Disclaimer: Los personajes de Diabolik Lover pertenecen a sus respectivos creadores.

Pareja: LaitoxYui

Advertencias: Herejías, contenido sexual leve y posiblemente leves spoilers (?).


Un silencio sepulcral se cernía sobre el altar de la iglesia, Yui lanzó un sonoro suspiro mientras acariciaba con sus pálidos dedos el rosario plateado que sostenía con mucho afecto. La paz que le otorgaba el silencioso ambiente de la iglesia hacía que olvidara toda su, recientemente caótica, vida. Desde que llegó a esa maldita mansión su existencia se volvió surrealista, pasó de ser una estudiante normal a una mascota/alimento de unos desquiciados hermanos vampiros.

El sonido chirriante de un portón abriéndose, interrumpió el ritmo de sus pensamientos. Algo asustada, Yui se dio la vuelta pero no encontró a nadie.

–Te encontré, Bitch-chan –alguien susurró en su oído derecho. Un escalofrío helado recorrió su cuerpo por completo.

–Laito-kun –susurró la muchacha con un tinte de miedo en la voz mientras se alejaba lentamente del mencionado.

–¿Qué pasa, Bitch-chan? Parece como que si hubieras visto a un fantasma –Laito soltó una pequeña risa, típica de él.

Yui no respondió, simplemente clavó su mirada rubí en el piso de piedra. Sabía perfectamente que Laito podría hacer que cualquier palabra que dijese se volviera en su contra.

El castaño sonrió aún más, simplemente le excitaba ver el miedo reflejado en el rostro de la temblorosa muchacha. Estiró una de sus manos para acariciar la piel lechosa del cuello de su víctima, soltó un sonoro suspiro de satisfacción, esa piel era demasiado suave, tan tentadora, lo excitaba mucho.

–Puedo sentir a tu sangre llamándome a gritos –, dijo sin dejar de sonreír, mientras se le acercaba poco a poco, acorralándola contra una pared, con movimientos gráciles empezó a desatarle el moño escolar. Yui, impotente, cerró los ojos, aquella mano helada le hacía estremecer el cuerpo, podía sentir como Laito desabrochaba con dolorosa lentitud los botones de su camisa escolar, exponiendo toda piel posible. Se quedó petrificada, incapaz de moverse, con el corazón latiéndole salvajemente.

–Por favor, no hagas esto en una iglesia –pidió con voz temblorosa.

El castaño no la escuchó, en su lugar, mordió la carne de sus hombros. Yui cerró los ojos, tratando de apaciguar el dolor. Los colmillos que laceraban su piel se sentían calientes, un desagradable calor recorría su cuerpo. Sin querer, un gemido se escapó de sus labios finos, tenía la sensación de que su cuerpo flotaba. Laito la abrazó por la cintura para evitar que cayera.

–¿Te gustan mucho mis colmillos? No te culpo, pero gemir así en una iglesia, eres una pervertida –. Laito sonrió con los labios manchados de carmín mientras acariciaba, con lentitud, la espalda de su presa.

"¡Pero si es culpa tuya!", Yui gritó mentalmente mientras observaba los coloridos vitrales de la iglesia. Su cuerpo se estremeció cuando sintió una mano helada introducirse bajo su falda. Empezó a sentir un extraño calor entre las piernas y sus mejillas se sonrojaron intensamente.

–No te preocupes, Bitch-chan, te haré sentir mucho placer.

Yui pensó que en esos precisos momentos Dios la debe estar repudiando, ya no sería capaz de rezarle nunca más.


Notas: A estas alturas de mi vida, con tantas deudas, debería dejar de seguir subiendo nuevas historias, pero Diabolik Lover puede conmigo, su historia es demasiado exquisita.

Debo aclarar que este fic será una serie de one-shot, drabbles, viñetas, etc., que no estarán relacionados entre sí, pero girarán en torno a la relación que tiene Yui con cada vampiro de la saga (los Sakamaki, los Mukami y los Tsukinami).

En fin, periódicamente trataré de subir más historias, esos sensuales vampiros (y me refiero a todos) me obsesionan, ¡yay!

Pd: Puede que este fic cambie a categoría M, pues se me ocurren algunas historias muy subidas de tono :p

¿A quién quisieran ver en la siguiente historia?

¡Saludos!