estos personajes les pertenesen a estephanie meyer yo solo juego con los personajes ...
dolor de cabeza...
Eran las 7:00 am era momento de comenzar el día. Desde el momento en el que Edward me dejo todo en un principio se tornó gris y muy poco alentador, me avergüenzo de contar que estuve a punto de quitarme la vida. Todavía tengo aquella marca por eso, un escalofrió me recorre cada vez que pienso en la suerte que tuve ese día lo recuerdo con cada fibra de mi piel.
Habían pasado dos semanas desde que Edward me había dejado, no comía, no dormía. Era una cascara de carne refugiando una tormenta de sentimientos, mi padre en esos momentos tuvo que viajar de emergencia al enterarse de la muerte de su hermana, en ese instante nunca me detuve a pensar en lo mal que lo estaría pasando.
Me dirigí con paso firme al mismo lugar donde lo avía visto por última vez, ahí en medio del bosque rodeado de ese interminable verde. Me subí a un frondoso árbol con una soga en mano no pensaba en nada más que huir del dolor, era lamentable no me reconocía en esos momentos, me odiaba por ser una cobarde pero que más podría hacer. Lo inevitable sucedió me lance al vacío sentí la soga apretar mi cuello al punto de ahogarme, el aire me faltaba cada milésima de segundo lo sentí como un año. Me arrepentí en el último segundo, forcejee tratando de zafarme conservando la esperanza de que me podría liberar. Sentí como el alma salía de mi cuerpo hasta que en medio de mi inconciencia un fuerte crujido me libero. La rama se había roto en el último segundo, cada bocanada de aire que entraba en mi dolía un infierno, fui afortunada. Me arrastre hasta la casa y procure recuperarme, Charlie llego dos días después junto con la luz que me ayudaría al olvidar el renco, el odio y el temor de vivir. Mi pequeña hija Ness, su madre la hermana de Charlie la dejo huérfana después de un trágico choque automovilístico desde hace un año yo me encargo de ella es mi luz mi vida mi todo.
Ness seguía dormía baje para prepárale el desayuno y alistarle el baño eran las 7:30 Ness no tardaría en despertar iba dirigirme a despertarla cuando sonó el teléfono, lo encontré extraño nadie llama tan temprano Charlie no lo hace menos mama, corrí asía el temiendo que despertara a Ness lo cogí expectante ya que nadie hablaba
¿Hola hay alguien ahí?- pregunte estaba a punto de colgar cuan un replicar de campanas sonó al otro lado de la línea.
-¿bella eres tú?- pregunto dudosa Alice, me sorprendí al escuchar su voz, -quien más podría contestar en esta casa Alice- respondí sonriente ella no tenía la culpa de lo que paso con su hermano, -si bella soy yo solo quería decirte que estamos de vuelta en la ciudad y me gustaría hablarte- ok- respondí sentí pequeños pasos detrás de mí, mierda se despertó solté sin pensarlo Alice pregunto inquieta –bella está todo bien- mire por arriba de mi hombro ahí estaba de pie mi pequeña con lágrimas amenazando por salir. Alice estaré en casa hasta las 8:30 si quieres eres bienvenida más tarde no podremos hablar, colgué rápidamente mientras corría a tomar a mi pequeña en brazos eso siempre pasaba cuando no estaba junto a ella cuando despertaba.
Ness estoy aquí mira vamos a desayunar le susurre, estábamos en eso cuando la puerta sonó mire el reloj marcaba las 8:00, Ness quédate aquí le dije mientras ella me asentía con la cabeza. Abrí temerosa la puerta sabía quién era, bueno en parte. Tres hermosas mujeres me miraban con una mescla de arrepentimiento y alegría las hice pasar sin decir nada ella mes siguieron hasta la mesita de la cocina donde Ness comía su desayuno.
Ness al darse cuenta que no volvía sola miro con curiosidad, me acerqué a ella y la tome en mis brazos, esme, rosalie, Alice ella es Reneesme swan mi hija, Ness ella son amigas mías. Mi pequeña se soltó de mis brazos y parándose frente de mis tres invitadas les regalo una linda sonrisa.
Después de bañar alistar e ir a dejar a mi pequeña al jardín nos dirigimos a la casa de los cullen nadie dijo nada en todo el trayecto, yo pensaba en cómo afrontar lo que se venía, si lo iba a ver tendría que hablar con el, explicarle como fue mi vida después de su partida lo que estaba permitido hacer y lo que no. Cuando llegamos emmett salió corriendo de la casa me saco de un tirón del auto y me regalo un fuerte abrazo del oso mientras decía cosas como "por favor no te molestes con migo" o "eres como mi hermana menor te quiero mucho" cuando me soltó tome un instante para recuperar el aliento lo mire con una sonrisa en los labios se parecía a mi pequeña cuando la pillaba sacando las galletas de la alacena. Emmett no es necesario pedir perdón tú no tienes la culpa nadie de ustedes las tiene paso lo que tenía que pasar ahora llévame donde Edward seguramente está adentro escondiéndose como un niño mimado lo último lo dije a posta sabía que no era así.
El interior estaba igual que la última vez que estuve ahí, esme me ofreció un café el cual agradecí todavía tenía muchas cosas que hacer y no podía retrasarme, jasper me saludo con una sonrisa yo se la devolví con un abraso y un beso en la mejilla antes de separarme tome sus manos y lo mire a los ojos –sabes que tú no tienes la culpa pero de todas maneras te perdono por todo- él se sorprendió y sus ojos mostraron aquel brillo que producía cuando estabas a punto de llorar una gran alegría se sintió en el ambiente y musito un gracias, después de eso no lo vi más. Esme me hizo compañía con rosalie y Alice me preguntaron cómo fue lo de Ness y Alice a la que no se le iba nada me pregunto porque ocupaba un pañuelo en el cuello, en ese instante toda la familia cullen se reunió junto a mi incluyendo a Edward quien me miraba de manera dolorosa.
Lo mire a los ojos como ase antaño los sentimientos que mantuve como un tesoro volvieron a aparecer le sonreí de manera amistosa y le indique con la mano que se sentara junto a mí, -antes que nada esto no es culpa de Edward solo sucedió lo que tenía que suceder, Edward no te odio tu sabes que jamás podría hacerlo- les conté con detalle mi intento de suicidio esme gimoteo y corrió a abrasarme al igual que Alice y rosalie la última me sorprendió, mi historia se volvió más alegre cuando les hable de mi pequeña al terminar mi relato me levanté y saque aquel fiel pañuelo que cubría el registro de mi historia. Una fina línea roja cruzaba mi cuello estaba levantada un poco como un collar de recuerdos.
