Serie de cuatro viñetas escritas para el reto: Para cada sensación, una estación. Este reto pertenece al foro "El escorpión que coleccionaba rosas"

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, yo solo me entretengo jugando con ellos.

Capítulo 1: Primavera – Esperanza

Ver cómo Lysander le obsequiaba un ramo de hermosas flores a Lily, su prima, fue todo lo que necesitó para matar las últimas esperanzas que tenía de volver con él. Pese a haber roto su relación el año pasado, ella lo seguía queriendo.

Rose no era una de esas que odiara la primavera, pero desde ahora la odiaba junto con esa creencia estúpida de que el amor estaba alrededor. Por favor, pensó enojada, lo único que hay alrededor son millones y millones de flores cuyo único propósito eran hacerle la vida imposible a las personas alérgicas o a las amorosamente decepcionadas, como ella. Lo único que esperaba es que esa "alegre" estación terminara pronto.

Caminó por el pasillo mientras corroboraba, por enésima vez, su horario. Entró en la sala y sin mirar atrás cerró la puerta con más fuerza de que debía por culpa del viento primaveral que entraba por la ventana.

-¡Mierda!

La voz masculina probablemente había resonado en todo el segundo piso del colegio, por no hablar de los otros improperios que le siguieron a ese.

-¡Señorita Weasley! –Exclamó el profesor Binns sorprendido, tanto por el portazo como por el alumno herido detrás de la puerta.

Rose se apresuró a salir de la sala de clases y ver a quién había golpeado. Le extraño no ver a nadie, por lo que decidió salir al pasillo sin darse cuenta del muchacho arrodillado que estaba a un lado. La patada que accidentalmente le dio provocó otra oleada de maldiciones.

Abriendo los ojos desmesuradamente por la culpa y la sorpresa, se arrodillo junto al chico rubio que se sostenía la nariz con una mano, mientras que con la otra se tocaba la pierna donde lo había golpeado.

-¡Oh Dios mío! ¿Estás bien? –Preguntó frenética –Lo siento mucho, lo siento, lo siento. –Siguió repitiendo mientras trataba de ver su cara. -¿Estás consciente? De veras lo siento…

El profesor los miraba desde el dintel de la puerta mientras que el resto del curso trababa de ver por sobre el profesor.

-Lleve inmediatamente a la enfermería al señor Malfoy, Weasley. –Dijo dándose la vuelta –Todos ustedes a sus asientos.

¿Malfoy? ¿Era un alumno nuevo?

Rose tomó la cara del chico entre sus manos y se estremeció, un pequeño hilo de sangre le emanaba de la nariz, llegando hasta su boca y manchaba su chaleco. Siguió subiendo la mirada esperando encontrarse con más contusiones, pero se quedó petrificada al ver los ojos grises que la observaban.

-¿Vas a ayudarme o qué?

Moviendo la cabeza para despejarse, se levantó y tomó la mano Malfoy ayudándolo a levantarse. Él comenzó a caminar tambaleante y casi se cae si no es por el basurero que le sirvió de apoyo. Al notar como se tambaleaba, pasó su delgado brazo por detrás de su espalda y lo ayudo a caminar hacia la enfermería, mientras él apoyaba el mentón en la coronilla de su cabeza.

-Tu cabello huele como si todas las flores de la Tierra estuvieran en él –Fue lo último que dijo antes de desmayarse.

Luego de treinta minutos de espera, Rose se acercó a la camilla donde estaba recostado Scorpius Malfoy, el chico nuevo transferido desde una escuela privada, según pudo averiguar con la enfermera Pomfrey.

-Realmente lo siento, Scorpius –Dijo mirando sus ojos. Por fin había despertado.

-Me debes una por no presentar cargos –Dijo mirándola de arriba abajo sin vergüenza.

¿Cargos? ¿Era una broma? Los nervios la recorrieron de los pies a la cabeza

-No creo que sea tan grave –Dijo tímidamente – Eso es lo que dijo la enferme…

-Era una broma, pelirroja –Dijo guiñándole un ojo.

Lo ayudó a levantarse nuevamente y dio un paso atrás para poder verlo mejor, pero no pudo retroceder más ya que él aún sostenía su mano.

-Soy Scorpius Malfoy –Dijo mientras estrechaba su mano.

-Rose Weasley –Respondió con una sonrisa.

Él se acercó hasta que casi no había espacio entre ellos.

-Un placer conocerte, Rose. –Dijo para luego soltar su mano y salir de la enfermería. Su nombre nunca había sonado tan atractivo hasta que él lo dijo en un tono de voz grave. Observó su espalda hasta que él se giró y con una sonrisa de medio lado se despidió.

Quizá no fuera tan difícil olvidar a Scamander, pensó esperanzada.


Espero que les haya gustado y muchas gracias por llegar hasta aquí, si les gustó siéntanse libres de dejar un review que siempre hace feliz, ya sea para felicitar o como crítica constructiva.

También pueden pasarse por el foro, es increíble.

Saludos

Aileen