que es una idea nueva que quiero ir desarrollando con algunas situaciones que se me han ido acumulando en la mente. Serán distintas historias en cada drabble, no hay un orden cronológico ni coherencia entre unas y otras. Reitero mis agradecimientos por leer el inicio de esta "Caja de recuerdos" Saludos :)
