N.d.A. Hoy, miércoles, me parece un buen día para empezar a publicar esta saga; tendrá cinco libros, y publicaré los capítulos los martes, miércoles y sábados, así, espero que para el 20 de junio de 2015 la saga esté acabada, como según escribo voy subiendo los capítulos, no sé todavía cuantos capítulos tendrá este libro, pero les puedo asegurar que no serán menos de 20 o más de 30.
Esta aclaración ya es para los 5 libros; todos los derechos sobre Harry Potter le pertenecen a Rowling y su editorial, y yo no gano nada publicando esta historia, además los nombres de algunos de mis personajes (Robb, Jon, Aegon, Aerys) están tomados de las magnífica obra de Martin, Canción de Hielo y Fuego, aclarado esto, vamos allá.
En sus once años de vida, Albus nunca había estado tan nervioso.
James le había hablado a menudo de Hogwarts, del ambiente entre las casas en el castillo, de como los profesores Slytherin Snape & Zabini le quitaban puntos a Gryffindor por cualquier motivo, de como James tenía la admiración y el apoyo de todos los Gryffindors en el Quidditch, y de como todos esperaban mucho de él, de Albus Severus Potter, por ser hijo de quien era.
Esto era lo que le ponía más nervioso.
No quería ni decepcionar a todos los que tanto esperaban de él, ni a sus padres, ni a James, ni a su innumerable número de primos Weasley, por eso estaba dispuesto a nunca hacer el ridículo, tener miedo o mostrar debilidad, y sobre todo, a ser el mejor de su clase en todas las asignaturas, les demostraría a todos cuanto valían los Potter.
El mejor amigo de Albus desde antes de que este tuviera razón, era Robb Lupin, el hijo pequeño de Remus Lupin y Nymphadora Tonks, Robb estaba dormido al lado de Albus, escuchando la música rock muggle que tanto le gustaba, no daba señales de despertar pronto, así que Albus decidió seguir su ejemplo.
Habían pasado sólo diez minutos desde que el Expreso de Hogwarts había partido, cuando dos niños abrieron el vagón de Albus & Robb, el mayor tenía ojos azules, pelo negro y piel blanca, el menor en cambio, tenía ojos verdes, pelo café y su piel era blanca, pero no tanto como la de su hermano, el menor se acercó a Albus y le dijo:
-temolesta que nos sentemos con ustedes?
-no, en absoluto.
Ambos se sentaron y el menor, al parecer más extrovertido que su hermano, le empezó a hablar a Albus:
-mi nombre es James Carmichael, y mi hermano se llama Jon, no somos británicos, nacimos en Irlanda, nuestro padre tambien es de allí, aunque nuesta madre si es británica, el trabajaba en el Gringotts irlandés, pero cuando los vampiros se rebelaron, nuestros padres decidieron venir aquí, porque era más seguro, y bueno...aquí estamos.
-yo soy Albus Potter, y mi amigo se llama Robb Lupin, no se preocupen, el siempre se duerme cuando se pone a escuhar música.
-eres el hijo de Harry Potter? No lo puedo creer! Un placer conocerte! todos los magos irlandeses adoran a tu padre!
Albus ya estaba acostumbrando a que la gente lo mirara impresionada, así que siguió hablando con James, porque Jon seguía callado, sin decir ni una palabra, parecía abstraído de todo lo que lo rodeaba.
Albus y James seguían hablando, cuando de repente se abrió otra vez la puerta del vagón y Albus vio al hijo de Draco Malfoy, Scorpius, y sus amigos, Albus rogó para que ellos simplemente lo ignoraran, pero Aegon Pucey, el mejor amigo de Scorpius le dijo:
-Potter, ni siquiera hemos llegado a la escuela y ya te juntas con sangresucias extranjeros? es que tú y tu familia no pueden caer más bajo?
Albus sintió ganas de responderle, pero Jon le dijo:
-déjalo, a palabras necias oídos sordos.
-tu, sangresucia, cállate, yo no hablo con escoria como ustedes.
-pequeño mortífago, vete antes de que decida convertirte en una rata.
Robb se había despertado y le apuntaba a Aegon con su varita mientras hablaba, en ese mismo momento, Darell, Darren y Aerys sacaron la suya, James y Albus lo hicieron también, sólo Scorpius y Jon las mantenían dentro de su bolsillo, el primero intentaba que su hermano volviera a guardar su varita, y el segundo miraba a Albus, Robb, James y Jon con una expresión difícil de descifrar.
entonces Aegon le dijo a Robb:
-ataca, tú, pequeño hombre lobo, por si no te das cuenta, somos cinco contra tres, porque hay un sangresucia demasiado cobarde para defenderse.
James y Robb estaban a punto de iniciar la pelea, cuando por tercera vez se abrió la puerta del vagón, y un niño de pelo negro, ojos cafés y piel morena, entró en el vagón y exclamó:
-ya sabía yo que la pandila de pequeños mortífagos no podía estar ni siquiera unas horas sin buscar pelea, ahora, tienen 10 segundos para irse o les juro que cuando acabe con ustedes no sereís más que manchas de sangre.
entonces Scorpius cogió el brazo de Aegon y intentó que guardara su varita pero este dijo entrecortadamente:
-Scorpius...no podemos...retirarnos así...un Slytherin no hace eso...
-vámonos, busquemos un vagón donde sentarnos, Aegon, no nos metamos en problemas.
Aegon intentó resistirse, pero cuando vio que Darell, Darren & Aerys guardaban sus varitas, se rindió y guardó la suya.
por fin los cinco se fueron.
entonces el desconocido muchacho se acercó a ellos y les dijo:
-están bien? no les alcanzaron a hacer daño?
-no, gracias por tu ayuda-contestó Robb.
-mi nombre es Sirius Willoch, tú debes ser Robb Lupin, y tú Albus Potter, pero no sé quienes son vuestros amigos.
-James Carmichael y este es mi hermano Jon, somos irlandeses.
-mucho gusto, yo tampoco soy británico, nací en Noruega, pero como mi abuelo si era británico, mis padre insistieron en que estudiara aquí.
y así los cinco niños empezaron a hablar, Albus sentía un hormigueo en el estómago; siempre habían sido sólo él y Robb, nunca se habían juntado con otros niños, excepto ocasionalmente con su prima Rose, o con James y sus primos Fred y Michael, y ahora, en soló una hora, habían pasado de ser dos a ser cinco, todos sus miedos e incertidumbres se habían ido; sabía que con la ayuda de sus nuevos amigos, las cosas en Hogwarts serían mucho más fáciles.
